No es casualidad que Germán Pezzella haya sido figura en su primer partido de Libertadores con River desde su regreso al club, ya que el campeón del mundo y de la Copa América con la Selección llegó justamente para ser el líder defensivo del equipo de Gallardo y fue una muralla en el triunfo contra Talleres: en Córdoba no lo gambetearon nunca, fue el jugador con más recuperaciones (siete) y ganó los dos duelos que disputó, además de tener una efectividad del 89,7% en los pases (61 de 68).

“Es importante irnos con una victoria. Cuando ellos quedaron con uno menos se cerraron bien y no podíamos entrar, pero el gol de Paulo lo abrió”, se alegró el defensor de 33 años. “La Copa es así y más con equipos argentinos. Los partidos son duros, se definen por detalles. Hay situaciones muy chicas y la supimos aprovechar”, sintetizó.

El bahiense impuso autoridad en la zaga con más categoría que pierna fuerte aunque se mostró firme en cada cruce, anticipo y cobertura. Incluso contó con una oportunidad de meter un centro decisivo en ataque y pifió el zurdazo, aunque nunca dejó de ser una amenaza para Talleres en las pelotas paradas y una distracción de marcas que el chileno pudo aprovechar en dos ocasiones (el primer cabezazo de Paulo salió a las manos de Herrera).

“No recuerdo situaciones de ellos. Quizás el equipo equivocó los caminos pero siempre intentándolo y tuvimos recompensa”, destacó Pezzella, quien repitió su “orgullo por vestir esta camiseta, un sueño que siempre tuve desde chico. Lo cumplí hace 10 años y hoy me la vuelvo a poner. Estoy muy contento pero ya pensando en el próximo rival”.