El Paris Saint-Germain tiene la cabeza repartida en varias cosas. En primer lugar, consagrarse con holgura en la Ligue 1. En segundo lugar, la posible partida de Kylian Mbappé al Real Madrid y las oportunidades dentro del mercado para reemplazarlo. Y en tercer lugar, los 4tos. de final de la Champions League, ante el Barcelona de Xavi. Con la cabeza puesta en el compromiso del miércoles ante el Culé, Luis Enrique puso un 11 alternativo en el Parque de los Príncipes y empató 1-1, en la última, ante el Clermont.

La estrategia de Luis Enrique generó asombro en propios y extraños, pues optó por una alineación con varias rotaciones, dejando a figuras clave en el banco de suplentes (Mbappé, Hakimi, Marquinhos, Donnarumma, Vitinha y Dembélé) y hasta afuera de la convocatoria (Warren Zaire-Emery). Esta decisión resultó en un inicio deslucido para el equipo parisino que no logró superar al último de Francia en los primeros 45 minutos.

Durante la primera mitad, el PSG mostró un juego desorganizado y carente de profundidad. La falta de automatismos habituales y la presión ejercida por el Clermont dificultaron sus avances, dejando una sensación de desconcierto en el campo. En el inicio, un incidente entre el arquero suplente Ndiaye y Mukiele, que terminó con la lesión del defensor, trastocó aún más los planes del equipo, obligando a cambios en la alineación.

El desconcierto llegó a su punto de ebullición a los 30′ PT, con el gol de Clermont. Skriniar tuvo un error grosero dentro del área, se la dejó servida a Magnin y la jugada, tras varios cierres a destiempo del PSG, finalizó con Habib Keita empujándola a la red. Así, el gigante del fútbol francés, que está entre los ocho mejores del Viejo Continente, caía ante el máximo candidato a descender a la Ligue1.

A pesar de la desventaja inicial, el PSG cambió radicalmente su enfoque en la segunda mitad del encuentro. Los ingresos de Marquinhos, Kang-In Lee y, sobre todo, de Mbappé, le cambiaron la cara al equipo, que pasó a tener una actitud más agresiva y generó múltiples oportunidades de gol. Sin embargo, el gol le era esquivo… Fue Gonsalo Ramos quien, tras una asistencia brillante de Mbappé, quedó mano a mano con el arquero y definió hacia la red, estableciendo el 1-1 final y manteniendo el invicto de 27 partidos del conjunto parisino.

La última derrota fue ante el Milan, por Champions, ante el Milan. Y es justamente es en la Orejona donde, ahora, el PSG deberá poner toda su atención: el miércoles recibirá a un Barcelona que querrá dar el golpe y que llega descansado, sin fecha por la final de la Copa del Rey.