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SOCIEDAD

Un clásico de Chacarita: la cantina donde todavía se sirven “rulitos de manteca” y han probado sus platos desde Viggo Mortensen a Wos

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“Cantina”, responde el teléfono, amablemente, Joaquín Sánchez, detrás de la caja de uno de los restaurantes más clásicos del barrio de Chacarita. “Para el domingo al mediodía tenemos todo reservado. Le puedo ofrecer la noche. Por supuesto, los esperamos”, agrega y toma nota en un papelito la cantidad de comensales para dicha reserva. Es un jueves caluroso de primavera al mediodía y el salón está concurrido: quedan solamente un par de mesas libres. Los camareros, con años de oficio bajo el brazo, salen de la cocina con las especialidades de la casa y casi que bailan, al compás de los platos y fuentes de aluminio con fusilli, milanesas napolitanas, pollo a la Calabresa, rabas y jamón crudo, entre otras delicias caseras. “¿Cómo anda Dardo?”, lo saluda Don Carlos, un habitué del horario del almuerzo, al mozo. Este le responde “De diez. ¿Marcho lo de siempre Carlitos?, le consulta y rápidamente le baja la panera con pan fresco, grisines y los infaltables “rulitos de manteca” que preparan desde siempre a mano. En la famosa cantina “Rondinella”, un emblema porteño fundado en 1991, todos se conocen y saludan por su nombre. “Decimos que somos como la vecindad del Chavo. Una gran familia”, confiesa, entre risas, Joaquín, tercera generación y quien heredó la pasión por la gastronomía de su abuelo y de su padre. Mientras, atentamente, ficha en la computadora cada una de las comandas.

El amplio salón de la cantina se mantiene intacto desde su apertura. Noelia Marcia Guevara
Siempre hay un ambiente familiar. Hay buena onda entre los habitués y los mozos de antaño. Noelia Marcia Guevara
Las pastas caseras son un clásico de la casa.
Noelia Marcia Guevara
Queso y dulce o el famoso «Vigilante» un postre de todas las épocas.
Noelia Marcia Guevara

Al ingresar a Rondinella, automáticamente se viaja a otra época de Buenos Aires. Es que su estética vintage (de principios de los 90) se mantiene inalterable al paso de los años. Con sus tradicionales cortinados en los enormes ventanales de la fachada, los azulejos blancos en las paredes, luces de neón, estantes con botellas de vino, mesas con manteles (bordó y blanco) y sillas de cuerina.

Los parroquianos y socios en los inicios del restaurante. Noelia Marcia Guevara

“No se ha modificado nada. Hasta conservamos un florero antiguo desde el primer día. Mucha gente cuando viene por primera vez se queda fascinada con la “onda retro”. Así eran los boliches de antes”, dice Joaquín y recuerda los orígenes de este emprendimiento familiar. Rápidamente cuenta que esta historia comienza a escribirse con dos protagonistas: Gabino Sánchez y Rodolfo Vázquez. Ambos se habían conocido trabajando en “La Cantina de David”, un emblema de la gastronomía porteña. “Allí estuvieron durante más de 20 años. En ese entonces Rodolfo llevaba la contabilidad y Gabino, mi abuelo, primero arrancó de mozo, luego pasó a la cocina hasta ser jefe de compras”, dice. Para 1986 y ya con bastante experiencia en el rubro, deciden arrancar con un proyecto juntos. Tras encontrar un amplio local en Av. Dorrego 1556 abrieron las puertas de “La canzonetta” (“La canción”) con platos abundantes y caseros. “Les fue muy bien. Acá la zona era más de talleres. No había mucha opción de restaurantes”, agrega el nieto del fundador. Con su fiel clientela ya consolidada el 1 de junio de 1991 se mudaron a otro local en Av. Álvarez Thomas 12 (donde se encuentra actualmente).

Los fundadores de Rondinella están siempre detrás de cada detalle. Noelia Marcia Guevara

Con el cambio de locación también llegó un nuevo nombre: el restaurante pasó a llamarse “Rondinella”. Por la impronta del lugar y la elección de los nombres uno presupone que los creadores eran de origen italiano, sin embargo ambos eran oriundos de España, del Norte, de la ciudad de Santander. También es español Oscar Ríos, un cocinero de oficio que los acompaña desde aquellos días y quien se sumó como socio. Hoy tiene casi 80 años y continúa entre los fuegos. “El nombre está inspirado en el cantante Giacomo Rondinella. A Rodolfo le gustaban mucho. Los nombres que elegían siempre estaban relacionados con la música”, dice. Rondinella en italiano significa pichón de golondrina y estos bellos pajaritos están presentes en la fachada del restaurante.

El jamón crudo es una de las entradas más solicitadas.
Noelia Marcia Guevara

Los hijos de Gabino y Rodolfo desde jovencitos también se incorporaron al negocio. “Mi hermano arrancó con 18 años y yo con 19. Pasamos toda la vida acá adentro. Empecé un poco de pinche, de peón. Después aprendí a comprar y a recibir la mercadería. Hoy estoy más en la parte organizativa. El barrio cambió muchísimo. Antes el Mercado de Pulgas era de abasto y cuando vinimos a la zona estaba cerrado. Abundaban los depósitos abandonados. Antiguamente el local del restaurante era un depósito de bananas” cuenta Alejandro, segunda generación, quien con su hermano Hernán, continúan al frente de la casa.

Desde sus comienzos Rondinella se mantiene fiel a su menú. Combina a la perfección los sabores italo-porteños y españoles. “La carta es la misma desde siempre. En los últimos años se agregaron simplemente algunos vinos. Trabajamos con los mismos proveedores de toda la vida”, confiesa Alejandro. Para comenzar algunos caballitos de batalla son la tortilla de papas, las mozzarella a milanesa, las rabas, las sardinas españolas con cebolla y tomate y la famosa “Chambota” a la napolitana con berenjena, tomate perita, zapallitos y morrón. Es difícil decidirse entre tanta variedad de platos principales. Pero las pastas caseras son, sin dudas, una gran elección. Un clásico son los fussiles al tuco con cuccoliccio (pequeñas albóndigas de carne). Jacinto, uno de los mozos, se lo recomienda especialmente a una mesa. Otra opción es pedirlos con Scarparo (salsa con tomate perita, ají molido, ajo y orégano). No se quedan atrás los tallarines cortados al cuchillo, a la crema de espinacas y los ravioles al roquefort. Un especial, que se consigue solamente algunos días y siempre “vuela” son los raviolones “Mamma Petronna”. Son de seso y verdura a la bolognesa.

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La tortilla bien babé también es una de las preferidas.
Noelia Marcia Guevara

Los pollos también cuentan con muchos fanáticos. Se puede pedir entero, a la provenzal, al verdeo, ajillo, portuguesa, entre muchas opciones más. También hay carne como el lomo a la pimienta, matambrito de cerdo, costillitas, chivito y conejo al vino blanco. “Además ofrecemos ranas. En una época teníamos caracoles”, recuerda Alejandro.

Rabas y sonrisas en un mediodía entre amigos. Noelia Marcia Guevara

Otro punto fuerte son los pescados y mariscos. Desde calamaretti fritos, trucha, gambas al ajillo pasando por el filet de lenguado y la chernia a la manteca negra. Y como todo buen bodegón no pueden faltar las minutas. Las milanesas son abundantes. Hay de ternera a la fugazzeta con papas españolas, napolitana, suprema de pollo al whisky, al roquefort o la icónica “Maryland”.

El flan con dulce en el podio de los postres. Noelia Marcia Guevara

Para el momento dulce, hay algunos bien tradicionales como los panqueques de dulce de leche o manzana, la tarantela casera, el flan mixto y el tiramisú. Aunque la vedette indiscutida son los profiteroles rellenos con helado y bañados con chocolate caliente. “Es algo muy típico de acá. Tienen una masa bomba con helado de chocolate y americana. También salen con sabayón”, explica Alejandro.

Los profiteroles rellenos con helado son sin duda la estrellita de la mesa dulce.
Noelia Marcia Guevara
Mozos de oficio y mucha carisma, otro distintivo de la casa.
Noelia Marcia Guevara

En Rondinella además de los empleados históricos tienen clientes desde hace tres generaciones. “Nos conocemos todos. Hay habitués que venían de chiquitos y ahora traen a sus hijos. O mesas con abuelos, padres y nietos. Es impresionante. Ya más que clientes son amigos. El ambiente es muy distendido”, considera. Como Carlos y Leo, padre e hijo, que religiosamente se acercan todos los mediodías a almorzar y se sienten en la misma mesa, la número dos. “Me encanta venir. Los platos nunca fallan y la relación precio calidad es buenísima”, opina Leo, mientras come una ensalada con forma de flor. La acompañará con un pescado fresco del día. Por sus mesas también han recibido algunas figuras del espectáculo, políticos y famosos. Desde Viggo Mortensen, Ricardo Darín, Carlos Carlo, Adrián Suar, Luis Ortega hasta el cantante Wos. “Cuando viene Lali Espósito siempre pide milanesas de lomo napolitanas con papas fritas o con puré”, cuenta Dardo, uno de los camareros que suele atender a la cantante.

Padre e hijo, segunda y tercera generación.Noelia Marcia Guevara

“Mi papá me inculcó todo del oficio. Además, me enseñó la importancia del valor de la palabra. En la cantina seguimos manteniendo eso”, reconoce Alejandro. A su lado, Joaquín remata: “Es lindo trabajar en familia. Todo lo hacemos con mucho amor”. Con el cariño del canto de la golondrina.

Pedir varios postres y compartir. Una recomendación de los habitués.
Noelia Marcia Guevara

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Denunciado por triple abuso sexual, un cura fue apartado de la diócesis por el obispo de Quilmes

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El 11 de julio, el sitio Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina emitía un posteo que, con letras mayúsculas, advertía con un inquietante Atención Conurbano Bonaerense. Y se leía a continuación: «Informamos que Franco Alberto Lütens, cura denunciado en la Fiscalía 8 de Quilmes, a cargo de la doctora Bárbara Velazco, ‘ha sido pasado a resguardo‘ por decisión del Obispo de Quilmes Carlos José Tissera».

En el mismo comunicado, que muestra una imagen con el rostro borroneado, de Lütens, aparece la carátula de la denuncia: abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal, agravado por haber sido cometido por un ministro de culto».

Este martes se conoció a través del equipo de Protección de Menores y Adultos Vulnerables de la Diócesis de Quilmes que el obispo Tissera “apartó al sacerdote denunciado de la parroquia y de todas las actividades pastorales, ante las gravísimas denuncias publicadas en redes sociales, y ante la constatación del inicio de la causa penal en la Justicia”.

Además, este equipo de Protección de Menores agregó que “el Obispo Tissera dio inicio a la investigación formal en el ámbito eclesial, como recomendó el Papa Francisco a todas las conferencias episcopales del mundo”.

«El Obispo Tissera ya no pudo tapar más el sol con las manos. El tema detonó…», deslizó picante Liliana Rodríguez, psicóloga e integrante de la ONG Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos en Argentina, a la que pertenece desde sus comienzos.

«Yo no soy quién para acusar, pero entiendo que Tissera ya sabía de las atrocidades cometidas por Lütens, pero no accionó como correspondía. En su momento, lo removió de la Parroquia Señora del Buen Ayre, de Berazategui, pero él siguió ejerciendo como cura».

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En julio se conoció en redes sociales la denuncia por abuso sexual contra el sacerdote Franco Lütens.

Rodríguez estuvo ayer con los tres catequistas, a los que asiste psicológicamente desde hace tiempo, y que fueron víctimas de Lütens. «Por supuesto que han pasado por todas las situaciones y sensaciones, tuvieron dolor, angustia y hoy, que la causa está tomando mayor visibilidad, te diría que sienten algo de alivio. Ellos repiten: ‘Denunciamos para que no les vuelva a pasar a otros lo que tuvimos que padecer nosotros’. Ellos tuvieron la valentía de denunciar, y lógicamente sienten ansiedad al ver que la Justicia no avanza».

La profesional enfatiza que su trabajo para con las víctimas «es un tratamiento de acompañamiento luego de que éstas se comunican con nuestras redes, y yo soy quien los entrevista y evalúa, como sucedió con estas tres personas. Es importante que elijan haber denunciado a la Justicia penal, porque hay muchos abusados que, quizás por temor, optan por la justicia canónica. ¿Qué significa? Que denuncian en la misma iglesia, ante una autoridad eclesiástica, lo que nos parece una revictimización».

A partir de las sesiones en las que entrevistó a las tres víctimas -«pero son muchos más los que fueron abusados por Lütens», insiste-, Rodríguez pudo construir el perfil del señalado. «Sus características responden a quien realiza estos delitos y quizás es todavía más particular. Él tiene mucha inserción en la comunidad más vulnerable, llega a las familias, es sociable y dice ser sanador, tiene labia y es aparentemente amable. Pero por otra parte, tuvo cierto amparo de sus superiores, la Universidad Abierta Interamericana, adonde estudia, estaba en conocimiento tanto su dueño como el director de los delitos que se lo acusan, y por si fuera poco, tiene un hermano fiscal en San Luis»

"No se dejen llevar por chusmerío y difamaciones, cosas que no son", arengaba Lütens a sus compañeros de cursada en la Universidad de Berazategui.«No se dejen llevar por chusmerío y difamaciones, cosas que no son», arengaba Lütens a sus compañeros de cursada en la Universidad de Berazategui.

La especialista remarca que estudia Psicología y que va por el tercer año. «No es un tema menor, porque él sabe el gran daño que causa y lo lleva a cabo con total impunidad. Por otra parte la psicología lo ayuda para sus abusos, le brinda herramientas que utiliza para perfeccionar su modus operandi».

Según pudo averiguar Clarín, muchos de sus compañeros «lo encararon y él se defendió arengando que sólo se trata de difamaciones y puro chusmerío. Cosas que nada tienen que ver con la realidad», señaló un testigo que lo fotografío y vio cómo se defendía en un pasillo del establecimiento. Media docena de compañeros se han ido o cambiado de turno.

Hasta el momento hay tres denuncias oficiales en la Fiscalía 8 de Quilmes a cargo de Bárbara Velazco, que todavía no lo imputó, aunque sí dictó una perimetral para que Lütens no se acerque a las víctimas.

A través de las redes se viene denunciando al sacerdote Franco Lütens. Este comunicado data del mes de julio último.A través de las redes se viene denunciando al sacerdote Franco Lütens. Este comunicado data del mes de julio último.

«La Fiscalía lo llamó a declarar y no se presentó. Ahora fue citado otra vez para los días 26 y 27 de noviembre. Veremos qué sucede, pero nos preocupa el accionar la Justicia, la balanza no se inclina como debería, no se toman las medidas contundentes necesarias, lo que genera angustia y preocupación».

Dice la terapeuta que «las víctimas no sienten odio ni rencor, pero sí mucho dolor por la traición. Lütens quebró la confianza que ellos depositaron en él. Ese señor avasalló sus cuerpos. Ellos transmiten un dolor profundo, porque esto que atravesaron deja huellas profundas y emocionales que no son visibles, pero sí dejan datos para una mirada capacitada, aunque no hay secuelas físicas a la vista».

«Un golpe deja un hematoma, las huellas emocionales dejan profundos dolores, inseguridades y cuestiones que hay que trabajar para seguir adelante. Se puede seguir adelante, pero es necesaria la reparación social y la reparación de la Justicia. Esto no es un pecado como quiere instalar la Iglesia, esto es un delito y debe castigarse».

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La ONG Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos en Argentina lleva disputados 13 juicios en los que todos los acusados recibieron condenas. «No es fácil llegar a juicio, ellos, los abogados defensores de los curas abusadores pagados por la Iglesia, saben cómo dilatar todo lo máximo posible y dilatar significa patear para adelante, pero para las víctimas es mantener la herida abierta».

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