«Gallardo nos tocó la parte anímica, es fundamental. Nos dio un golpe de energía tanto a nosotros como a la gente. Que esté acá es muy lindo, hay que disfrutarlo y seguir por más».

Entre las claves que tiene este River semifinalista de la Copa Libertadores, Nacho Fernández no dudó en mencionar a la más importante, la que unió todas las piezas: claramente, desde la llegada del DT, River es otro River. Y el volante, que alternaba niveles irregulares, también es otro: este martes volvió a confirmar que se siente cómodo en este rol de interno en la mitad de la cancha, mostrando capacidad para unir las líneas del equipo y mucho despliegue.

Justamente, en el aspecto físico es en el que se ve su mayor evolución: «Hay que presionar y correr, pero también jugar, porque los partidos se ganan jugando. Este equipo tiene una mezcla de todo y eso es fundamental», dijo el volante después del triunfo 1-0 contra Colo Colo, consciente de que ahora el Muñeco le reclama otra predisposición en la marca. Y así se lo vio en esta vuelta de cuartos, comprometido en estar cerca de Kranevitter, siendo clave para que Palacios ni siquiera entrara en el circuito de juego de los chilenos y saliendo a presionar alto cuando era necesario.

Un partido redondo de un Nacho que reconoció que River jugó ante «un rival muy difícil que lo hizo muy bien» y que lentamente ya se empieza a ilusionar con lo que viene: «No había pensado que dos de los tres partidos que quedarían serían en el Monumental, tenía la cabeza en hoy (este martes). Ahora toca descansar y pensar en lo que viene. Ojalá que sigamos la Copa de la mejor manera y que le podamos dar una alegría a la gente».