Giovani Lo Celso tiene muchas cosas en común con sus amigos/ídolos Leo Messi y Ángel Di María: son rosarinos, son zurdos, son talentosos. Y los tres tienen una historia de superación increíble, cada uno a su tiempo, cada uno con su importancia histórica. Pero el Monito, de 28 años, puede explicar bien lo que es la resiliencia. El fútbol le fue dando duros golpes y él siempre se fue levantando, como en la Copa América de Estados Unidos, para la asistencia top en el gol de Lautaro Martínez, ese que le dio a la Selección el bicampeonato.

De ser el pibe que iba a llevarle la pelota a Messi en el Mundial 2018 a no jugar ni un minuto. De ser indiscutido en el ciclo Scaloni a perderse el Mundial de Qatar por una lesión (desprendimiento del bíceps femoral de la pierna derecha: el problema se le generó tirando un taco en el partido Villarreal-Athletic Bilbao) apenas 20 días antes de la competencia. Pero Gio siempre pone la otra mejilla, siempre tiene una sonrisa, como su pequeña hija Emilia, esa que hizo fuerza para salir de la panza de mamá Magui justo en el preciso momento en que Messi rompió la pared en el gol ante México en Qatar, ese que cambió el destino de la Copa del Mundo 2022.

Con mate en mano, en el jardín de su casa de Londres, Gio abre su corazón con Olé para contar todo lo que le fue pasando en su vida: sus inicios en el baby a los 4 años, lo que siente por Central, el día que fue a la casa de Di María a pedirle una foto, su debut en la Mayor con Sampaoli, cómo fueron los inicios de la Scaloneta, lo que significó en su vida ser campeón en el Maracaná, el desconsuelo por la lesión, la vuelta olímpica en Qatar junto a sus compañeros, por qué le fue a dedicar el pase gol a Messi y “la nueva oportunidad” que le dio el fútbol con esta Copa América.

-¿Qué se siente ser bicampeón?

-Es un orgullo muy grande, una felicidad inmensa llevarle una alegría a la gente, a nuestras familias, que son las que sufren, las que están con nosotros durante todo el año. Lo que se consiguió fue algo hermoso e histórico.

-Habías sido campeón en el Maracaná, ¿cuál es la diferencia para vos en lo personal con esta Copa América?

-Cada una tiene lo suyo, obviamente que la del Maracaná fue muy especial porque fue una Copa después de tantos años para el país, contra Brasil. Esta también es muy especial por todo lo que lo que se venía hablando: poder ser bicampeón de América no es poca cosa. Y en Estados Unidos, con otras selecciones, la verdad que fue muy emotiva y muy especial también .

-Te toca entrar en un momento chivo del partido, con Messi llorando en el banco. ¿Cómo viviste la previa a ingresar y qué te pidió Scaloni?

-Entramos en la prórroga y ya había muchos jugadores que venían acumulando bastante fatiga. Entonces, se empiezan a crear más espacios. Por ahí haciendo la entrada en calor era lo que hablábamos con los chicos, que si juntábamos varios pases podíamos lastimarlo porque se estaban creando espacios. Leo (por Scaloni) fue un poco lo que dijo: que tengamos la pelota, que tratemos de jugar, que se van a abrir los espacios, que ellos ya se estaban desordenando, pero también se venían. Y por suerte encontramos esa jugada que Lauti pudo convertir y a partir de ahí ya se veía que otra vez se podía dar.

-¿Cuántas veces viste el gol, cuántas veces te mandaron tus amigos la jugada y tu asistencia?

-Lo vi varias veces después del partido, que te iban mandando el video, las imágenes, pero después ya una vez que pasó no lo volví a mirar tanto. Cada vez que aparece lo ves, la verdad que es algo muy emotivo y muy lindo para ver.

-Cada vez parece más lindo el gol…

-Sí, además va pasando cada vez más el tiempo. Como que te agarra más melancolía, pero bueno, la verdad que sí es un lindo momento para disfrutar.

-¿Por qué decidiste ir a abrazar a Leo Messi en el gol?

-Por lo que se estaba viviendo después de la lesión de Leo, que es nuestro emblema, nuestro capitán y que siempre quiere estar en la cancha, y lamentablemente con lo del tobillo no podía seguir más. Y nosotros, como compañeros y amigos, verlo sufrir así no es lindo. Cuando fue el gol lo primero que se me ocurrió fue ir a abrazarlo: desde afuera se sufre mucho más y creo que él se lo merecía más que nadie. Lo primero que se me vino a la cabeza después de verlo llorar y sufrir así es ir a abrazarlo a él y dedicarle el gol.

-Después de lo que te había ocurrido en la previa del Mundial, ¿cuál es la palabra que define este momento: revancha, resiliencia?

–No lo tomo como una especie de revancha, sino una nueva oportunidad: lo que pasó quedó atrás. Ahora disfruto de este presente: haber ganado otra Copa América con esta Selección es algo único. Como siempre digo, estar en la Selección Argentina es un lugar de privilegio: cada vez que estamos ahí lo disfrutamos mucho y lo defendemos como el primer día.

-El dicho popular dice que las cosas pasan por algo. Una lesión te impidió jugar en Qatar, pero te permitió ver el nacimiento de tu hija…

-Como vos decís, las cosas pasan por algo. La verdad que estoy muy agradecido porque pude vivir todo, todo desde adentro, lo que fue el proceso, y nunca bajé los brazos, esperaba este momento, trabajé mucho para poder volver a estar en ese grupo, que como siempre decimos tiene la vara muy alta. Y volver a estar ahí y competir como uno más y, bueno, coronarlo como se coronó con la final, creo que fue la frutilla del postre.

-¿Cómo fue aquel momento mágico, porque como todo en tu vida, hasta el nacimiento de tu hija tiene que ver con un partido de fútbol? Estabas viendo el partido con México ¿y qué pasó?

-Fue ahí con el partido con México, en el gol de Leo, que mi mujer rompió bolsa y de ahí nos fuimos al hospital. Y el gol de Enzo (Fernández) lo vimos desde el auto. Obvio que desde afuera se sufre mucho más, pero yo estaba convencido que con el grupo de jugadores que teníamos se podía sacar adelante. Y ya después sí, cuando pude acompañarlos desde adentro, fue muy lindo poder estar ahí con ellos y apoyarlos. Estoy muy agradecido.

-Nació Emilia y a los pocos días viajaste a Qatar para estar cerca de tus compañeros. ¿Cómo manejaste saber que solo podías alentar y no jugar?

-Desde afuera se sufre mucho más. Por ahí cuando estás adentro en esa burbuja estás en otra, pero desde afuera se sufre mucho más, porque estás todo el día viendo la televisión: se hace mucho más largo. Después que nació mi hija, lo que más quería era estar con mi compañeros, estar ahí acompañándolos desde cerca. Fue muy emocionante lo que se vivió ahí adentro. Fue algo inexplicable lo de Qatar.

-Después del Mundial, De Paul se quebró al decir que no sabía cómo habías gestionado el dolor. ¿Cómo hiciste?

-Con Rodri, si bien tengo una relación única, creo que también en el Mundial nos unió mucho porque hablábamos todos los días. Yo le escribía antes y después de los partidos para saber cómo estaban: creo que estuvimos muy pegados. Previo al Mundial también. Lo que él dijo y yo un poco lo que le decía era eso, que ya lo que había pasado, pasó, que yo miraba para adelante, que obviamente ellos me dieron la fuerza necesaria como para seguir también. Y acompañarlos y tenerlos ahí cerca, me hizo muy bien, siempre me hicieron sentir parte, desde el primer día.

Un gesto que lo conmovió

-¿De los gestos que más te emocionaron fue cuando tus compañeros sacaron un cartel con tu foto, en el amistoso ante Emiratos Árabes, el último previo al Mundial?

-Sí, sí. Yo estaba viendo el partido en casa y nunca me imaginé que podía pasar algo así. Ya cuando salieron a la cancha y vi el cartel, me hizo emocionar mucho. Y ahí dije: “Mierda che, algo habré hecho bien como para que salgan al partido con ese cartel”. Creo que eso también fue un empujón para salir adelante y que fue un gesto que me llenó, y mucho. Cuando te digo algo habré hecho bien, hablo desde lo humano, lo personal, ya dejando fuera lo futbolístico porque un gesto así no pasa todos los días. Que todas esas personas te tengan presente… Ese momento para mí fue muy emotivo, muy especial. Creo que fue un empujón anímico.

-El dolor es parte del pasado y lo que está latente es tu perseverancia: arrancaste el ciclo de Scaloni como uno de los indispensables y seis años después te mantenés en ese mismo status.

-En estos procesos lo más importante es no relajarte. El ciclo de Leo Scaloni fue muy exitoso, pero, bueno, a su vez no fue fácil. Arrancamos con esos amistosos que no sabíamos qué iba a pasar, si iba a seguir, si no iba a seguir y él siempre lo tuvo muy claro: nos dijo que hasta el día que él esté quería que los jugadores den el máximo por él, por la camiseta que representan. Se empezó a observar una unión de grupo muy linda y eso después fue el resultado de todo lo que vino. No te podés relajar nunca en ese lugar porque la vara está muy alta, estás representando a la Selección Argentina, que es el sueño de todas las personas que quieren ser jugadores de fútbol. Entonces, es un lugar muy lindo, pero a su vez con mucha responsabilidad. Yo siempre seguí por el mismo camino del trabajo, la humildad y el crecimiento. De aprender de los más grandes, de escuchar porque tenemos grandes referentes ahí y uno trata de aprender mucho. Y para todo lo que viene seguir por el mismo camino.

-Era difícil igual en aquel 2018, cuando arrancó ese grupo de jóvenes con un técnico que era interino, imaginar que seis años después íbamos a estar hablando del bicampeonato de América, del campeonato del mundo en Qatar, de la Finalissima en Londres…

-Uno no imaginaba así… Leo dijo que él iba a dar todo hasta el día que estuviera y que esperaba lo mismo de nosotros. Y creo que fue eso, dar y dar. Ahí se empezó a crear esa unión de grupo que fue en definitiva la que te llevó tan lejos. Que vos veas que tu compañero se te tira de cabeza en la cancha, que en el entrenamiento no hay un día que nadie se relaje. Creo que todo eso hizo que se llegue lejos y a conseguir lo que consiguió esta Selección. Estar en un lugar de privilegio es muy lindo y también da mucha responsabilidad.

-¿Qué creés que tuvo este grupo que no pudieron tener los anteriores?

-Por ahí en esos momentos de detalles, esa cuota de suerte… Porque fíjate que se perdieron finales jugando mejor, por penales. En definitiva siempre en este deporte hay esa cuota de suerte: se le dio a esta camada, pero yo creo que las camadas anteriores y todos los jugadores que pasaron posicionaron a la Selección Argentina siempre ahí arriba. Porque fíjate todos los jugadores que pasaron de mucha trayectoria, mucha jerarquía. Entonces, es un momento de disfrute para todos.

-Y con el paso del tiempo y a la distancia, ¿qué es lo que te genera el Mundial 2018? Todos pensaban que ibas a jugar y no tuviste minutos…

-Tomar todo como un aprendizaje: si bien en ese momento me había tocado jugar los amistosos previos al Mundial y después no me tocó jugar, lo tomé como un aprendizaje, como algo que no me tocó en ese momento, que tendría que ser más adelante. Seguir trabajando, no agachar la cabeza: sabemos que las cosas para conseguirlas no van a ser fáciles. También no haber podido disputar algún minuto en ese Mundial me sirvió para decir tengo que trabajar el doble, tengo que entrenarme el doble, por algo habrá sido. Y siempre con esa mentalidad de no bajar los brazos, de seguir intentándolo y, bueno, al final tuvo su recompensa.

-¿Qué le diría el Gio de cuatro años que empezó a jugar al baby fútbol en San José al Gio de hoy bicampeón de América con la Selección?

-Que siempre me guíe por la misma línea, de disfrutar cada momento porque en definitiva uno está haciendo lo que soñó desde chico, pero muchas veces se te puede dar como no. Estar viviendo todo esto ya es algo increíble: como te dije disfruto cada día, disfruto cada entrenamiento, amo lo que hago. Si bien tenemos muchas responsabilidades, muchas presiones, no dejás de hacer lo que te gusta. Sabemos que también se pasa rápido porque fíjate que estábamos hablando del Mundial 2018 y ya pasaron seis años, ya pasaron siete años desde que debuté en la Selección. El tiempo pasa y obviamente lo que te quedan son estos momentos, entonces mientras tanto disfrutar el camino.

-¿Un mensaje para los hinchas que siguen manija con la Selección?

-Que disfruten, que sigan disfrutando: estos momentos no se dan todos los días. Si bien parece fácil, fue y es un recorrido muy difícil el que se estuvo dando. Como dijimos antes no hay que relajarse, sabemos que se vienen muchas cosas por delante muy lindas. Lo más importante es que el hincha se sienta reflejado por esta Selección, que cada vez que le toca jugar, ya sea un amistoso o lo que sea, da todo por el escudo y por los colores.

-¿Cuál fue la mejor asistencia, hasta ahora, de tu carrera?

-La del gol de Lautaro, la última.

-Es un sinónimo de unión, de humildad, de perseverancia y de alegría.