El Real Madrid atraviesa un momento delicado y el partido ante Liverpool en Anfield ha intensificado las alarmas. Con una derrota por 2-0 que los dejó al borde del abismo en la nueva fase de liga de la Champions League, el conjunto blanco mostró una imagen deslucida y carente de respuestas futbolísticas. Sin Vinícius ni Rodrygo, y con Courtois como el único punto alto, la figura más señalada fue Kylian Mbappé, quien llegó al club como el fichaje más resonante de los últimos años y hoy enfrenta una ola de críticas tanto por su rendimiento como por su actitud.

El delantero francés, que falló un penal clave cuando el partido estaba 1-0, fue calificado como una «sombra de lo que se esperaba» por el diario Marca. Con su peor racha goleadora desde 2021 –apenas un gol en sus últimos ocho encuentros–, Mbappé no ha logrado estar a la altura de las expectativas.

En esta Champions, su bajo rendimiento se evidencia aún más: un solo gol en cuatro partidos, con una expectativa goleadora (xG) de 2.68. Estos números contrastan marcadamente con su etapa en el Paris Saint-Germain, donde durante seis temporadas consecutivas superó su xG en la Ligue 1, destacándose como uno de los delanteros más efectivos de Europa.

Las críticas no se limitaron a su desempeño en el campo. Tras la derrota, Mbappé dejó el césped rumbo al vestuario sin interactuar con sus compañeros ni con los hinchas, un gesto que generó indignación en la prensa. Mientras Courtois agradecía a los fanáticos desplazados hasta Inglaterra, Mbappé parecía ajeno al compromiso emocional que exige el Madrid. AS lo describió como «torpe, desangelado y desaparecido», mientras que Mundo Deportivo tituló la noche como una «debacle» para el equipo blanco.

El contexto no ayuda. En una temporada cargada de exigencias y con varias bajas sensibles, Mbappé era el hombre llamado a liderar al Madrid, pero su aportación ha estado lejos de lo esperado. Sus nueve goles en 17 partidos son insuficientes para un jugador que llegó como la gran estrella. Además, sus 57 remates en 12 partidos de LaLiga, la cifra más alta de la competición, contrastan con su escasa eficacia. Comparado con Robert Lewandowski, quien lidera la tabla de goleadores con 15 tantos y menos disparos, el desempeño del francés parece aún más preocupante.

Carlo Ancelotti intentó calmar las aguas en la conferencia de prensa posterior, destacando que «es cuestión de tiempo» que Mbappé recupere su nivel y pidiendo paciencia. Sin embargo, los medios españoles no han sido tan indulgentes. Analistas como Steve McManaman anticiparon un trato despiadado hacia el francés, mientras que Gareth Bale, con un tono más comprensivo, aseguró que «Mbappé es el mejor del mundo y solo es cuestión de tiempo que lo demuestre». Pero el tiempo en el fútbol, especialmente en un club como el Madrid, es un lujo que no siempre está disponible.

El Real Madrid tendrá que enfrentarse a un calendario cargado de desafíos, con partidos claves en la Champions, el Mundial de Clubes y la Supercopa de España. Para Mbappé, cada encuentro será una oportunidad para redimirse y demostrar por qué fue recibido como un ídolo en el Bernabéu. Sin embargo, está claro que la vara de la Casa Blanca siempre será el desempeño de Kiki en la Orejona, por más bien o mal que le vaya en el plano doméstico.