ECONOMIA
Las razones por las que los gigante del agro argentino están cayendo

En los últimos meses, se viene registrando un cambio de paradigma respecto al sector agropecuario, donde varias empresas de renombre del rubro comenzaron a tener problemas en la cadena de pagos.
Gigantes del calibre de Los Grobo, Agrofina y Surcos, y otras que están siendo observadas de cerca, conforman un grupo de empresas agrícolas que enfrentan serios desafíos financieros. Los Grobo Agropecuaria, líder en el negocio agrícola, con acopio y venta de insumos en todo el país, representa el caso más emblemático de lo que está ocurriendo con las insumeras del sector.
Suele decirse en los pasillos de los eventos agropecuarios que cambió el paradigma productivo, que «se acabó el negocio financiero y especulativo, para pasar a uno netamente productivo». Ese contexto resulta ideal para los productores, pero no tanto para las empresas, ya que no todo es tan sencillo como parece.
En la agroindustria en general se están viendo ajustes en la competitividad, atados a la crisis económica que atraviesa la población argentina, que en su mayoría consume menos. Grandes empresas como Ledesma, Verónica, Granja Tres Arroyos, Georgalos, entre otras, son ejemplos de la crisis de consumo. Estas firmas demandan grandes volúmenes de materias primas del sector agropecuario (caña de azúcar, leche, maní, pollos) y, ante las dificultades, el suministro también se resiente.
Gigantes del campo, en crisis: el contexto productivo
En el rubro agrícola, donde la soja, el maíz y el trigo siguen siendo los reyes de las pampas, la lógica es distinta, pero el resultado final es similar. Las que están sufriendo son las empresas proveedoras de insumos (semillas, acopio, servicios, fitosanitarios), y no tanto los productores ni los compradores de los granos.
El escenario actual está marcado por una baja en los precios internacionales de las commodities, pero al mismo tiempo por costos internos de producción cada vez más elevados. Fertilizantes, herbicidas, alquileres de tierra y combustibles encabezan la lista de los principales obstáculos para los márgenes de rentabilidad de los productores. La presión fiscal, en especial las retenciones, también contribuye a empeorar el panorama, al reducir el precio neto que reciben los farmers.
En esta cadena, el proveedor de insumos es el eslabón más expuesto. Los productores adoptan planteos de siembra más defensivos, es decir, con menor inversión en tecnología e insumos básicos, y se enfocan en tratar de salvar la campaña. A sabiendas de que se pierde producción y rentabilidad, hacer inversiones en el campo sigue siendo una actividad de alto riesgo, especialmente para quienes alquilan la tierra, que hoy representan al menos el 75% de los productores.
La inestabilidad política y económica, el clima, las guerras, las plagas, las disputas comerciales y las amenazas de nuevos aranceles, junto con un tipo de cambio que muchos consideran atrasado, son factores que siguen presentes en la mente del productor a la hora de sembrar. Por eso, la producción argentina de granos permanece estancada, pese al enorme potencial del país.
Con este panorama, las principales «ajustadas» son las empresas de insumos, que ven reducido su mercado frente a productores cada vez más cautelosos. Quien puede, ajusta la dosis de siembra para ahorrar semilla, aplica menos fertilizante o elige productos herbicidas de menor valor. Así, la torta de mercado que históricamente se repartían las insumeras se achicó, y la competencia se volvió feroz. En este contexto, un paso en falso, por mínimo que sea, puede dejar a una empresa fuera del partido.
La crisis del sector afecta a todas las empresas por igual
En los últimos meses, resonaron noticias sobre la situación de empresas como Los Grobo, Agrofina y Surcos, todas firmas nacionales que enfrentan serios problemas. El caso de Los Grobo se hizo oficial tras la presentación de un concurso preventivo de crisis, luego de no poder hacer frente a sus compromisos financieros vinculados a Obligaciones Negociables.
Pero no se trata de un caso aislado. En los últimos días, comenzaron a circular rumores de que otras compañías del sector, como Rizobacter y Bioceres, estarían también atravesando dificultades financieras. Ambas pertenecen al mismo grupo empresario.
Rizobacter, con sede en Pergamino, se dedica a la producción de inoculantes biológicos para semillas, y es una de las líderes globales en ese segmento. Bioceres, por su parte, es reconocida por el desarrollo de cultivos como trigo y soja HB4 resistentes a la sequía, y por su rol como generadora de tecnologías para semillas.
Si bien desde el grupo descartan cualquier tipo de inconveniente, la calificadora de riesgo Fix bajó la nota de Rizobacter: la calificación de emisor de largo plazo, así como la de sus Obligaciones Negociables, pasó de A+(arg) a A(arg), con perspectiva negativa.
Según explicó la consultora, la baja se sustenta en el deterioro de las métricas financieras de Rizobacter, así como también de su controlante Bioceres Crop Solutions (BIOX), con quien mantiene un vínculo estrecho.
En concreto, Rizobacter mostró, en el año móvil a marzo de 2025, una caída del margen EBITDA al 10,6% (medido en dólares) y un elevado nivel de deuda en torno a los 181 u$smillones, con un apalancamiento de 7,5x y cobertura de intereses de 1,4x, según los registros de esta agencia.
Algo similar ocurre con Agrality, empresa dedicada a servicios de siembra, donde Bioceres posee el 50% del capital accionario. Según Fix, si bien la compañía tiene como clientes a empresas internacionales de buena calidad crediticia, la elevada concentración de ventas en pocos actores representa el mayor riesgo. «Un retraso en los pagos, la rescisión de contratos o su no renovación pueden afectar significativamente los flujos de Agrality. Y dado que opera en un mercado de nicho, reconfigurar el negocio rápidamente sería muy difícil», advirtió la calificadora.
Gigantes y pymes: menos empleados y problemas para pagar sueldos
Lo que está ocurriendo no afecta solo a las empresas de origen nacional. Las grandes multinacionales también debieron recortar estructuras y presupuestos para adecuarse a esta nueva realidad productiva. El fenómeno es global, pero en Argentina empresas como Bayer o Corteva redujeron equipos, despidieron especialistas y cerraron líneas de investigación ante el deterioro del negocio de los insumos.
Y no se trata solo de los grandes jugadores: también pequeñas empresas nacionales de servicios, que distribuyen agroquímicos en los pueblos del interior de las principales provincias productoras, enfrentan serias dificultades. Varias debieron recortar personal, y algunas más grandes advirtieron que no podrán hacer frente a préstamos que habían tomado.
La sequía de las últimas tres campañas, sumada a la fuerte irrupción de la chicharrita del maíz, impactó severamente en la producción de ese cereal. En algunos casos, el golpe fue tan fuerte que llevó directamente a la cesación de pagos. Una empresa cordobesa, por ejemplo, informó a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que no abonará el último pago de capital e intereses correspondiente a una Obligación Negociable PyME lanzada en enero de 2022.
De esta forma, el escenario para las empresas del rubro agrícola se encuentra marcado por la incertidumbre. Cualquier paso en falso, puede derivar en serios problemas financieros, y terminar engrosando una ya extensa lista de empresas del rubro que acusa dificultades.
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ECONOMIA
Kristalina Georgieva: “Tal vez este sea el último programa de la Argentina con el FMI”

El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene diálogos avanzados para coordinar junto a Estados Unidos, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) un paquete de apoyo financiero destinado a la Argentina.
Desde Washington, la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, detalló a la agencia Reuters la existencia de gestiones multilaterales para definir los lineamientos de la ayuda, que incluyen el aporte de Estados Unidos, y anticipó resoluciones inmediatas respecto de la asistencia. “Esperamos decisiones sobre el tema en breve”, afirmó la funcionaria.
“Si me pongo mi sombrero de optimista, tal vez pueda decir que podría ser el último programa del FMI con Argentina”, dijo.
Entre las opciones en evaluación, según relató Georgieva, figura la posibilidad de que Estados Unidos transfiera a Argentina sus Derechos Especiales de Giro (DEG), modalidad ya utilizada con Qatar en 2023. Los DEG constituyen activos de reserva dentro del FMI, instrumentados para fortalecer la liquidez de países miembros en situaciones críticas.
Para la titular del organismo, la acumulación de reservas constituye el desafío central para el Gobierno. Las palabras llegan en momentos en que el Gobierno utiliza parte de sus escasas reservas para contener las presiones sobre el dólar.
“Cuando el país pueda afrontar las obligaciones del servicio de la deuda y las presiones internas, con una sólida posición de reservas, entonces, por supuesto, podrá continuar implementando sus programas y mantener a la población argentina comprometida”, puntualizó la titular del organismo multilateral de crédito.
Georgieva también indicó que su aspiración es que Argentina logre autonomía financiera sostenida. “Mi sueño es que Argentina se valga por sí sola. Tiene todos los ingredientes para prosperar. Lo que le faltaba era en el ámbito político”, subrayó.
Las negociaciones en la capital estadounidense siguen de cerca tanto los avances en la instrumentación del supuesto “swap” de Estados Unidos como la reacción de los actores políticos en Washington y Buenos Aires frente a este nuevo paquete de apoyo internacional. La dinámica entre Argentina y el organismo multilateral forma parte de un proceso histórico marcado por la repetición de programas y la búsqueda de salidas estructurales a una crisis persistente.
Noticia en desarrollo
ECONOMIA
El Tesoro liquidó 80% de divisas que compró al agro y la City alerta por dólar en techo de la banda

En el mercado advierten que muy pronto el Tesoro se quedará sin dólares para seguir frenando el tipo de cambio en los niveles actuales ($1.430 en la plaza mayorista). De suceder, repuntaría rápidamente hasta el techo de la banda de flotación (ayer, en $1.484,16) y el Banco Central tendría que salir a vender reservas para frenarlo, tal como establece el esquema cambiario, y la tensión cambiaria se haría aún más visible.
La eventual ausencia de oferta del Tesoro y la cercanía con el tope de la banda superior (apenas 3,8%) harían que la cotización oficial trepara inmediatamente hasta ese nivel, a menos que aparezcan señales muy positivas vinculadas con la política o el financiamiento de Estados Unidos a la Argentina que alivien la presión de demanda de dólares o que el Gobierno aplique más restricciones a la operatoria.
La advertencia surge en medio de la seguidilla de abultadas ventas de divisas por parte del Tesoro para mantener planchado al tipo de cambio en estos niveles. Según trascendidos desde fuentes oficiales, ayer habría vendido otros u$s280 millones y la venta del lunes habría ascendido a u$s480 millones. Entre el miércoles y viernes de la semana pasada, el monto fue de alrededor de u$s950 millones.
En apenas cinco jornadas hábiles, las ventas netas del Tesoro ascienden a poco más de u$s1.700 millones, por lo que ya se gastó el 78% de los más de u$s2.200 millones que compró días atrás, producto de la liquidación extraordinaria del agro sin retenciones. Los analistas estiman que al Tesoro le quedan menos de u$s700 millones en su cuenta del BCRA, por lo que el «poder de fuego» para seguir frenando al tipo de cambio debería agotarse muy pronto.
A este ritmo, no tardaría más de tres jornadas en suceder. En tal caso, la autoridad monetaria lo esperaría en el techo de la banda de flotación para frenarlo con ventas de reservas. Pero, tal como se observó recientemente cuando la cotización llegó al tope, la presión de demanda probablemente se acentuaría y la brecha del oficial con los paralelos se ampliaría, con el incentivo adicional de la cercanía de las elecciones, dinámica que el Gobierno busca evitar frenando el precio antes del techo de la banda.
Prevén suba del dólar hasta el techo de la banda
«Si las ventas de divisas del Tesoro se mantienen al ritmo actual, el poder de fuego para frenar al dólar alcanzaría para sólo dos días más, tras lo cual el tipo de cambio oficial podría alcanzar la banda superior del esquema cambiario, lo que obligaría al Banco Central a intervenir con ventas de reservas en el mercado», advierte el equipo de research de Max Capital.
El bróker de bolsa sostiene que, en base a lo observado en la última semana, la estrategia del equipo económico del Gobierno parece ser mantener al tipo de cambio oficial planchado en un mismo precio, alrededor de $1.430 en la plaza mayorista, hasta las elecciones del 26 de octubre. Para ello, se posiciona con oferta de dólares en ese nivel, vendiendo todo lo necesario para abastecer la demanda privada, que se mantiene firme.
«El tipo de cambio oficial mayorista se movió ayer nuevamente muy planchado sobre los $1.430, al igual que ocurrió en la rueda del lunes, para terminar levemente por debajo ($1.429,5). La jornada estuvo marcada por nuevas ventas de divisas del Tesoro en el mercado, seguramente en el ‘magic number’ de esta semana, que es de $1.430″, agregan los analistas de Guardian Capital.
El equipo de asesoría financiera resalta que tras las últimas intervenciones oficiales el saldo negativo del Tesoro se aproxima a los u$s2.000 millones, generado en apenas cinco jornadas hábiles, por lo que estima que a este ritmo en lo que resta de la semana podría «reventar» todo o casi todo lo que compró durante el esquema de retenciones cero al sector agroexportador.
Presión sobre el dólar en ascenso
Portafolio Personal Inversiones destaca la presión alcista que también se observa en el mercado de futuros de dólar y los movimientos de las últimas jornadas refuerzan la percepción de que los inversores creen que el equipo económico del Gobierno buscará mantener las bandas de flotación hasta las elecciones del 26 de octubre, aunque la confianza en la sostenibilidad de este esquema más allá de esa fecha aún continúa en duda.
«Como viene sucediendo desde hace varias jornadas, las posturas oficiales provenientes de fondos aportados por el Tesoro sirven como dique de contención de la cotización oficial del dólar. Esto hace que el precio lateralice y, al mismo tiempo, sirve como fuente casi exclusiva de aprovisionamiento para una demanda que no encuentra una contraparte genuina del lado de la oferta privada», señala Gustavo Quintana, operador PR Corredores de Cambio.
El operador de cambios sostiene que las ventas de dólares por parte del Tesoro, efectuadas mediante la intervención del Banco Central en el mercado oficial, continúan siendo la «principal fuente de abastecimiento de divisas en un escenario que, salvo algún imponderable, se repetirá hasta las elecciones legislativas que se realizarán a finales del mes».
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ECONOMIA
Al Gobierno le quedan cerca de USD 700 millones de los que liquidó el campo para evitar que el dólar llegue al techo de la banda

El Tesoro argentino cuenta con cerca de USD 700 millones para evitar que el dólar oficial llegue al techo de la banda de flotación y que el Banco Central deba recurrir a parte de sus escasas reservas para mantener la cotización dentro del esquema cambiario vigente, según fuentes con conocimiento del tema y operadores financieros consultados por Infobae.
Faltan doce ruedas para las elecciones legislativas y se anticipa una mayor demanda de divisas, mientras el Gobierno de Javier Milei aguarda los avances de las negociaciones que encabeza el ministro de Economía, Luis Caputo, en Washington para definir los detalles del salvataje que prometió Estados Unidos. El titular del Palacio de Hacienda se quedará en la capital norteamericana junto a su equipo al menos hasta el próximo martes, cuando tenga lugar la reunión que está pactada entre Milei y Donald Trump.
El Tesoro intervino este martes vendiendo divisas por sexta jornada consecutiva y, según Salvador Vitelli, jefe de research de Romano Group, ya acumula ventas por más de USD 1.600 millones. Esta estrategia se reactivó tras la liquidación extraordinaria del sector agropecuario asociada a la rebaja temporal de retenciones, que permitió al Gobierno captar solo USD 2.200 millones de un total estimado superior a USD 6.000 millones. Vitelli calculó que el stock para intervenir es de USD 741 millones.

El economista de GMA CapitaL, Nery Persichini, analizó la situación: “Al jueves, el stock de depósitos del Gobierno era de USD 1.678 millones. Las estimaciones de ventas en el mercado son USD 237 millones el viernes, USD 450 millones el lunes y USD 250 millones hoy. Con este ritmo, proyectamos que el poder de fuego es de USD 741 millones, lo que equivale a cuatro o cinco días de intervenciones si el mercado mantiene la tendencia reciente”.
Si esas divisas se agotan y la presión alcista sobre el tipo de cambio persiste, el Banco Central debería utilizar parte de sus reservas líquidas para defender el techo de la banda de flotación (USD 1.485). La autoridad monetaria intervino el mes pasado en tres rondas consecutivas previas a la rebaja de retenciones, por un total de USD 1.100 millones. Según cálculos privados, el poder de fuego de la entidad es de USD 13.000 millones líquidos, que incluyen depósitos y recursos enviados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Caputo se reunió este lunes con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, para discutir la asistencia financiera prometida por Trump y, posteriormente, con la directora del FMI, Kristalina Georgieva. Por ahora, no hay detalles sobre los montos ni plazos para la llegada de fondos.
La demanda preelectoral sigue creciendo mientras los argentinos recurren al dólar como refugio. En septiembre, los depósitos privados en dólares aumentaron en USD 1.600 millones, lo que muestra que los fondos aún permanecen en los bancos, aunque continúa la salida de dinero por gastos en el exterior.

La posible transformación profunda del régimen cambiario argentino tras las elecciones ganó consenso en el mercado, según informó Barclays en un reporte tras reunirse con 50 inversores y analistas en Buenos Aires. La entidad británica detectó acuerdo en la necesidad de avanzar hacia una flotación total del dólar después de los comicios del 26 de octubre.
Sobre la crisis cambiaria actual, Barclays recogió opiniones contrapuestas respecto a la evolución del mercado de divisas de aquí a las elecciones. Algunos creen que las últimas restricciones al arbitraje entre el tipo de cambio oficial y el paralelo limitarían la pérdida de reservas entre USD 2.000 millones y USD 4.000 millones antes de la votación. La mayoría anticipa mayor presión sobre el dólar a medida que se acerca el día electoral.
Ante este escenario, el endurecimiento de los controles cambiarios surge como una opción de bajo costo. Mientras se presenten como medidas transitorias, no generan percepciones dramáticas en lo económico ni en lo político, sino que son vistas como herramientas para contener el impacto en la coyuntura actual. Barclays advierte que este tipo de intervenciones tiene una consecuencia futura: la previsibilidad social incrementa el desafío para mantener un período preelectoral estable hacia 2027.
Estados Unidos y el FMI permanecen en el centro de las expectativas, mientras el Gobierno sostiene el tipo de cambio con recursos acotados y el mercado monitorea cada movimiento oficial, aún sin certezas sobre el próximo auxilio exterior. La presión sobre las reservas y la proximidad electoral configuran un escenario de máxima tensión en el mercado cambiario argentino.
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