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Asesinó a una mujer embarazada, le sacó a su bebé del vientre y se lo robó: el caso que estremeció a EE. UU.

Bobbie Jo Stinnet era una joven estadounidense de 23 años que vivía en un pueblo de Misuri y que se dedicaba a la cría de perros de raza Rat Terrier junto a su esposo. A fines de 2004, estaba embarazada de ocho meses, lista para conocer a su primogénita, Victoria.
En la tarde del 16 de diciembre de ese mismo año, Bobbie se preparaba para recibir a Lisa Montgomery, una mujer a quien había conocido por Internet y que estaba interesada en adoptar a uno de sus cachorros. Sin embargo, lejos de ser una visita amistosa, se trató del inicio del horror.
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Bajo la excusa de querer un perro, Montgomery engañó a la joven embarazada y la atacó sin piedad: la estranguló hasta la muerte y luego le abrió el vientre con un cuchillo para robarse a su bebé.
Este caso conmocionó a la sociedad estadounidense no solo por la brutalidad del crimen, sino por la historia de supervivencia de la menor y por la pena que recibió la homicida.
La trampa
Bobbie Jo Stinnett nació el 4 de diciembre de 1981 en la localidad estadounidense de Graham, en Misuri, y creció en una familia de clase media. Después de casarse con Zeb Stinnet, ambos decidieron mudarse a un pueblo llamado Skidmore y comenzar un negocio de cría de perros de raza Rat Terrier.
Bobbie solía frecuentar muchas exposiciones caninas, en donde podía generar contactos para su trabajo, y se conectaba constantemente a salas de chat en donde se hablaba del tema. Así fue cómo empezó a conversar con Lisa Montgomery, una mujer que usaba el alias “Darlene Fischer” y que le había contado que estaba embarazada al igual que ella.
Este detalle generó un vínculo entre ellas y, tras intercambiar varias conversaciones, Stinnett le comentó que tenía una camada de cachorros en venta. Montgomery le dijo que estaba interesada en adoptar a uno y ambas acordaron en juntarse al día siguiente.
Bobbie Jo Stinnett fue brutalmente asesinada por Lisa Montgomery el 14 de diciembre de 2004. (Foto: The Maryville Forum)
Además de mentir sobre su nombre, Lisa dijo que vivía en una localidad a solo 20 minutos de Skidmore. Sin embargo, el 14 de diciembre de 2004, tuvo que viajar casi 3 horas para llegar a destino, ya que residía en otro estado.
La mujer llegó cerca del mediodía, lista para llevar a cabo su plan macabro: tenía un cuchillo de cocina escondido y un cordón para cometer el homicidio. Pero, para no levantar sospechas, decidió pasar algunas horas junto a Bobbie. Recorrió el corral de los cachorros, pasearon por la propiedad y hasta tomaron el té.
Dos horas después, Lisa atacó a la joven de 23 años y usó el cordón para estrangularla. En cuanto la dejó inconsciente, usó el cuchillo para cortarle el vientre, pero eso produjo que la chica se despertara nuevamente. En ese instante, su agresora no lo dudó y volvió a asfixiarla hasta que finalmente la mató.
Tras el crimen, la mujer logró extraer a la bebé del cuerpo de Stinnett, le cortó el cordón umbilical y se dio a la fuga con la menor. En el auto, terminó de limpiarla y la colocó en un asiento para chicos en la parte trasera del vehículo. Minutos después, comenzó su viaje de regreso a Kansas, donde vivía en realidad.
El rescate
Esa misma tarde, Becky Harper, la mamá de Bobbie, iba a encontrarse con su hija alrededor de las 15:30, pero la joven nunca apareció. Por este motivo, fue que la mujer fue hasta su casa y se encontró con una escena del horror: su cuerpo estaba tirado en medio de un charco de sangre con heridas que parecían como si su estómago hubiera “estallado”. Así se lo describió a las autoridades cuando llamó al 911.
En cuanto llegó la ambulancia, los médicos intentaron revivir a Stinnett, pero no tuvieron éxito y la declararon muerta en Hospital St. Francis de Maryville, a donde trasladaron su cadáver. Lisa Montgomery fue hallada en su granja en Kansas después de haber cometido el crimen. (Foto: NBC News)
La policía inició rápidamente una investigación para dar con el paradero de la homicida. Entre las primeras averiguaciones, los agentes descubrieron que no existía ninguna “Darlene Fischer”, ya que no había registros que coincidieran con su identidad. Por esta razón, rastrearon el IP de la computadora de la que se habían enviado los correos electrónicos y obtuvieron una dirección.
Los investigadores llegaron a una granja en Kansas, donde vivía Lisa Montgomery junto a su esposo Kevin. La encontraron con una beba recién nacida en brazos y aseguró que había dado a luz el día anterior. Sin embargo, en cuanto el interrogatorio se profundizó, su versión se debilitó y terminó confesando el atroz crimen. A partir de ese momento, quedó detenida y la beba fue rescatada.
Una vida de abusos
Durante la investigación, se supo que Lisa había sufrido reiteradas situaciones de violencia desde muy temprana edad. De chica, su padrastro abusaba de ella, su madre lo sabía y no solo la defendió, sino que la entregó: permitió que otros hombres también la violaran.
Al cumplir los 18, se casó con su hermanastro y tuvieron cuatro hijos, pero continuó sufriendo violencia de género por parte de su marido. Lisa Montgomery sufrió una vida de abusos antes de cometer el crimen. (Foto: The Topeka Capital Journal)
Con el correr de los años, Montgomery empezó a demostrar indicios de una enfermedad mental, pero nadie se involucró demasiado. Una vez en la cárcel, fue diagnosticada con trastorno bipolar, trastorno de estrés postraumático complejo, trastorno disociativo y lesión cerebral traumática.
Al divorciarse de su primer esposo, la mujer se casó con Kevin, hombre a quien le juraba estar embarazada, a pesar de haber sido esterilizada después de su último hijo. “Ella estaba completamente alejada de la realidad”, contó su hermano Henry en una entrevista con la BBC.
Una sobreviviente y la condena
Lisa Montgomery fue acusada del delito de “secuestro seguido de muerte”, y el hecho fue calificado como “Acto de la Ley de Secuestro Federal”, ya que al cometer el crimen, cruzó de estado.
Durante las audiencias, la defensa de la imputada argumentó que, al momento del hecho, ella estaba atravesando una enfermedad mental, por lo cual la estrategia era considerarla inimputable. Sin embargo, en las pericias psicológicas, trabajó el psiquiatra forense Park Dietz, que ya venía de involucrarse en un caso conocido como el de Jeffrey Dahmer, y consideró que Montgomery era consciente de lo que hacía.
De esta manera, el 22 de octubre de 2007, el jurado encontró culpable a la mujer de asesinato y la condenó a la pena de muerte.
Después de agotar todas las apelaciones, el 13 de enero de 2021, Lisa Montgomery fue ejecutada por inyección letal. Fue la primera mujer en recibir esta pena por parte del gobierno federal estadounidense desde 1953. Victoria Jo fue la sobreviviente del crimen. Hoy tiene 20 años. (Foto: The Sun – Daily Mail)
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En cuanto a Victoria Jo Stinnett, la beba rescatada, volvió con su padre luego de que Montgomery fuera detenida. Durante el hecho, Zeb había ido de compras al centro de la ciudad y se enteró de lo que había pasado por el relato de su suegra, Becky Harper.
Desde entonces, padre e hija mantuvieron un perfil bajo en relación a las apariciones mediáticas. Sin embargo, a fines del año pasado, se reveló que la joven, que hoy tiene 20 años, ya está cursando su segundo año de universidad y que fue nombrada como estudiante de honor.
Estados Unidos, Homicidio, Embarazada, pena de muerte
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Fox News Politics Newsletter: Adams to back Cuomo in NYC mayoral race

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–Red state university student caught on video threatening lives of Charlie Kirk supporters: ‘Watch your neck’
-Curtis Sliwa vows to be Zohran Mamdani’s ‘worst nightmare’ if the Democratic socialist wins NYC mayoral race
-Undercover video exposes what Spanberger’s campaign organizer really thinks of her: ‘What the f—‘
NYC Mayor Adams to endorse Cuomo in race against Mamdani
New York City Mayor Eric Adams will endorse former New York Gov. Andrew Cuomo in the city’s mayoral race as he faces off against Democratic nominee Zohran Mamdani.
«As spokesman for Mayor Eric Adams, I can confirm that the Mayor will endorse former Governor Andrew M. Cuomo for mayor and intends to campaign alongside him,» Adams’ spokesman, Todd Shapiro, said in a statement to Fox News. «The time and locations for their joint appearances are currently being finalized.»
Adams declined to answer questions about Cuomo at an unrelated press conference Thursday morning…READ MORE.
New York Mayor Eric Adams poses with Independent candidate former New York Gov. Andrew Cuomo after Cuomo participated in the second debate for the upcoming mayoral election on Wednesday evening. (Al Bello/Getty Images)
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HOMEGROWN POWER: Apple building American-made AI servers ahead of schedule in new Houston facility, answering Trump call
NEW DETAILS: SCOOP: Trump’s Memphis crime crackdown locates dozens of missing kids, removes 109 gangbangers from streets

National Guard members began patrolling Memphis, Tennessee, in October as part of a federal task force established by President Donald Trump to combat what the administration says is violent crime in the city. (Brett Carlsen/Getty Images)
NO PEACE TALKS: Trump ‘not interested’ in de-escalation with ‘unhinged’ leader of Colombia, White House says
ON PAUSE: Trump freezes out Putin for lack of ‘enough action’ toward peace — future talks uncertain
BLUNT DIPLOMACY: Inside Trump’s ultimatum that forced Netanyahu to the table: ‘You can’t fight the world’

Israeli Prime Minister Benjamin, left, talks to President Donald Trump during a meeting in the Oval Office of the White House April 7, 2025, in Washington. (Kevin Dietsch/Getty Images)
World Stage
SKY VIOLATIONS: Russia violates NATO airspace in Lithuania amid Putin warning on long-range missiles
‘AMAZING BLESSING’: Vance visits church where Christians believe Jesus was crucified, resurrected amid Israel-Hamas ceasefire

Vice President JD Vance tours The Church of the Holy Sepulchre in the Old City of Jerusalem Oct. 23, 2025. (Nathan Howard/Pool/AFP via Getty Images)
NO MORE GAMES: After waffling between Russia and Ukraine, Trump slaps Kremlin with oil sanctions
Capitol Hill
SNAP OUT OF IT: Democrats under fire as food stamp funds run dry: 42 million Americans caught in shutdown fight
NO PAY FOR YOU: Essential workers left unpaid after Senate Democrats kill pay bill

Republican Study Committee Chairman August Pfluger is criticizing House Minority Whip Katherine Clark’s comments in a recent interview on the government shutdown. (Tom Williams/CQ-Roll Call, Inc via Getty Images; Eric Lee/Bloomberg via Getty Images)
HOSTAGE POLITICS: Top Republican slams Katherine Clark for admitting suffering families are «leverage» in shutdown battle
SOCIAL-IST STANDING: Bernie Sanders defends Maine Senate candidate under fire for wild Reddit comments

Senator Bernie Sanders, an Independent from Vermont and ranking member of the Senate Health, Education, Labor, and Pensions Committee, arrives for a confirmation hearing in Washington, July 16, 2025. (Valerie Plesch/Bloomberg via Getty Images)
Across America
HALF IN, HALF OUT: Trump yet to endorse in VA governor’s race — but also kept Youngkin at arm’s length

Virginia Lt. Gov. Winsome Sears, left; President Trump, right. (Al Drago/Getty Images; Anna Moneymaker/Getty Images)
MIXED BAG: New poll in key showdown for Virginia governor indicates single-digit race
FOOD FIGHT: Youngkin declares state of emergency over «Democrat Shutdown» depleting food stamp benefits for nearly 1M Virginians
AI ATTACK: Andrew Cuomo campaign walks back controversial attack ad targeting Mamdani voters

Democratic candidate Zohran Mamdani, right, Republican candidate Curtis Sliwa, left, and Independent candidate and former New York Governor Andrew Cuomo. (Hiroko Masiuke/POOL/AFP via Getty Images)
CAMPAIGN CLASH: Social media erupts after Cuomo, Mamdani rip each other during final debate: ‘Unmasked’
‘CALL TO ACTION’: NYC rabbis sound off on «unprecedented risk» Mamdani poses as hundreds of leaders sign «call to action»

Rabbi Ammiel Hirsch accused New York City mayoral candidate Zohran Mamdani of «fanning the flames of intolerance» with two weeks until Election Day. (Shahar Azran)
SECOND GUESSING: NYC socialist mayoral candidate Mamdani’s 911 plan called «worst idea» by former NYPD sergeant
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Lecturas para el fin de semana: cómo radicalizar el dolor

Habitar el dolor ajeno. ¿Es posible? Tomarlo con las manos, acobijarlo en el pecho, compungirse hasta el llanto, concentrarse en su textura, no dejarlo ir. La empatía trafica esa idea, pero, como escribió Alexandra Kohan, “no podemos entrar los dos en los zapatos de uno”. El otro es el otro y, en tanto otredad, es inquietante, imposible. En ese sentido, la literatura abre una posibilidad en el espacio, la de sumergirse en una narración ficcional que, al ser un artificio, radicaliza al extremo la emoción.
En algún punto, la lectura es un vacío. Un lugar sin notificaciones ni publicidad ni imágenes identificables. Esa zona donde el lenguaje imagina la pureza. Y si entendemos que la ficción no es un sinónimo de la mentira, sino una forma de contar la verdad, el lector se permite algo imposible: habitar el dolor ajeno. Porque el dolor está en el pecho de los personajes, en la atmósfera de las escenas, en la prosa, en la trama, pero no en él, que está del otro lado, ¿a salvo? Quizás ocurra exactamente lo contrario.
“Fijate, ¿lo llegás a ver? Casi no se ve, pero ¿no te parece asombroso ese alerce solo ahí, altísimo, resaltado en la llanura? Hasta tiene el tupé de competirle el protagonismo al horizonte». Un padre con una enfermedad avanzada y su hija viajan en auto hasta Buenos Aires: se tiene que hacer un estudio. Pero se detienen en un pueblo, en una casa, alguien familiar. Él fuma, ella lo reta. “¿Cómo no fotografiarlo?“, dice mirando el árbol, él que es fotógrafo. “¿Sin luz?”, pregunta ella. “Mañana, si se despeja (…) Es la última”.

La luz queda se llama la novela que acaba de publicar Diotima. Su autor es Alejandro Pereyra, escritor, guionista, director de cine. Es brevísima y la narración se agolpa en las páginas, no con apuro, sino con intensidad. “Voy a dejar la fotografía, Romina, antes de que ella me deje a mí“. Cuando ella le pide ”no te pongas trágico», que “va a salir todo bien”, él le dice: “No entendés, Romina. No es por mi cuerpo, por esa mierda que tengo. Solo que esta foto es el punto final perfecto. La vengo pensando hace tiempo”.
Después la literatura hace su trabajo: aparecen otras voces, el paisaje se vuelve una inundación, los pensamientos flotan y las intenciones vuelan. De pronto, “todo es de verdad, hasta la dulzura de mierda”. Y Arturo, el padre, el fotógrafo, sueña con otra foto, pero no es tan fácil. “Los días son todos diferentes” pero “la noche es siempre la misma”. Y la historia va cerrándose, la enfermedad no cesa, y “ya casi no se aguanta el dolor. Pero estate tranquilo, que siempre se trató de amor. Aunque no lo entiendan”.
Cuando Marie-Pier Lafontaine entendió que solo había dos opciones, escribir o prender fuego la casa familiar, escupió Perra. Son ochenta y pico de páginas intensas que narran una dura historia de abuso. Cuando estuvo fuera de esa cárcel de anhelos reventados, el testimonio se hizo literatura. Pero lo novedoso de este libro de 2020 y traducido el año pasado por Agustina Blanco para Ediciones Godot no es este acontecimiento —¿cuántos víctimas han podido narrar sus tragedias en libros?—, sino la mirada.
“Entre todas las leyes del padre, había una de índole fundamental: no contar”, comienza Perra. “De niña, disimulaba mis deseos en textos de ficción. Dos hermanas en fuga. Perseguidas por un monstruo de dos cabezas. Huían por sombríos bosques. Se armaban con ramas, palos. Hoy ya no escondo mis deseos. Quisiera que este texto diezmara a mi familia toda”, escribe esta canadiense nacida en 1988 en Montreal, dentro de “la parte francesa”, autora también de Armas para la rabia.

Por momentos, la hoja se pone de un negro completo con frases así: “Al padre le encanta hacernos saber que piensa en nosotras cuando eyacula. Se las arregla siempre para que lo oigamos”. O también: “Los alaridos se detienen. El padre sale del cuarto de mi hermana. Carraspea. Sus pasos resuenan hasta la otra punta del pasillo. Va al encuentro de la madre”. O: “Mi hermana y yo solo con tomarnos de la mano sabemos con certeza que sobreviviremos al padre”. O: “¿Nuestros vecinos nunca oyeron nada?”
Los recuerdos no se eligen, aparecen como un relámpago en la noche, pero elegimos qué contar. Desde las primeras páginas de Corazón de león de Monika Helfer, que acaba de ser traducido por Gabriela Adamo para Edhasa, sabemos que el hermano de la narradora está muerto. Lo que sigue es una novela en retrospectiva: un personaje que ya no existe, pero que aparece, intrépido y subversivo, en las escenas ahora narradas. Las historias son delirantes y divertidas, pero tienen la inocultable pátina de la tristeza.
Entre esos recuerdos aparece el día en que su hermano conoció a su actual marido, entonces su amante. Su marido estaba de viaje, sus hijos con los abuelos; la casa y el fin de semana para el romance. Y su hermano, tocó el timbre. “Los presenté, conversamos y tomamos vino y fumamos un poco de la hierba que él cultivaba; cuando se despidió, le dijo que le caía bien y que el hecho de que tuviera una relación conmigo, su hermana, solo podía entusiasmarlo, porque todo lo que me hiciera bien lo entusiasmaba”.

“¡Johnny, acabo de romper bolsa!“ En un pueblo del interior profundo de los Estados Unidos, año 1970 y pico, una mujer está a punto de dar a luz. Vive en el campo, en una cabaña junto a su esposo entre el frío y la soledad. Tienen treinta años y han esperado con mucha ansiedad este momento. Suben a la camioneta en las primeras horas de la mañana y conducen unos cuantos kilómetros hasta el hospital con la esperanza de conocer a su hijo, el primogénito. Sin embargo el bebé nace muerto.
A grandes rasgos, esa es la historia narrada en El nadador en el mar secreto, novela breve, profunda, sensible, que publicó William Kotzwinkle en 1975. Es autobiográfica, porque eso le ocurrió: perdió a su primer hijo ni bien salió de la panza de su esposa. Mientras el dolor se agitaba con violencia dentro de su pecho, se encerró en su estudio y se puso a escribir “con las lágrimas en los ojos desde la primera a la última página”. Una revista norteamericana la publicó en el viejo formato de novela por entregas.

La novela ganó varios premios; luego, el olvido. En 2019 la reeditó el sello argentino China Editora. El nadador en el mar secreto no ahonda en sentimientos, ni siquiera se demora en describirlos. La pareja protagonista atraviesa dos momentos de extremos: el parto y la muerte. En su brevedad, la narración adquiere potencia y genera efectos. ¿Qué efectos? Diría que esta novela convierte al lector, incluso al más insensible, en una criatura más vulnerable. Podría decirse que lo devuelve a la realidad.
En nombre de ser comprensivos, no dejamos de arrasar con el otro poniéndole nuestras suposiciones, nuestras atribuciones, nuestras fantasías. Creemos que el otro necesita lo que nosotros creemos que necesita, lo que nosotros necesitaríamos en su lugar. Y, muchas veces, sin ni siquiera haber escuchado del otro ningún pedido. No es poco frecuente que se diga “te entiendo, a mí me pasa lo mismo” y que se corra entonces la conversación hacia lo que me pasa entonces a mí. ¿Por qué hay que pasar por uno para entender al otro? Porque eso es justamente la comprensión. El asunto es, si resulta soportable acompañar a otro resistiéndose a entenderlo, aún en su incomprensibilidad, aún en su ilegibilidad.
“La empatía supone que entre el yo y el otro no hay nada: no hay fantasías, suposiciones, fantasmas, lenguaje: nada, nada de nada”, escribió Alexandra Kohan. “El otro nos es transparente y absolutamente escrutable del mismo modo en que el sí mismo se advierte transparente y escrutable”.
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