Ante 30 mil militares de todo el mundo reunidos en el Vaticano para elJubileo de las Fuerzas Armadas, el papa Francisco, que no pudo dar su homilía personalmente “por dificultades en la respiración”, como advirtió él mismo al pasar el documento que leía a un ayudante, hizo un dramático llamado a que “callen las armas y se escuche el grito de paz».
“Hermanos y hermanas, recemos por la paz. Por la martirizada Ucrania, por Palestina, Israel, Myanmar, todo Oriente Medio, Sudán», enumeró el sumo pontífice, ante una plaza de San Pedro con mucha gente, con los paramentos verdes que usaron todos los celebrantes y que contrastaba con los uniformes militares de los fieles que ocupaban la zona central.
El máximo exponente de la Iglesia Católica brindó un mensaje antibélico. “Que callen las armas en todo el mundo y se escuche el grito de los pueblos, que piden paz”, dijo Francisco tras rezar el Ángelus y bendecir a la multitud.
Aunque no pudo leer la homilía, sí pudo brindar ese mensaje, agradeciendo la presencia de los militares, agentes de seguridad y otros miembros de organismos del orden público de distintas latitudes.
Francisco extendió su saludo “a todos los militares del mundo” y recordó la enseñanza de la Iglesia católica sobre las guerras, recogidas en la constitución apostólica “Gaudium et Spes” de 1975, que fue promulgada al término del Concilio Vaticano II.
Señaló que “los que están al servicio de la patria se hallan en el ejercicio en las fijas del ejército deben considerarse servidores de la seguridad y libertad de los pueblos”, leyó el papa argentino.
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Agregó que “este servicio armado debe ser ejercido solo por legítima defensa, jamás para imponer el dominio sobre otras naciones, siempre observando las convenciones internacionales en materia de conflicto y en el respeto de la vida y de la creación”.
La eucaristía fue celebrada por el cardenal Robert Francis Prevost. El papa siguió la ceremonia sentado en un sillón junto al altar, cerca del celebrante.
Víctima de otra bronquitis -cuadro que sufre y se reitera desde hace años- leyó con dificultad la primera parte de la homilía, hasta que pidió perdón y pasó la lectura del texto al maestro de las celebraciones litúrgicas, el arzobispo Diego Ravelli.
El jubileo de los militares es el segundo gran acto dedicado a un sector determinado del Año Santo del 2025, después del celebrado por las Comunicaciones en el mundo, que tuvo lugar en enero.
En su homilía, pidió a los militares no perder de vista los fines de sus servicios y acciones. “Es decir, promover la vida, salvar la vida, defender la vida, siempre”.
Y agregó, ya en voz de su asistente: “Les pido por favor que vigilen contra la tentación de cultivar un espíritu de guerra para no ser seducidos por el mito de la fuerza y el ruido de las armas”.
También pidió a los militares y fuerzas de seguridad que «vigilen para no contaminarse nunca por el veneno de la propaganda del odio que divide al mundo”, enfatizó.
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La llegada del papa Francisco al Jubileo de las Fuerzas Armadas en el Vaticano, donde no pude leer su homilía por su salud. Foto EFE / Massimo Percossi
El Papa llegó a la plaza en auto, después de una lluvia persistente de la noche de este sábado que se prolongó hasta la madrugada. En cada una de sus breves intervenciones durante el jubileo se le notaba la voz tomada y, como en los últimos días, se lo vio aquejado por sucesivos episodios de tos.
Los 30 mil militares y miembros de las fuerzas del orden y de seguridad reunidos dedicaron la jornada también a atravesar la Puerta Santa, que es la última a la derecha en la majestuosa entrada al edificio de la basílica de San Pedro.
Los italianos formaban obviamente los grupos principales, en total unos 20 mil uniformados. Los otros diez mil provenían de todo el mundo. Por la América Latina había militares de Argentina, Colombia, Brasil, Chile, Ecuador y México.
El ministro del Interior de Colombia, Juan Fernando Cristo, renunció este lunes al cargo para volver a la actividad política de cara a las elecciones de 2026, un día después de que el presidente Gustavo Petro pidiera la renuncia protocolaria a todo su gabinete.
Cristo, que estaba en el cargo desde julio pasado, envió una carta a Petro en la que hace un balance de sus siete meses de gestión y señala que desde el pasado jueves, en plena crisis del gabinete luego de las diferencias que afloraron dos días antes en un polémico consejo de ministros, le había anunciado a Petro su dimisión.
«Como tuve la oportunidad de comentarle personalmente el pasado jueves, he tomado la decisión de dejar el cargo de ministro del Interior para participar sin limitaciones en el debate político e impulsar por fuera del gobierno las ideas arriba mencionadas», señala la carta del funcionario sin precisar sus aspiraciones en las elecciones legislativas y presidenciales del año próximo.
Cristo, del Partido Liberal, propuso el miércoles la renuncia de todo el gabinete por considerarlo «insostenible» tras el consejo de ministros que fue transmitido por televisión y redes sociales y en el que el país pudo ver las hondas diferencias en el equipo de gobierno de Petro.
«Es con esas ideas liberales y reformistas con las que podremos sacar a Colombia adelante. No podemos darnos el lujo de la frustración y arriesgarnos a regresar a un pasado de exclusión política y social que genera violencia», agrega en su carta a Petro.
Divisiones en el gabinete
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Uno de los motivos de discordia fue el nombramiento como nuevo Jefe de Despacho del polémico exembajador Armando Benedetti, un veterano político con procesos por corrupción y denuncias de violencia de género, que sin embargo ha sido defendido por Petro.
La entonces ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Susana Muhamad. Foto EFE
Tras el polémico consejo de ministros del martes, en los días siguientes renunciaron el director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), Jorge Rojas, hombre de confianza del presidente, y el ministro de las Culturas, Juan David Correa.
Luego dejó su cargo la secretaria jurídica de la Presidencia, Paula Robledo, y el domingo dimitió la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, una de las ministras mejor evaluadas del gabinete.
El mismo domingo, Petro pidió en un mensaje en X la renuncia protocolaria a todos sus ministros y otros altos funcionarios del Gobierno con el fin de hacer «algunos cambios en el gabinete para lograr mayor cumplimiento en el programa ordenado por el pueblo».
Gustavo Petro y Armando Benedetti. Foto AFP
«El tiempo que queda de su mandato será definitivo para concretar muchos de los propósitos de gobierno. Para hacerlo en el año y medio que resta de su periodo es esencial priorizar y focalizar los compromisos del programa de gobierno y el Plan Nacional de Desarrollo», agregó Cristo en su carta de renuncia.
A pesar de la crisis en su equipo, Petro viajó anoche a Emiratos Árabes Unidos y Qatar para visitas oficiales y se espera que esté de regreso al país el próximo fin de semana.
El jefe policial
El director de la Policía colombiana, general William René Salamanca, dimitió este lunes en medio de la crisis que vive el Gobierno del presidente Gustavo Petro y será reemplazado en el cargo por el general Carlos Fernando Triana, quien fue comandante de la institución en Bogotá.
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«El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Defensa Nacional, informa a la opinión pública que el Director General de la Policía Nacional, General William René Salamanca Ramírez, ha solicitado su retiro de la institución, decisión que ha sido aceptada«, señaló esa cartera en un comunicado.
El director saliente asumió el cargo en mayo de 2013 y Petro le había ordenado «audacia para cumplir con los objetivos» de cambio que el mandatario buscaba en la institución.
Durante su gestión, Salamanca «lideró estrategias en materia de seguridad ciudadana y lucha contra el crimen organizado trasnacional», agregó el Ministerio de Defensa.
El oficial será reemplazado por el general Triana, que, según el Gobierno, «cuenta con una destacada trayectoria en la institución, en la que ha ocupado importantes cargos operativos y estratégicos en diferentes regiones del país, demostrando liderazgo y capacidad en la gestión de la seguridad pública».