En la mañana del viernes 12 de abril, cinco trabajadoras del ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, actualmente bajo el mando del ministro Javier Rodríguez, dos con régimen de contrato y el resto con planta temporaria, se presentaron a trabajar y se desayunaron con que el gobierno de Axel Kicillof había dado de baja sus contratos.

Trabajaban en el área de Infraestructura Alimentaria. Cuatro de ellas son arquitectas y una licenciada en seguridad e higiene. “Del total, tres estábamos en relación de planta temporaria y dos bajo contrato”, explicó una de las damnificadas a REALPOLITIK. Hasta el momento del despido, dependían de la subsecretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, dirigida por Carla Seain, cercana al gobernador Axel Kicillof. 

“Nuestra labor consistía en el diseño de establecimientos frigoríficos, la elaboración de pliegos licitatorios, la gestión de presupuestos y la supervisión del avance de las obras en los municipios, lo que implicaba frecuentes viajes”, afirmó una de las trabajadoras perjudicadas.

“No hay plata”, fue la respuesta de las autoridades frente a los reclamos de las damnificadas, quienes además anticiparon que las plantas transitorias también serían dadas de baja, incluso aquellas que ya contaban con dos o más años de antigüedad. Sin embargo, horas después salió a la luz la verdad: no habían sido despedidas por el escaso presupuesto, sino en forma de represalia por haberle hecho frente a una situación de violencia laboral.

“Hace un año que un compañero denunció por violencia laboral a la coordinadora del área. Esa denuncia se cajoneó. Desplazaron al denunciante, a pesar de que salieron de testigos todos los trabajadores de la oficina, confirmando las amenazas de la mujer y el maltrato. Incluso, varios tuvieron que visitar a un psicólogo para afrontar la situación”, atestiguaron las víctimas.

“Desde el inicio de nuestras actividades, sufrimos una coordinación problemática por parte de una funcionaria nombrada por Carla Seain, también arquitecta. Durante un año y medio, trabajamos bajo amenazas y maltratos constantes, hasta que decidimos denunciar la situación ante el ministerio de Trabajo, detallando todas las instancias del abuso”, explicaron.

Lejos de sancionarla, la victimaria fue ascendida de puesto y desplazaron a toda la oficina que la había denunciado a un área incomunicada hasta unas semanas atrás, cuando fueron despedidas. “Carla Seain optó por ignorar nuestra denuncia y desplazó al compañero que la había presentado. Ante esta injusticia, redactamos una nota dirigida al director Héctor Trotta, con respaldo del gremio UPCN”.

Esto implicó una dura respuesta de las autoridades del ministerio. Comenzaron a reducirse las responsabilidades laborales en los meses siguientes hasta que, el viernes 12 de abril, directamente las despidieron a través de un correo electrónico. Actualmente, los trabajadores que continúan en sus labores se encuentran juntando firmas y el gremio interviniente decidió llevar adelante reuniones informativas al respecto, exigiendo la reincorporación de las trabajadoras despedidas.

El sugerente silencio del gobernador Axel Kicillof y de la ministra de Mujeres y Diversidad de la provincia de Buenos Aires, Estela Díaz, habla por sí solo. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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