La nueva miniserie “Vinagre de Manzana” en Netflix generó un impacto inmediato al relatar la historia de una influencer cuya fama fue construida sobre mentiras. Esta producción en seis episodios explora cómo se mezcla la desinformación con el deseo de reconocimiento social, dejando al descubierto los peligros del mundo wellness moderno.

Desde el inicio, el relato gira en torno a Belle Gibson, una creadora australiana que afirmaba tener cáncer cerebral y aseguraba curarse gracias a dietas estrictas, terapias naturales y remedios alternativos. Su narrativa sedujo a miles de seguidores y le permitió construir un imperio con libros, apps y colaboraciones mediáticas.

Sin embargo, pronto comenzaron los cuestionamientos. Investigadores y periodistas descubrieron que nunca hubo pruebas de su enfermedad, y que muchas de sus promesas nunca se cumplieron. Sus alianzas con grandes marcas se desmoronaron. En 2017 fue multada por engaño, en una condena que la obligó a devolver parte de sus ganancias.

La serie, protagonizada por Kaitlyn Dever y dirigida por Jeffrey Walker, se inspira en el libro The Woman Who Fooled the World de Beau Donelly y Nick Toscano. El guion introduce además personajes basados en casos reales como el de Milla Blake, una influencer que sí padeció cáncer pero rechazó tratamientos convencionales, tema que despierta controversia y cuestionamientos éticos.

LA MINISERIE DE NETFLIX QUE CAUSÓ FUROR EN TODO EL MUNDO

A lo largo de sus capítulos, Vinagre de Manzana expone cómo el afán de fama y la presión social pueden llevar a extremos peligrosos. La narrativa que propone Netflix es ágil, emotiva y despierta reflexiones sobre la credibilidad digital, la salud pública y el rol de los medios.

Para quienes buscan una maratón reflexiva, esta miniserie ofrece una mirada crítica al universo wellness y a la fama tóxica. Además, invita a examinar cuánta confianza depositamos en influencers sin verificar la veracidad de sus mensajes.

Con “Vinagre de Manzana”, Netflix pone sobre la mesa una advertencia poderosa: en la era de las redes, la verdad puede ser distorsionada, y las consecuencias pueden ser dramáticas.

Mónica Farro volvió a preocupar a sus seguidores después de que trascendiera que fue atendida de urgencia por una posible recaída en su cuadro de anemia. En medio de las versiones, la vedette habló en LAM y explicó con detalle qué le ocurrió realmente. “Ayer estuve en la guardia porque no me estoy sintiendo bien. Pensé que tenía anemia porque ya tuve dos veces en el año”, contó con sinceridad.

Durante la entrevista, Mónica relató que los estudios médicos descartaron nuevos episodios de anemia y también problemas pulmonares graves. “Por suerte anemia no tengo, me hicieron una placa y los pulmones, al parecer, están bien. La bronquitis me vino con una infección pulmonar. Me tengo que ocupar”, explicó la artista, que se mostró tranquila pese al malestar.

La uruguaya aseguró que pasó “hasta las tres de la mañana en la guardia, pero nunca estuve internada”. Aunque admitió sentirse débil, se mostró positiva frente a su recuperación. “En 49 años nunca me pasó esto. Todo el mundo me dice que el cuerpo cambia y me tengo que ocupar”, reflexionó en diálogo con Ángel de Brito, dejando en claro que está atenta a su salud.

Ante los rumores que relacionaron su cuadro con las intervenciones de Aníbal Lotocki, Farro fue tajante. “Hay mucha gente que quiere que esté mal y yo estoy bien. No tiene nada que ver con haberme operado con Lotocki”, aclaró con firmeza. Además, precisó que solo se hizo una transferencia de grasa y que se realizó todos los estudios correspondientes antes de la cirugía.

La vedette también reconoció que su hábito de fumar pudo afectar su recuperación. “Vengo mal desde que empezó esta bronquitis. Soy una persona que fumo, y es lo único que hago mal en mi vida”, admitió sin vueltas. Según explicó, seguirá con controles médicos para terminar de superar la infección pulmonar que la complicó durante los últimos meses.

A pesar del susto, Mónica se mostró optimista y con ganas de volver a su rutina cuanto antes. “No me siento bien del todo, pero estoy bien”, afirmó con una sonrisa. En los próximos días continuará con estudios y chequeos para dejar atrás los síntomas que arrastra desde mayo, mientras agradece los mensajes de apoyo de su público y colegas.

El último programa de LAM dejó a todos con la boca abierta. Lo que parecía una tarde tranquila de chimentos terminó con un tenso cruce entre Laura Ubfal y Nancy Duré, en pleno vivo. La situación escaló en cuestión de segundos y desató un momento de máxima incomodidad en el piso.

Todo comenzó cuando la Barbie decidió hacer una pregunta al aire, en tono aparentemente inocente, pero que no cayó nada bien. “Quiero saber si Laura Ubfal ronca cuando duerme”, lanzó, generando risas entre algunas panelistas y una mirada fulminante de la periodista.

Lejos de tomarlo con humor, Ubfal reaccionó sin dudar y con una contundencia que dejó helados a todos. En vez de contestarle a la angelita, apuntó directamente contra su enemiga, Nancy, quien justamente será su compañera de cuarto cuando viajen a Miami por los Martín Fierro Latino.

“Lo único que sé, es que está sentada acá por su estupidez”, respondió la experimentada comunicadora, desatando el silencio absoluto en el estudio y la sorpresa general de sus compañeras. «Se parece a Ximena Capristo. Solo la llaman cuando habla de mí», sumó.

LA PELEA ENTRE ANGELITAS

El conductor del ciclo intentó mantener el control, pero la tensión era palpable. En las redes sociales, el momento se volvió viral y el público se dividió: hubo quienes defendieron la sinceridad de la periodista y quienes criticaron su falta de filtro frente a una broma liviana.

El episodio se convirtió en uno de los más comentados del programa, reavivando las especulaciones sobre las internas entre las panelistas. Aunque intentaron seguir con el debate habitual, el intercambio dejó una marca evidente y expuso la fragilidad de la convivencia en el ciclo más polémico de la televisión.