Connect with us

SOCIEDAD

Cuál es la mejor manera de consumir ajo, el aliado para bajar el azúcar en sangre y el colesterol

Published

on



El ajo es uno de los alimentos favoritos en la cocina, ideal para condimentar y potenciar todo tipo de recetas en el mundo culinario; sin embargo, poco se conoce sobre los grandes beneficios que tiene para el correcto funcionamiento del organismo. Entre ellos, se destaca bajar el azúcar en sangre y el colesterol, pero su lista cuenta con otros varios aspectos positivos, que lo vuelven un aliado indiscutible para incorporar en una dieta equilibrada.

Dentro de la compra semanal, uno de los ingredientes que no puede faltar a la hora de cocinar es el ajo, ya que resulta un ingrediente que sirve para darle sabor a una gran cantidad de comidas. Su sabor y olor característico lo condujo a ser uno de los grandes protagonistas de cocinas en India, China y Medio Oriente.

Uno de los ingredientes que no puede faltar a la hora de cocinar es el ajoUnsplash

Asimismo, antiguas civilizaciones utilizaban el ajo como remedio para tratar distintos problemas de salud, como infecciones o enfermedades cardiovasculares. En los últimos años, se realizaron diferentes estudios sobre las propiedades de este alimento y sus beneficios para cuerpo humano.

Según el sitio especializado Mejor con Salud, el ajo contiene vitamina E, B1, B2, B6 y C, y elementos como el manganeso y el selenio. Es, además, fuente de proteínas, yodo, hierro, magnesio, fósforo y potasio.

También tiene compuestos como la alicina, que es azufrado y contiene varias propiedades farmacológicas, ideales para tratar la hipertensión leve, disminuir la hipercolesterolemia y prevenir la aterosclerosis, según un estudio publicado en Current Pharmaceutical Design.

Por otra parte, ayuda en la inflamación, es decir, puede prevenir patologías crónicas y es un protector cardiovascular porque mejora la coagulación sanguínea. Otro de los beneficios que aporta al cuerpo es que ayuda a combatir la gripe y el resfriado por sus propiedades antisépticas. Estimula el sistema inmunitario, combate las infecciones urinarias, los parásitos intestinales y las infecciones de oído.

La liberación de la alicina se produce una vez que se corta o se machaca; sin embargo, a partir de los 60 grados de temperatura, la mayoría de sus propiedades se diluyen, entonces, lo mejor es consumirlo crudo, como por ejemplo en unas tostadas que tengan ajo frotado en la rebanada de pan.

Cabe aclarar que el uso de ajo no sirve como “tratamiento” para ninguna enfermedad; no obstante, es un alimento con múltiples beneficios si se consume de modo complementario dentro de una dieta equilibrada.

Para aprovechar los beneficios de este alimento, lo mejor es consumirlo crudo, como por ejemplo en unas tostadas que tengan ajo frotado en la rebanada de panUnsplash

En cuanto a los mitos que se construyeron alrededor del ajo, hay que desmentir que comerlo crudo en ayunas ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares. Puede ser beneficioso para reducir el riesgo de morbilidad cardiovascular, pero es insuficiente para afirmar que ingerirlo a primera hora del día, con la panza vacía, produce tal efecto. También es falso que ayuda a tratar las verrugas de la piel y que ayuda a quemar grasas.

Ahora, solo es cuestión de mirarlo con otros ojos y tratar de incorporarlo de una manera diferente a la que se está acostumbrado. Los resultados, a lo largo de los días, se verán por sí solos.

LA NACION

Advertisement

SOCIEDAD

En Texas: encuentran monedas y proyectiles de una expedición española de hace más de cuatro siglos

Published

on



En la película Indiana Jones y la última cruzada (1989), el famoso arqueólogo interpretado por el actor Harrison Ford encuentra en una gruta de Utah (Estados Unidos) una cruz que Hernán Cortés había regalado al conquistador Francisco Vázquez de Coronado y Luján. Aunque ese obsequio nunca existió, sí hay una base real. Coronado, partiendo de Compostela (Nayarit, México), emprendió entre 1540 y 1542 la búsqueda de las míticas Siete Ciudades de Cíbola y Quivira, todas repletas de inigualables riquezas. Atravesó buena parte de lo que hoy es Estados Unidos y dejó un rastro arqueológico que, ahora, el estudio Moneda medieval castellana en el Medio Oeste Americano ha recuperado.

El nuevo artículo, firmado por Raúl Sánchez Rincón, del Museo de Arqueología de Álava, y Iagoba Ferreira Benito, recreador histórico, desvela el hallazgo en los últimos años de proyectiles para ballestas, alfileres de ropa y monedas medievales, abandonados o perdidos por la expedición. Unos 300 españoles, a caballo o infantería, y cerca de 1000 indios aliados atravesaron los actuales Estados de Arizona, Nuevo México, Texas, Oklahoma y Kansas. La búsqueda de las ciudades resultó infructuosa, pero a cambio descubrieron el Gran Cañón del Colorado, una formación natural que fue declarada Patrimonio Universal de la Unesco en 1979.

En los últimos años, diversos rancheros y detectoristas ―en España la utilización de detectores de metales para reventar yacimientos arqueológicos es un delito― han localizado en Blanco Canyon (Texas) una serie de objetos metálicos, entre ellos, dinero agujereado de Fernando IV (1295-1312) de la ceca de Toledo y otra moneda de un monarca castellano de la casa de Trastámara, probablemente de Enrique III (1390-1406), acuñada en Burgos. Pero, además, desenterraron puntas de proyectil para ballesta fabricadas con cobre, balas de avancarga de plomo (para alimentar las escopetas por el cañón), pequeños conos de bronce (también llamados agujetas), herraduras de caballo y sus clavos, hebillas de cinturón y cuentas de vidrio.

La expedición de Francisco Vázquez de Coronado y Luján en lo que hoy es México y EE.UU.El País

“Entre estos materiales hay varios de gran interés, relacionados con la vestimenta o equipos [militares] ofensivos y defensivos”, señala el estudio. Estos objetos, según los redactores del artículo, publicado en la revista especializada El eco filatélico y numismático, solo pueden corresponder a la expedición de Coronado.

Los expertos dan especial relevancia a “unos canutillos de aleación de base de cobre que cuentan con un clavillo que atraviesa diametralmente uno de sus extremos”. La función, según se recoge en abundantes representaciones pictóricas de los siglos XV y XVI, era la de reforzar los extremos de los cordones que servían para unir las prendas de vestir (jubones y calzas) o afianzar las piezas defensivas de malla del mundo militar.

Las puntas de proyectil halladas son similares a las de ballesta europeas de la época, pero difieren en el material utilizado (cobre, en vez de hierro) y el método de fabricación. Fueron trabajadas a partir de un trozo plano de cobre doblado hasta conseguir la forma deseada. Ejemplares similares se han encontrado también en la zona de Albuquerque y Hawikuh (Nuevo México), asociadas igualmente a la expedición de Coronado. Probablemente, fueron fabricadas en América ante la falta de los suministros necesarios para forjar puntas de hierro en el continente. El conquistador Bernal Díaz del Castillo dejó escrito que durante el asedio de Tenochtitlan en 1521 los españoles llegaron a fabricar 50.000 de estos casquillos en solo ocho días.

En otra zona cercana al yacimiento ―llamado Jimmy Owens, nombre del primer detectorista que lo halló― se encontró un guante de malla. Los expertos valoran la posibilidad de que pueda tratarse de una protección “medieval y renacentista” que cubría la mano izquierda desarmada y que evitaba los cortes que podía sufrir el soldado al desviar la hoja del contrario o aferrarla. Solo cubre tres dedos. En el momento de la expedición de Coronado, este tipo de protecciones ya no se empleaba en Europa, pero sí en América. Hay constancia de que en 1622 se enviaron 200 cotas de malla a la actual Jamestown (Virginia).

Puntas de ballesta de la expedición de Francisco Vázquez de Coronado y LujánMuseo de Historia del condado de Floyd

Sin embargo, los daños provocados en el yacimiento por los expoliadores impiden su datación y que pueda determinarse el lugar exacto del hallazgo y su contexto arqueológico. Quizás su antigüedad no supere los cien años y sea de alguna explotación ganadera próxima. “Lo que nos extraña”, afirman los investigadores, “es que se encuentre en muy buen estado de conservación, a pesar de los 500 años transcurridos”.

En su viaje tras las Siete Ciudades de Oro, Coronado y sus hombres exploraron los territorios del norte texano, localizando nuevas ciudades y tierras, algunas tan emblemáticas como el Cañón del Colorado, descubierto por uno de los hombres de la marcha, García López de Cárdenas. El relato de la expedición fue recogido por el soldado Pedro Castañeda de Nájera, quien ofrece todo tipo de datos geográficos y etnográficos de unos territorios y pueblos hasta entonces desconocidos. Fueron los primeros europeos en ver, además del Gran Cañón, los bisontes.

En el transcurso de la ruta que los condujo hasta la ciudad de Quivira (Kansas), la fuerza expedicionaria de Coronado atravesó lo que hoy es Texas, donde a tenor de la documentación conservada establecieron dos campamentos en sendas barrancas. El primero se situó cerca de un poblado de los indios teyas y fue golpeado por una fuerte tormenta de granizo que provocó importantes daños materiales y la huida de varios caballos. En el segundo, el contingente permaneció un par de semanas cazando bisontes mientras Coronado y un pequeño grupo se aventuraban más hacia el norte.

Monedas medievales castellanas encontradas en el yacimiento de Blanco Canyon (Texas)Museo de Historia del condado de Floyd

El estudio recuerda, igualmente, que “las dos monedas bajomedievales castellanoleonesas halladas son las que generan más dudas y ofrecen las mayores incógnitas”. A falta del contexto arqueológico y de informaciones relativas a las circunstancias en el que se encontraron las piezas, se pueden establecer dos hipótesis. “La más lógica y probable es que viajaran en las faltriqueras de algunos miembros de la expedición [de Coronado] con el fin de ser utilizadas como medio de cambio con los nativos o a modo de presente”. La segunda hipótesis es que ambas piezas numismáticas llegaran a través del intercambio comercial que mantenían los indios teyas con otros pueblos próximos y que estos previamente hubiesen tenido contacto con los españoles.

“Como es norma habitual en los hallazgos con detector de metales, además de perderse la información contextual asociada a las piezas, estas no suelen recogerse de un modo sistemático y protocolizado, lo que provoca que se pierdan datos muy valiosos para futuras investigaciones”, se quejan los expertos. Los materiales ―o muy posiblemente solo parte de ellos― han sido depositados en el Museo de Historia del Condado de Floyd (Floydada, Texas).

EL PAIS

Conocé The Trust Project
Continue Reading

LO MAS LEIDO

Tendencias

Copyright © 2024 - NDM Noticias del Momento - #Noticias #Chimentos #Politica #Fútbol #Economia #Sociedad