ECONOMIA
Expertos advierten que shock externo amenza la reducción del riesgo país y aleja vuelta a mercado internacional

El riego país tocó el martes un máximo de1.009 puntos durante la rueda, en medio de la escalada de la guerra comercial. Finalmente cerró en 978 puntos, tras conocerse que el directorio del FMI se reunirá el viernes para tratar el acuerdo con la Argentina. Este miércoles abrió a 980 puntos, día en que el Trump anunció una pausa a los aranceles de decenas de países, pero los aumentó a 125% para China.
Con estos números, el riesgo país se encuentra en el mayor nivel desde fines de octubre de 2024. Luego de haber alcanzado un mínimo de 560 puntos el 9 de enero de este año, empezó a subir gradualmente, y aceleró la tendencia alcista en los últimos días, en medio del clima internacional más adverso por la política aranceleria del Presidente de Estados Unidos y la incertidumbre por el futuro esquema cambiario que surja del acuerdo con el FMI.
Los analistas advierten que el shock externo amenaza el sendero de reducción del riesgo país, a la vez que alejó la posibilidad de Argentina de regresar al mercado financiero internacional, por lo cual plantean que es clave cerrar el acuerdo con el Fondo para reforzar las reservas del BCRA, que esta semana perforaron los u$s25.000 millones, y poder cumplir con los compromisos financieros. En ese sentido, es crucial el monto del desembolso inicial y el esquema cambiario que contemple el nuevo acuerdo.
Riesgo país: los factores por los que superó los 1.000 puntos
Roberto Geretto, Head Portfolio Manager de Adcap, señaló a iProfesional que «el actual nivel de riesgo país refleja la incertidumbre respecto a la macro Argentina, donde a las dudas sobre el programa con el FMI se suma el mal clima global«.
«Este nivel muestra las dudas de los inversores sobre la economía del país, a la cual le cuesta acumular reservas, y donde también en medio de un ordenamiento macroeconómico, FMI mediante, se desata un mal clima global», alegó.
Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, explicó que la guerra comercial internacional originó un «fly to quality (vuelo a la calidad) hacia activos de resguardo como los bonos del Tesoro americano y el abandono de posiciones en títulos de mercados emergentes como Argentina hace que el riesgo país escale».
El analista financiero Gustavo Ber concordó que «la ampliación del riesgo país se explica por la aversión al riesgo global, que viene generado una fuerte presión vendedora, especialmente sobre aquellos activos que más habían subido previamente, entre ellos las acciones y bonos locales». Y acotó que a eso se suma «a nivel doméstico, la expectativa que despierta el acuerdo con el FMI en relación al desembolso inicial y el régimen cambiario».
A su vez, Eliana Scialabba, Directora Ejecutiva del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI) afirmó: «El riesgo país superó los 1.000 puntos por una combinación de factores. Por un lado, el contexto global no ayuda, con tasas altas en EE.UU., los aranceles, y menos apetito por riesgo. Pero también hay motivos locales: la falta de un acuerdo con el FMI, incertidumbre sobre el rumbo económico y dudas sobre si el ajuste es sostenible generan desconfianza».
Eric Ritondale, economista jefe de PUENTE sostuvo que la suba reciente en el riesgo país «se explica puramente por factores externos, puntualmente por el deterioro en las condiciones financieras globales tras el recrudecimiento de la guerra comercial, que desató un sell-off en toda la clase de activos y está llevando a un repricing general que no termino ni se vislumbra lo haga a corto plazo».
Isaías Marini, analista de ONE816, planteó que «si bien hay causas locales por las cuales viene ajustando al alza el riesgo país, en la última semana fue fundamentalmente por el factor internacional pero pone de manifiesto que las condiciones macroeconómicas argentinas no son óptimas en lo que refiere al mercado cambiario con una posición de reservas muy débil que empeora con las ventas diarias del BCRA tanto en el MULC como interviniendo en la brecha cambiaria».
Por su parte, Isabel Botta, Product Manager en Balanz dijo que «el riesgo país superó los 1.000 puntos y refleja una combinación de factores externos e internos»
«Por un lado, el aumento del rendimiento de los bonos del Tesoro de EE.UU. eleva la tasa base y encarece el financiamiento para países emergentes. Por otro, la intención del Gobierno de levantar controles cambiarios vuelve a la economía más expuesta a shocks internacionales. A esto se suma la falta de definiciones claras sobre un nuevo acuerdo con el FMI, que genera incertidumbre adicional.Mientras no haya definiciones sobre el acuerdo con el FMI es probable que el riesgo país se mantenga elevado», vaticinó.
Las claves del acuerdo con entre Luis Caputo y el FMI
Los analistas de Facimex Valores advirtieron que «el nuevo escenario internacional amenaza la compresión del riesgo país y representa el mayor desafío para el programa económico del Gobierno», lo cual «hace que acelerar el cierre del acuerdo con el FMI sea clave». Y es que recalcaron que «el programa necesita que Argentina recupere el acceso al mercado y deje de pagar vencimientos con reservas».
En sintonía, la consultora Eco Go sostuvo que «un mundo más incierto aleja al Gobierno del acceso a los mercados». Y aseveró: «Esto hace cada vez más necesario el acuerdo con el FMI. El Gobierno tiene depósitos en dólares por u$s1.926 millones. Con ello cubre los pagos por intereses por u$s1.270 millones hasta mediados de junio, mayormente con organismos internacionales. Pero todavía falta para completar el pago con privados de julio, que alcanza a u$s2.379 millones de amortización y u$s1.228 millones por intereses».
En este marco, Ritondale destacó que «es clave el tipo de acuerdo con el FMI que cierre Argentina, dependiendo de qué tan agresivo sea en materia de desembolsos y normalización del mercado cambiario, tanto para amortiguar el shock externo como para empujar una compresión del riesgo país».
Riesgo país: ¿qué rumbo esperan tras acuerdo con FMI?
En Facimex aseguraron que «un nuevo acuerdo con el FMI «mejoraría la posición de reservas aliviando la presión sobre el riesgo país, aunque la dinámica de la deuda de Argentina en las próximas semanas dependerá principalmente de la evolución del contexto global».
Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, sostuvo que «si se cierra el acuerdo eso va a dar más previsibilidad, te va a permitir hacer los pagos de corto plazo, con lo cual debería bajar el riesgo país».
Por su parte, Ber estimó que en «este convulsionado contexto externo, un acuerdo con el FMI que deje una positiva lectura podría achicar el riesgo país a corto plazo hacia la zona de los 750 puntos».
Asimismo, Scialabba proyectó que «con un buen acuerdo con el FMI, el riesgo podría bajar un poco, quizás a 800-900 puntos, pero seguiría alto» dado el escenario externo más adverso.
En sintonía, la economista Natalia Motyl esgrimió que «si bien el ingreso de dólares por parte del FMI puede reducir momentáneamente la volatilidad del mercado, no soluciona el problema de fondo, ya que hoy, gran parte de lo que está ocurriendo responde principalmente a la guerra comercial».
«Por eso, no creo que el riesgo país caiga significativamente tras la llegada de esos fondos,puede ser que caiga pero no mucho más por debajo de los 900 puntos», auguró.
Botta enfatizó que «se espera que el viernes se trate el nuevo acuerdo con el FMI, con versiones que indican que el Gobierno buscaría un desembolso inicial del 60% del total -unos u$s12.000 millones- cuando hasta ahora se esperaba un 40% (unos 8.000 millones de dólares), lo cual debería ser positivo para el mercado, reduciendo el riesgo país».
«La evolución del conflicto comercial y la definición del acuerdo con el FMI serán claves para ver cómo reaccionan los mercados y qué dirección toma el riesgo país»´.
¿Cuándo podrá Argentina volver al mercado internacional?
Los analistas de Facimex juzgaron que ante el contexto internacional «hoy luce menos probable que se cumpla nuestra expectativa de que Argentina recupere el acceso al mercado en julio para financiar los vencimientos de capital» ya que «con la tasa de Estados Unidos a 10 años en 4,2% se necesitaría un riesgo país en zona de 550 puntos para colocar a un dígito».
De igual visión, Gustavo Neffa, director de Research for Traders, alegó que «en este contexto internacional no creo que Argentina pueda colocar deuda en julio, habrá que esperar que se calme el mercado internacional que tiene para un par de meses de volatilidad».
«Para poder salir al mercado de deuda internacional, el riesgo país tendría que converger a 500- 550 puntos básicos y no creo que lo pueda hacer dentro de este semestre«, estimó.
Para Geretto «es poco probable que Argentina regrese al mercado internacional de deuda este año, básicamente porque el programa con el FMI debe implementarse y ser exitoso».
«Recién el año próximo si es que la macro se termina de acomodar, el Gobierno sortea bien las elecciones, y se sale del cepo es posible regresar a los mercados», evaluó.
Menescaldi argumentó que «poder acceder a nuevo crédito» en el mercado internacional» va a depender de la cantidad de dólares que consigas y, sobre todo, de qué esquema cambiario vas a poner; en base a eso, vas a saber si podes volver acceder al mercado o no».
«En el corto plazo no creo que pueda volver a acceder al mercado internacional. Habrá que esperar a 2026. Y para poder acceder creo que deberías liberar el cepo», opinó.
Maximiliano Ramírez, socio de Lambda Consultores también consideró que «será complicado que este año puedan volver al mercado financiero internacional, no es posible con esta volatilidad que hay hoy poder regresar en el corto plazo, tenes que estar con un riesgo país en torno a 300-350 puntos y esta guerra comercial se va a extender»
«Para alcanzar ese riesgo país implica que vengan los dólares del acuerdo con el FMI, que logres estabilidad y que el mundo esté calmo,son muchas variables para tener en cuenta para una salida al mercado».
Con igual mirada, Motyl señaló que «la posibilidad de que Argentina recupere el acceso a los mercados internacionales dependerá en gran medida de la eliminación del cepo cambiario».
A su criterio, el retorno a la plaza internacional «lo más probable es que sea después de las elecciones» ya que cree que «una salida del cepo podría materializarse recién hacia 2026».
Scialabba coincidió en que «el contexto internacional no acompaña y Argentina todavía tiene que ordenar muchas cosas, quizás en 2026, si el Gobierno muestra resultados consistentes».
Ber consideró que «estos niveles de riesgo país podrían retrasar el regreso a los mercados internacionales, posiblemente hacia el primer trimestre del 2026, y requerir de mayores esfuerzos macro en busca de mejorar el sentimiento de los inversores».
En sintonía, el economista Federico Glustein aseguró que por el impacto del shock externo «se alejo la posibilidad de volver a la plaza internacional, yo lo veo más cercano para 2026, creo que por cómo van a quedar los mercados dañados en confianza. Y el riesgo pais va a bajar con el acuerdo con e FMI probablemente a los 700 puntos».
Marini dijo que «el mercado va a estar atento a los detalles de la política cambiaria que salgan del acuerdo con el FMI, lo que puede llegar a mejorar las expectativas de mediano plazo, pero difícilmente dado este shock internacional Argentina pueda este lista para salir de corto plazo a tomar deuda , aunque subrayó que el marregresartampoco ve probable el regreso a la plaza internacional en en el corto plazo.
Asimismo, Botta afirmó que «en este escenario, la vuelta de Argentina al mercado internacional de deuda parece no tan conveniente en el corto plazo; para que eso ocurra, primero deberían darse algunos pasos previos, como la eliminación de los controles cambiarios».
Para Fernando Baer, economista jefe de Quantum Finanzas, para volver al mercado internacional «el riesgo país debería comprimir mucho, a niveles de 300 a 400 puntos básicos, y hoy luce complejo».
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ECONOMIA
Fin del antidumping a termos: cómo puede impactar en los precios de los productos Stanley

Luego de más de dos décadas de vigencia, el Gobierno nacional resolvió eliminar los aranceles antidumping aplicados a la importación de termos y recipientes isotérmicos de origen chino. La medida, establecida originalmente en 2001, tenía como objetivo evitar la entrada al país de productos a precios inferiores a los de mercado. Esta decisión fue oficializada a través de la Resolución 835/2025 publicada en el Boletín Oficial.
La resolución se basa en un informe técnico elaborado por la Comisión Nacional de Comercio Exterior (CNCE), organismo dependiente del Ministerio de Economía. En el documento, la CNCE reconoció la existencia de márgenes de dumping en la importación de termos procedentes de China, tanto en productos con ampolla de acero inoxidable como en los de ampolla de vidrio. Sin embargo, concluyó que la protección implementada durante más de dos décadas no generó mejoras sustanciales en la industria local.
El análisis de la CNCE determinó que los márgenes de dumping para los termos con ampolla de acero inoxidable alcanzaron el 85,35%, mientras que en los de ampolla de vidrio llegaron al 70,78%. A pesar de estas cifras, la Comisión evaluó que la imposición de derechos no logró fortalecer a los fabricantes nacionales, y que, incluso con la continuidad de las medidas, no se espera una reversión en la situación del sector.
Además, el informe incluyó datos de exportaciones chinas hacia otros mercados, como Perú, donde los márgenes de dumping fueron incluso más elevados: 384,67% para productos de acero inoxidable y 354,78% para los de vidrio. Estos antecedentes fueron considerados por la CNCE como indicativos de una alta probabilidad de recurrencia del dumping si se levantaban las restricciones.
Qué cambia con el fin del antidumping a termos chinos
La medida había sido prorrogada en tres ocasiones desde su implementación inicial. En el caso de los termos con ampolla de vidrio, los derechos antidumping regían desde octubre de 2001; mientras que para los de acero inoxidable, desde enero de 2004. Con la eliminación dispuesta ahora, la protección a la industria nacional se mantuvo vigente por entre 21 y 23 años, dependiendo del tipo de producto.
La solicitud de revisión había sido presentada por la empresa argentina Lumilagro, principal fabricante local de termos. Según la CNCE, durante el último período analizado se registraron caídas significativas en diversos indicadores de desempeño de la industria nacional. Entre ellos, una baja del 26,5% en la producción, del 32% en las ventas internas y del 31% en el empleo. También se observaron aumentos en los niveles de inventario y una reducción en la utilización de la capacidad instalada, que pasó del 51% en 2021 al 21% en 2024.
El informe técnico también destacó un cambio en la composición del consumo de termos en el mercado argentino. Según la CNCE, se produjo un desplazamiento desde los modelos tradicionales de vidrio hacia los de acero inoxidable. A esto se sumó el crecimiento de la demanda de otros productos isotérmicos del mismo material, como botellas, vasos y mates. La empresa nacional no participa en estos segmentos, lo que limitó su capacidad de adaptación a las nuevas preferencias del mercado.
Respecto al posible impacto de la eliminación de los derechos, fuentes oficiales señalaron que se espera una reducción en los precios de venta al público, alineándolos con los valores vigentes en otros países de la región. Sin embargo, en el caso de los productos de marcas internacionales, como Stanley, fuentes del sector privado indicaron que no habría un efecto directo.
Precios de los termos Stanley: qué puede pasar tras la eliminación de aranceles
Según explicaron desde el sector, la mayoría de estos artículos corresponde a líneas de mayor peso y calidad, no alcanzadas por las medidas antidumping previas. Consultados sobre esta cuestión, representantes del sector comercial sostuvieron que los precios podrían disminuir si se igualaran los aranceles con los aplicados en el régimen de compras puerta a puerta. De todas formas, desde el Gobierno estiman que una mayor competencia en el mercado podría generar una presión a la baja en los precios, incluso para las marcas más demandadas.
Por otra parte, la CNCE señaló en su informe que, más allá de la protección prolongada, la industria local no logró capitalizar las oportunidades del mercado. La participación de la empresa nacional en el consumo aparente de termos de acero inoxidable apenas pasó del 15% al 17% entre 2018 y 2023, mientras que el tamaño del mercado aumentó un 120% en ese mismo período.
Asimismo, se indicó que la capacidad de producción instalada no fue suficiente para satisfacer la demanda durante gran parte del tiempo analizado. En este sentido, el organismo consideró que la limitada respuesta de la producción nacional no estaría directamente relacionada con la competencia de productos importados.
La evaluación técnica concluyó que la falta de mejoras en el desempeño sectorial durante un período extenso de medidas restrictivas indicaría que la continuidad de los derechos antidumping no resulta conveniente.
Transformación del consumo y desempeño de la industria nacional
Por último, el informe identificó una transformación en la percepción social de estos productos. De acuerdo con la CNCE, los termos dejaron de ser vistos exclusivamente como artículos utilitarios para convertirse, en su gama más alta, en objetos de deseo y de posicionamiento. Esta reconfiguración del consumo no fue acompañada por una estrategia de diversificación productiva que permitiera a la industria local adaptarse a la nueva demanda.
Con la publicación de la Resolución 835/2025, la eliminación de los aranceles antidumping quedó formalizada. La decisión marca el cierre de una etapa de más de dos décadas de protección arancelaria a la industria local de termos y recipientes isotérmicos frente a productos importados desde China.
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ECONOMIA
Dólar: el rango de precios que prevé el mercado para julio, con efecto aguinaldo y menor empuje del agro

Desde el inicio del nuevo esquema cambiario de bandas de flotación, a mediados de abril, el tipo de cambio mayorista, que es la referencia del mercado, tuvo una suba inicial hasta los $1.198 y luego operó con cierta volatilidad en los últimos dos meses y medio. De cara al mes de julio, el mercado prevé que la cotización se ubique por arriba de los $1.200.
«Hasta ahora, la liberalización parcial del cepo ha sido exitosa: el tipo de cambio mostró cierta volatilidad durante los primeros días, pero luego se estabilizó, la brecha con los paralelos desapareció, y no hubo un rebrote inflacionario (de hecho, el IPC Nacional evidenció en mayo la menor suba mensual desde 2017, excluyendo abril 2020)», señaló en un informe la consultora Invecq.
Tras cerrar en mayo a $1.188, lo que implicó una baja mensual de $18, el dólar oficial mayorista durante junio bajó hasta llegar a $1.142,5 el 19/06 y desde entonces comenzó una tendencia alcista hasta los $1.191,5.
Leo Anzalone, economista y director del Centro de Estudios Políticos y Económicos (Cepec), sostuvo respecto a la baja observada en el dólar durante algunas semanas de junio: «El movimiento se explicó por una fuerte liquidación del agro, por el pico de la cosecha gruesa, y por el ingreso de capitales financieros tras el levantamiento del cepo. A eso se sumó un contexto de inflación en baja y mayor estabilidad, que redujo la demanda de cobertura cambiaria».
En ese sentido, según Ciara-CEC, en los primeros cinco meses del año, el sector agroindustrial aportó u$s11.700 millones, lo que implicó un aumento del 29% respecto al mismo periodo de 2024.
Dólar: qué precio espera el mercado para julio y por qué
Ahora bien, en julio podría haber ciertos factores estacionales que pondrían presión al tipo de cambio y el mercado espera una pequeña suba, aunque lejos de que roce el hecho de la banda de flotación, pero asentaría arriba del los $1.200, entre ese valor y unos $1.250/70. Pero aún lejos del techo de la banda.
«Considero que en julio podríamos tener una leve suba en el mes, dado el cobro de aguinaldo, una potencial demanda estacional, sumado a alguna inicial dolarización de carteras preelectoral. Creo que, sin embargo, seguirá cerca del medio de banda, aunque es probable que rompa y se asiente arriba de los $1.200», comentó Federico Glustein, economista.
Y agregó: «La liquidación del agro se podría reducir por la reposición de las retenciones todavía no compensadas por la generación de recursos de Vaca Muerta».
Por su parte, Claudio Caprarulo, economista de la consultora Analytica, resaltó que en el séptimo mes del año suele haber una menor oferta de dólares del agro, ya que la cosecha gruesa finaliza en junio y ya sin mayores incentivos por la vuelta de las retenciones (que fueron reducidas temporalmente), lo que provocó una adelanto en la liquidación del campo.
A su vez, crecerá la demanda de la divisa norteamericana debido al cobro del aguinaldo, el cual puede ser utilizado adquirir dólares por parte las familias para ahorro, ahora sin cepo para las personas físicas, o bien para usarlos para pagar los consumos en el exterior de la tarjeta, ya que se prevé una alta demanda vía turismo por vacaciones de invierno de argentinos en el exterior por el atraso cambiario; sumado al creciente incremento de las importaciones.
Así, «la cotización se ubicará arriba de $1.200, entre $1.200 y $1.250/70. La caída de los últimos meses no es sostenible, vuelve a subir, no muy fuerte, dentro de la banda, pero con tendencia alcista», remarcó Caprarulo.
A pesar de la estacionalidad que impondría una pequeña tendencia alcista para el séptimo mes del año, los analistas sostienen que la variación del tipo de cambio, aunque con cierta volatilidad propia del esquema de flotación, se encuentre con cierta estabilidad y no muy lejos del medio de la banda de flotación.
Andrés Reschini, analista financiero y consultor de F2 Soluciones Financieras, expresó: «El Gobierno pasó de hablar de un dólar más yendo hacia la banda inferior a hablar de estabilidad y por ahora no encuentro demasiados argumentos como para pensar que en julio no vaya a ser así, más allá de algunos momentos de volatilidad que pudiesen darse. Con inflación cayendo, tasas positivas en pesos y la colocación de bonos hard peso, entre otras cuestiones, el Gobierno parece haberle encontrado la vuelta para transitar con cierta estabilidad hasta octubre».
«Julio trae menor liquidación del agro, ya que se termina la gruesa y aparece el efecto aguinaldo, que puede generar algo más de circulación de pesos y cierta dolarización. Pero el impacto más fuerte por cobertura electoral probablemente se vea hacia el último trimestre. En este esquema con bandas cambiarias y sin cepo, lo esperable sería que, aunque con fluctuaciones, el dólar siempre tienda al medio de la banda, hoy en torno a los $1.200″, añadió Anzanlone.
El desafiante segundo semestre que afrontará el Gobierno
Para lo que resta del segundo semestre, el Gobierno apuesta a estabilizar el tipo de cambio y no generar mayores ruidos y eso provoque un traslado a precios en medio de las elecciones legislativas de octubre, donde el oficialismo se juega un pleno a la baja de la inflación para poder ganar en las urnas.
Pero la segunda mitad del año es un período estacionalmente en el que el campo liquida menos. Tras los más de u$s11.000 millones aportados por el agro en lo que va del año, se espera que la cifra baje considerablemente en los próximos meses a diciembre. «Hay otras exportaciones, pero es cierto que la gran estacionalidad es abril-junio. Para peor, se adelantó mucho por la baja temporaria de las retenciones, así que el bajón va a ser grande para el segundo semestre», dijo Martín Burgos, economista de la consultora Lado B.
A su vez, en abril se fueron por turismo u$s863 millones por incremento del turismo emisivo, aunque los analistas prevén que este último guarismo se vea incrementado por las vacaciones de invierno y el atraso cambiario.
También, los argentinos demandarán más dólares para dolarizarse, en un contexto de año electoral y sin cepo. En el cuarto mes del año, los ahorristas compraron u$s2.048 millones. Según la consultora Audemus en 2017, un año electoral de medio término también y sin cepo, los datos de lo que se vendía y compraba para dólar ahorro fue de u$s20.000 millones, como para tener un parámetro de una futura posible demanda dolarizadora de carteras de ahorristas.
Todo esto generará presión sobre la cotización de tipo de cambio. «En términos estructurales, siempre el segundo semestre del año es en donde desacumulás divisas. Pareciera que no va a haber muchos más ingresos de dólares que la cuenta financiera. Entonces, teniendo en cuenta la demanda de divisas que enfrenta tradicionalmente la economía argentina en el segundo semestre, evidentemente aparece algún tipo de dificultad para sostener la paridad cambiaria», advirtió Haroldo Montagú, economista jefe de Vectorial.
Ahora bien, el Gobierno apuesta al Bonte 2023, con el cual ya adquirió u$s1.500 millones, para sumar unos mil millones de dólares mensuales hasta fin de año, y con el stock recibido por parte del FMI (u$s12.000 millones) y el REPO con los bancos (u$s3.000 millones en total), esperan robustecer las arcas del Banco Central y tener poder de fuego para sostener a raya el tipo de cambio oficial. Quedará por verse qué tanto le alcanza al equipo económico, sobre todo con nulos resultados del plan «dólar colchón».
Incluso, esta semana se dio a conocer que el Central intervino en el dólar futuro, para anclar las expectativas cambiarias sin la necesidad de sacrificar reservas internacionales. De acuerdo a datos oficiales, el BCRA alcanzó una posición neta vendedora de u$s1.946 millones a fines del mes pasado. El guarismo implica un incremento sustancial frente a abril, cuando el monto era de apenas u$s409 millones. En términos netos, la máxima entidad monetaria cerró contratos por u$s1.537 millones en 30 días.
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ECONOMIA
Wall Street recomienda resolver de manera urgente un problema con el dólar en Argentina

La difusión este miércoles de los datos de balanza de pagos, que confirman una aceleración en la salida de divisas, se produjo en paralelo a las críticas que empiezan a acumularse desde Wall Street.
Es que desde la bolsa estadounidense se advierte que el país no debería repetir los errores del pasado, ya sea con la Plata Dulce de la tablita de Martínez de Hoz —una suerte de antesala al carry trade—, o la tozuda defensa, en la segunda mitad de los 90, de una convertibilidad que terminó dejando un tendal de desocupados, al no advertirse que el mundo empezaba cambiar, primero con el Efecto Tequila a fines de 1994 y, luego, con la devaluación del real brasileño en 1999.
Wall Street advierte a Luis Caputo: ¿su plan necesita un service?
Los principales bancos y calificadoras de Estados Unidos llamaron la atención sobre el fenómeno de «monedas fuertes» que se está produciendo en distintos países latinoamericanos, sin que haya muchos fundamentos para esa tendencia.
Para analistas del JPMorgan Private Bank, la apreciación cambiaria es «un reflejo de la debilidad del dólar, y no una fortaleza de las monedas locales» en América Latina.
Sostienen que no hay razones para que este año las monedas cierren con los niveles que se han dado durante el primer semestre.
En la misma línea, la calificadora Moody’s advirtió que la apreciación del tipo de cambio tiene un impacto «negativo» en las empresas, por mayores costos en dólares y la caída de precios internacionales.
«La apreciación cambiaria derivó en un incremento de los costos operativos en moneda local, con un impacto negativo en la rentabilidad de las compañías que presentan una porción considerable de sus costos en pesos, y cuyos flujos de fondos están denominados principalmente en dólares», dijo esa agencia de rating.
Los datos del déficit en la balanza de pagos se conocieron en una jornada en la que la demanda de dólares dio un salto, e hizo subir $17 la cotización del spot mayorista, hasta los $1.191,50.
En la city porteña se comentaban los datos difundidos por el INDEC correspondientes al primer trimestre del año, que confirmaron un déficit en la balanza de pagos que se habría agudizado entre abril y junio. Salen muchos más dólares de los que entran.
En ese reporte, se indicó que el turismo al exterior subió casi 46% en mayo, y a su vez cayó 14% el ingreso de visitantes del extranjero. Si se suman linealmente los porcentajes, el saldo negativo sería del 60%.
Este comportamiento explica en parte la salida sostenida de dólares, que el Gobierno viene intentando financiar con endeudamiento, de la mano del expertise de la dupla Luis Caputo-Pablo Quirno.
La cuenta corriente de la balanza de pagos —uno de los datos malditos de la historia económica argentina— arrojó su primer desequilibrio en lo que va del gobierno de Milei, luego de irse deteriorando en forma paulatina.
La balanza refleja la entrada y salida de dólares de la economía por comercio exterior de bienes, turismo y pagos de intereses de la deuda.
El déficit fue de u$s5.191 millones en el primer trimestre, en especial por la cuenta servicios, que tuvo un rojo de u$s4.502 millones (turismo, courier y streaming, entre otros).
Algunos analistas, como los de Cohen Aliados Financieros, señalaron que estos números constituyen «escenas de atraso cambiario explícito».
Y remarcaron que, en el primer trimestre del año, el déficit de la cuenta de servicios fue casi tan alto como el de todo 2023.
Uno de los factores claves que explicaron esos datos fue el turismo, que generó una salida de divisas de u$s3.464 millones en el primer trimestre.
Hubo coincidencia que la salida de dólares por viajes mostró un nivel récord. Pero más parece preocupar que el Gobierno no dé señales de estar advirtiendo el problema. O al menos disimula su preocupación.
Incluso, Milei dijo semanas atrás que no se podía negar el derecho de los argentinos a viajar, lo cual indicaría que el Gobierno poco y nada prevé hacer para frenar esta tendencia.
Para el director de Planificación Productiva de Fundar, Daniel Schteingart, esta tendencia no puede ser sostenible. Y alertó sobre un punto clave: el superávit en bienes no compensa la disparada del déficit en servicios. La razón hay que encontrarla, en buena medida, en la explosión del turismo emisivo.
La presencia de miles de hinchas argentinos en el Mundial de Clubes le pone un manto colorido a un problema que parece ser cada vez más serio: a Caputo se le agotan los dólares, claves, por ejemplo, para afrontar el pago de importaciones.
«Y eso que el INDEC aún no contó los dólares que se están dejando los argentinos en Miami por el Mundial de Clubes. No quiero pensar lo que puede ocurrir si Lionel Messi llega a la final», ironizó un economista que no le pierde pisada a estos datos, y tampoco al fútbol, y que suele publicar sus reflexiones en distintos medios.
Además, el experto llama la atención sobre lo que representa un desequilibrio creciente en la balanza de pagos: «Estás aumentando el endeudamiento con el resto del mundo», asegura.
A su vez, Moody’s alertó sobre una elevada volatilidad en el precio de los commodities, como la soja y el petróleo, lo cual presiona sobre la rentabilidad del sector agropecuario y de extracción de hidrocarburos, agravada por el dólar barato. Si a eso se le suma atraso cambiario, la ecuación no cierra, le faltó agregar.
En ese sentido, Moody’s advirtió que «el sector de producción de hidrocarburos convencional y el industrial ven erosionados sus niveles de rentabilidad por la apreciación cambiaria y el mayor grado de apertura de la economía».
La estrategia de endeudamiento que implementa el ministro Caputo genera cuestionamientos entre los especialistas. Tal vez el más fuerte, entre los economistas que no pueden ser tildados de kirchneristas o peronistas, lo hizo Juan Carlos de Pablo: «A los argentinos no les podés decir que hagan esfuerzo fiscal solo para pagar intereses de deuda», advirtió.
A este escenario se suma el deterioro de la balanza comercial, por el fuerte salto en importaciones.
Un renombrado economista de la UBA suma otro dato: en el segundo trimestre el déficit de cuenta corriente se habría profundizado. La razón: las importaciones van cada vez más rápido por el ascensor, mientras las exportaciones apenas arrastran los pies por la escalera.
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