El martes 18 de junio fue una jornada cargada de emociones para Wanda Nara. La empresaria y conductora vivió un momento muy especial al asistir a la graduación de uno de sus hijos, Constantino, fruto de su relación con Maxi López.

 Entre lágrimas, abrazos y festejos escolares, la mediática compartió con sus seguidores la alegría de ver a su hijo cerrar una etapa importante. Sin embargo, lo que parecía ser un día puramente familiar y emotivo terminó teñido de polémica cuando Wanda Nara publicó una imagen que desató un verdadero escándalo en redes sociales.

Wanda Nara volvió a quedar en el centro de un escándalo mediático. Y, esta vez, no por una separación, un affaire o una jugada empresarial, sino por las denuncias explosivas de una mujer que fue parte de su círculo íntimo. Analía Alvarado, una ex empleada doméstica que trabajó durante tres años junto a la mediática, rompió el silencio en el programa A la Tarde y reveló los detalles más oscuros de su experiencia trabajando para la esposa de Mauro Icardi.

“Estuve tres años en negro. Me hizo firmar un papel en blanco cuando ya sabía que me iba a dejar sin trabajo”, denunció Alvarado ante la mirada atónita de los panelistas. La mujer explicó que fue contratada para tareas generales del hogar, pero que terminó completamente desbordada: cuidaba a los hijos de Wanda, cocinaba, limpiaba y trabajaba de lunes a lunes, sin un solo franco.

Pero la denuncia no quedó solo en lo laboral. Según contó, Wanda la involucró en situaciones turbias y hasta la presionó para mentir en la justicia. “Me llevó a una fiscalía y me hizo hablar mal de Maxi López. Me pedía que diga que él no iba a ver a los hijos y que lo ensucie”, lanzó sin filtros.

Alvarado relató que fue testigo de los primeros momentos de la relación entre Wanda y Mauro Icardi, y que en ese contexto tuvo que convivir con el conflicto abierto entre la empresaria y su exmarido. “Peleaban muchísimo. Él venía a buscar a los chicos y Wanda nos hacía decir que no estaban. A veces ni se enteraba si alguno estaba enfermo, porque su prioridad era Mauro”, reveló.

ACUSACIONES GRAVES E HISTORIAS ESCALOFRIANTES

La mujer también aseguró que su rol en la casa excedía cualquier convenio legal: “Wanda me mandaba a la casa de Maxi a espiarlo, para que le cuente todos sus movimientos. Yo no podía creer las cosas que me hacía hacer”.

Cuando la situación se volvió insostenible, Analía decidió cortar la relación laboral, aunque no sin consecuencias. Según denunció, Wanda no le pagó lo que le correspondía. “Me ofrecieron dos millones de pesos y ella me estaba pagando en euros. Trabajé mucho y no hay justicia. Nunca me reconocieron nada”, dijo, con resignación.

Las declaraciones de Alvarado no hacen más que sumar un nuevo capítulo a la larga lista de controversias en las que Wanda se ha visto envuelta. En el pasado, ya había sido acusada por otras empleadas por malos tratos y pagos irregulares. Incluso, desde Italia, una ex niñera también la denunció públicamente por situaciones similares.

OTRA POLÉMICA EN LA HISTORIA DE WANDA

Sin embargo, esta nueva denuncia es particularmente grave por los elementos judiciales que implica. La ex empleada aseguró que todo está asentado en la fiscalía, donde ella decidió contar la verdad y desligarse de cualquier tipo de maniobra ilegal. “Yo no quería mentir más. Ya bastante mal la pasé”, cerró.

Wanda, por el momento, no se pronunció públicamente sobre estas acusaciones. Pero con un frente judicial abierto, el silencio podría jugarle en contra. ¿Tomará cartas en el asunto o dejará que esto quede, como tantos otros escándalos, sepultado bajo el peso del olvido mediático?

Luciana Salazar sorprendió el Día del Padre con la catarata de historias que publicó contra Martín Redrado, en sus redes sociales. Como era de esperarse, su reclamo siguió la línea que tiene desde hace años, pero aumentó “pruebas” que podrían ser contundentes.

Luciana Salazar, cansada de la situación que vive, aprovechó las festividades de hace unos días, y se despachó contra Martín Redrado, asegurando que su hija es la única afectada. Sin embargo, las cosas fueron un poco más allá y la actual esposa del economista terminó con amenazas.