ECONOMIA
Bajan tasas de interés pero no crece el crédito: Caputo se prepara para acaparar liquidez de pesos

El gobierno está enviando señales en el sentido de que quiere cumplir el reclamo del mercado por una baja en las tasas de interés. Como si, pasadas las elecciones, se quisiera reflotar el viejo mantra de «que los bancos vuelvan a trabajar de bancos». Sin embargo, hay muchos analistas del mercado que sospechan que todavía falta para que el crédito privado cobre impulso y que, por el contrario, Toto Caputo aprovechará para acaparar liquidez.
Este jueves el Banco Central hizo otro recorte en las llamadas «tasas simultáneas» -el interés que le paga a los bancos por la liquidez sobrante-, y de esa forma generó un efecto contagio que llevó a una caída en la «caución» -la que se usa para obtener liquidez de cortísimo plazo-. Esa tasa, que ahora está en 18%, había alcanzado el insólito nivel de 190% en la previa a la elección legislativa. También se está viendo una caída en el costo de las coberturas para empresas por adelantos en cuenta corriente, ya en torno de 30% -hace dos meses había superado el 100%.
De esta manera, el BCRA está enviando mensajes al mercado. El primero es que quiere incentivar que el dinero vaya al crédito, dado que será menos redituable dejarlo colocado en el sector público.
El segundo es que no teme a que una mayor liquidez pueda correrse hacia el dólar. En otras palabras, que la baja de tasas corresponde a un aumento genuino en la demanda de pesos por parte del público.
Y, además, hubo un sorpresivo comunicado en el que dio marcha atrás con una medida que causaba irritación en los bancos: el incremento de los encajes mínimos, con la obligación de que el conteo se realizara a diario y no como promedio mensual. Ahora, se flexibilizó esa normativa, lo cual libera 3,5 puntos de liquidez, y además sólo exige un 75% de los encajes en forma diaria. El resultado de todo esto es un mayor margen de maniobra para que los bancos pueda usar su liquidez, lo cual, en principio, podría favorecer la expansión del crédito.
Es una medida lógica si se considera que los préstamos del sistema bancario en pesos vienen en una marcada desaceleración desde mediados de año, y la situación no cambió tras las elecciones. Las últimas mediciones indican una baja real de 1,2% respecto del mes anterior.
Crédito versus «rolleo»
Con esos datos sobre la mesa, hubo quienes se entusiasmaron respecto de que se inicie una fase de expansión monetaria en la que los pesos lubriquen el crédito, tanto para el consumo como para el sector productivo. Sin embargo, los analistas advierten que no hay que adelantarse.
Ocurre que la semana próxima hay un vencimiento de deuda del Tesoro, por unos $14 billones -parte de ello, unos $4billones, corresponden a una letra que el BCRA había obligado a los bancos a integrar a los encajes en agosto pasado, luego de que en un «acto de rebeldía» dejaron un 40% del vencimiento sin «rollear»-.
Y hay quienes aseguran que, aun cuando el escenario político haya cambiado tras la elección legislativa -con un riesgo país en torno de 600 puntos y con una ola de emisión de deuda privada que ya supera los u$s3.000 millones-, Toto Caputo todavía no está convencido de que sea momento de dejar muchos pesos sueltos en el mercado.
Es por eso que la expectativa está puesta en si el próximo miércoles canjeará el total del vencimiento, si dejará algo de liquidez circulante o si, por el contrario, absorberá más pesos de los que vencen.
El antecedente más cercano, la licitación de fines de octubre, marcó una expansión de la liquidez en $4,5 billones. En esa ocasión, Caputo prefirió bajar la tasa de interés y estirar los plazos de vencimiento, en una especie de mensaje de «normalización» del mercado post elecciones. Y la otra buena noticia fue que la licitación de bonos «dólar linked» -que eran los que los inversores preferían en los momentos de mayor incertidumbre- quedó desierta.
Es cierto que los inversores tampoco le dejaron mucha opción, porque el total de títulos que aceptaron comprarle apenas alcanzaba para que la renovación de deuda llegara a un 70%. En otras palabras, había un «operativo clamor» en el sistema bancario por aliviar la situación de aguda iliquidez que en los últimos días mantuvo las tasas en niveles insosteniblemente altos.
¿Qué pasará ahora? Los expertos creen que Caputo buscará un nivel de rollover alto, de no menos del 90%. Es un objetivo que luce cumplible, dado que tras la baja de las tasas de interés y la flexibilización de los encajes, los bancos tendrán más liquidez disponible y menos opciones rentables para posicionarse.
El «menú» disponible incluye varias opciones: renta fija con vencimientos relativamente largos -desde febrero hasta octubre-, bonos ajustables por CER, un nuevo bono vinculado al promedio de tasas TAMAR y un bono corto ajustable por dólar.
El Tesoro, en fondo de la olla
A primera vista puede parecer contradictorio el hecho de que Caputo argumente que está subiendo la demanda de pesos por parte del público, y que además ya pasó el «riesgo kuka» y que, aun así, siga con vocación de absorber pesos, compitiendo así contra el crédito al sector privado.
Pero lo que los economistas observan es que en la cuenta que el Tesoro tiene en el BCRA quedan depositados apenas $4,4 billones, cuando hace tres meses contaba con el triple de esa cifra. Esto contrasta con su calendario de obligaciones, que implican vencimientos por $100 billones en los próximos meses.
Y, además, necesita seguir comprando dólares para saldar los vencimientos externos. De hecho, esta semana se adquirió u$s200 millones para pagarles a organismos multilaterales de crédito. Y en diciembre necesitará otros u$s250 millones.
Caputo tiene otras opciones si quisiera dejar más liquidez liberada al mercado, porque en el sistema financiero -más específicamente, en la banca pública, hay unos $14 billones producto del superávit fiscal-. En caso de necesidad, podría echar mano a esos recursos para comprar divisas. Sin embargo, los analistas creen que no sería la solución óptima, porque limitaría el margen de acción de la banca pública, que quiere estimular la actividad en el rubro hipotecario.
La expectativa del mercado es que Caputo logre un alto porcentaje de rollover sin necesidad de pagar una tasa más alta que en la licitación anterior, dadas las medidas de mayor liquidez tomadas en las últimas horas.
¿Frazada corta de pesos?
El riesgo del que se empieza a hablar es el del «síndrome de la frazada corta», si el gobierno continúa en una política monetaria que cada 15 días lo obligue a elegir si priorizar la caja del Tesoro o el crédito bancario.
Sobre todo, porque en el propio análisis de Caputo hay una expectativa de una suba en la demanda de pesos. Y, de hecho, es esa la vía por la cual se espera aumentar las reservas -compras de dólares del BCRA que no impacten en la inflación, dado que la expansión de dinero será absorbida por una economía más monetizada-.
¿Qué tan lejos está la economía argentina de llegar a ese punto? No mucho, según las cifras que Federico Furiase mostró en eventos con empresarios del sistema financiero. La base monetaria representa hoy un 4,6% del PBI, muy lejos del 7,4% promedio de los últimos 15 años.
Esto implicaría que hay un potencial de suba del 60% en la demanda de pesos, ya que según el gobierno este mínimo histórico obedece, sobre todo, a los temores políticos que quedaron disipados luego de las elecciones.
En todo caso, aún no queda en claro cuál será la nueva política monetaria. Por ahora, Caputo no se animó a comprar dólares directamente en el mercado sino que se los pidió al BCRA.
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ECONOMIA
Las dudas de Wall Street afectan a los activos argentinos y vuelve a subir el riesgo país

Las acciones y los bonos argentinos se encuentran sujetos al movimiento errático de los índices de Wall Street y a las noticias sobre el financiamiento para la Argentina. Esto se vio en la operatoria del jueves, cuando los activos locales pasaron a pérdidas después de la abrupta reversión de precios en el exterior.
Un clima de mayor incertidumbre financiera internacional también se observa este viernes en aversión al riesgo emergente. A las 12:30 horas, los bonos Globales y Bonares de Argentina promedian una baja de 1% en promedio, con un riesgo país de JP Morgan que avanza 27 unidades para Argentina, en los 655 puntos básicos, el nivel más alto desde el 4 de noviembre.
Impactó en la evolución de los bonos que un anunciado plan para prestarle USD 20.000 millones a la Argentina por parte de JP Morgan Chase, Bank of America y Citigroup se pospuso, después de que los banqueros optaran por un paquete de préstamos a corto plazo más pequeño, según informó The Wall Street Journal.
Por otro lado, Milo Farro, estratega de Rava Bursátil, comentó que los mercados “afectados por el escepticismo de los inversores respecto de las valoraciones de las empresas tecnológicas y el curso de la política monetaria. Aunque el balance de Nvidia superó las expectativas del consenso, el optimismo inicial se diluyó a lo largo de la rueda”.
“A pesar del optimismo derivado de las elecciones, a los activos argentinos les está costando desacoplarse de la dinámica internacional, mientras los inversores esperan por noticias que permitan el regreso a máximos”, agregó Farro.
Ante los vencimientos de capital e intereses de los bonos hard dollar previsto para enero, por unos USD 4.200 millones, el diario The Wall Street Journal informó además que el Gobierno está negociando un REPO (préstamo de bancos garantizado con bonos) por unos 5.000 millones de dólares.
Eric Ritondale, economista Jefe de Puente, señaló que “esta liquidez permitiría cubrir el pago externo de los Globales y Bonares por USD 4.000 en enero, mientras el Gobierno se prepara para regresar a los mercados en los próximos meses y cancelar el REPO mediante una nueva emisión internacional. El REPO se apoya en colaterales claramente definidos, puede ejecutarse rápidamente y no requiere una delegación del Congreso”.
“Este mecanismo está en línea con la secuencia que presentamos en nuestro escenario base para los próximos meses. Hemos sostenido que la prioridad inmediata del Gobierno sería cubrir vencimientos de corto plazo en manos de acreedores privados mediante un instrumento puente -como un REPO- en lugar de recurrir a un mayor uso del swap con el Tesoro de los EEUU. Este enfoque le daría a Argentina margen para postergar una emisión internacional más grande hasta que las condiciones de mercado sean más favorables y se cumplan ciertos requisitos institucionales y mejoren aún más las condiciones del mercado a partir de avances en diferentes frentes», consideró Ritondale.
Juan Manuel Franco, economista Jefe del Grupo SBS, observó que “el mercado mantiene como incógnita cómo será finalmente el sendero de acumulación de reservas netas, luego de que el Gobierno asegurara que no habrá un cronograma de acumulación. Así, estaremos atentos a cómo continua, si es que lo hace, la dinámica de compras de divisas del Tesoro, considerando los flujos importantes vía colocación de Obligaciones Negociables corporativas y CABA”.
“Recordamos que no hay obligatoriedad de liquidación, y que un punto a mirar, desde el lado del Tesoro, es si las compras las realiza en el MULC o en bloques. En tanto, otro catalizador podrá ser la recompra de bonos en dólares o alguna operación de manejo de pasivos que permita la reducción de pagos en dólares de los próximos años. Aquí, destacamos que una operación semejante tendría foco en aquellos bonos con vencimiento en 2029 y 2030 dado que son las amortizaciones de estos las que engrosan las necesidades financieras en moneda extranjera de aquí en adelante”, añadió Franco.
El índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires cae 3% a 2.760.000 puntos. En Wall Street, Grupo Galicia baja un 3% en dólares, Banco Supervielle cede 4,3% e YPF baja 3,7 por ciento.

En la Bolsa local hay negociación este viernes, pero no liquidación en ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos). Dado el feriado nacional del lunes 24 por la celebración del Día de la Soberanía, las operaciones T+1 del 21 se liquidarán el martes 25.
Los bancos argentinos permanecen cerrados el viernes y también lo harán lunes próximo, con inactividad en el tipo de cambio y en bonos extrabursátiles. Esta larga inactividad obliga a los inversores a repensar estrategias de carteras.
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ECONOMIA
Créditos hipotecarios van por la revancha: bancos bajan tasas de interés y flexibilizan condiciones

La combinación de un dólar estable y el nuevo escenario político tras el triunfo de Javier Milei en las elecciones legislativas provocó un movimiento inmediato en el sistema de crédito hipotecario. Los bancos iniciaron una revisión de tasas de interés, requisitos y plazos, con ajustes que mejoran parámetros sensibles y con un principio de flexbilización de las condiciones.
Los primeros movimientos surgieron en la previa electoral, cuando varios bancos endurecieron condiciones para cubrirse frente a un posible salto de precios. Algunas entidades llevaron sus tasas cercanas al 15% y redujeron montos disponibles. Tras los comicios, el clima cambió. La calma del dólar impulsó a dos bancos privados a recortar sus tasas de manera inmediata: BBVA y luego ICBC. Ese gesto marcó un contraste frente a la posición del Banco Nación, que decidió aplicar un aumento y se ubicó por encima de los niveles previos.
El recorte del ICBC llevó su tasa al 11% para clientes con acreditación de haberes y 12% para el resto, un descenso respecto del 13% y 14% previos.
BBVA hizo algo similar, con una baja desde 10,5% hasta 7,5% para quienes perciben su sueldo en la entidad. Estos niveles generan una cuota inicial algo más accesible para determinados perfiles, sobre todo cuando se trata de créditos en UVA que se ajustan al ritmo de la inflación.
La baja de tasa no reduce el impacto del índice, pero sí mejora el cálculo inicial que determina si un hogar puede ingresar al sistema.
Ahora, la pregunta central del mercado es si este nuevo contexto abre una oportunidad real o si solo ofrece un alivio parcial que todavía depende de la evolución de la inflación y de la competencia entre entidades.
Créditos hipotecarios: calibrando las tasas de interés
Aun con esos cambios, varios bancos privados se mantienen con tasas altas, incluso por encima del promedio del sistema. Según la Fundación Tejido Urbano, la tasa promedio actual se ubica en 6,39% y los plazos medios rondan los 24 años.
El financiamiento típico cubre hasta el 75% del valor de la propiedad y exige un anticipo de entre 25% y 30%. Ese requisito no cambió tras las elecciones, porque las entidades consideran que el ahorro previo es una barrera de seguridad para evitar descalces frente a eventuales shocks macroeconómicos.
Fernando Álvarez de Celis, director de la Fundación Tejido Urbano, confirma que las condiciones mejoraron en ciertos bancos, aunque no en toda la oferta. Explica que antes de las elecciones varios actores endurecieron requisitos y ajustaron tasas al alza. Luego de los comicios, dos entidades privadas respondieron con bajas que mejoran la cuota de ingreso, pero aclara que el movimiento aún no es generalizado. Señala también que en muchos casos el monto total que los bancos otorgan quedó ajustado por la UVA y se movió en línea con la inflación, lo que impide una mejora fuerte en términos reales.
Los comparativos recientes muestran ese patrón. En un banco privado que redujo su tasa de 13% a 11%, una cuota para un crédito de u$s65.000 pasó de un equivalente de $1,2 millones a cerca de $1 millón en valores constantes. En sentido contrario, el Banco Nación registró un salto notable: para clientes, una cuota que hace cuatro meses rondaba $620.000 hoy llega a $780.000 para el mismo monto, lo que refleja el impacto directo de la suba de tasa. En paralelo, un crédito de u$s100.000 a 30 años, que se ubicaba cerca de u$s650, llegó a unos u$s710 en el sistema general, según cálculos del mercado.
Créditos hipotecarios: qué pasa con las cuotas
Las cuotas, por su parte, conservan la dinámica típica de los hipotecarios en UVA. Influye más la inflación que la tasa nominal, salvo en los casos donde las entidades bajaron puntos de interés. Según Federico González Rouco, especialista de Empiria Consultores, no existió un cambio real fuerte tras la elección, más allá de una reacción comunicacional que generó ruido. Afirma que algunos bancos pequeños bajaron tasas de manera marginal, pero sumaron requisitos más estrictos y, en la práctica, dejaron la condición final casi igual. Señala que otros bancos incluso subieron tasas, como el Nación, lo que implica una oferta más cara para quienes buscan financiar su vivienda.
González Rouco considera que muchos bancos que llevaron sus tasas a niveles del 12% o 15% en los meses previos podrían bajarlas en algún momento, pero aún no ocurrió. Se muestra optimista sobre el escenario futuro, con expectativas de una inflación más estable, tasas más bajas y una mayor predisposición a competir, aunque advierte que los problemas estructurales del crédito siguen presentes: liquidez, regulaciones y límites en la capacidad del sistema para expandir préstamos de largo plazo.
El economista Martín Grandes Kerlleñevich ve una recuperación moderada, con un mercado donde la mayoría de las ventas sigue en viviendas usadas, de menor valor y en efectivo. Sugiere prudencia, salvo para asalariados formales con paritarias que empujan ingresos por encima de la inflación y con alguna propiedad para entregar como parte de pago.
Plantea además que podría crecer el rol de fondos privados cerrados como una nueva vía de financiamiento, mientras que el sistema bancario continuará sin cambios sustantivos. También advierte que los créditos desde el pozo siguen como un interrogante y que el mercado podría reacomodarse cuando se diluya el atractivo del carry trade.
Créditos hipotecarios, en datos
El Monitor de Crédito Hipotecario de la Fundación Tejido Urbano muestra que el mercado mantiene dinamismo. Este año se concretaron 17.157 escrituras con hipoteca en la provincia de Buenos Aires y 10.827 en la Ciudad, para un total de 27.984 operaciones.
La participación sobre el total de compraventas alcanza 16,9% en provincia y 21% en la Ciudad. El ticket promedio se ubica en u$s92.015 para la Ciudad y u$s99.156 para la provincia, en línea con operaciones sobre viviendas de menor valor.
La pregunta final sigue abierta. Para ciertos perfiles, la baja de tasas y la calma del dólar ofrecen un escenario más claro. Para otros, la rigidez de los requisitos y la inercia de las cuotas en UVA mantienen la decisión sujeta a estabilidad macroeconómica, evolución salarial y ahorro previo disponible.
El mercado se mueve, pero aún sin confirmar un giro estructural. «Lo importante es poder hacer bien las cuentas y tratar de comprar con crédito hipotecario, una ventana de oportunidad que no es usual siempre en nuestro país», concluyó González Rouco.
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ECONOMIA
Dónde conviene irse de vacaciones según la evolución del tipo de cambio

Cecilia Boufflet, en su análisis para Infobae en vivo, abordó una de las preguntas más frecuentes de quienes planean sus próximas vacaciones en el exterior: ¿qué destinos turísticos resultan más convenientes según la evolución del tipo de cambio? En su intervención, advirtió que, a diferencia del año pasado, Brasil y Europa se encarecieron, mientras que destinos más exóticos ofrecen mejores oportunidades para el bolsillo del viajero.
“Vamos a robarle un cuadrito a Fernando Marul, economista, que tiene una tabla para ver a dónde te conviene irte de vacaciones este verano. Básicamente, lo que hace es la comparación de qué pasó con el tipo de cambio multilateral este año con respecto a las vacaciones del año pasado”, explicó bouffelet.
De acuerdo con la analista, el año comenzó con el dólar en la zona de los 1.100 o 1.200 pesos, y llegó a estar en algún momento en la zona de 1.000, lo que benefició a quienes viajaron en invierno. Sin embargo, para las próximas vacaciones, el tipo de cambio se ubica cerca de los 1.500 pesos, lo que modifica el panorama.
Boufflet detalló que la situación de Brasil cambió notablemente: “Brasil, que había devaluado muy fuerte antes del verano pasado, también recompuso y apreció un poquito su moneda. Entonces, apreciación de Brasil y devaluación de la Argentina cambió la cuenta.” Esta doble dinámica impactó directamente en los precios para los turistas argentinos.
Al comparar los destinos más populares, la analista de Infobae en vivo fue categórica: “Brasil está 15% más caro y en esa lista es el que más encareció, porque se dan los dos factores, la devaluación de la Argentina y la apreciación del tipo de cambio del real. El real volvió a la zona de los cinco. El año pasado, algunos se llegaron a ir de vacaciones con el real casi en seis. Había devaluado muy fuerte y después recompuso un poquito.”
“Lo que también pasó es que al cambiar el valor de la moneda, en Brasil no corren todos los precios atrás del dólar cuando se mueve el dólar, pero un poquitito sí. Entonces, el mismo alojamiento que el año pasado salía 500 reales (USD 92) , por ahí este año sale 600 reales (USD 110). Entonces, también hay un cambio del precio en reales. Y después, eso se nota después en la conversión”, detalló.

En cuanto a Europa, Boufflet señaló: “La zona del euro se encareció también porque el euro subió contra el dólar, se apreció el euro contra el dólar, recuperó terreno, algo que no pasaba hace mucho tiempo y está 14% más caro ir a Europa que lo que estaba el año pasado.”
Otros destinos que registraron aumentos similares fueron Suiza y México, ambos con un 13% de incremento, y Uruguay, que “ya estaba caro, a pesar de que esto estaba un poco más barato, está 12% más caro.”
En el caso de otros destinos, Boufflet precisó: “Inglaterra, 11%, y después empezamos a ver los que están por abajo o casi igual que el año pasado. Chile está prácticamente igual, 7% más caro que el año pasado. Canadá y Japón, 4%.” Sobre Japón, destacó el creciente interés: “Mucha gente mirando el destino de Japón, porque sí es cierto que a comparación de otros momentos, es un destino que está más barato.” China, en tanto, se mantiene “prácticamente igual que el año pasado”, mientras que Estados Unidos solo aumentó un 1%.
Finalmente, Boufflet reveló cuáles son los destinos que más se abarataron: “India, si alguno quiere soñar, India y Vietnam, el destino del Sudeste Asiático, más barato incluso que el año pasado, que ya era barato, ya era barato y se abarató un poquito más en función de lo que pasó con la moneda en cada país.”
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