SOCIEDAD
Romina fue asesinada de un tiro por un vecino y su madre lucha para que el caso sea considerado femicidio

Romina Acuña tenía 20 años, un hijo de dos y un miedo que llevaba en la piel. Vivía en Ministro Rivadavia, una localidad del partido de Almirante Brown, donde las amenazas habían marcado su vida y la de su familia durante meses. “Hoy nadie se salva”, le advirtieron los agresores, como una amenaza que el tiempo se encargaría de convertir en realidad.
Era el 10 de octubre de 2010 cuando Romina salió en moto con su hermano Alejandro para hacer unos mandados. Apenas arrancaron, empezaron los disparos. Uno de esos balazos impactó en el cuello de Romina. Con su último respiro, le dijo a su padre: “Cuidame a Nahuel”. Andrés Acuña, que también fue herido en una pierna, la sostuvo mientras la vida se le escapaba.
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Pero esta tragedia no fue un hecho aislado, sino el desenlace de una cadena de violencia que el Estado ignoró. “Las agresiones fueron minimizadas por funcionarios y la policía no actuó”, explica Stella Díaz, madre de Romina, a TN. La Justicia demoró en actuar y, cuando finalmente lo hizo, aplicó la figura de “homicidio en riña”, un calificativo que implica una pelea entre iguales, sin contemplar la perspectiva de género ni el contexto de violencia que atravesaba la víctima.
La mujer recuerda con dolor cada detalle que marcó ese año: “Todo empezó en abril cuando, durante una disputa entre los Maidana y policías, una piedra hirió a Milagros”, su hija de apenas cuatro años. Esa violencia llevó a que Stella fuera obligada por los oficiales a firmar una denuncia que no quería hacer. “Me dijeron que tenía que hablar bien de ellos. Que si no, iba a tener problemas”, cuenta. A partir de ahí, empezaron el hostigamiento y las amenazas.
Los meses pasaban y las intimidaciones crecían. Un mes antes de morir, en agosto de ese año, Romina fue atacada con un disparo de “arma tumbera” que le impactó en un ojo mientras llegaba a su casa en colectivo con su hijo. Fue operada dos veces y esperaba una tercera cirugía, y ya había denunciado esa agresión dejando una nota en la fiscalía con una advertencia clara: “Si me matan, ustedes son responsables”.
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Stella relata que los Maidana los amenazaban sin pausa. “Nos recomendaron que vayamos a asistencia a la víctima y no nos dieron respuestas”, detalla. En medio de esa tensión, el 10 de octubre de 2010, Romina salió con su hermano Alejandro en moto y, apenas los vieron salir, empezaron los disparos. “Le dieron a Romi en el cuello, a mi marido en la pierna y a mi hijo en la mano. Yo vi todo porque estaba ahí”, relata Díaz con voz quebrada.
La ambulancia no pudo llegar a tiempo porque la Policía bloqueó el paso, una situación que Stella aún no puede entender: “Pensé que no llegaron a tiempo, les grité de todo a los enfermeros, y ellos me dijeron con calma: ‘Señora, estuvimos todo el tiempo acá, pero la policía no nos dejó pasar’”. Los agresores escaparon el mismo día del ataque, pero volvieron años después, lo que llevó a la familia a pedir ayuda de nuevo sin obtener la protección necesaria.
Condenas leves, heridas profundas: la lucha que no termina
Pese a todo, Stella conoció Madres del Dolor y así obtuvo más información para enfrentar el juicio por el asesinato de Romina. De esa forma, logró la primera condena en 2016 contra Silvano Maidana, responsable de la muerte.
Fue una sentencia de siete años, pero la frustración llegó rápido: a los cinco años ya estaba en la calle. Stella se enteró porque él pasaba gritando por su casa, con tonos amenazantes, como un recordatorio constante de la impunidad. “Esa es la bronca y lo que más duele: que la Justicia se incline a favor de quienes tienen contactos y poder, mientras la familia sigue pagando las consecuencias”, dice con amargura.
Tres años después, en 2019, hubo un segundo juicio contra Juan Manuel Maidana, hermano de Silvano, quien recibió una condena de 11 años. Sin embargo, a la fecha lleva solo seis en prisión y también está en condiciones de salir. “Cuando me enteré de que le dieron el beneficio de tener salidas por su familia con la excusa de ayudarlos, yo fui y les dije: ‘Y a mi hija: ¿qué beneficio le dieron?’”, manifiesta.
“Romina vino a pedir ayuda con vida y nadie la escuchó”, sostiene con rabia. Esta contradicción entre la falta de protección para la víctima y las facilidades para los agresores se convirtió en una herida profunda que Díaz no olvida ni perdona.
Lo caratularon como riña, pero Romina había denunciado: fue femicidio
Al día de hoy, la familia exige que se reconozca que Romina fue víctima de un femicidio, que se reabra la causa en un tercer juicio, y que se juzgue con perspectiva de género. Si bien el pedido fue rechazado en aquel entonces por no existir esa figura legal – la Ley por Femicidio fue aprobada en 2012 -, la Corte Suprema evalúa si puede habilitar un nuevo juicio para ponerle el nombre correspondiente: “No me aceptaron el reclamo porque cuando salió la ley de femicidio, Romina ya había fallecido, pero ahora podemos pelearlo”.
Mientras tanto, Stella terminó la secundaria y se empapó de información para entender el sistema judicial. “Si me preguntas a mí, yo quiero que se declare como femicidio, tengo que tener fe de que haya justicia”, afirma y revela que “lo más cruel para una madre es sentir la ausencia de su hija en cada pequeño detalle. Al principio olía su ropa, y me la pasaba en su pieza”.
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Pasaron 15 años desde que le quitaron la vida a Romina, y aunque muchos le preguntan cómo hace para no quebrarse al hablar de su hija, Stella explica que “uno, tanto que te golpea la vida, trata de seguir”. “Era una chica divina, muy trabajadora, vivía por su hijo y le truncaron la vida, yo solo quiero justicia por ella y por Nahuel”, destaca.
Almirante Brown, Femicidio, ni una menos
SOCIEDAD
Estoy pensando muy seriamente que buena parte del éxito de Arc Raiders se debe a que le da un giro a las físicas que se usan para hacer humor

Con un pico de casi 355 000 jugadores simultáneos solo en Steam, Arc Raiders se ha convertido en justo el tipo de éxitos que los extraction shooters necesitaban para empezar a despuntar: hasta curiosos y no creyentes del género —servidor incluido— se congregan para probar lo nuevo de Embark Studios, atraídos por su universo y su estética. Pero yo pienso que la fórmula de extracción representa solo una parte muy pequeña de estos méritos, y que algo tan rutinario como las físicas del motor está contribuyendo mucho más a que se asiente en el mercado.
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Lo que quiero decir con esto es que las físicas juegan un papel importantísimo en el sandbox de Arc Raiders, y a su vez ese sandbox tiene un efecto de luna de miel muy poderoso. Claro, a esto llegas sobradamente familiarizado de otros juegos de disparos en tercera persona; pero las primeras horas de partida son algo así como un proceso de reacondicionamiento en el que aprendes que los patrones de los enemigos controlados por la CPU no entienden mucho de números, y sí de acción.
Si disparas a las turbinas de los drones, estos pierden el equilibrio por ese lado; y quizá hasta se choquen entre sí o contra el escenario. A los saltadores les pasa algo parecido: cuando te detectan, son capaces de brincar incluso hasta los tejados de los edificios con tal de encontrarte, pero si rompes sus patas se caerán por el lado apropiado. Los bastiones también resultan menos amenazadores si caen por su propio peso y dejan de moverse a medida que los desguazas.

Solemos pensar en las físicas como la antítesis de la precisión. Este juego mezcla las dos con acierto
Los drones son un tostón porque pueden asomarse por las puertas, ventanas o agujeros en las paredes de los edificios para encontrarte. Cuando dejas caer munición u otro consumible al suelo para que los recoja un compañero, si estás en una pendiente los objetos se resbalarán. Rodar no es lo mismo estando de pie que en cuclillas, y deslizarte por el suelo te hará recorrer una distancia que depende del impulso o la pendiente del terreno.
Descubrir esa clase de cosas es satisfactorio. La primera vez que ves un saltador cortándote el paso naturalmente, estés donde estés, tiene algo especial; como también lo tiene eso de pedir una extracción y que justamente estos robots estuvieran haciendo presión para entrar en la puerta que se cierra. Todo eso es muy divertido, y es donde Arc Raiders se hace contigo.
Enemigos serios, pero con físicas divertidas
No te deja indiferente. Otros juegos más ortodoxos habrían diseñado enemigos con patrones de ataque minuciosos o difíciles, pero este es sencillamente original. Es difícil predecir con exactitud dónde va a acabar un dron cuando le rompes la turbina, porque eso depende de hacia dónde se mueva y las turbinas específicas que hayas roto; como tampoco sabes del todo hacia dónde va a saltar el saltador. En lugar de eso, huyes y rezas lo que sepas porque es lo que te pide la situación.

Lo de los saltadores es una bizarrada: imponen, pero no esperas que actúen como lo hacen.
Y me alegra que esto sea así porque quizá, si tenemos mucha suerte, otros desarrolladores llegarán a conclusiones parecidas y se sentirán inspirados a llevar las físicas más allá de donde lo hicieron los juegos de humor al estilo de Baby Steps o Human: Fall Flat —producciones hibridando las mecánicas de ataque que ya hemos visto mil veces en los souls-like con la imprevisibilidad de las físicas.
Es soñar despierto, pero lo cierto es que Arc Raiders lo hace tan bien durante esa fase de aprendizaje en la que todos los enemigos dan miedito y tienes que encontrar la manera de lidiar con ellos, que uno no puede evitar ver el juego más como un sandbox que como otro mero contendiente en el duro mercado de los shooters de extracción. Diría que, en ese sentido, la dinámica de la partida sirve a un propósito secundario. Está ahí para gobernar la progresión, sin más.

Siempre congenié con desconocidos dando saltitos para mostrar que soy amigo, pero Arc Raiders tiene otra idea que me ha gustado aún más
He pasado en Arc Raiders más tiempo deambulando por los mapas para entender sus secretos, mecánicas y enemigos que para obtener botín. Para mí, encontrar materiales avanzados es algo de lo que solo me preocupaba cuando avancé lo suficiente como para decir, «o consigo esto o me atasco». Cuando las armas del principio me saben a poco para destruir ARCs más fuertes, o cuando los vendajes no me curan para los enemigos que voy a cazar.
Extraigo botín porque es necesario para continuar. Porque me lo piden desafíos, o porque con ello puedo hacerme armas a la altura de los mismos. Pero lo que me engancha no es eso: es su sandbox. Es como cuando le dices a un bebé «¡que viene el avión!» para darle la papilla. Yo también veía venir el componente de extracción y cerraba los labios a cal y canto. Pero oye, el combate es tan divertido que casi ni me doy cuenta de que me están quitando cosas cada veinte minutos.
En 3DJuegos | Los creadores de ARC Raiders también odian a los tramposos y se les ha ocurrido una idea para que no te arruinen tanto las partidas
En 3DJuegos | Hay muy buenas noticias sobre Arc Raiders. Los creadores del juego han aprendido de su mayor error y anuncian dos gigantescas actualizaciones
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Estoy pensando muy seriamente que buena parte del éxito de Arc Raiders se debe a que le da un giro a las físicas que se usan para hacer humor
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Mario Gómez
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SOCIEDAD
Qué significa que no te guste celebrar tu propio cumpleaños, según la psicología

No disfrutar de tu cumpleaños es más común de lo que se cree, aunque muchas personas den por sentado que es una fecha de felicidad y celebración. Desde la psicología, esta reacción puede estar relacionada con la forma en que procesamos el paso del tiempo, las expectativas personales, la autoimagen y la relación con la exposición social.
Según la psicóloga clínica Jamie Zuckerman, muchas personas experimentan lo que se conoce como birthday blues: una mezcla de ansiedad, incomodidad o tristeza que aparece alrededor del propio cumpleaños. Esto puede surgir por la presión de sentir que “deberíamos estar en cierto punto de la vida”, lo que nos invita, consciente o inconscientemente, a hacer un balance emocional del año vivido.
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A nivel emocional, el cumpleaños puede reactivar recuerdos o sensaciones difíciles, como comparaciones con otras personas, miedo a envejecer o frustración por metas no cumplidas. Además, la psicóloga Rebecca Ray señala que a algunas personas no les resulta cómodo ser el centro de atención, algo que está asociado a la introversión y a la sensibilidad social.
También puede haber un componente de protección emocional: cuando la persona tuvo cumpleaños pasados negativos, desilusionantes o con conflictos familiares, puede preferir evitar la celebración para no reactivar esa memoria afectiva. No siempre se trata de rechazo a la fecha en sí, sino a la carga simbólica que esta trae.
Por qué algunas personas prefieren no festejar su cumpleaños
- Ansiedad por expectativas: sentir que “hay que estar feliz” puede generar presión.
- Balance emocional: la fecha puede activar pensamientos sobre logros, tiempo y cambios.
- Incomodidad con la atención: ser el centro puede resultar desgastante o angustiante.
- Experiencias pasadas negativas: cumpleaños previos difíciles pueden influir en el presente.
- Preferencia personal: algunas personas simplemente disfrutan más la tranquilidad o la privacidad.
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En definitiva, no querer celebrar el cumpleaños no implica falta de alegría, ni mala actitud, ni aislamiento. Puede ser una forma de autocuidado, una preferencia de estilo de vida o una manera diferente de procesar el tiempo y la identidad. La clave está en respetar cómo cada uno elige vivir su día.
¿Cómo sienten estas personas el cumpleaños desde lo emocional?
Para muchas personas, el cumpleaños no se vive como una fiesta, sino como una fecha de introspección. Es un momento del año que invita a detenerse, evaluar lo que pasó y pensar en lo que viene. Este balance puede resultar movilizante, especialmente si existen expectativas sociales o personales sobre dónde “deberíamos estar” en la vida.
Desde la psicología, se entiende que estas emociones no necesariamente indican tristeza o malestar profundo, sino una manera personal de procesar el tiempo y la identidad. A veces, la incomodidad proviene simplemente de sentir que la fecha está demasiado cargada de significado: lo que otros ven como celebración, la persona lo atraviesa como un espacio de reflexión.
Aunque esté asociada con distintas celebraciones y actividades, la fecha sigue siendo personal. Por tanto, es válido festejarla según los intereses y preferencias de cada quien.
Cumpleaños, Psicología, TNS
SOCIEDAD
Atraparon a un adolescente por atacar a sillazos a un hombre para robarle en Córdoba y ya son dos los detenidos

Un joven de 17 años fue arrestado en las últimas horas, acusado de haber participado del violento robo al propietario de una agencia de juegos, en Córdoba. El episodio, en el que la víctima recibió golpes de todo tipo, incluso hasta con una silla, tuvo lugar a finales de octubre.
“La Fiscalía de Instrucción del Distrito II turno tres, a cargo de Luis Micheli, detuvo al menor de edad que permanecía prófugo de la Justicia y que estaría vinculado al robo en una agencia de Quiniela”, explicó el Ministerio Público Fiscal de la provincia.
Todo comenzó cuando los delincuentes intentaron llevarse la moto de la víctima, que estaba estacionada en local ubicado sobre calle Espora y las inmediaciones de la Ruta 20. Ambos agresores irrumpieron en la agencia cerca de las 11.30, y ante la resistencia del dueño comenzaron a pelear. En ese momento, el establecimiento estaba abierto al público.
La secuencia completa del episodio fue registrada por las cámaras de seguridad del comercio, en el sudoeste de la capital. El propietario, identificado como Ricardo, intentó impedir el robo y enfrentó físicamente a los agresores para obligarlos a salir de la agencia. El forcejeo se tornó violento y los atacantes comenzaron a golpearlo con el puño y con una silla.
“Yo estaba trabajando, entraron dos personas e intentaron meterse detrás del mostrador. Quise sacarlos afuera porque siempre hay una guardia cerca, vive una jueza. Es raro que roben ahí”, explicó a la prensa local. En su relato, describió cómo lo agredieron en el piso. “Me empezaron a pegar trompadas y a golpearme con la silla”.
A pesar de que resistió el intento de robo, los delincuentes se llevaron su teléfono celular y una suma de 40 mil pesos en efectivo, sin lograr sustraer la moto. Toda la escena quedó filmada, lo que permitió obtener imágenes precisas sobre los movimientos y la huida de los autores.
Tras el incidente, el propietario del comercio logró cruzar la puerta y pidió ayuda. En ese contexto, intervino el guardia de seguridad del área. Pese a los intentos de atrapar a los responsables, lograron escapar. “Cuando empecé a gritar apareció el guardia de la jueza. Intentó agarrar a uno, pero se zafó y escaparon los dos”, explicó el propietario.
La investigación de la Policía de Córdoba y la Fiscalía de Instrucción avanzó con base en el análisis de las grabaciones y los testimonios recogidos tras el incidente. Además de las imágenes, la víctima indicó que uno de los asaltantes llegó a amenazarlo verbalmente, advirtiendo que podía disparar, aunque no se pudo constatar si alguno de ellos portaba armas de fuego.
El arresto del adolescente se produjo este martes tras la orden de detención emitida por el fiscal, quien se encuentra a cargo de la investigación judicial. Por la misma causa, un hombre de 26 años ya había sido arrestado e imputado por el delito de robo calificado. La Brigada de Investigaciones de la Unidad Judicial 6 localizó al sospechoso luego de realizar distintas tareas de investigación.
La causa continúa bajo investigación y el expediente está caratulado cono “robo en grado de tentativa”. Los vecinos de la zona remarcaron que, cerca de la traza de las inmediaciones, ocurren asaltos frecuentes y actos de violencia en horarios comerciales.
A la par, el Ministerio Público sigue recabando pruebas y declaraciones con el objetivo de esclarecer completamente el episodio y determinar la participación concreta de los involucrados. De momento, ambos detenidos permanecerán a disposición de la Justicia.
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