La vida sentimental de Wanda Nara volvió a ocupar el centro de la conversación digital. En plena resaca de los Martín Fierro de Televisión 2025, una captura empezó a circular en redes y encendió el radar de los curiosos: la empresaria habría asistido a la gala con Martín Migueles, pero lo habría mantenido fuera de cámara a propósito.

La chispa la encendió la cuenta de espectáculos Gossipeame, que compartió una historia donde, casi por accidente, se ve a Migueles asomando en segundo plano mientras Wanda grababa contenido de la gran noche. Una flecha roja marcó el detalle que los fans no dejaron pasar y que, para muchos, confirma su presencia en el evento.

La reacción fue inmediata y colectiva. En el mismo posteo, una seguidora aportó más pistas y dejó, de paso, la frase que se volvió viral: “Despacio reproducí y te sale el pibe de perfil… no sé por qué lo esconde tanto, subió como mil fotos y en ninguna él, pero en los comentarios sí: amor, amor, amor”.

El comentario sintetiza lo que muchos percibieron: mostrar todo… menos a él. En paralelo, desde Gossipeame respaldaron la estrategia de bajo perfil con una sentencia que también quedó resonando: “Lo mejor que puede hacer Wanda es esconder a Migueles… así que la banco mil en esto”.

La lectura que se impone es pragmática: en una noche de alta exposición, con cámaras en cada rincón y un timeline saturado de looks y momentos, mantener la relación lejos del primer plano parece ser el guion elegido. ¿Por qué tanta cautela? En la lógica Wanda, nada es casual: la conductora compartió decenas de fotos posando en la gala, pero ninguna en la que aparezca Migueles.

El “descuido” llega por un reflejo y un segundo de más en la toma. Suficiente para que el fandom ate cabos y ordene el rompecabezas. El contexto ayuda a comprender la jugada. Con el foco puesto en su presente profesional y los constantes cruces de opinión que la rodean, una relación expuesta puede convertirse en munición diaria para el panelismo y las redes.

De allí que el silencio visual —sin posteos en feed, sin stories compartidas— funcione como un blindaje mientras el vínculo encuentra su ritmo puertas adentro. De momento, no hubo desmentidas ni confirmaciones de parte de Wanda ni de Migueles.

Sin excesos ni marcas ostentosas: Luisana Lopilato volvió a demostrar que el estilo también se gana con actitud y comodidad. Desde Canadá, la actriz compartió fotos jugando al tenis y encendió sus redes con un outfit tan simple como efectivo: pollera pantalón blanca, top azul y musculosa blanca anudada sobre la cintura.

La base del look es la pollera pantalón —esa prenda comodín del vestidor deportivo— que suma practicidad (permite moverse sin preocuparse por nada) y un aire femenino y pulcro gracias al blanco óptico que le queda muy acorde a su tono de piel.

El top azul aporta el golpe de color justo, en sintonía con la estética “club” del tenis, y la musculosa anudada completa el guiño relajado: recurso fácil que define la silueta, suma textura y dice “estoy cómoda, pero con intención”.

En tiempos donde el entrenamiento suele convertirse en pasarela improvisada, Luisana bajó línea de sporty chic real: piezas básicas, tejidos respirables, cero complicación y una paleta que refresca a la primera mirada. El pelo recogido, un beauty sin estridencias y zapatillas blancas funcionales (las de siempre, las que no fallan) hacen el resto.

LAS REACCIONES DEL LOOK DE LUISANA LOPILATO:

El feedback fue inmediato. Entre comentarios como “simple y hermosa”, “elegancia natural” y “se nota que disfruta”, sus seguidores celebraron que el foco no esté en la etiqueta, sino en moverse, jugar y pasarla bien. Ese es, justamente, el diferencial del look: no pretende ser de pasarela; funciona en la vida real y es 100% replicable con lo que tenemos en casa.

¿La clave para copiarlo sin perder el encanto? Apostar a básicos de buena calce y priorizar la libertad de movimiento. La pollera pantalón se lleva con tops planos (mejor si suman contención), y la musculosa anudada es el truco express que aporta gracia y estructura sin sumar peso.

En colorimetría, el binomio blanco + azul es imbatible: limpio, fresco y fotogénico. Si querés personalizar, cambiá el top por coral, lima o fucsia y mantené la base blanca para un efecto igual de nítido. El mensaje que deja Luisana es tan directo como inspirador: hacer deporte y verse bien no son opuestos; la comodidad puede ser sinónimo de estilo, y la naturalidad es un valor en alza.

Entre giras familiares, rodajes y vida diaria, la actriz encuentra en el tenis un espacio de disfrute. Y su outfit lo subraya: menos es más cuando lo que importa es estar presente en el momento. Sin ostentación, sin complicarse y con una sonrisa que hace de accesorio protagonista, Luisana Lopilato reafirma una tendencia que ya pisa fuerte.

Las fotos de Luisana Lopilato jugando al tenis:

La 53ª edición de los Martín Fierro de Televisión tuvo uno de sus momentos más emotivos cuando se proyectó el video homenaje a Jorge Lanata. En el salón, el silencio se mezcló con aplausos sostenidos y miradas conmovidas pero también sorprendidas por la situación.

Entre ellas, la de Elba Marcovecchio, que asistió acompañada por sus hijos y eligió, lejos del ruido, poner el foco en la intimidad familiar. A la salida y ya con los ánimos más calmos, la abogada habló con y puso en palabras ese instante: “Yo pensaba mucho en los chicos, así que no puedo decir si me preparé mucho o no”, reconoció.

El tributo, presentado en el escenario por Romina Manguel, reavivó comentarios en redes y en los pasillos del Hilton: que si había tensión, que si Elba estaba molesta, que si el protocolo de la ceremonia había sido desprolijo.

Ella, sin embargo, eligió correr el foco de cualquier lectura picante y quedarse con la sensación más íntima que le dejó la noche: “Después, a mí me pasó algo medio raro durante el homenaje porque lo escuchaba a Jorge y me dio la sensación de que estuvo acá”, dijo, todavía conmovida.

LA OPINIÓN DE ELBA MARCOVECCHIO SOBRE EL HOMENAJE A JORGE LANATA:

Sobre la organización del segmento y el intento de evitar cruces innecesarios, Elba se mostró serena: “Sí, pero me sentí cómoda, yo estaba muy focalizada en los chicos”, explicó. La abogada repitió varias veces que su prioridad fue contener a su familia y transitar el recordatorio con respeto y silencio, sin alimentar suspicacias.

Durante la transmisión se comentó que Bárbara y Lola, las hijas del periodista, habían subido al escenario. Consultada al respecto, Marcovecchio fue franca: “No subió nadie. Te voy a ser sincera, si subieron yo no me di cuenta porque estaba mirando una pantalla lateral, estaba muy abstraída”.

La frase funcionó como una radiografía exacta de su estado: emoción pura, atención puesta en los suyos y un intento por sostenerse en pie en una noche tan movilizante.

Minutos más tarde, llegó la aclaración logística desde el propio programa: Romina Manguel aportó su versión y ordenó el timeline del bloque: “Ellas subieron conmigo, pero no para el homenaje que no subió nadie”. Así, las versiones encontradas se atenuaron y el episodio quedó reducido a una confusión propia del vértigo de una gala en vivo.

Lejos de cualquier chispa mediática, Elba eligió la prudencia. No hubo reproches al aire ni mensajes encriptados, apenas el registro de una viuda que atraviesa su duelo con discreción y que, aun en una ceremonia masiva, buscó refugiarse en su mesa.

La imagen final que deja su testimonio es la de una mujer con los ojos puestos en sus hijos, tratando de honrar la memoria de su marido como mejor sabe: en silencio, con respeto y sin convertir el dolor en espectáculo. En su propia síntesis, la frase que más resuena es la que explica todo: estaba, literalmente, “muy abstraída”.