Marcela Mónica Vedda, de 54 años, fue asesinada por su pareja, el viernes por la madrugada, en un hotel alejamiento en Tandil. En las últimas horas, la autopsia determinó que la víctima murió por una «asfixia mecánica» y que el autor del femicidio, Mariano Leopoldo Wanderkauven, se negó a declarar ante la Justicia.

Además, fuentes de la investigación revelaron que, en el contexto de una relación marcada por la violencia de género desde que ambos iniciaron el vínculo afectivo en 2019, en septiembre del año pasado ocurrió una situación idéntica en un albergue transitorio de Mar del Plata. Todo comenzó con una discusión que desencadenó en una agresión física del hombre hacia Marcela, a quien golpeó, sujetó del cuello y le rompió el celular.

Por ese violento hecho, Wanderkauven (42 años) fue imputado por lesiones leves agravadas por el vínculo y daños, en una causa judicial que sigue su curso con una solicitud de elevación a juicio. La pareja, caracterizada por separaciones y reconciliaciones (en el perfil de la cuenta de Facebook, la víctima se declaraba soltera) , continuó hasta culminar en el trágico desenlace que tuvo lugar en el garaje de una de las habitaciones del hotel “Los Alerces”, ubicado en el barrio Terrabuela.

El viernes por la noche, Wanderkauven se contactó por primera vez con la recepción para solicitar que le solucionaran un inconveniente con Vedda, a quien acusaba de haberle 100 mil pesos. La empleada que lo atendió le respondió que ambos debían resolver el conflicto fuera de las instalaciones; de lo contrario, tendrían que abandonar el establecimiento.

Según declaró ante las autoridades del caso, la trabajadora aseguró que escuchó gritos, como si la mujer fuera violentada. Luego, el agresor volvió a llamar a la recepcionista para avisarle que se retiraba del albergue y que su pareja iba a permanecer durmiendo en la habitación.

Wanderkauven abandonó el lugar a las 4.26, minutos antes del hallazgo del cuerpo, con el objetivo de escapar a Mar del Plata. En la terminal de ómnibus quiso comprar un pasaje pero no pudo adquirirlo, dado que no contaba con el DNI. Dijo que lo había perdido. En consecuencia, desde la boletería le indicaron que solo podía viajar si conseguía un certificado del trámite policial

El asesino se acercó a la comisaría para iniciar el trámite y allí quedó detenido, puesto que sus características físicas coincidían con las del hombre que las cámaras del hotel habían registrado tras descubrirse el femicidio.