Tal como había anticipado Clarín respecto de una decisión oficial de no romper totalmente los consensos trabajados en Río de Janeiro, el Gobierno informó este lunes que decidió firmar la declaración de presidentes de la Cumbre del G20, pero que se disociaba de «parcialmente de todo el contenido vinculado a la Agenda 2030».

El primer ramo de olivo tendido por la delegación argentina fue la firma de la Alianza Global contra el hambre y la pobreza propuesta por el anfitrión Lula Da Silva, pese a que el marco de la iniciativa choca de frente con las políticas del gobierno argentino.

«Sea por malicia o ignorancia, la mayoría de los gobiernos modernos han insistido en un error: el error de que para combatir el hambre y la pobreza hace falta mayor intervención estatal y mayor planificación centralizada de la economía», dijo el presidente en una de sus participaciones junto a los otros líderes y que solo se conoció cuando la difundió la Presidencia de la Nación.

Y al criticar la misma creación del G20 y lo ocurrido tras la crisis de la subprime, en 2008, embistió como siempre contra el socialismo y dijo que «cada vez que un Estado tuvo una presencia del 100% en la economía, que no es más que una forma bonita de llamar a la esclavitud, el resultado fue el éxodo tanto de la población como del capital y millones de muertes ya sea por hambre, frío o crimen».

Y aseguro que «siempre que se aplicaron estas ideas tuvo que ser a punta de pistola y levantando muros que le prohibieran a su población escaparse.

Javier Milei participó de dos plenarios, uno de la mañana y otro a la tarde, donde dio discursos y recién después la Oficina del Presidente emitió el comunicado que anunció su decisión de adherir al documento: «Los organismos y foros internacionales como el G-20, se crearon con el espíritu de que todas las naciones involucradas pudieran reunirse para cooperar de forma voluntaria, en calidad de iguales y autónomas, para, entre otras cosas, salvaguardar los derechos básicos de las personas».

Indicó que, a casi 70 años de haberse inaugurado este sistema de cooperación internacional, «llegó la hora de reconocer que este modelo está en crisis, porque desde hace tiempo que está en falta con su propósito original».

Es por ello que, «sin obstaculizar la declaración de los demás líderes, el Presidente Javier Milei ha dejado en claro en su participación del G-20 que no acompaña varios puntos de la declaración, entre ellos; la promoción de la limitación de la libertad de expresión en redes sociales, el esquema de imposición y vulneración de la soberanía de las instituciones de gobernanza global, el trato desigual ante la ley y especialmente, la noción de que una mayor intervención estatal es la forma de luchar contra el hambre«, afirmó el gobierno en un comunicado oficial.

«Cada vez que se intentó combatir el hambre y la pobreza con medidas que incrementaban la presencia del Estado en la economía, el resultado fue el éxodo tanto de la población como del capital, además de millones de muertes de vidas humanas», añadió.

La oficina presidencial aseguró que en el combate contra esos flagelos, «Javier Milei tiene una posición clara: si queremos luchar contra el hambre y erradicar la pobreza, la solución está en correr al Estado del medio«.

«Debemos desregular la actividad económica para liberar el mercado y facilitar el comercio, y que el intercambio voluntario de bienes y servicios sea lo que traiga prosperidad. El capitalismo de libre mercado ya sacó de la pobreza extrema al 90% de la población global y duplicó la expectativa de vida», argumentó el texto.

Milei, que no apoyó el impuesto a los más ricos que Lula da Silva intentó consensuar en esta Cumbre y tampoco la agenda que promueve la identidad de género, dijo que si se trata de «restringir la libertad de opinión» no cuenten con él. Tampoco, si «se trata de transgredir el derecho a propiedad de los individuos a través de impuestos y regulaciones».

En relación a las políticas para atenuar la crisis de medio ambiente, dijo que no cuenten con él para «limitar el derecho de los países a explotar libremente sus recursos naturales». Y tampoco si se trata de «inventar privilegios de sexo, de raza, de clase o cualquier minoría, y negar el principio de igualdad ante la ley».

A las cinco de la mañana de este lunes, el documento final de la cumbre de líderes del G20 que se realiza en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro ya estaba listo, cerrado. Pero la delegación de Javier Milei, que hasta mediados de año no lo cuestionaba, reclamó abrir algunos párrafos por su oposición a la llamada Agenda 2030, a las políticas sobre igualdad de género y al impuesto a los súper ricos que promueve el presidente Lula da Silva.

Milei es visto por muchas delegaciones presentes en Río de Janeiro como la «punta de lanza» del electo presidente Donald Trump.

Milei habló antes del mediodía sobre el tema hambre y pobreza, y volvió a hablar por la tarde. Mientras tanto, se dedicó a postear y repostear mensajes en X, algunos críticos a Lula. Los discursos no se transmitieron. Sólo se vio primero el saludo de Lula a los mandatarios.

Su saludo con el presidente de Brasil y su esposa Janja al entrar al plenario de la Cumbre fue frio y protocolar. Lo hizo con su hermana, con quien habló durante la caminata previa y llevaba en la mano su habitual estuche de anteojos y una carpeta con papeles. Pero es un avance, teniendo en cuenta que nunca se hablaron y que ambos se cruzaron con críticas, actitudes complicadas y hasta insultos.

Si bien la Argentina libertaria viene objetando también compromisos sobre el cambio climático y sobre la presencia del Estado en la lucha contra la pobreza y otras medidas estipuladas en organismos y agencias de Naciones Unidas, el presidente Milei y su hermana Karina estarían siendo más pragmáticos de lo que se cree. El paso de Emmanuel Macron en Buenos Aires «ablandó los corazones», afirman.

Se sabe que Brasil mantuvo en la declaración del G20 su apoyo a la igualdad de género y los impuestos de los multimillonarios, a pesar de la resistencia de Argentina.

En lo que hace al documento final, su redacción está a cargo del sherpa del G20, Federico Pinedo, y ahora a manos del canciller Gerardo Werthein y su equipo integrado en Brasilia por el embajador Daniel Raimondi y en Buenos Aires por los diplomáticos Francisco Tropepi y Ricardo Lachterman.

Milei mantuvo el lunes una reunión bilateral con el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga. Y mañana mantendrá su reunión más importante, con el presidente Xi Jinping, a quien sumará a los ministros Luis Caputo y Gerardo Werthein. El ministro de Economía firmó un memorándum de Entendimiento energético con Brasil este lunes y se sumará a los otros encuentros de Milei, de este martes: con la directora del Fondo Monetario, Kristalina Georgieva, y con el premier de la India, Narenda Modi.