De una mitad de año con métricas goleadoras a la par de estrellas mundiales como Mbappé y Haaland a jugar uno de sus peores partidos en River cuando el equipo más necesita de su potencia ofensiva. Miguel Ángel Borja fue el jugador más flojo del Millonario no solo porque siguió con su sequía con el arco cuando era fundamental que volviera a meterla y hasta fue despedido con algunos silbidos por los hinchas cuando fue reemplazado por Bareiro.

El contraste es muy elocuente entre el killer que en el ciclo de Demichelis en este 2024 llegó a tener un promedio de gol de 0,89 por partido y este que convirtió apenas dos goles en los 11 juegos que disputó en el segunda era Gallardo. Con la sequía en la revancha de la semi contra Mineiro sumó 177 minutos en cancha atragantado y 342’ sin marcar en jugadas, ya que su último tanto fue el de penal frente a Vélez desde el que había festejado el 13 de septiembre con Atlético Tucumán.

Fastidioso, como desganado en la mayor parte del partido y hasta con un cruce con chispas con Kranevitter, la imagen actual del Colibrí en River se terminó de esmerilar en el desafío más determinante que tuvo que afrontar en el club.

Es cierto que Gallardo no encontró la mejor fórmula para abastecerlo de manera efectiva ni con un esquema con cinco volantes en Belo Horizonte ni con Solari-Colidio bien abiertos por las bandas como socios de ataque en Núñez. Así, habrá que ver si Borja en un futuro no tan lejano deberá buscar un nuevo horizonte.

Pueden ser días decisivos para el futuro del colombiano de 31 años porque a partir del 1° de enero el valor de su cláusula de rescisión bajará a u$s 4.000.000 (este año es de 8M porque firmó un acuerdo decreciente), una cifra muy accesible para clubes de la MLS que ya lo tentaron o para los petrodólares de Asia o Arabia. Y, claramente, no se está sintiendo cómodo en el equipo del Muñeco, una situación que se agrega a su disgusto personal por la denuncia en su contra de las autoridades del colegio al que concurren sus hijos. De todos modos, Borja primero debe digerir la eliminación de la Copa e intentar recuperar la paz para poder evaluar con mayores certezas cómo desea continuar su carrera.