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INTERNACIONAL

Suecia ofrecerá a los migrantes 34.000 dólares por volver a casa

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Suecia, una nación conocida desde hace tiempo por su política de brazos abiertos hacia los inmigrantes, planea aumentar drásticamente su oferta en efectivo (en 35 veces, a más de $34.000) para aquellos que acepten regresar a casa.

El jueves, el gobierno de derecha del país escandinavo anunció que aumentaría el beneficio existente (10,000 coronas (alrededor de $978) por adulto) a 350,000 coronas por persona, y reduciría la burocracia involucrada en la solicitud de la subvención en un intento de crear más conciencia sobre el incentivo y atraer a más solicitantes.

El beneficio existente incluye un tope para familias de 40.000 coronas; no se anunció ningún tope para la subvención aumentada.

El aumento, que entrará en vigencia en 2026, va en contra del consejo de una investigación designada por el gobierno, que dijo en un informe el mes pasado que promover la repatriación obstaculizaría la integración de los inmigrantes en la sociedad sueca.

«Las ganancias potenciales no parecen lo suficientemente grandes como para justificar los riesgos», advirtió el panel.

La medida forma parte de un cambio más amplio en la política y la retórica de Suecia, conocida desde hace tiempo como un refugio para quienes huyen de países asolados por la guerra y los conflictos.

Ahora se encuentra entre un número creciente de naciones europeas que adoptan una postura más dura sobre la inmigración en medio de un aumento de los partidos de derecha y populistas.

Miles de personas, muchas de ellas huyendo de la violencia en Siria, África y Afganistán, han estado viajando desde Turquía a los Balcanes en los últimos meses, con la esperanza de llegar a Alemania, Suecia y otros estados de la UE. AFP PHOTO / ARMEND NIMANI

El gobierno de coalición de Suecia está respaldado por los Demócratas de Suecia, un partido de extrema derecha que ganó el segundo mayor número de escaños en las elecciones de 2022.

El partido comenzó como un movimiento neonazi en la década de 1980, pero se rebautizó como un partido conservador, con la reducción de la migración en el centro de su plataforma.

La reforma de la política migratoria de Suecia fue un tema innegociable durante las conversaciones de coalición para formar un gobierno.

Ludvig Aspling, miembro del parlamento de los Demócratas de Suecia, describió la subvención como un paquete de ayuda y dijo que el nuevo plan también reduciría los obstáculos administrativos del programa existente.

Suecia, con una población de 10,6 millones de personas, tenía más de 250.000 refugiados a mediados de 2023, el último año del que hay cifras disponibles.

Solo unas 70 personas solicitaron la subvención el año pasado, y solo una la obtuvo, dijo Aspling.

Mientras tanto, 16.000 inmigrantes de África, Oriente Medio y Asia Central abandonaron voluntariamente Suecia sin la subvención el año pasado.

«Esto dice algo sobre lo poco conocido que es esto», dijo Aspling.

«Creo que es bastante generoso. Básicamente, estamos tratando de ayudar a las personas a vivir sus mejores vidas».

El año pasado, el gobierno sueco introdujo una nueva política de migración que adoptó una postura más estricta sobre las solicitudes de permiso de residencia y se centró en aumentar la repatriación.

La reforma de la política también introdujo la investigación que dio lugar al informe que advierte contra el aumento de la subvención a la emigración.

La investigación se centró en Dinamarca, que ofrece una subvención de la mitad de la cantidad que ofrece Suecia.

Esa subvención ha tenido cierto éxito, con un ligero aumento de quienes están dispuestos a aprovechar la oportunidad en correspondencia con el aumento de la cantidad ofrecida.

Suecia, conocida por su red de bienestar social desde la cuna hasta la tumba, podría ver algunos ahorros financieros después de 15 años, pero las consecuencias sociales de un mensaje tan negativo no superarían los beneficios monetarios, según el informe.

La política «envía una señal al grupo destinatario de la subvención de que no son bienvenidos en Suecia, incluso hasta el punto de que Suecia está dispuesta a pagar grandes cantidades para deshacerse de algunos de ellos», dijo.

Políticas

Las políticas de inmigración y asilo más estrictas de Suecia crean un entorno de incertidumbre para los inmigrantes, lo que les dificulta encontrar trabajo formal y los hace más vulnerables al crimen, dijo Martin Nyman, asesor legal de la organización de derechos humanos con sede en Estocolmo, Civil Rights Defenders.

«La gente no debería venir a Suecia, esa es la señal de este gobierno», dijo.

Los expertos dijeron que era dudoso que la cantidad más alta tentara a muchos a regresar.

Sólo una persona aprovechó la subvención el año pasado, y los expertos dudan de que muchas más la aprovechen, incluso si se trata de un beneficio financiero mayor.

Muchos de los refugiados que llegan a Suecia han huido de Siria, Afganistán y otros países azotados por la guerra, dijo Annika Sandlund, de la agencia de refugiados de las Naciones Unidas en los países bálticos y nórdicos.

“Tanto si se reciben 10.000 coronas suecas como si se reciben 350.000 coronas suecas, no va a cambiar realmente la realidad sobre el terreno”, dijo Sandlund.

El dinero reservado para la repatriación puede emplearse mejor en la integración de refugiados y otros inmigrantes, a través de programas que ofrezcan clases de idioma, asistencia laboral y formación, lo que podría ayudar a los recién llegados a construir un futuro en Suecia, dijo.

El anuncio se hizo sólo dos días después de una reorganización del Gabinete que incluyó a un nuevo ministro de migración: Johan Forssell, miembro del Partido Moderado.

Era conocido por recortar el generoso presupuesto de ayuda exterior de Suecia durante su mandato anterior como ministro de Cooperación Internacional para el Desarrollo y Comercio Exterior.

La oficina de Forssell y el gobierno sueco no respondieron a una solicitud de comentarios.

c.2024 The New York Times Company

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INTERNACIONAL

Tensión en Oriente Medio: ¿Israel se está preparando para una guerra con Hezbollah en el Líbano?

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Después de que el ministro israelí de Defensa anunciara una “nueva fase” de la guerra y tras un aparente ataque israelí que provocó explosiones en dispositivos electrónicos en Líbano, la amenaza de un combate abierto entre Israel y Hezbollah parecía más cerca que nunca.

Las esperanzas de encontrar una solución diplomática al conflicto parecían disiparse con rapidez ante los indicios de que Israel quería cambiar el status quo en el norte del país, donde lleva cruzando fuego con Hezbollah desde que el grupo armado miliciano comenzó a atacar el 8 de octubre, al día siguiente de que el asalto de Hamás diera comienzo a la guerra.

En los últimos días, Israel ha desplazado un potente contingente militar a la frontera norte, las autoridades han endurecido sus mensajes y el gabinete de seguridad del país ha declarado que el regreso de decenas de miles de personas desplazadas a sus hogares en el norte de Israel es un objetivo oficial de la guerra.

A continuación, un vistazo a cómo se está preparando Israel para una guerra con Líbano:

Tropas movilizadas de Gaza a la frontera norte

Aunque los combates diarios entre Israel y Hezbollah han escalado en varias ocasiones, los dos rivales acérrimos han tenido cuidado de evitar una guerra abierta.

Eso parecía estar cambiando, especialmente después de las explosiones de bípers, walkie-talkies y otros dispositivos en Líbano el martes y el miércoles, que mataron al menos a 20 personas e hirieron a miles en un sofisticado ataque que Hezbollah atribuyó a Israel.

Un hombre visita un cementerio de combatientes de Hezbollah en Beirut, Líbano. Foto EFE

“Uno no hace algo así, ataca a miles de personas, y piensa que no hay una guerra en camino”, dijo el general de brigada retirado israelí Amir Avivi, que lidera el Foro Israelí de Defensa y Seguridad, un grupo de excomandantes militares de tendencia belicista. “¿Por qué no lo hemos hecho en 11 meses? Porque aún no estábamos dispuestos a ir a la guerra. ¿Qué ocurre ahora? Israel está listo para la guerra”.

Mientras remiten los combates en Gaza, Israel ha fortificado posiciones a lo largo de la frontera con Líbano, lo que incluyó la llegada esta semana de una potente división del ejército que participó en algunos de los combates más intensos en Gaza.

Se cree que la 98va División tiene miles de soldados, incluidas unidades de infantería de paracaidistas y comandos de élite y artillería entrenados especialmente para trabajar tras las líneas enemigas. Su despliegue fue confirmado por un funcionario informado del tema que habló bajo condición de anonimato para comentar movimientos de tropas.

Esa división jugó un papel crucial en Gaza al liderar las operaciones del ejército en la ciudad sureña de Jan Yunis, un bastión de Hamás. La ofensiva causó fuertes pérdidas sobre combatientes y túneles de Hamás, pero también provocó daños masivos, desplazó a miles de palestinos y causó decenas de muertes de civiles. Israel dice que Hamas pone en peligro a los civiles ocultándose en zonas residenciales.

El ejército también dijo que había hecho varias maniobras esta semana a lo largo de la frontera.

“La misión está clara”, dijo el mayor general Ori Gordin, que lidera el Comando Norte de Israel. “Estamos decididos a cambiar la realidad de seguridad lo antes posible”.

Una “nueva fase” de la guerra

Los movimientos militares se han visto acompañados por declaraciones más duras de los líderes israelíes, que dicen que se les está acabando la paciencia.

El ministro de Defensa, Yoav Gallant, declaró el miércoles por la noche el inicio de una “nueva fase” de la guerra conforme Israel pone la mirada en Hezbollah. “El centro de gravedad está virando al norte, derivando recursos y fuerzas”, dijo.

Gallant hizo esos comentarios al día siguiente de que el gobierno israelí convirtiera el regreso de los residentes desplazados a sus casas en el norte de Israel en un objetivo formal de la guerra. La declaración era mayormente simbólica, ya que las autoridades habían prometido desde hacía tiempo que esas personas podrían volver a casa. Pero darle un reconocimiento especial a ese objetivo reflejaba una posición más contundente.

Tras reunirse el miércoles con responsables de seguridad, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, declaró que “devolveremos a los residentes del norte a sus casas de forma segura”.

El mandatario transmitió un mensaje de firmeza similar a un destacado representante estadounidense enviado esta semana a la región para rebajar las tensiones.

Un funcionario con conocimiento de la reunión dijo a The Associated Press que el representante, Amos Hochstein, dijo a Netanyahu que intensificar el conflicto con Hezbollah no ayudaría a devolver a sus casas a los israelíes evacuados.

Netanyahu, según un comunicado de su oficina, dijo a Hochstein que los residentes no pueden regresar sin un “cambio fundamental en la situación de seguridad en el norte”. El comunicado indicó que si bien Netanyahu “agradece y respeta” el apoyo estadounidense, Israel “hará lo que sea necesario para salvaguardar su seguridad”.

¿Es inevitable la guerra?

Medios israelíes indicaron el miércoles que el gobierno aún no ha decidido si lanzará una gran ofensiva en Líbano.

La gente reza en un cementerio dedicado a los combatientes libaneses de Hezbollah, en Ghobeiry, suburbios del sur de Beirut, Líbano. Foto ReutersLa gente reza en un cementerio dedicado a los combatientes libaneses de Hezbollah, en Ghobeiry, suburbios del sur de Beirut, Líbano. Foto Reuters

Parece que mucho dependerá de la respuesta de Hezbollah. Está previsto que el líder del grupo, Hassan Nasrallah, ofrezca un discurso importante el jueves.

Pero la opinión pública en Israel parece apoyar una estrategia más dura contra Hezbollah.

Un sondeo a finales de agosto realizado por el Israeli Democracy Institute, un centro de estudios de Jerusalén, concluyó que el 67% de los encuestados judíos creían que Israel debía intensificar su respuesta a Hezbollah. Eso incluye al 46% de los encuestados judíos, que creían que Israel debía lanzar una profunda ofensiva contra infraestructura libanesa, y el 21% que quería una respuesta unificada que evitara golpear infraestructura de Hezbollah.

“Hay mucha presión de la sociedad para ir a la guerra y ganar”, dijo Avivi, el general retirado. “A menos que Hezbollah diga mañana, ‘vale, recibimos el mensaje, nos retiramos del sur de Líbano’, la guerra es inminente”.

Una guerra de esa clase casi con certeza sería devastadora para ambos bandos.

Más de 500 personas han muerto en Líbano por ataques israelíes desde el 8 de agosto, la mayoría de ellos combatientes de Hezbollah y otros grupos armados, pero también más de 100 civiles. En el norte de Israel, al menos 23 soldados y 26 civiles han muerto por proyectiles llegados de Líbano.

En 2006, Israel causó graves daños a Líbano durante una guerra de un mes contra Hezbollah que terminó en tablas. Las autoridades israelíes han amenazado con tomar medidas aún más duras y prometen repetir las escenas de destrucción de Gaza en Líbano.

Sin embargo, Hezbollah también ha reforzado su capacidad desde 2006. Hezbollah tiene unos 150.000 cohetes y misiles, se cree que algunos con sistemas guiados que podrían amenazar objetivos sensibles en Israel. También ha desarrollado una flota de drones cada vez más sofisticados.

Hezbollah tiene capacidad para atacar todas las partes de Israel y podría paralizar la vida en el país y desplazar a cientos de miles de israelíes.

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