POLITICA
Signos de agotamiento del método libertario
El manual político de Javier Milei tuvo desde el principio una sola página. Bajar la inflación, en un país desquiciado por la suba de precios, le daría un dominio irrefutable de sus rivales, a los que podría dominar sin negociar. Las encuestas le dieron la razón. Un sistema político roto se amoldó al humor social y se dividió entre conversos libertarios, colaboradores sumisos y enemigos impotentes.
Fue lindo mientras duró.
Ante la primera tormenta seria que amenaza el proceso de desinflación, Milei enfrenta el peligro en la soledad a la que lo condena el método que eligió para ejercer el poder. El arrojo que hasta hace unos meses parecía abrirle todas las puertas ahora lo induce a derrotas y contratiempos impensados. La “casta” que se apichonaba ante su empuje se atreve a desafiarlo. Los mercados, a los que creía haber enamorado, lo castigan con dosis ingratas de desconfianza.
La última semana, pródiga en traspiés, avivó en el propio seno del Gobierno la discusión sobre si es necesario un replanteo en los métodos. El fracaso en el Senado que cerró el camino a la Corte para Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, la polémica por el discurso presidencial sobre Malvinas y el fallido viaje relámpago a Palm Beach para buscar una foto con Donald Trump comparten como rasgo común la improvisación, la falta de planeamiento estratégico y la sobreestimación de las capacidades propias. Nada que no se hubiera visto en el caso $LIBRA, en la proclama antiliberal de Davos y en la forma en que se comunicó el acuerdo en ciernes con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Milei terminó 2024 con la promesa de que “a partir de ahora solo vienen buenas noticias” y abrió 2025 con un mensaje en redes en el que auguraba “tiempos felices para la Argentina” porque “lo peor ya pasó”. La perspectiva de una guerra comercial, que se materializó esta semana, enturbió el clima casi desde el mismo momento en que se vislumbró que Trump volvía a la Casa Blanca dispuesto a sacudir el mundo.
Bajo amenaza, el gobierno libertario se mostró decidido a sostener el “ancla política” que significa el dólar planchado y la inflación a la baja. Resiste a fuerza de cepo y de reservas lo que llama “una cruzada devaluadora”, a la espera de que el acuerdo con el FMI devuelva el sosiego. Le toca hacerlo con su minoría parlamentaria, sin aliados permanentes y en el umbral de una sucesión de elecciones planteados como de vida o muerte.
Al menos así las entiende Milei. “Es al revés de lo que muchos dicen: no es que quiera acomodar la economía para ganar, sino que cree que no será posible ordenar definitivamente las variables si primero no muestra fortaleza en las urnas”, traduce un funcionario que entra casi a diario a la Casa Rosada.
La ansiedad financiera llevó a Milei a tirarse el piletazo de viajar a Estados Unidos en busca de una reunión informal con Trump. El episodio completo es un retrato de época. El canciller Gerardo Werthein tenía el martes una cita de alta relevancia en Washington con el secretario de Comercio, Howard Lutnick, en la antesala del anuncio de la nueva política arancelaria de Trump. Y se vio también con el secretario de Estado, Marco Rubio. El objetivo no confesado de esa misión era conseguirle a Milei una bilateral en la Casa Blanca con el presidente de los Estados Unidos. Un gesto con el que se pretendía acelerar el acuerdo con el FMI en las condiciones que necesita el Gobierno y aliviar la presión de los mercados.
A Milei le llegó una oferta alternativa. No había disponibilidad para el Salón Oval, pero podía intentar un encuentro informal si iba a Mar-a-Lago, el club privado-residencia de Trump en Palm Beach donde el jueves (como ocurre casi todas las semanas) se celebraba una gala de recaudación de fondos. El presidente de los Estados Unidos tenía previsto pasar a última hora, antes de irse a dormir.
Solo faltaba encontrar una justificación oficial para la aventura que requería un vuelo de 9 horas por tramo a cargo del maldito Estado. Quiso el destino que el evento en la mansión de Trump consistiera en buscar dinero para una iniciativa en la que está asociada Natalia Denegri, la presentadora argentina radicada en Florida, de excelentes contactos en círculos conservadores de la comunidad latina.
Se trata del proyecto Make America Clean Again (MACA), que promueve acciones de limpieza en ciudades afectadas por desastres climáticos y otras desgracias. Además de Denegri, lo motorizan el pastor de origen salvadoreño Glenn Parada y la organización We Found the Blue, cuya misión es conseguir donaciones para departamentos de policía y para la recolección de basura en condados con necesidades.
Una rápida gestión alumbró de improviso el premio “León de la LIbertad”, que en su primera entrega recayó sobre Milei. Hecho a medida.
El “Ball Room” de Mar-a-Lago era un festival de magnates con aspiraciones sociales, oportunistas a la pesca de contactos para hacer negocios y hasta portadores ocultos de mensajes diplomáticos para Trump. Milei se zambulló en ese ambiente como una celebridad.
Lo que ocurrió después entra en una nebulosa sin explicaciones. Milei recibió un poliedro de acrílico de manos del militar retirado John Rourke y el pastor Parada. Dio un discurso en el que prometió adaptarse a lo que pida Trump en términos comerciales y volvió a su mesa a esperar la cita prometida con el presidente. Pero pasaban las horas y el anfitrión no llegaba. Los miembros de la comitiva argentina –Milei, su hermana Karina, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el canciller Werthein- se fueron en medio de escenas de fastidio con los organizadores. Se enteraron de que Trump se había demorado en una escala anterior por la pinchadura de una rueda del helicóptero presidencial. Y entendieron que la reunión (o sea, la foto) no ocurriría.
Parada expresó su molestia: “Cien por cien estaba planeado –dijo el viernes el hombre que le dio el premio a Milei-. Terminando el evento vi que el Presidente se había ido al hotel. El responsable de llevárselo no estuvo bien. Lo vemos mal. Estaba todo planeado para que se vieran”.
Según su relato, Trump llegó cerca de la medianoche. Otro de los anfitriones lo presentó desde el estrado, pero se armó un tumulto en la puerta y el presidente optó por no entrar al salón y retirarse a sus aposentos. “Si Milei hubiera estado se habrían reunido”, insistió Parada. ¿Realidad o una excusa por haber ofrecido algo que no estaba en sus manos?
El fracaso estaba consumado. Milei se tuvo que conformar con publicar un compilado de fotos en la que los asistentes le pedían selfies. “Como un rockstar”, tuiteó Luis Caputo, testigo de la fiesta en plena turbulencia financiera.
Esas fotos desataron olas inesperadas en países lejanos, como Rumania. Periodistas de ese país descubrieron que entre los fans que posaban con Milei estaba el millonario lobbista rumano Dragos Sprinceana, de aceitados vínculos con el trumpismo. Sospecharon que era un emisario del primer ministro socialdemócrata, Marcel Ciolacu, que el viernes confesó que era cierto. Le había pedido que fuera a Mar-a-Lago a abrir un canal con Trump. El presidente de Estados Unidos apoya en Rumania a un candidato de ultraderecha que fue excluido del proceso electoral por la Justicia. No se sabe el destino de la gestión, pero al menos Ciolacu no tuvo que salir de Bucarest. “Los métodos tradicionales de la diplomacia no alcanzan”, declaró, tras jurar que el enviado no gastó dinero público.
Milei volvió al país con el trozo de acrílico más caro de la historia (solo mover el avión presidencial hasta Palm Beach cuesta al menos 500.000 dólares, según cálculos del mercado aeronáutico). La foto que no pudo ser avivó una pregunta incómoda: ¿tan enrevesada está la negociación con el FMI que el Presidente tiene que volar de urgencia a Estados Unidos a rogarle ayuda a Trump? Y a punto seguido: ¿y cómo hay que entender que el encuentro no haya ocurrido?
La experiencia en Palm Beach expuso aún más la sobreactuación de Milei cuando quiso instalar la idea de que la Argentina había recibido un trato de favor en la masiva imposición de aranceles que anunció el miércoles. Friends will be friends, tuiteó, con un video del clásico de Queen. El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, reforzó el mensaje: “Los aranceles más bajos que impuso EEUU para esta nueva etapa son para Argentina. Gracias Milei”. El 10% adicional que Trump les puso a los productos argentinos es el mismo porcentaje que tendrán los brasileños, los colombianos y los chilenos, cuyos gobiernos representan a la izquierda regional.
El racional de Trump con la Argentina y sus vecinos no parece haber sido la amistad, sino la intención de no arrojar a América Latina a los brazos de China. También dio señales de la preocupación por el rol del gigante asiático el enviado especial de Trump para la región, Mauricio Claver-Carone, cuando dijo que Milei debe abandonar el swap de monedas con China si quiere que salga adelante el acuerdo con el FMI. Sonó a una amenaza exagerada –acaso motivada por el encono del funcionario con parte del staff mileísta– pero provocó escozor en el Ministerio de Economía.
El mal paso internacional se combinó con la derrota en el Senado por los pliegos de Lijo y García-Mansilla. Casi un año de gestiones erráticas, empujones y amenazas terminó con una votación abrumadora contra los dos candidatos. Los senadores kirchneristas y radicales vencieron el miedo de pinchar el sueño de Lijo gracias al decreto que emitió Milei al filo del receso legislativo. Les dio la excusa perfecta para votar contra los pliegos sin descalificar al postulante, de cuya idoneidad profesional y moral solo hablaron cuatro de los legisladores durante el debate.
“Este proceso empezó como un cachetazo”, dijo Eduardo Vischi, el jefe de bloque de la UCR, que intentó hasta el último minuto evitarle la derrota al Gobierno. Sufrió el destino que Milei tiene reservado para los que vienen a ofrecerle el corazón. Al final votó en contra de los dos pliegos. Mauricio Macri había condenado a Lijo y a García-Mansilla cuando ordenó a los suyos dar quórum.
Resignado, el Gobierno solo atinó a “repudiar” el resultado en el Senado y acusar a Macri de votar con el kirchnerismo. Este último es un tabú que empieza a romperse a partir del empeño que ponen los libertarios en destratar a quienes ofrecen ayuda.
Macri deja de lado cada vez más la diplomacia para referirse a Milei y los suyos, a quienes acusa abiertamente de estar afectando la economía por su forma de comportarse. Se puso el hombro la campaña del Pro para las elecciones del 18 de mayo, que concibe como un test de supervivencia para el partido amarillo.
El Gobierno respondió al convite con la lógica de riesgo que es su marca registrada. Al postular al portavoz presidencial Manuel Adorni, Milei nacionaliza una disputa distrital y se expone a un mini plebiscito personal. Espera tener listo el acuerdo con el FMI y superado el bache económico antes de la votación. ¿Lo conseguirá? Y si la respuesta fuera no, ¿cuánto ruido puede sumar al barullo económico que el ensayo salga mal?
Otra vez el nudo de la política y la economía. Milei y Caputo se desviven porque el riesgo país salga de la zona roja (este viernes se acercó por primera vez en seis meses a los 1000 puntos básicos) y por frenar la pérdida de reservas. La escalada proteccionista a nivel global trastoca los planes de un gobierno que pregona liberalismo, pero mantiene como “seguro político” un régimen cambiario intervencionista y una política monetaria distorsionada.
Milei, con números de aprobación social todavía altos, se enfrenta al dilema de seguir por el camino que lo llevó al éxito o cambiar de receta para un mundo en transformación. Él, que tanto celebró el triunfo de Trump, descubre el incordio de las plegarias atendidas.
La tempestad que desató la nueva política arancelaria de Estados Unidos golpea con especial fuerza a países con fragilidades estructurales, como la Argentina. Milei todavía espera una mano del “amigo” del Norte, a quien le dedicó elogios como ningún otro líder internacional.
Hasta ahora la política de Friends will be friends no trajo los éxitos esperados. Pero -presión para Werthein, canciller en capilla- el Gobierno no se resigna e insiste con acordar cuanto antes una bilateral en la Casa Blanca. La vigencia del gran Freddy Mercury está fuera de discusión: Show must go on.
POLITICA
Ganadores, perdedores y sorpresas de las elecciones en Misiones que deja señales para el escenario nacional

La elección en Misiones de este domingo fue otro hito en tendencias que se viene dando en los comicios adelantados provinciales. El primero: que hay un desinterés social por las elecciones que se traduce en baja participación. El segundo: que los oficialismos se imponen. La única excepción fue la ciudad de Buenos Aires.
En la tierra colorada votó apenas el 50% del padrón. El nivel es inferior al 59% que se registró en 2021 (con la pandemia aún activa) durante la votación similar a la del último domingo: renovación parcial de la Legislatura provincial. Está lejos del 70% que se dio en la elección para gobernador e intendentes en 2023 y del 78% del 2017, cuando las provinciales se hicieron en forma concomitante con las legislativas nacionales.
Pese a esas condiciones, el Frente Renovador de la Concordia logró sus tres objetivos básicos. Uno: ganó la elección. Dos: conservaría quórum propio y mayoría en la Legislatura, según los primeros datos oficiales. Es que la distribución de bancas lo dejaría con 6 ó 7 de los 20 lugares en pugna. Eso se definirá en el escrutinio definitivo y por aplicación del sistema D’Hont.
Estas bancas se agregarían a las 14 que conserva, a lo que habría que sumar el reacomodamiento político post asunción de cargos. Esto se traduce en la tercera de las metas: el mandatario Hugo Passalacqua no tendrá comprometida la gobernabilidad.
En la Renovación misionera evalúan que el resultado de las urnas es una victoria del proyecto provincialista por sobre los intentos de nacionalizar la puja electoral. Lo cierto es que, para presentar una cara renovada, tuvieron que apelar al “blend”, nombre que eligieron a fin de describir la combinación de referentes propios en las listas con personas ligadas al espectro libertario.
De igual manera, la fórmula sigue funcionando a pesar del desgaste que genera 25 años ininterrumpidos en el poder.
La Libertad Avanza sigue avanzando
El partido del presidente Javier Milei tildó una casilla de aprobado en Misiones. Se convirtió en la segunda fuerza de la provincia, hito que sólo había logrado la alianza Cambiemos/Juntos por el Cambio durante su efímera existencia.
Esto le permitirá ubicar representantes propios en la Legislatura. Serán entre 4 y 5. Antes de la votación, los referentes de LLA estimaban que podrían sacar 2 o 3 en una mala elección y 7 en una excelente. Estarían más cerca del techo que del piso.
El segundo lugar es también un triunfo político. El sello oficial ganó aun sin tener el color violeta en el cuarto oscuro. Es que todas las boletas en Misiones son blanco y negro. Con la premisa “(Diego) Hartfield es Milei”, lograron fidelizar el voto libertario y evitaron que se diluya entre segundas marcas. De allí la caída de Martín Arjol, el diputado nacional “radical con peluca” que armó una propuesta libertaria blue. Terminó afectado por el mismo virus que Ramiro Marra en Buenos Aires: entre el original y la copia, la gente elige el original.
Ahora, LLA misionera deberá prepararse para afrontar el aluvión de dirigencia que quedó huérfana y que buscará cobijo en el partido del Presidente. Las previsiones ya están hechas.
En el plano local, los principales referentes libertarios de la tierra colorada tienen un pliego de condiciones para abrir la puerta: que se pinten de violeta y se afilien a LLA y que vayan al último lugar de la cola.
En lo nacional, la decisión de dejar o no el paso abierto de cara a los comicios de octubre quedará en manos de la presidenta del partido, Karina Milei.
El Presidente dijo que su objetivo era pintar de violeta la Argentina. En Misiones dio varias pinceladas en ese sentido.
Sorpresas
La elección misionera trajo algunos datos que, al observador externo, le dejan la boca abierta.
Ramón Amarilla, un ex policía preso que hizo campaña con videos en redes sociales desde la cárcel logró ubicarse en el tercer lugar de la elección, con cerca del 20% de los votos. Esto le permitiría llegar a una banca en la Legislatura. Para que se concrete, habrá que aguardar que el Tribunal Electoral decida si le otorga o no el título de diputado.
Amarilla fue el líder de la revuelta policial de mayo de 2024 que puso en vilo al Gobierno provincial. Meses después, intentó encabezar una réplica, pero fue detenido y puesto en prisión preventiva.
Atraído por su figura, Miguel Núñez, un ex referente del PRO, lo motivó para encabezar la lista de su partido “Por la vida y los valores”. Como dato curioso, Amarilla se impuso en Cerro Azul. En esa pequeña localidad está ubicada la Unidad Penal VIII en la que está detenido.
Otro dato sorpresivo fue la elección que hizo Héctor “Cacho” Bárbaro con su Partido Agrario y Social. Exdiputado nacional del Frente de Todos entre 2019 y 2023, este dirigente rural, productor de yerba mate y tabaco, quedó ubicado en un cuarto lugar expectante que le permitirá lograr una banca y tal vez competir por otra.
Derrotas
En la cuenta de los fracasos de la jornada hay que listar a la aventura de Arjol. El “radical con peluca” pretendió subirse por el último vagón al tren violeta a través del Partido Libertario. Pero se quedó en el andén. El quinto lugar está lejos de los resultados que obtuvo como figura emergente en 2021, cuando ganó la elección legislativa nacional, e incluso en 2023 al encabezar como candidato a gobernador la propuesta de Juntos por el Cambio.
A la UCR oficial le fue peor. La alianza que realizó con lo que queda del PRO y la Coalición Cívica terminó incluso por detrás de Arjol. La confluencia, que se llamó “Unidos por el Futuro”, cayó en votos, prestigio y cantidad de bancas en comparación con JxC, la denominación con la que habían logrado los lugares en la Legislatura que ahora perdieron.
Al peronismo le fue incluso peor. Por decisión de Cristina Kirchner, el partido está intervenido. Los normalizadores sacaron el sello PJ del Frente Renovador. No querían quedar pegados con el acercamiento del FRC a la Casa Rosada, pero no lograron presentar lista provincial y terminaron apoyando a una alianza, Confluencia Popular, que quedó englobada en la categoría “otros” en el conteo. Los datos oficiales parciales lo ubican con menos de 1% de los votos.
POLITICA
Ramón Amarilla, el expolicía detenido sin condena que llega a una banca en la Legislatura de Misiones

De acuerdo con los primeros datos oficiales, la lista encabezada por Ramón Amarilla, “Por la vida y los valores”, se quedaba en las elecciones de este domingo con el 12,79% de los votos y con la posibilidad de ingresar a la Legislatura de Misiones. El dato llamativo es que el candidato en cuestión está detenido, acusado de “sedición y conspiración” contra el Gobierno provincial.
Con el 55% de los votos escrutado hasta la medianoche del domingo, la nómina del suboficial retirado se ubicaba en el tercer lugar, después de la Libertad Avanza, que obtuvo el 20,7% y del Frente Renovador, que se ubicó primero con el 30,3%. Con el porcentaje obtenido, sería la primera vez en la provincia que una persona detenida se presenta a elecciones y logra acceder a una banca, además de las otras tres que puede alcanzar su espacio.
Incluso un vocero de su espacio, Germán Palavecino, destacó que el candidato hizo «una muy buena elección» y remarcó el triunfo obtenido en las 25 mesas de la localidad de Garupá. Al respecto, dijo a la prensa local que según sus cómputos estaban “Ramón primero, Renovación segunda y LLA tercera, en Garupá”.
Amarilla, señalado como uno de los líderes de los levantamientos policiales ocurridos a principios del 2024 en reclamo de mejoras salariales, está preso desde septiembre en la Unidad Penal VIII de Cerro Azul, donde cumple prisión preventiva.
Su postulación había sido impugnada por el fiscal electoral Flavio Marino Morchio, quien es primo del gobernador justicialista Hugo Passlaqcua, debido al proceso judicial que enfrenta pero el Tribunal Electoral de Misiones la oficializó y permitió su participación electoral.
La incursión en la política del agente fue impulsada por el diputado del Pro Miguel Núñez – a quien luego apartaron del macrismo- y anunciada por el mismo expolicía desde la unidad penitenciaria en la que transcurre sus días.
Como contó Clarín, la causa que involucró a Amarilla y a otros siete policías se inició a partir de la denuncia de un oficial “arrepentido” que filtró una serie de supuestos mensajes que los oficiales intercambiaron en un grupo de WhatsApp denominado “Sólo cola”. En ese espacio virtual, presuntamente planificaban generar incendios en la periferia de Posadas para luego apropiarse de las autobombas y patrulleros.
La idea, según la parte acusadora, era forzar al gobierno provincial «a mantener la amnistía» para todos los policías que se habían auto acuartelado en mayo del año pasado en medio de las protestas en contra de la administración de gobierno.
En reiteradas oportunidades, Amarilla negó las acusaciones en su contras y aseguró que, en realidad, el proceso judicial era parte de una persecución por haberse puesto al frente del reclamo de la fuerza de seguridad.
POLITICA
Solo en Off | No pudo con Milei, pero la Iglesia apeló a los “dos papas” para defender a la prensa

Antes y después de su encuentro con el Papa León XIV, el presidente Javier Milei la emprendió contra la prensa y no perdonó a los periodistas ni siquiera en su día. “Feliz día, mandriles”, les deseó, sin amor, el sábado, a través de las redes sociales. Ya en España, complementó esa postura confrontativa con nuevos epítetos a los “periodistas corruptos”.
Unas horas antes del encuentro presidencial con el Papa en el Vaticano, y a través de sus distintos referentes, la Iglesia difundió una postura totalmente diferente, defendiendo y destacando la labor de los hombres y mujeres de prensa, a quienes Milei propone “odiar más”.
En una misa organizada el viernes por el club Gente de Prensa, en la antigua Iglesia Santa Catalina de Siena, el cardenal Mario Poli hizo suyas las palabras del Papa y de su antecesor Francisco, a quien sucediera como arzobispo de Buenos Aires, desde 2013 y por espacio de una década.
“Desarmemos la comunicación de cualquier prejuicio, rencor, fanatismo y odio; purifiquémosla de la agresividad”, dijo Poli, al leer un mensaje de Francisco, tomado a su vez por el actual Papa el 12 de mayo pasado en un encuentro con medios de comunicación.
En otro tramo de su homilía, Poli recordó que Francisco, a fines de enero, había dejado un mensaje en el que criticaba las “guerras verbales en las redes sociales”, espacio donde alertó que “amenaza con prevalecer el paradigma de la competencia, de la contraposición, de la voluntad de dominio y posesión, de manipulación de la opinión pública”.
Cuando culminó la ceremonia, y en un breve encuentro con la prensa, Poli eludió dar nombres propios, pero dejó un par de reflexiones que hicieron aún más clara su postura. “El Papa invita a construir la paz, ustedes los periodistas son bastante hábiles como para hacer un itinerario de paz, y no responder de la misma manera”, dijo el cardenal cuando lo consultaron por los ataques de Milei y muchos libertarios hacia la prensa.
“Confío en la habilidad y genialidad de los periodistas, para sobrevolar toda violencia y agresión, no responder con la misma moneda”, sostuvo el religioso. No hizo falta ninguna acotación adicional, y la foto de los periodistas, sonrientes luego de la misa, tampoco necesitó subtitulado.
Su reconocida e inconfundible figura, con el pelo blanco revuelto y su andar confiado y sonriente, revolucionó la Casa Rosada y sus alrededores.
En la mañana del miércoles, mientras el Congreso quedaba vallado a la espera de una masiva manifestación de protesta y aumento de las jubilaciones, Guillermo Coppola firmaba autógrafos y se sacaba fotos antes de ingresar al despacho del jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
La razón de su visita, según Coppola, fue asegurarse la cesión del edificio gubernamental para la filmación de la segunda temporada de la serie sobre la vida del manager de Diego Maradona, protagonizada por el actor Juan Minujín.
Al salir, el empresario repartió besos y abrazos a empleados y periodistas, criticó la serie sobre Maradona, afirmó que “cree en la Justicia” y confirmó que su interlocutor había sido Francos, con quien lo une una “larga amistad”. El motivo central de la visita, sin embargo, habría sido otro: Cóppola le acercó a Francos una propuesta de inversión en el rubro alimenticio.
En tiempos de gobierno libertario, al eterno gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, le toca –otra vez– tener un vínculo frío y distante con la Casa Rosada.
Y en esa guerra pareciera estar casi todo permitido, incluso el desafío de dirigentes que, hasta hace poco, respondían sin chistar a sus mandatos, y que hoy se muestran pintados de violeta.
Es el caso de Atilio Basualdo, intendente de la pequeña pero emblemática localidad de Las Lomitas, donde alguna vez estuvo preso Carlos Menem.
Menos estridente que el senador Francisco Paoltroni, hoy embarcado en “liberar” Formosa con la ayuda de la vicepresidenta Victoria Villarruel, Basualdo aún tiene en su cuenta de Instagram las imágenes de campaña junto a Insfrán, festejando su triunfo y llegada a la intendencia en 2023. “Intendente de Las Lomitas. Candidato a convencional constituyente por La Libertad Avanza”, se define por estas horas el exhombre de Insfrán, a quien considera “dictador” desde que, según denunció, fuerzas parapoliciales intentaron “asesinarlo” en un viaje a Paraguay.
Hiperactivo como en sus épocas de funcionario, Sergio Massa está otra vez en el ruedo, con una agenda de reuniones previstas antes de decidir si será o no candidato del kirchnerismo en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre.
A la vez, el tigrense acelera la reescritura de su libro, La Argentina que quiero, que estaba listo para publicarse en agosto pasado, cuando surgió un imprevisto: la fuerte denuncia de maltrato y violencia de género de la ex primera dama Fabiola Yañez contra su marido, el expresidente Alberto Fernández.
Cuentan desde la edición del libro, en el que colaboraría el escritor Juan José Becerra a modo de ghostwriter, que todo estaba listo, incluso el diseño de la tapa del ejemplar, cuando la denuncia obligó a frenar su salida, a riesgo de quedar descolocados con lo que allí se decía.
La versión final, confiaron desde el búnker de Retiro, tendrá sólo dos capítulos dedicados a la gestión de Massa en el gobierno kirchnerista, y que el resto “va a estar dedicado al futuro”. Como ya recibió el anticipo de la editorial, Massa se propuso terminar el libro en febrero próximo, ya con el resultado puesto en provincia.
Fiel soldado de Karina Milei, y en tándem permanente con su primo Eduardo “Lule” Menem, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, disfruta de la cercanía del poder, tanto que algún periodista afín sumó esta semana su nombre a los candidatos a presidente libertarios en el hoy lejano 2031.
Donde no parece tener todo controlado es en el vínculo con los profesionales que integran el círculo de periodistas del Congreso, quienes decidieron –en respuesta a medidas de control y cercenamiento de espacios para realizar tareas– dejar sus espacios vacíos en el brindis por el Día del Periodista, previsto para hoy en la Cámara baja.
Cuentan desde la sala de prensa que, en el debate interno, se barajaba la posibilidad de “dar libertad de acción” para que cada periodista decidiera si concurría o no a la celebración, aunque finalmente se tomó la decisión de no aceptar el convite, al menos en lo que refiere a los miembros del círculo.
La prohibición de utilizar los palcos de prensa durante la Asamblea Legislativa, las dificultades para cubrir reuniones de comisión o muy concurridas, aparecen entre las razones del plantón anunciado.
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