Flor Torrente ha decidido abrir su corazón y compartir los desafíos de salud que enfrentó en el pasado, así como el método poco convencional que adoptó para superarlos y mejorar su calidad de vida. La hija de Araceli González se apartó de la medicina tradicional y se volcó a la meditación y la Terapia del Hielo, conocida como Crioterapia del método Wim Hof.

En una entrevista, Flor reveló: «Estoy estudiando Herboristería y todo lo relacionado con las plantas medicinales. A raíz de tantos estudios por los trastornos que viví, descubrí mi intolerancia a la lactosa. Dejé de consumir carnes y ahora llevo a la mesa lo que cultivo en mi huerta, sin venenos ni procesados. Tampoco bebo líquidos mientras como».

La decisión de cambiar su dieta y estilo de vida fue solo el comienzo. Florencia encontró en la Crioterapia una herramienta poderosa para enfrentar sus problemas de salud. Esta técnica consiste en sumergirse en temperaturas extremadamente bajas mientras se practica la meditación y se controla la respiración. 

Florencia detalló cómo integra esta práctica en su rutina diaria: «Me sumerjo en hielo. A través del proceso de hormesis, el cuerpo logra resetear su sistema autoinmune. Además, mantengo baños diarios con agua helada durante los últimos minutos de cada ducha».

Esta práctica, aunque exigente, ha tenido un impacto positivo en su salud. «Si me duele la cabeza, me meto en hielo. Si me duele la panza, me meto en hielo… Y en pleno invierno, tan pronto como me despierto, me sumerjo en la pileta del jardín. Claro que cuesta, pero salgo sintiendo que ya nada podrá conmigo y te aseguro que no me enfermo más», aseguró.

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Un aspecto importante que Florencia destacó fue su lucha contra la depresión y la ansiedad. «La depresión es vivir en el pasado y el pánico es vivir en el futuro. Es imprescindible trabajar en nuestro presente. Y una manera de hacerlo es a través de la respiración, que nos ayuda a ser conscientes de nuestro cuerpo, de dónde estamos y de quiénes somos, hoy y ahora», comentó Flor, subrayando la importancia de vivir el presente y cómo la meditación le ha ayudado a alcanzar esta conciencia.

Además de sus prácticas de crioterapia y meditación, Florencia ha adoptado un estilo de vida holístico, alejándose de la medicina tradicional para centrarse en métodos naturales y preventivos. «Estoy estudiando Herboristería y todo lo referido a las plantas medicinales. A raíz de tantos estudios por los trastornos que viví, descubrí mi intolerancia a la lactosa, dejé de consumir carnes y llevo a la mesa lo que extraigo de mi huerta, sin venenos ni procesados», explicó.

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