El aire en el estudio apenas se movía cuando Hernán Drago soltó una frase que nadie esperaba. Frente a Maia Chacra, el modelo rompió el silencio con una mezcla de pudor y necesidad: hacía un mes había perdido a su padre. Lo contó sin artificios, casi como si se le escapara entre los labios.

“Todavía ni siquiera lo conté en los medios… ahora que ha pasado un tiempito, por la herencia del apellido. Hace un mes falleció mi papá, y es la primera vez que lo digo públicamente”, confesó, dejando al equipo sin palabras.

El estudio se volvió un refugio de empatía. Maia, con la sensibilidad que la caracteriza, quiso saber más sobre aquel hombre que había dejado una marca tan profunda. Preguntó su edad, intentando reconstruir una vida que ahora se medía en recuerdos. Él respiró hondo antes de responder: “Mirá, es interesante tu pregunta, sobre todo por la respuesta”, dijo, dejando entrever que detrás de cada palabra había una historia de amor y despedida.

El modelo relató con crudeza los últimos años de su padre. “Durante la pandemia dejó de relacionarse, dejó de hablar y empezó a olvidarse. Después tuvo demencia senil… un día se perdió saliendo de casa y terminó con Alzheimer. Tuvimos que llevarlo a un geriátrico para que tuviera cuidado las 24 horas”, recordó con la voz apenas firme.

LA CONFESIÓN DE HERNÁN DRAGO

El relato tocó una fibra universal: el miedo de ver desvanecerse a quien uno ama. “Fue mejor que haya sido así, que no sufriera. No sufrió. Todos —sus hijos, mi vieja, la familia— queríamos eso”, aseguró con serenidad, como quien logra encontrar calma tras una tormenta.

Y entonces, con el corazón en la mano, resumió su herencia emocional: “Fue un gran padre y me dejó el legado del apellido. Se cuida, se respeta, porque él fue una de las mejores personas que conocí en mi vida”. Una declaración tan íntima como luminosa, digna del hombre que la inspiró.

El martes, el aire en Cuestión de Peso se cortaba con cuchillo. Ariel Ansaldo, más conocido como Big Ari, decidió abandonar el programa en vivo luego de un durísimo enfrentamiento con los profesionales del ciclo y con Mario Massaccesi. Aunque había logrado bajar 17 kilos, el ex Gran Hermano no soportó más la presión ni las críticas, y su salida dejó en evidencia un clima que, según se supo, venía deteriorándose desde hacía varias semanas.

Durante una charla con el doctor Sergio Verón, el participante estalló. “No puede ser que te obliguen y uno la pase mal”, lanzó visiblemente afectado, en referencia a la actitud del equipo médico. Su tono, entre el enojo y la tristeza, reflejaba el hartazgo de quien ya no quería seguir siendo parte de una dinámica que lo hacía sentir incómodo frente a las cámaras.

El momento más tenso llegó cuando pidió la intervención de Estefanía Pasquini, esposa de Alberto Cormillot, y denunció sentirse hostigado. “Dos meses diciéndome que hago todo mal, que me va a ir mal, que voy a fracasar… estoy harto de pasarla mal en las charlas”, expresó, sin poder contener las lágrimas. El estudio entero quedó en silencio.

Acto seguido, se levantó de su silla y dijo, entre lágrimas: “¡Ya está! Estoy cansado, no quiero estar mal. Basta, por favor, me quiero ir”. La imagen de su salida dejó a todos atónitos, incluso al propio Massaccesi, que no alcanzó a reaccionar ante la contundencia del momento.

LA RENUNCIA DE BIG ARI

Fuera del aire, trascendió que el malestar del participante venía desde hacía tiempo y que su relación con algunos médicos era cada vez más tensa. “Yo vine a bajar de peso y hacer reír, pero me hacen quedar como no soy”, habría dicho al finalizar la grabación, marcando un antes y un después en su vínculo con la producción.

Su frase final fue lapidaria y dejó flotando una sensación amarga: “Nada es lo que parece en la clínica por momentos, y yo no encajo”. Con eso, Big Ari cerró su paso por Cuestión de Peso, dejando al descubierto una interna que promete seguir dando que hablar.

El caso de Daiana Magalí Mendieta, la joven de 22 años desaparecida el pasado viernes en Gobernador Mansilla, Entre Ríos, conmociona a la provincia. Este martes, su cuerpo fue hallado en un aljibe en una zona rural, y los primeros resultados de la autopsia confirmaron que falleció a causa de un disparo de arma de fuego.

Según informó la fiscal Emilce Reynoso, a cargo de la investigación, Daiana fue encontrada dentro de un pozo de aproximadamente 10 metros de profundidad, vestida y con la herida que le provocó la muerte. La localización del cuerpo se produjo luego de tres días de intensa búsqueda que involucró a más de 130 personas, incluyendo efectivos policiales, bomberos, cadetes, perros de rastreo y drones.

El hallazgo se dio en un camino rural apartado, conocido como Los Zorrinos, a unos 500 metros de la Ruta 12 y cerca del club de campo El Silencio, a cinco kilómetros del acceso a la localidad. El lugar, camuflado entre ramas, raíces y hojas, dificultó la presencia de testigos y el rastreo inicial.

El domingo, se encontró abandonado el vehículo de la joven, un Corsa propiedad de su madre, a casi cuatro kilómetros del casco urbano. Las autoridades, siguiendo cámaras de seguridad y declaraciones de testigos, comenzaron a reconstruir sus últimos movimientos, lo que llevó a la identificación de un hombre de 55 años como principal sospechoso.

LAS HIPÓTESIS DEL FISCAL SOBRE EL FEMICIDIO DE DAIANA MAGALÍ MENDIETA:

Según el jefe de Policía del Departamento de Tala, Pedro Silva, el hombre, conocido como “Pino”, estaba en contacto con la víctima poco antes de su desaparición. El allanamiento a su vivienda y a un galpón alquilado derivó en la incautación de dos teléfonos celulares, dos carabinas y una camioneta Hilux blanca, que ahora están siendo sometidos a análisis forenses.

Durante el procedimiento, el sospechoso reaccionó con agresividad, lo que llevó a su detención inmediata. Por el momento, la causa incluye resistencia a la autoridad y tenencia de armas ilegales, aunque la investigación continúa para esclarecer su relación con el crimen.

La investigación coordinada por los fiscales Emilce Reynoso y Sergio Saliski sigue avanzando con el análisis de cámaras, entrevistas a posibles testigos y pericias sobre vehículos y teléfonos. Hasta ahora, las autoridades mantienen varios aspectos bajo reserva para no entorpecer el proceso judicial.

El caso de Daiana Mendieta expone una vez más la vulnerabilidad de las mujeres en zonas rurales y genera un debate sobre la seguridad y la respuesta inmediata de los organismos judiciales y policiales. Mientras la comunidad espera respuestas, la autopsia confirmó que su muerte fue por un disparo, pero el móvil y las circunstancias exactas aún permanecen bajo investigación.

Las impactantes fotos de la búsqueda de Daiana Magalí Mendieta: