SOCIEDAD7 horas ago
Mundos íntimos. De chica tuve un conejo que amaba. Desapareció: nunca supe si se murió o si mi abuelo se lo comió.
La seño de segundo grado, la señorita Liliana, tenía una voz grave, rulos quebradizos, y cuando alzaba la voz el cuello se le ponía todo colorado....