En una triunfal conferencia de prensa en la que informó muy poco sobre como se gestionó la liberación de la periodista italiana Cecilia Sala y el difícil problema del arresto del ingeniero iraní Mohamed Abedini en Milán, por un pedido de extradición de EE.UU. a Italia, la primer ministro italiana Giorgia Meloni se limitó a decir este jueves que hubo una “triangulación diplomática con Estados Unidos e Irán para desbloquear la situación.”

En Italia se vivió este miércoles una jornada de alegría nacional cuando se supo que Cecilia Sala, de 29 años, había sido liberada y estaba regresando a Roma. En la conferencia de prensa, Meloni dijo que vivió una de las mayores satisfacciones de su vida cuando llamó a la madre de Sala y le dijo que su hija había sido liberada y estaba volviendo al país.

La mayor parte de las negociaciones secretas en las que fueron claves las gestiones de los servicios de inteligencia no han sido reveladas. Pero se sabe que hasta el mismo pontífice Francisco intervino y se reunió con el embajador de Irán ante la Santa Sede, Mohammad Hussein Mokhatari a la búsqueda de una salida al caso Sala.

Cecilia estuvo veinte días en una prisión en Teherán, donde se encontraba por entrevistas, para utilizarla como rehén de intercambio en favor del ingeniero iraní arrestado en Milán.

Por un lado consolidó la estrecha alianza conservadora del presidente norteamericano que asumirá el cargo el lunes 20 y la relación personal entre ambos. Por el otro permitió a Meloni contar con la comprensión de Trump para arreglar el caso del ingeniero iraní Abedini, evitando un choque entre EE.UU. e Italia por un evantual rechazo de la extradición.

Más allá de las palabras, los hechos mostraron que Trump también se mostró flexible tanto para evitar un descalabro diplomática con los estrechos aliados italianos, como para tratar indirectamente con Irán a través de las redes de inteligencia que EE.UU. mantiene activas.

Todo funcionó al parecer y Trump cree que su presidencia se consolida también con los gobiernos conservadores europeos y con los otros.

Aún es un misterio saber cómo se ha llegado a un acuerdo con el caso del ingeniero iraní prisionero, que permitió la liberación de Sala. Pero ya parece cierto que no habrá extradición y que al ingeniero acusado de terrorismo por los norteamericanos, abandonará Italia con destino a Suiza (también es ciudadano helvético) o Irán.