ECONOMIA
Las grandes compañías planifican aumentos de sueldo al límite con la inflación 2025

A diferencia de lo que ocurre con las paritarias de empleados agremiados, que presentan grandes diferencias entre los aumentos de sueldos conseguidos para este año (con algunos sindicatos ya ajustando al 1% mensual que pretende el Gobierno), las grandes compañías que operan en la Argentina darán entre 32% y 34% de incremento a empleados fuera de convenio este año. A diferencia de 2024, cuando la prioridad era recuperar sí o sí el poder de compra de los salarios lo más posible, este año las organizaciones juegan al límite con la inflación.
La consultora WTW aseguró que casi 8 de cada 10 grandes compañías y filiales de multinacionales ya tienen definido su presupuesto salarial para 2025. Los aumentos de sueldo para empleados fuera de convenio serán de 34,6% en promedio, con extremos en 28,8% y 34% (entre el percentil 25 y 75), en tanto que el promedio de inflación que esperan es de 34,1% (las que menos pronostican, esperan 30% de alza de precios anual)
Marcela Angeli, Directora de Work & Rewards de WTW, mencionó que «el 80% de las empresas relevadas en esta edición planean dar ajustes acumulados a lo largo del año de entre un 29% y 36% siendo la mediana del 33%. Es decir que estos porcentajes se mantienen bastante similar a los presupuestos que las empresasplanificaban a inicios del año. Hubo una reducción de 1 a 2 puntos según el rango». Vale la pena remarcarlo porque mantener durante varios meses porcentajes de ajuste similares es un hecho casi inédito en la Argentina de los últimos años.
La encuesta se realizó a 436 compañías de distintos sectores entre el 2 y el 9 de junio. La estimación de inflación anual supera la del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que condujo el Banco Central entre 31 consultoras y centros de investigación locales e internacionales y 11 entidades financieras de Argentina. Para fin de año esperan que el Índice de Precios al Consumidor se ubique por encima del 28% anual.
Si esa previsión se cumpliera, sería un año de recuperación de poder adquisitivo para los salarios fuera de convenio previstos por las compañías encuestadas por WTW, incluso en las que previeron menores aumentos de sueldo. Pero como se puede divisar claramente con los promedios, la expectativa es la de empatar (63% de las empresas) o levemente superar esa inflación prevista para 2025 (19%).
Hay un 18% que ya proyectan incrementos que perderán con los precios. Y un abrumador 62% aseguró que ya no están implementándose medidas para reducir el impacto de la inflación en los sueldos.
El enfoque se reitera en otra de las últimas encuestas salariales realizadas en el país, la de PwC Argentina, que prevé subas del 32% en promedio para empleados fuera de convenio, y una inflación estimada en
En cuanto a la estructura salarial, PwC precisó que los directores siguen liderando la evolución de sus ingresos con un salario base promedio de alrededor de $12.000.000, seguidos por gerentes ($6.500.000) y jefes ($3.700.000). Estos valores varían dependiendo el tamaño de la organización, su industria y las áreas.
Empresas oscilan entre 3 o 4 aumentos de sueldo
El informe «Compensaciones, beneficios y talento» de PwC Argentina relevó más de 300 puestos en 178 organizaciones de distintas industrias, detalla además que, ante la baja de la inflación, este año se observa una vuelta a esquemas de ajustes más espaciados: si bien continúa predominando el esquema trimestral, la encuesta muestra un incremento en el segmento de compañías que aplican esquemas cuatrimestrales e incluso semestrales.
«Esto es un indicador de que las empresas ya no responden a urgencias inflacionarias, sino que tienen la capacidad de planificar con mayor previsibilidad», dijo Damián Vázquez, socio de PwC Argentina líder de Management Consulting..
«La reducción de la inflación y la estabilización del tipo de cambio abrieron un margen de maniobra para muchas compañías. Esto no solo les permite proyectar políticas salariales con mayor certidumbre, sino también concentrarse en otras prioridades clave como el desarrollo de talento, la adopción tecnológica y la transformación organizacional», explicó en un comunicado.
Por su parte, en WTW remarcan como las compañías aún proyectan sobre todo entre tres (31%) y cuatro (38%) ajustes salariales para 2025, con solo 15% volviendo al esquema de un alza por semestre y 4% dando solo un incremento.
Rubros con mejores aumentos de sueldo
En este marco de mayor estabilidad, WTW encuentra que los sectores que proyectaron dar un 35% de aumento de sueldo de mediana este año a empleados fuera de convenio son los de Servicios Profesionales, Industria Química, Entretenimiento y Comunicaciones, y los Bancos y Entidades Financieras.
Les siguen los de Alta Tecnología y los de Ciencias de la Salud Humana y Animal, con 34%; y la Industria y los Servicios con 33% de mediana. El resto de los sectores proyecta incrementos salariales inferiores a la mediana de 32,9%.
Por otra parte, con los menores aumentos proyectados en 25% anual de mediana, aparece el sector de Hierro, Aluminio, Minero y Metalurgia, seguido de la industria petrolera y las Fintech con 29% en 2025.
Ahora bien, en este contexto de mayor estabilidad y previsibilidad de precios, quienes entregaron ya la mayor parte del aumento previsto en el primer semestre del año son las que permitieron a sus empleados defender mejor su poder de compra, ya que se espera que en el segundo semestre el impacto de la inflación sea menor. «Hasta mayo, las empresas otorgaron un ajuste salarial del 16%, y planean otorgar hasta un 19% en el primer semestre,» resumió Angeli.
Las empresas de Ciencias de la Salud Humana y Animal tendrían en agenda dar el 24% del alza en los primeros seis meses del año, y le siguen con 21% la Alta Tecnología y Entretenimiento y Comunicaciones.
Del otro lado de la tabla, la industria petrolera y la Construcción con 13% son las que menos aumento dieron en lo que va del año, y le siguen la de Hierro, Aluminio, Minero y Metalurgia, y la Agropecuaria, con 16 por ciento.
Vale la pena mencionar que este contexto permitió elevar hasta 8,5% los puntos de aumento salarial promedio por mérito, por encima de los ajustes generales. De mínima se otorgarán 5,9% por este concepto y 15,2% de máxima. En las empresas en las que se utiliza, de media el 60% de la población recibirá un ajuste por mérito.
«Dentro de estos porcentajes de ajustes previstos, se incluye lo que corresponde a incrementos por merito, que se estima en un 6,5%, siendo el rango de entre el 4% y el10%», aclaró Angeli.
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ECONOMIA
Renunció la número 2 del FMI, de estrecha relación con Argentina: los motivos de su salida y el mensaje de Caputo

La subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, anunció que dejará su cargo a fines de agosto para regresar a la Universidad de Harvard, donde retomará su actividad académica como profesora de economía.
La noticia fue confirmada este lunes por la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, quien elogió su paso por el Fondo en un contexto global complejo.
Gopinath, de perfil técnico y considerada una figura central dentro del staff del FMI, había ingresado al organismo en 2019 como economista jefe -la primera mujer en ocupar ese cargo- y fue promovida al segundo puesto más alto del organismo en enero de 2022. Durante su gestión, encabezó el trabajo analítico en áreas como política fiscal, monetaria, comercio internacional y deuda.
Renunció la número 2 del FMI y Luis Caputo la despidió en redes
En sus palabras de despedida, Gopinath expresó: «Estoy profundamente agradecida por mi tiempo en el FMI. Tuve el privilegio de trabajar con un equipo brillante y comprometido, colegas de la gerencia, el Directorio Ejecutivo y autoridades de distintos países. Ahora regreso a la academia, donde espero continuar investigando sobre finanzas internacionales y macroeconomía para afrontar desafíos globales, además de formar a la próxima generación de economistas».
Desde Argentina, el ministro de Economía Luis Caputo se despidió públicamente de Gopinath a través de la red X (ex Twitter): «Gracias por su arduo trabajo y apoyo a nuestro programa económico durante el último año y medio. También agradecemos profundamente su continua confianza en el equipo. Te deseamos todo lo mejor en Harvard«.
El mensaje de Luis Caputo sobre la salida de Gita Gopinath, la número 2 del FMI
Gopinath mantuvo una relación fluida con el equipo argentino que gestiona el acuerdo con el FMI y tuvo un rol relevante en los diálogos técnicos. En febrero de 2024 visitó Buenos Aires, donde se reunió con el presidente Javier Milei y con el propio Caputo, en el marco de un nuevo tramo de negociaciones.
Desde el organismo, Georgieva la describió como «una colega excepcional, una líder intelectual sobresaliente y una excelente gestora», destacando su capacidad para combinar análisis riguroso con propuestas concretas de política económica. Añadió que su aporte fue clave en tiempos marcados por «la pandemia, conflictos armados, crisis del costo de vida y profundas transformaciones en el comercio mundial».
Durante su paso por el Fondo, Gopinath fue también una de las autoras del plan de vacunación global desarrollado durante la pandemia, un documento que Georgieva consideró fundamental:
«Llenó un vacío importante a nivel mundial«, dijo. Además, lideró la creación del Marco Integrado de Políticas (IPF), herramienta con la que el Fondo busca asistir a países frente a crisis económicas complejas.
Su última actividad oficial fue en Durban, Sudáfrica, durante la cumbre del G20 de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales, donde compartió espacio con la comitiva argentina encabezada por el secretario de Finanzas Pablo Quirno. Allí, Gopinath trazó un panorama global atravesado por desequilibrios persistentes.
Su última aparición oficial y el análisis de un «contexto complejo»
«Desde abril, los indicadores económicos reflejaron un contexto complejo influido por las tensiones comerciales», afirmó. Señaló que se detectó «una clara anticipación de operaciones ante el aumento de aranceles y cierto desvío del comercio«, aunque reconoció también que se percibió «una mejora en las condiciones financieras globales tras algunos acuerdos que redujeron los aranceles promedio».
Respecto a los precios, Gopinath consideró que «la caída de la demanda y el descenso en los precios de la energía apuntan a una baja sostenida de la inflación», aunque aclaró que «las trayectorias difieren entre países».
En su diagnóstico más preocupante, advirtió que «la incertidumbre comercial y geopolítica sigue siendo elevada», y alertó que «las valuaciones de activos volvieron a niveles exigentes, el apalancamiento sigue siendo elevado en algunos sectores del sistema financiero, y la presión periódica sobre los rendimientos de bonos soberanos y el funcionamiento de los mercados implica riesgos con potencial de impacto generalizado». Según explicó, este escenario se da «en un contexto de altos déficits fiscales y menor liquidez».
El regreso de Gopinath a Harvard marca el cierre de un ciclo que dejó huella en el FMI, con implicancias directas para países como Argentina, en un momento en que los desafíos financieros siguen siendo intensos a escala global.
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ECONOMIA
El costo oculto que paga el Gobierno para contener al dólar: ya hay señales de freno en el crédito

Si de algo se ha jactado el ministro de economía, Luis Toto Caputo, es de que bajo su gestión «los bancos volvieron a trabajar de bancos». En otras palabras, que la masa de dinero depositada por los ahorristas empezaba a canalizarse al crédito y no a estacionarse en la renta fácil de los pasivos del Banco Central o bonos del Tesoro. Según Caputo, el mérito era del superávit fiscal: como ya el sector público no necesitaba un flujo continuo de pesos para financiar sus gastos corrientes, entonces se había generado la posibilidad de que el crédito al consumo y a las empresas volviera a crecer.
Sin embargo, los analistas del mercado están viendo un posible punto de inflexión. A pesar de que las cuentas fiscales siguen dando superávit, el crédito empieza a sentir un freno. En parte por una saturación del mercado -algo que se refleja en la suba de los índices de morosidad de las familias- pero en parte, también, por la propia política económica, que induce a una gran suba de tasas de interés.
Lo ocurrido en los últimos días es una prueba contundente de que, ante una turbulencia imprevista, el gobierno ha elegido qué objetivos priorizar y cuáles sacrificar. La inflación es el principal argumento electoral de Javier Milei -como quedó en evidencia por la euforia con que se celebró el IPC de 1,6% de junio-. Y, aunque no se lo admita en público, también quedó en claro que la estabilidad cambiaria es otro objetivo innegociable.
Prueba de ello es la contundente intervención del Banco Central en el mercado de futuros, donde llegó a poner contratos por hasta u$s2.700 millones en una sola jornada, con el objetivo de desinflar expectativas de una disparada del dólar. Por más que el discurso oficial del gobierno sostenga que la inflación es causada por el exceso de pesos y niega que exista el fenómeno del «pass through» -el contagio del dólar a los precios-, lo cierto es que, en la práctica, se ha comportado de la manera tradicional. Es decir, recurriendo al dólar como ancla, en un mercado donde las empresas remarcan sus listas de precios ante el menor atisbo devaluatorio.
Es un tema que ha motivado comentarios irónicos por parte de los analistas. Por ejemplo, Javier Okseniuk, de la consultora LCG, publicó un informe muy crítico sobre la política monetaria oficial y, alterando la frase de cabecera de Milei, escribió: «Para el Gobierno, la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno cambiario».
La variable de ajuste
Si no se puede resignar ni la desinflación, ni la estabilidad cambiaria, ni el recorte del gasto ni la recaudación tributaria, alguna variable de ajuste tiene que quedar para el caso de que ocurra un shock imprevisto o que el público se ponga a la defensiva por la típica incertidumbre pre-electoral.
Y esa variable han sido las tasas de interés, que subieron a niveles difícilmente justificables -una tasa efectiva de 47% anual en una economía que prevé una inflación de 20% para los próximos 12 meses-. Semejante diferencial es típico de los momentos en que se desploma la demanda de pesos por la expectativa de una devaluación.
Lo mismo se refleja en las tasas de los bonos CER -que ajustan como la inflación- que está en un llamativo nivel de 14% anual.
En el mercado se debate sobre si estos niveles de tasa serán apenas temporales -hasta que se disipe el temor generado por el «shock de liquidez» tras el desarme de las LEFI- o si será la tónica de los próximos meses.
En todo caso, la consecuencia de tasas muy altas y de menor liquidez bancaria es el de un empeoramiento en las condiciones para el crédito. En aras de llegar a las elecciones sin turbulencia financiera, el gobierno está dispuesto a sacrificar, como variable de ajuste, lo que consideraba uno de sus principales logros.
Para peor, esta situación se da en el marco de una serie de defaults privados, que hacen temer por una nueva ola de incumplimientos ante la imposibilidad que encuentran las empresas de «rollear» sus vencimientos a una tasa aceptable.
¿Un punto de inflexión?
Las cifras empiezan a dar cuenta de un cambio de humor en el mercado. En junio, los préstamos del sector bancario tuvieron un crecimiento mensual real de 2,6%, lo cual implica una ralentización respecto de los meses anteriores, cuando el crecimiento venía a una velocidad de 3,9%.
Son cifras que lucen pequeñas en comparación con las de hace un año, cuando el financiamiento a las empresas crecía de volumen a un ritmo de 17% real mensual, mientras que el consumo subía a una velocidad de 10% real. Claro que en aquel momento había razones de peso para que se viera semejante crecimiento: en primer lugar, que se estaba en recuperación de un escenario previo de muy bajo crédito; y en segundo lugar, que había una agresiva política oficial de baja de las tasas de interés.
Ahora, ya hay indicios de un punto de inflexión. Un informe de Julián Muntane para la consultora Di Stefano señala que, desde julio, los préstamos por tarjeta están cayendo a un ritmo de 7,1% mensual, mientras que también disminuyen los depósitos, aunque a un ritmo menor, de 1,4%.
«Por lo tanto, está comenzando un doloroso proceso de cancelación de deudas caras, que en su momento se tomaron a mansalva y sin conciencia. La primera mitad del 2025 puede decirse que no hubo emisión primaria, pero sí emisión secundaria, que es la que se da a través de la creación de dinero ‘de la nada’ a través de los bancos, prestando dinero proveniente de depósitos en cuenta corriente y cajas de ahorro», señala el reporte.
Y la percepción que predomina en el mercado es que esa tendencia se profundizará en los próximos meses. «Posiblemente el gobierno apunte a menores tasas reales hacia adelante, para impulsar crédito y actividad económica, pero que no querría ver, al menos hasta las elecciones, una baja muy significativa», observa un informe de la gestora de fondos SBS.
Medidas que restan liquidez
Por lo pronto, las últimas medidas de política económica refuerzan esa percepción de un freno al crédito. El presidente del Banco Central, Santiago Bausili, justificó medidas que obligarán a los bancos a «un manejo más eficiente de su liquidez», una frase que implica que se fomentará la alocación de pesos en títulos de corto plazo, y que no habrá ayuda del BCRA en forma de colocaciones «overnight» -ni pases pasivos ni las LEFI que pagaban intereses diariamente-.
Y ahí aparece una de las críticas que en el mercado se le hace al gobierno. Tras el levantamiento del cepo, el Banco Central no sólo anunció la muerte de esos pases pasivos, sino que, además, se dejó de ofrecer los llamados «pases activos» -préstamos de efectivo a los bancos en caso de necesidad-. En teoría, esa medida se enmarcaba en la política deliberada de retirar liquidez de la plaza para controlar la inflación y, además, para inducir al uso de los «dólares del colchón».
Pero hubo efectos colaterales: al perder la asistencia de su «prestamista de última instancia», el gerente del banco no puede arriesgarse a tener poco efectivo en caja, porque si ocurre un imprevisto no puede responder ante sus clientes. Y eso lleva a que en el sistema se empezó a juntar liquidez «por las dudas».
Es decir, al revés de lo que argumentaba el gobierno, no toda la captación de depósitos estaba destinada a la expansión del crédito, sino a una previsión por retiros. En la medida en que se consolide un proceso de disminución de depósitos, esa necesidad de liquidez a la mano será más grande. Y en situaciones así sufre el crédito, porque más pesos van a colocaciones financieras de corto plazo.
¿Quién detiene al spread?
En esa misma línea se inscribe el aumento de los encajes para las billeteras electrónicas. Es cierto que, como dice Bausili, había un trato desigual a estas entidades y a los bancos, que permitía que las «fintech» tuvieran el atractivo de remunerar a sus usuarios con tasas promedio de 25% anual.
Ahora, al tener que alojar más liquidez obligatoriamente en encajes, esas financieras tendrán que retirar pesos de los fondos de money market. Estos fondos manejan un volumen de $39 billones, y se estima que más de un 10% de ese monto corresponde a los depósitos de las billeteras virtuales.
¿Cómo reaccionarán los pequeños ahorristas? Es difícil suponer que utilicen las alternativas más sofisticadas, como los bonos del Tesoro. Por lo que sólo hay dos opciones: o se resignan a un premio menor por sus depósitos, o directamente cancelan para refugiarse en dólares.
En todo caso, lo que se está previendo es una mayor distancia entre las tasas que los bancos les cobran a los tomadores de crédito y la que pagan a los ahorristas -el «spread de tasa», en la jerga financiera-.
Los créditos para el consumo pueden llegar a niveles de 160% de costo financiero total, mientras la remuneración de plazos fijos para los ahorristas llega, en los depósitos más largos, al 30% efectivo anual.
En el sector corporativo las tasas son menores, pero aun así muy por encima de la inflación prevista. El rubro agrícola, por ejemplo, que suele obtener mejores tasas por su condición de exportador, se puede obtener crédito al 50%, pero sigue siendo un monto que los productores ven como caro, dada la disminución de sus márgenes de rentabilidad.
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ECONOMIA
La actividad económica frenó su recuperación mensual, pero creció 5% interanual

Luego de haber mejorado 1,8% mensual en abril, la actividad económica frenó su crecimiento en mayo, aunque mantuvo una tasa positiva en la variación interanual.
Así lo informó este lunes el INDEC, al dar a conocer el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) del quinto mes del año. El dato fue analizado por el ministro de Economía Luis Caputo, quien señaló que pese a la caída, la actividad se encuentra en el mismo nivel de abril.
La actividad económica frenó su recuperación mensual en mayo
En mayo, el EMAE registró una suba de 5,0% en la comparación interanual (ia) y una caída de 0,1% respecto a abril en la medición desestacionalizada (s.e.), según informó INDEC.
Así, en los primeros cinco meses del año, acumula una mejora del 6,1% frente al mismo período del 2024.
Con relación a igual mes de 2024, trece de los sectores de actividad que conforman el EMAE registraron subas en mayo, entre los que se destacan Intermediación financiera (25,8% ia) y Pesca (12,2% ia).
La actividad de Comercio mayorista, minorista y reparaciones (10,0% ia) fue la de mayor incidencia positiva en la variación interanual del EMAE, seguida de Intermediación financiera (25,8% ia) e Industria manufacturera (5,0% ia).
Por su parte, dos sectores de actividad registraron caídas en la comparación interanual: Electricidad, gas y agua (-9,0% ia) y Administración pública y defensa; planes de seguridad social de afiliación obligatoria (-0,9% ia). Estas actividades le restan 0,20 puntos porcentuales al crecimiento interanual del EMAE.
Al repasar los datos, Caputo aclaró: «Hubo corrección de los dos meses anteriores: marzo de -1,9% a -1,7% y abril de +1,9% a +1,8%. Esto hace que, a pesar de la baja de 0,1% en mayo, el indicador quede en el mismo nivel que tenía en abril pasado».
Perspectivas de consumo a la baja, una señal de alerta para el Gobierno
En un contexto de un mayor apretón monetario y una política de ingresos contenida, con las paritarias corriendo por debajo de la inflación, el consumo llegará a las elecciones con un nivel pinchado.
La estrategia de que el crédito se convierta en el empuje de la actividad económica quedó ahora en crisis, tras el encarecimiento de las cuotas.
Un informe del Banco Central acaba de revelar que las familias ya tienen comprometido el 19% de sus ingresos en el pago de cuotas. Eso significa que no existe demasiado espacio para seguir tomando deuda para consumir.
La economía «de contado» sigue en niveles históricamente bajos, a pesar de que la inflación mensual va para abajo.
Justamente, en las grandes compañías fabricantes de alimentos, bebidas y productos de higiene personal y limpieza, consultadas por iProfesional, admiten que no tienen margen para trasladar la suba de sus costos dolarizados (materias primas) a los precios finales.
«Privilegiamos no perder volumen de ventas. Aunque el margen de rentabilidad ya se encuentra en mínimos históricos», resumió el director de una alimenticia líder.
Así, más allá del crecimiento interanual, el ruido político y financiero puede afectar tanto el consumo como la actividad económica en los próximos meses.
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impuestos, legales, negocios, tecnología, comex, management, marketing, empleos, autos, vinos, life and style,
campus, real estate, newspaper, news, breaking, argentine, politics, economy, finance, taxation, legal, business,
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