El mundo estuvo al borde de la catástrofe nuclear el 22 de octubre del 2023. Al menos esta es la versión de la efímera primera ministra británica conservadora, Liz Truss en el libro «Out of the blue” (De la nada).

Según una biografía actualizada de Liz Truss, en Gran Bretaña se celebraron reuniones de crisis debido a la preocupación de que Vladimir Putin estuviera “cerca de desplegar armas nucleares en Ucrania, en octubre de 2022”.

Según el libro Out of the Blue, la ex primera ministra estaba preocupada de que el viento llevara las consecuencias de esas radicaciones a los cielos británicos.

En él se dice que pasó sus últimos días en el cargo estudiando mapas meteorológicos y preparándose para la radiación que llegaría a Gran Bretaña.

La “exquisita” inteligencia estadounidense concluyó que había un 50 por ciento de posibilidades de que Rusia desplegara un arma nuclear táctica en Ucrania o una más grande sobre el Mar Negro.

Truss pasó “numerosas horas estudiando datos meteorológicos satelitales y direcciones del viento”, por temor a que los “patrones meteorológicos erróneos” pudieran tener un “efecto directo sobre Gran Bretaña”, afirma el libro de los periodistas Harry Cole y James Heale.

Un libro nuevo y separado, War, del periodista de Watergate, el norteamericano Bob Woodward, informó que la Casa Blanca creía que había” un 50 por ciento de posibilidades de que Rusia desplegara un arma en el campo de batalla”, basándose en la inteligencia recibida.

Ese mes, Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, dijo que había una «amenaza directa» de que Rusia desplegara armas nucleares, por primera vez desde la crisis de los misiles cubanos de 1962 , «si, de hecho, las cosas continúan por el camino que van».

Ben Wallace, el entonces secretario de Defensa británico y ex oficial de inteligencia, visitó Washington DC para mantener conversaciones en medio de la crisis.También fue a Kiev.

Esto se produce en medio de temores de que Donald Trump, que regresa a la Casa Blanca el 20 de enero, obligue a Ucrania a ceder permanentemente el territorio ocupado por Rusia a cambio de un acuerdo de paz.

Trump ha prometido poner fin al conflicto en Ucrania, que Rusia invadió, el «primer día» de su presidencia. Ha criticado los miles de millones de libras de apoyo financiero a Kiev, otorgados por el presidente Joe Biden.

El presidente electo le dijo a Rusia que no intensificara la guerra en Ucrania, en una llamada telefónica el jueves, informó The Washington Post.

Fuentes también dijeron al periódico que Trump expresó interés en conversaciones de seguimiento para discutir «la resolución de la guerra de Ucrania pronto». Rusia negó que la conversación existiera.

Sir Keir Starmer está dispuesto a instar a Joe Biden a liberar fondos para un préstamo de US$ 20 mil millones (15,5 mil millones de libras) a Ucrania antes de que Trump asuma el cargo cuando se reúnan la próxima semana.

El Primer Ministro está presionando para mantener conversaciones cara a cara con Biden, el presidente saliente de Estados Unidos, cuando ambos asistan a la cumbre del G20 en Brasil.

También se espera que Sir Keir diga que Ucrania finalmente debería recibir permiso para disparar misiles Storm Shadow, de largo alcance, hacia Rusia. Algo a lo que Biden se ha opuesto durante meses.