ECONOMIA
El plan torniquete de Caputo enciende alarmas en el mercado: ¿la suba de tasas pone en riesgo el superávit fiscal?

El principal logro que festeja el Gobierno es, al mismo tiempo, el que más polémica está generando: los decibeles de la discusión sobre si el superávit fiscal es verdadero o si está «inflado» por la forma de contabilizar los intereses de la deuda están llegando a su nivel máximo.
Luis Caputo festejó su resultado positivo número 19 en las cuentas fiscales, con el superávit primario de $1,7 billones, aunque tuvo un alto en el resultado financiero -es decir, el que queda cuando, además de los gastos corrientes, se cuenta el pago de intereses de la deuda-. En ese plano, hubo un déficit de $168.515 millones, que el ministro atribuyó a una situación puntual: los vencimientos de los cupones semestrales de bonos.
Pero destacó que, en el acumulado de los primeros siete meses, el resultado financiero sigue siendo positivo por un 0,3% del PBI. Y se armó nuevamente la discusión.
Los que cuestionan la metodología contable del Gobierno afirman que, en realidad, no hay un superávit de 0,3%, sino un déficit de 1,6%, de acuerdo con las estimaciones de la consultora Equilibra.
El argumento es que, a la hora de informar las cuentas, el gobierno no considera los intereses que se van acumulando -pero que no se pagan hasta el final de la vida del bono- en el caso de las Lecaps, los títulos del Tesoro que absorbieron casi toda la liquidez que en otros tiempos se alojaba en las famosas «bola de Lebacs» -durante la gestión macrista- y «bola de Leliqs» -en la gestión de Alberto Fernández.
La discusión está planteada desde hace tiempo, pero se hace más dura en la medida en que el Tesoro convalida mayores tasas de interés en cada licitación de deuda -para el último «rollover» se pagó 69,2% anual y aun así «sobraron» $5,8 billones-.
Hablando en plata, ese monto de intereses asumidos, pero todavía no pagados ascendió a casi $20 billones, según estimó Christian Buteler, uno de los economistas más críticos sobre la metodología oficial.
El fantasma de las tasas en alza
El gobierno y sus economistas afines han desestimado las críticas, e incluso con acusaciones de que quienes protestan incurren en confusiones conceptuales dignas de un amateur. Sin embargo, cada vez son más los que, con matices, dicen que no hay que ignorar el peso de los intereses sobre el resultado fiscal.
Y no se trata solamente de los economistas abiertamente críticos, sino también los que comparten la filosofía fiscalista de Javier Milei.
Por caso, Nicolás Dujovne, exministro de economía de la gestión macrista, estimó en no menos de un punto del PBI ese costo financiero, aunque dijo que no se trataba de un problema grave dado el esfuerzo de recorte del gasto público hecho por el gobierno.
La gestora de fondos SBS, en su último reporte, advirtió que el problema se agrava a medida que las tasas de interés se hacen más altas en cada renovación de deuda.
«Dicho costo financiero existe y deberá reducirse desde los altos niveles actuales de tasas reales, para evitar presiones sobre el superávit primario necesario a mediano plazo para la sostenibilidad», argumenta SBS, que reclama «cuanto antes iniciar un sendero de tasas reales decrecientes compatibles no solo con la sostenibilidad de la deuda sino con el crecimiento económico general».
Pero la señal más preocupante para el gobierno viene nada menos que del Fondo Monetario Internacional, que en su último reporte, al tiempo que autorizaba el refuerzo de u$s2.000 millones para la caja del BCRA, dio su punto de vista sobre la contabilidad fiscal.
El staff del FMI sí considera que esos intereses deben ser contabilizados -aunque ajustados por inflación. De manera que, mientras para Toto Caputo esos intereses son igual a cero, para los economistas del Fondo que escribieron el reporte, ya son 2% del PBI. Como el superávit primario -el de ingresos y gastos corrientes, sin contar pagos de intereses- fue de 0,8% del PBI entre enero y mayo, entonces la conclusión es que el resultado fiscal total es negativo en 1,2% del PBI.
Caja, devengado y la doble imputación
La defensa del Gobierno es que la forma correcta de contabilizar esos intereses es en la relación entre la deuda total y el PBI, y que ese ratio está bajando -está en un 45%, mientras que a noviembre de 2023 rondaba el 56%.
Para los economistas que apoyan esta tesis, no se puede contar la acumulación de intereses de las Lecap en el resultado fiscal, porque supondría una mezcla de flujos con stocks, un error metodológico.
Y lo comparan con una persona que considere que sus finanzas del mes fueron negativas, porque tiene cuotas con la tarjeta hasta diciembre. El argumento de quienes defienden la contabilidad oficial es que, si se cuentan los intereses acumulados de las Lecaps, entonces también tienen que considerarse los ingresos futuros a la caja de ARCA y el efecto de la reactivación de la economía.
Entre quienes argumentan de esa forma figura Ramiro Castiñeira, analista de Econométrica, quien dice que, sea cual sea el método aplicado, hubo un ajuste de 15% del PBI. En «base caja», se pasó de 15% a 0%, mientras que en «base devengado» -es decir, capitalizando los intereses-, se pasó de un rojo de 17%a uno de menos de 2% del PBI.
«¿Y por qué baja el stock de la deuda pública si se capitalizan intereses? Porque se paga capital cash, principalmente de la deuda en dólares, en mayor magnitud de lo que se capitaliza la deuda en pesos», sostiene Castiñeira, para quien los críticos caen en el error de «doble imputación».
También el economista Fernando Corvaro argumentó en ese sentido, y observó que, si se consideran los intereses reales, en 2024 -cuando la renta era negativa ante la inflación- habría ocurrido el efecto inverso, en el que se habría reflejado un superávit irreal.
El debate parece no tener fin. Uno de los economistas más influyentes del mercado, Ricardo Arriazu -que ha elogiado abiertamente el programa de Milei- se refirió al tema y se preguntó qué diría Fray Luca Pacioli, el padre de la contabilidad, sobre este punto.
Según Arriazu, la clave pasa por mantener la consistencia entre las variaciones del gasto con la del patrimonio financiero. Y recordó que muchas veces en la historia reciente hubo erogaciones que quedaron registrados como deuda, pero no como gasto en las cuentas fiscales. Su recomendación es considerar los balances consolidados del Tesoro y el BCRA, dado que muchos gobiernos han usado al Central para ocultar déficits.
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ECONOMIA
Apretón monetario: el BCRA volvió a subir los encajes, en la previa a una nueva licitación clave

En la previa a una nueva licitación clave, el Banco Central decidió este lunes un nuevo endurecimiento en los requisitos de encajes bancarios, es decir, el porcentaje de depósitos que las entidades financieras deben inmovilizar en la autoridad monetaria y que no pueden destinar a préstamos o inversiones de libre disponibilidad.
El comunicado del BCRA aseguró que les permitirá a las entidades financieras integrar esos encajes mediante los títulos en pesos que el Tesoro colocará en la licitación de este miércoles.
Y detalló que se subirán en 3,5 puntos porcentuales los encajes remunerados, tanto para los depósitos a la vista como para plazos fijos y fondos comunes de inversión Money Market.
Apretón monetario: qué dice la nueva medida del BCRA
Según la Comunicación «A» 8306, a partir del 1° de septiembre de 2025 la exigencia para los depósitos en pesos subirá en 3,5 puntos porcentuales, mientras que desde este mismo lunes 25 de agosto se aplicará un incremento adicional de 2 puntos porcentuales sobre los depósitos a la vista (cuentas corrientes, cajas de ahorro y saldos de adelantos en cuenta corriente no utilizados).
El BCRA dispuso además que parte de esas exigencias se puedan integrar con títulos públicos adquiridos en suscripción primaria, siempre que tengan un plazo mínimo de 60 días al momento de su emisión.
Esta decisión implica una reducción de la liquidez disponible para crédito y operaciones de corto plazo en el sistema financiero. De esta manera, el equipo económico busca evitar que queden pesos sueltos y se puedan ir hacia el dólar.
La medida se da en un contexto de fuerte tensión cambiaria y política, a menos de dos meses de las elecciones legislativas, y en la previa de un nuevo vencimiento de deuda que el Gobierno deberá afrontar este miércoles, lo que refuerza la lectura de que la autoridad monetaria busca apuntalar la colocación de títulos públicos en el mercado local.
Un nuevo test clave para el Gobierno
El Gobierno se prepara para un nuevo desafío esta semana: el miércoles, enfrentará una nueva licitación con el objetivo de absorber $9 billones que vencen y evitar que los pesos sumen presión al dólar.
En ese escenario, este lunes el secretario de Finanzas Pablo Quirno anunció cómo estará compuesta la canasta de títulos que ofrecerá: se incluyen Lecaps, títulos dólar linked y bonos con tasa TAMAR.
La licitación será el próximo miércoles 27 de agosto. A continuación, los títulos ofrecidos por el Gobierno:
LECAP a:
- 30/09/25 (S30S5)
- 16/01/26 (S16E6)
- 27/02/26 (S27F6)
Dólar Linked a:
- 30/09/25 (D30S5)
- 16/01/26 (D16E6)
TAMAR a:
- 16/01/26 (M16E6)
- 27/02/26 (M27F6)
Vencimiento de deuda: un nuevo desafío para Luis Caputo
En otras circunstancias, la licitación para renovar de deuda del Tesoro no pasaría de una situación rutinaria que solo interesaría a los bancos y operadores del mercado. Pero en este momento, en cambio, es un tema políticamente sensible.
El clima previo a esa licitación ya se enrareció por la híper volatilidad de las tasas de interés de las últimas semanas y, sobre todo, por la demostración de Caputo en el sentido de que si los bancos no quieren aceptar la oferta del gobierno «por las buenas», entonces serán forzados a entregar sus pesos de todas formas.
El antecedente más cercano ocurrió hace una semana cuando, al fracasar en su intento de «rollear» $14,9 billones, tomó una medida extrema: subir 10 puntos los encajes bancarios y llamar a una licitación de emergencia para que las entidades compraran títulos con los cuales cumplir esa nueva normativa. El resultado: se logró absorber $3,8 billones de los $5,8 billones que habían quedado «sueltos» en la licitación anterior.
Esa medida fue en sí misma un mensaje político para el sistema bancario, las empresas y el público en general: el gobierno está dispuesto a hacer todo lo que sea necesario con tal de evitar que haya pesos sobrantes que puedan presionar a la cotización del dólar.
Qué harán los bancos
Del otro lado del mostrador, no se percibe entusiasmo por renovar deuda en la próxima licitación, pero tampoco hay voluntad de chocar contra el gobierno y exponerse a un costo financiero adicional.
Así lo sintetiza un ejecutivo de una de las tres mayores entidades privadas: «Sigue habiendo bancos que tienen que buscar fondos al cierre del día. La situación de liquidez y su manejo técnico usual, está muy lejos de ser ‘normal’. Pero bueno, todos sabemos que lo que no entre por las buenas, habrá que llevarlo por las ‘no tan buenas’».
Es por eso que la sensación generalizada es que el porcentaje de renovación debería ser alto. Todos admiten que Caputo no tolerará otro «rolleo» de 60%, lo cual supondría una inyección de liquidez de $3,2 billones, justo en un momento en el que la prioridad absoluta del gobierno es secar la plaza.
En el programa de streaming del Gordo Dan, donde el equipo económico da su versión sobre la situación del programa económico, Caputo defendió su política y rechazó las críticas sobre el desarme de las LEFIs, el evento a partir del cual se produjo la disparada de las tasas.
Para el ministro, es preferible convivir con la volatilidad antes que «en un país en el que vencían 16 billones de pesos todos los días, lo cual era una situación mucho más frágil».
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ECONOMIA
El CEO de Binance reaccionó tras el discurso del presidente de la FED

Richard Teng destacó la posibilidad de lograr «un camino creíble, programable y cada vez más regulado hacia adelante» en materia de criptoactivos
25/08/2025 – 18:44hs
Luego del discurso de Jerome Powell, presidente de la FED, que hizo crecer temporalmente el precio de Bitcoin, el CEO de Binance, Richard Teng, expresó su opinión sobre el impacto que puede llegar a tener la modificación de las tasas de interés en el mercado de las criptomonedas.
«Las señales que emergen de Jackson Hole, donde el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, pronunció su discurso anual el pasado viernes, sugieren que podríamos estar entrando pronto en un entorno de tasas de interés bajas por un período prolongado», sugirió.
Y agregó: «Para muchos inversores a nivel global, estas dinámicas pueden reavivar el interés en activos escasos y sin estado, como Bitcoin, especialmente cuando los rendimientos denominados en fiat se comprimen, el costo de oportunidad del capital disminuye y la liquidez rota de nuevo hacia activos de mayor riesgo como las criptomonedas».
Luego, Theng, se refirió a las posiciones que suelen tomar los ahorristas e inversores, en momentos de volatilidad en la economía tradicional. Al respecto, indicó: «Normalmente, vemos este cambio reflejado en el comportamiento de los usuarios en la plataforma de Binance: a medida que los rendimientos tradicionales se estabilizan, más personas recurren a oportunidades alternativas de rendimiento, como herramientas automatizadas de inversión en cripto y productos de rendimiento pasivo, realizando efectivamente un promedio de costo en dólares para posiciones a largo plazo o desplegando stablecoins en estrategias diversificadas y nativas de cripto. Así es como podría verse una asignación estratégica bajo las nuevas condiciones monetarias».
En este escenario, el CEO de la plataforma de exchange, destacó el avance que las stablecoins —sobre todo— están logrando en materia de regulación. En esta línea, explicó: «Estamos viendo un impulso regulatorio serio, especialmente en torno a las stablecoins. Los legisladores estadounidenses y los bancos centrales a nivel global están comenzando a tratar a las stablecoins como infraestructura monetaria. Las stablecoins respaldadas por bonos del Tesoro a corto plazo podrían pronto volverse sistémicamente relevantes. Para los usuarios en mercados emergentes y para instituciones con exposición global, esto habilita casos de uso reales, desde nóminas internacionales hasta capital programable. Creemos que bajo el liderazgo de Estados Unidos, la marea regulatoria está cambiando a favor de la transparencia y la innovación responsable.
Y profundizó: «Tanto para individuos que navegan recortes de tasas e inflación, como para instituciones que evalúan estrategias de asignación de capital a través de jurisdicciones, la propuesta de valor de las criptomonedas está alineada con esta nueva realidad macroeconómica. En momentos de cambios en la política, las criptomonedas ofrecen un camino creíble, programable y cada vez más regulado hacia adelante. El próximo capítulo tratará sobre infraestructura versus inercia, más que sobre especulación versus seguridad».
«El enfoque de Binance en el cumplimiento normativo y una infraestructura robusta se vuelve clave, porque atender a usuarios en un contexto transfronterizo —ya sean usuarios minoristas que invierten a través de Auto-Invest o instituciones que buscan custodiar stablecoins a gran escala— requiere confianza, controles y fluidez técnica en entornos regulados. Hemos construido nuestra infraestructura con ese mandato en mente y seguimos trabajando incansablemente para anticiparnos a las expectativas regulatorias y a las demandas de los usuarios», concluyó Theng.
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ECONOMIA
Vencen más de $9 billones: Caputo definió qué le ofrecerá al mercado para no dejar pesos «sueltos»

El Gobierno se prepara para un nuevo desafío esta semana: el miércoles, enfrentará una nueva licitación con el objetivo de absorber $9 billones que vencen y evitar que los pesos sumen presión al dólar.
En ese escenario, este lunes el secretario de Finanzas Pablo Quirno anunció cómo estará compuesta la canasta de títulos que ofrecerá: se incluyen Lecaps, títulos dólar linked y bonos con tasa TAMAR.
La licitación será el próximo miércoles 27 de agosto. A continuación, los títulos ofrecidos por el Gobierno:
LECAP a:
- 30/09/25 (S30S5)
- 16/01/26 (S16E6)
- 27/02/26 (S27F6)
Dólar Linked a:
- 30/09/25 (D30S5)
- 16/01/26 (D16E6)
TAMAR a:
- 16/01/26 (M16E6)
- 27/02/26 (M27F6)
Vencimiento de deuda: un nuevo desafío para Luis Caputo
En otras circunstancias, la licitación para renovar de deuda del Tesoro no pasaría de una situación rutinaria que solo interesaría a los bancos y operadores del mercado. Pero en este momento, en cambio, es un tema políticamente sensible.
El clima previo a esa licitación ya se enrareció por la híper volatilidad de las tasas de interés de las últimas semanas y, sobre todo, por la demostración de Caputo en el sentido de que si los bancos no quieren aceptar la oferta del gobierno «por las buenas», entonces serán forzados a entregar sus pesos de todas formas.
El antecedente más cercano ocurrió hace una semana cuando, al fracasar en su intento de «rollear» $14,9 billones, tomó una medida extrema: subir 10 puntos los encajes bancarios y llamar a una licitación de emergencia para que las entidades compraran títulos con los cuales cumplir esa nueva normativa. El resultado: se logró absorber $3,8 billones de los $5,8 billones que habían quedado «sueltos» en la licitación anterior.
Esa medida fue en sí misma un mensaje político para el sistema bancario, las empresas y el público en general: el gobierno está dispuesto a hacer todo lo que sea necesario con tal de evitar que haya pesos sobrantes que puedan presionar a la cotización del dólar.
Qué harán los bancos
Del otro lado del mostrador, no se percibe entusiasmo por renovar deuda en la próxima licitación, pero tampoco hay voluntad de chocar contra el gobierno y exponerse a un costo financiero adicional.
Así lo sintetiza un ejecutivo de una de las tres mayores entidades privadas: «Sigue habiendo bancos que tienen que buscar fondos al cierre del día. La situación de liquidez y su manejo técnico usual, está muy lejos de ser ‘normal’. Pero bueno, todos sabemos que lo que no entre por las buenas, habrá que llevarlo por las ‘no tan buenas’».
Es por eso que la sensación generalizada es que el porcentaje de renovación debería ser alto. Todos admiten que Caputo no tolerará otro «rolleo» de 60%, lo cual supondría una inyección de liquidez de $3,2 billones, justo en un momento en el que la prioridad absoluta del gobierno es secar la plaza.
En el programa de streaming del Gordo Dan, donde el equipo económico da su versión sobre la situación del programa económico, Caputo defendió su política y rechazó las críticas sobre el desarme de las LEFIs, el evento a partir del cual se produjo la disparada de las tasas.
Para el ministro, es preferible convivir con la volatilidad antes que «en un país en el que vencían 16 billones de pesos todos los días, lo cual era una situación mucho más frágil».
En ese marco de incertidumbre hasta las elecciones, lo máximo que el gobierno está dispuesto a flexibilizar son algunos detalles en su normativa monetaria que llevó al actual «torniquete monetario». Por caso, se habilitó la vuelta de pases y se negocia una revisión en la forma de contabilizar los encajes.
El miedo al ruido político
Aun cuando los bancos se quejan por la falta de liquidez, en el equipo económico existe la convicción de que el ruido político pre-electoral hace que todo excedente monetario termine inevitablemente en maniobras especulativas y no en el crédito productivo.
Es decir, ya no considera que una licitación sin «rollover» sea un síntoma de la remonetización por crecimiento de la economía. El presidente del Banco Central, Santiago Bausili, fue quien dio la explicación en el programa de streaming oficialista. Dijo que en momentos de tensión política, la demanda de liquidez no responde a una necesidad genuina de inversión o transacciones sino al deseo de cobertura.
Hasta ahora, a nadie le ha quedado claro cuál es el indicador o herramienta técnica que permite diferenciar cuándo hay un aumento genuino en la demanda de dinero o cuándo hay un ánimo especulativo. Lo cierto es que el gobierno dio un giro radical en su visión del famoso «Punto Anker».
Ese giro, que ya es visible desde hace varias semanas, se intensificó en los últimos días con la ofensiva opositora en el Congreso, que dejó la incertidumbre sobre si sigue siendo cumplible el objetivo de un superávit fiscal primario de 1,6% del PBI para fin de año.
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