ECONOMIA
Caputo se aseguró que no quedara ni un peso libre: alivio para un gobierno que teme la turbulencia pre electoral

La palabra «festejo» puede sonar exagerada para la última licitación del Tesoro, en un contexto en el que el riesgo país supera los 800 puntos, el mercado de futuros del dólar operó u$s2.800 millones en una sola jornada -máximo de dos meses- y las cotizaciones marcan la expectativa de un tipo de cambio por encima del techo de flotación. Pero, al menos, lo que le queda a Toto Caputo y su equipo es una sensación de alivio.
A diferencia de las licitaciones previas, no solo pudo «rollear» el total de la deuda que vencía este miércoles, sino que hasta tuvo un extra de 14,6%. Es decir, esta vez no hay riesgo de pesos que queden «sobrantes». Más bien al contrario, hasta absorbió liquidez adicional por $940.000 millones.
Y, acaso lo más importante, de toda la deuda renovada, apenas un 20% es de vencimiento corto -entendiendo por «corto» la única definición relevante en este momento, es decir una fecha anterior a la elección legislativa de octubre-.
El alivio se hizo oficial en la cuenta de Twitter de Javier Milei, quien comentó TMAP –«todo marcha acorde al plan»-. Hacía tiempo que no se veía en cuentas oficiales ese lema oficialista. En cambio, sí se lo había visto en su versión irónica, «tasas muy altas, Pablo», dedicadas al secretario de Finanzas, Pablo Quirno.
No es que esta vez las tasas hayan sido bajas, claro. Los $1,59 billones que se colocaron en la Lecap que vence en un mes tendrán un premio de 75,66% en términos efectivos anuales. Es decir, un 4,81% efectivo mensual, que hablando en plata significa un interés de $106.912 millones. En apenas un mes.
Para el gobierno es un alivio de alto costo financiero, pero un alivio al fin, dado que la masa que captó el Tesoro debería suponer una menor presión sobre el tipo de cambio. Si los bancos hubiesen tenido ahora la misma actitud que en la licitación de hace dos semanas -cuando hubo una renovación de apenas 61%- habría quedado «suelta» una masa de pesos suficiente para comprar u$s3.000 millones.
Luis Caputo y una licitación «a cara de perro» con los bancos
Desde el punto de vista de los bancos, lo ocurrido en esta licitación no fue una sorpresa. Aunque siguen quejándose por los problemas de liquidez en su operatoria cotidiana, habían captado con claridad el mensaje de Caputo: lo que los bancos no aceptaran «por las buenas» en la licitación, lo deberían aceptar «por las malas» en una suba de encajes obligatorios en el BCRA, a integrar con una emisión extraordinaria de bonos.
Con esa operación, Caputo castigó a los bancos doblemente: además de llevar a 50% los encajes, los obligó a tomar una tasa cinco puntos más baja que la del 69% que había ofrecido anteriormente.
Y, para reforzar todavía más su postura de no permitir que quedara liquidez excedente en el mercado, tomó medidas adicionales en los días previos a la licitación de este miércoles, con una suba adicional de los encajes, que ahora están en 53,5%. Y ese incremento sólo se podía integrar con títulos que tuvieran vencimiento a más de 60 días.
Esto implica que Caputo no se contentaba con obtener nuevamente un «rolleo» por el total de los vencimientos, sino que también quería recuperar su objetivo de «alargar duration«. Desde hace meses, cada vez que el equipo económico justifica su política monetaria, alega que la estrategia es que la deuda vaya, paulatinamente, pagando menos tasa y renovando a plazos más largos.
El premio por esperar a enero 2025
En las últimas licitaciones se habían sacrificado ambas metas, dado que la mayor parte de la oferta de los bancos se concentraba en los vencimientos de cortísimo plazo. Y la tasa sufrió una suba acelerada que alarmó al mercado: antes del desarme de las LEFI se pagaba 38,9%, luego saltó al 47%, algo que escandalizó a los economistas, en un contexto de volatilidad extrema en las operaciones de caución. Pero esa cifra quedó pequeña cuando, dos semanas más tarde, se pagó 65% por las letras capitalizables y luego, en la licitación de agosto, cuando llegó a 69,2%.
Y lo peor era que, en cada licitación, el monto «rolleado» era menor. Era esperable, por lo tanto, que el objetivo de una tasa baja fuera archivado hasta nuevo aviso. Pero la meta de alargar la duration todavía tenía chances de recuperarse.
Al subir los encajes y ofrecer los bonos con tasa variable TAMAR, se logró que el 80% de la licitación quedara con vencimientos para el inicio del año próximo. En términos políticos, es casi como hablar de largo plazo.
La tasa de esos bonos tampoco es barata, sobre todo porque el índice TAMAR -que se forma con el promedio de las tasas a plazo fijo mayorista de 30 días- viene subiendo aceleradamente. En el momento en que Caputo obligó a que los bancos absorbieran los pesos que habían dejado sobrantes en la licitación anterior, esa tasa era de 63% efectiva anual. Hoy, en cambio, es de 86,6% efectiva anual.
Y a esa tasa se agrega un plus. Esto significa que el premio -tomando los valores actuales- para los inversores que colocaron $3,3 billones con vencimiento al 16 de enero, habrá un premio que en términos anualizados es de 89,6%. Sí, un interés mensual de 7,4% por aceptar quedarse en pesos en medio de la turbulencia.
¿Un costo de corto plazo?
En estos momentos se están produciendo los clásicos debates en las redes respecto de si la licitación fue un éxito o un fracaso. Es, naturalmente, una discusión sin posibilidad de consenso, porque Caputo logró su objetivo de secar la plaza pero al costo de una tasa altísima. Es, como diría el presidente, «el principio de revelación».
Y, de hecho, el propio ministro ya había admitido, en polémicas abiertas con los economistas, que el actual panorama de tasas tiene el potencial de enfriar la economía. Aun así, defendió su política de absorción de pesos, porque interpreta que en este momento ya no se produce el «Punto Anker» -en el que la liquidez no colocada en deuda va al crédito productivo- sino que predomina la especulación por el ruido electoral.
La versión de Caputo es que el pico que registró el riesgo país en los últimos días no marca una desconfianza contra la política económica del gobierno, sino el miedo a que la oposición tenga una victoria electoral que pueda poner en riesgo el equilibrio fiscal.
Desde ese punto de vista, justifica el alto costo de las tasas, porque es la herramienta para superar una turbulencia de corto plazo.
«En el caso actual, nosotros creemos que esta suba de tasas va a ser transitoria, porque las elecciones serán muy favorables para LLA. Por lo tanto, el alto riesgo político que hoy asigna el mercado (dados los últimos intentos de romper con el equilibrio fiscal por parte del Congreso), y que evidentemente lo tomó por sorpresa, va a colapsar pronto, y las tasas volverán al nivel al que a vos y a todos nos gustaría verlas», escribió el ministro.
Y en esta última licitación dejó en claro cuál es el costo que el gobierno está dispuesto a pagar para comprar semanas de calma financiera antes de las elecciones: una virtual parálisis del crédito. Es obvio que no hay negocio, por más rentable que sea, que pueda competir contra un Tesoro que paga un premio de 4,81% al mes.
Los últimos indicadores ya están mostrando una tendencia a la retracción del crédito a empresas, así como un aumento en la morosidad de las tarjetas de crédito.
Semanas con lupa en el dólar
Lo que, en definitiva, marcará el grado de éxito o fracaso de esta licitación será su capacidad para aliviar la tensión cambiaria pre-electoral y para acotar la volatilidad de tasas de interés, que fue la tónica del mercado en los últimos meses.
De manera que todas las miradas estarán en las variaciones del mercado de futuros del dólar y en la demanda del mercado secundario por los títulos en dólares.
Será crucial la interpretación que haga el mercado sobre qué tan controlada está la situación monetaria por parte del gobierno. No hay que olvidar, después de todo, que restan todavía tres licitaciones antes de la elección legislativa: el 12 de septiembre por $5 billones, el 30 de septiembre por $2,67 billones y el 17 de octubre por $3,86 billones.
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ECONOMIA
Alarma en la industria del juguete: en el mes de las Fiestas, advierten por el bajo consumo y las importaciones récord

(Adrián Escandar)
La industria del juguete en la Argentina enfrenta este fin de año una de sus situaciones más complejas desde hace décadas, según advirtió este lunes el sector. La Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) alertó que el contexto actual se caracteriza por un crecimiento extraordinario de las importaciones, un consumo que cae de manera sostenida y una competencia considerada desleal tanto por vía del ingreso formal como por el contrabando. Todo esto se da en un escenario agravado por los profundos cambios demográficos, el avance de canales digitales y la irrupción de artículos inseguros sin certificación adecuada.
El comunicado sectorial denuncia una “avalancha sin precedentes” de productos extranjeros, en especial provenientes de China, que concentra casi la totalidad del volumen importado. Entre enero y octubre, las importaciones de juguetes alcanzaron USD 91,3 millones FOB y 17,5 millones de kilos, con aumentos interanuales del 59,5% en valores y 94% en volumen. China explica el 85,7% del valor y el 94,4% del volumen de los ingresos.
Además, si se agregan juegos de mesa, artículos para aire libre y productos de fiesta, el total supera los 28 millones de kilos, por lo que el 2025 se perfila como el mayor año de importaciones en dos décadas, incluso por encima del récord previo en 2018. La diferencia central es que mientras el mercado recibe más productos que nunca, el consumo se mantiene en franco descenso.

Matías Furió, presidente de la CAIJ, subrayó la gravedad de la concentración importadora: “A pesar de la alineación con occidente, China pasó a explicar casi el 95% del volumen importado. La concentración es la más alta de los últimos 20 años”. El salto de operadores resulta igualmente contundente: en un año la cantidad de importadores pasó de 199 a 530, con casi 340 firmas nuevas encontrando negocio en la importación de juguetes, mientras la caída en el consumo se profundizaba.
La presión sobre la plaza local no proviene solo de las cifras de importación. El documento advierte sobre la superposición de stock acumulados del año anterior, resultado de una ola de compras tanto nacionales como extranjeras realizadas cuando el dólar oficial se ubicaba en valores considerablemente bajos. Esta situación lleva a una sobreoferta de productos, caída de precios, distorsión de valores de referencia y una competencia que perjudica tanto a quienes producen localmente como a quienes importan bajo condiciones establecidas.
El sector denuncia, además, una desventaja estructural frente al gigante asiático. El ecosistema manufacturero chino presenta costos laborales, ambientales y energéticos muy inferiores, y las empresas acceden a incentivos a la exportación, lo que crea una situación donde la industria local no puede igualar precios sin resignar calidad o sostenibilidad. Así, la competencia calificada como “desleal” profundiza la insostenibilidad del sector argentino.
A las dificultades comerciales y la presión extranjera se suman cambios estructurales en el mercado interno. El comunicado señala una baja sostenida de la tasa de fecundidad, que descendió de 2,4 a 1,4 hijos por mujer desde 2015, una caída del 42% que reduce la base demográfica de niños y limita la demanda potencial.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
Según estimaciones basadas en datos del Indec, en 2022 la población de 0 a 14 años se ubicaba en algo más de 10 millones; para 2025 la proyección marca un descenso a 9,5 millones, tendencia que continúa hasta 2040. Este recorte estructural, sumado a la creciente exposición a dispositivos digitales y pantallas desde edades más tempranas, resta tiempo e interés a la interacción con juguetes tradicionales.
Respecto de este tema, el gerente de Relaciones Institucionales de la cámara, Julián Benitez, precisó, en diálogo con Infobae en Vivo, que “el uso intensivo de las pantallas acortó las edades de los usuarios de juguetes y preocupa mucho el impacto en el desarrollo de los chicos”. “Articulamos con la Sociedad Argentina de Pediatría, pediatras, neurocientíficos y oftalmólogos infantiles sobre lo que perjudican las pantallas para el desarrollo visual y cognitivo, efectos nocivos como el sedentarismo, la obesidad, la ansiedad. Es muy importante dedicar el tiempo para el juego, porque los chicos terminan agradeciendo y valorando el tiempo compartido”, agregó.

En términos comerciales, el consumo en jugueterías de cercanía, cadenas y supermercados no mostró signos de recuperación y el canal de e-commerce, aunque avanza, solo representa el 25% de la facturación. El comercio electrónico también implica desafíos logísticos, financieros y de promoción que muchas PyMEs no logran sortear de manera eficiente, mientras crecen las compras puerta a puerta y el contrabando. precisó el comunicado.
El escenario se agrava por el incremento del contrabando, que representa alrededor del 30% del mercado y afecta, según el comunicado, a distintas regiones del país. Los informes mencionan casos de polirrubros y bazares que organizan viajes frecuentes a zonas limítrofes para abastecerse de mercadería sin control aduanero. Esta práctica, advierte la CAIJ, no solo evade impuestos y distorsiona la competencia, sino que implica mayores riesgos para las familias: los artículos ingresados ilegalmente no cumplen ninguna norma de seguridad.
La cámara sectorial expuso su preocupación por la presencia de juguetes inseguros. Alertó sobre la oferta de productos “internacionales” en plataformas de e-commerce, algunos con antecedentes de retiro del mercado en Estados Unidos, como así también la venta de productos presentados como “certificados” que, tras ensayos en laboratorios, no cumplen la normativa vigente. En el plano regional, organismos de países cercanos detectaron la presencia de metales pesados y sustancias prohibidas en algunos juguetes, lo que muestra la necesidad de revisar e intensificar controles fronterizos y asegurar la trazabilidad en toda la cadena comercial.
El cuadro de situación arroja indicadores de deterioro acelerado. Las ventas permanecen estancadas, los comercios acusan el impacto de la sobreoferta y la llegada masiva de nuevos agentes importadores. Las jugueterías sufren márgenes negativos por adicionales en tarifas energéticas y la presión del canal digital, mientras las fábricas recurren a créditos no para expandir su producción, sino para afrontar sueldos y compromisos mínimos.

La capacidad ociosa se volvió un problema central: “La industria tiene 6 de cada 10 máquinas paradas sin producir”, sostuvo Furió. La reducción arancelaria, implementada con el objetivo de traer precios más bajos, no generó impacto en los valores de venta al consumidor final: “El arancel se redujo un 15%, pero los juguetes importados no bajaron de precio”, puntualizó el dirigente.
El deterioro del mercado también se reflejó en el cierre de locales históricos. El comunicado enumera el caso de Rossier en Escobar, que cerró en octubre tras casi 40 años de actividad; Halago’s en Quilmes; y Lilián en Trelew, con medio siglo de trayectoria. Según la cámara, el mayor temor para los próximos meses es la continuidad misma del ecosistema nacional de jugueterías y, en el extremo, de la producción local.
La estacionalidad marca una caída generalizada en los tickets y una intensa búsqueda de precios bajos. El ticket promedio en los comercios de barrio ronda los $22.000, mientras que en grandes cadenas trepa a $49.000, donde más del 90% del stock es importado, lo que sitúa un promedio general cercano a $35.000. Las posibilidades son variadas: desde juguetes económicos, como masas de modelar o autos plásticos desde $3.000, hasta productos premium que pueden superar los $350.000. El 85% de las ventas se concretan mediante tarjeta de crédito.
El fenómeno no es exclusivo del segmento juguetes. La industria local del árbol navideño, que supo exportar a mercados internacionales, ahora compite con una oferta cada vez mayor de importaciones. Los precios varían según lugar y formato. Un árbol completo puede conseguirse desde $30.000 a $35.000 en versiones básicas, hasta más de $100.000 en presentaciones grandes y premium. La demanda prioriza precios y practicidad, empujando a la industria nacional a buscar alternativas para mantener la actividad.
A pesar del escenario adverso, la CAIJ promueve un paquete de iniciativas para sostener al comercio y promover la demanda, como campañas de descuentos, acciones de visibilización y contenidos educativos dirigidos a destacar el juego físico sobre el uso de pantallas. Entre el 8 y el 24 de diciembre, la cámara impulsa propuestas que apuntan a movilizar la mayor cantidad posible de compras en el período navideño.
“Estamos desde la Cámara convocando a una nueva noche de las jugueterías el 11 de diciembre en todo el país. Va a ser el punto inicial a la ruta de las jugueterías, un mapa donde la gente podrá encontrar la juguetería de cercanía, descuentos, promociones, actividades lúdicas”, aseguró Benitez.
ECONOMIA
Los bonos y CEDEARs que la City aconseja vender cuanto antes y qué alternativas recomienda

El reacomodamiento que siguió al rally de octubre y noviembre generó movimientos casi históricos en bonos y acciones, dejando a varios inversores en posiciones que ya no ofrecen el mismo atractivo. La compresión del riesgo país, que llevó al EMBI local a niveles impensados meses atrás, comprimió rendimientos y redujo el potencial de suba de algunos títulos hard dollar, especialmente en el tramo más corto de la curva.
Esa dinámica obligó a repensar qué conviene mantener y qué es mejor vender, dado que el ratio riesgo/retorno cambió por completo.
En ese contexto, distintas voces de la City coinciden en que ciertos activos ya quedaron sin upside mientras otros sectores -castigados o rezagados- vuelven a ofrecer valor.
Los bonos que conviene vender: GD29 y GD30
Uno de los primeros en encender la alerta fue Martín Torre, analista financiero de Balanz, quien recomendó revisar posiciones en GD29 y GD30, dos de los bonos hard dollar cortos más populares entre los inversores locales.
Torre explicó que con la compresión del riesgo país, estos papeles perdieron casi todo su margen de mejora: «Si tenés estos bonos en cartera -GD29 y GD30-, tras la fuerte compresión del riesgo país el ratio riesgo/retorno dejó de ser atractivo. Recomiendo desarmar posiciones en el tramo corto de la curva hard dollar y rotar hacia alternativas con mejor relación riesgo/retorno«, afirmó.
Su lectura coincide con los números que muestra la tabla de compresión de spreads. Para un escenario de riesgo país en 500 pb, el upside potencial de estos bonos es prácticamente nulo.
Y si el riesgo país bajara a 400 pb, la situación no mejora demasiado: el GD29 muestra una variación estimada entre -0,23% y 1,63%, mientras el GD30 da margen apenas superior pero todavía insuficiente frente a otras alternativas de la curva.
Lo que sí vale dentro de hard dollar
El contraste lo aportan los papeles largos bajo legislación argentina. En particular, la tabla ubica al AE38 entre los principales candidatos, con un upside potencial cercano al 12% si el riesgo país converge a 400 pb.
Rocco Abalsamo, asesor financiero, destaca lo mismo:
- Para un escenario constructivo con Argentina, no tener GD29 y GD30.
- En cambio, sí tener títulos largos y ley local, que todavía conservan espacio para compresión de spreads.
En otras palabras, el mercado no está premiando liquidez corta, sino duration. Y la apuesta, según los analistas, es que, si el ciclo continúa mejorando, la ganancia estará en los bonos largos.
Bonos en pesos: qué no tener y qué mantener
Abalsamo también compartió una hoja de ruta para la renta fija en pesos, marcando diferencias entre perfiles conservadores y agresivos, y brindando definiciones sobre qué conviene evitar:
Tramo corto y medio
- Si el inversor es conservador, no tener tasa fija (T15D5 ni S16E6).
- En su lugar, mantener exposición a TAMAR y CER, que brindan cobertura real con menor volatilidad.
- Si el inversor es agresivo y apuesta a un escenario de fuerte desinflación, la tasa fija puede convertirse en la alternativa más rentable.
Tramo largo
- Si se busca baja volatilidad, no tener tasa fija ni TAMAR.
- El recomendado es el CER largo, con foco en el TZX28, que aparece como la preferida dentro de ese universo.
- Para inversores con mayor tolerancia al riesgo, si la tesis de desinflación firme se sostiene, los bonos a tasa fija como el T30A7 podrían ofrecer retornos superiores.
Por primera vez en varios meses, la City muestra diferencias marcadas entre perfiles, pero coincide en un punto y es que la tasa fija corta no ofrece atractivo si la inflación no afloja con mayor contundencia.
Los CEDEAR que conviene vender
El rally internacional también dejó papeles con valuaciones muy ajustadas. Torre señala especialmente a Walmart, que opera en máximos históricos con múltiplos de precio-beneficio que superan ampliamente la media de su industria.
La acción cotiza a un P/E de 38,7 y un forward P/E de 37,3, niveles difíciles de justificar en un sector que históricamente premia estabilidad, pero no necesariamente crecimiento explosivo. Esa prima, que el mercado suele pagar por la marca y su rol dominante en consumo masivo, hoy resulta excesiva.
Dentro del sector salud, también aparece entre los «caros» Eli Lilly (LLY), cuya valoración quedó demasiado por encima de su rango histórico. Si bien el negocio de tratamientos para la obesidad impulsó el papel en los últimos años, la acción ya descuenta un futuro extremadamente optimista.
Ambas compañías comparten el hecho de que son empresas extraordinarias, pero a precios poco razonables para nuevas entradas.
Las oportunidades de inversión
A diferencia de los sectores considerados «caros», Torre destaca dos nombres que hoy cotizan con múltiplos atractivos y que podrían beneficiarse del próximo ciclo de valor internacional.
META (Facebook)
Dentro del universo tecnológico, META aparece como la opción con mejor combinación entre potencia de crecimiento y múltiplos razonables. La empresa opera con un forward P/E de 21,8x, uno de los más bajos dentro de las Big Tech, incluso inferior a su promedio histórico.
Esa relación precio/expectativas luce especialmente atractiva en un momento donde la inteligencia artificial tracciona ingresos y refuerza barreras de entrada. Para inversores que buscan exposición a tecnología sin pagar valores extremos, META se posiciona como una alternativa competitiva.
UnitedHealth Group (UNH)
En salud, Torre señala una oportunidad interesante debido a que, el sector, se encuentra en mínimos de valuación de los últimos 30 años, lo que genera un punto de entrada inusual para empresas defensivas de alto flujo.
UNH presentó un 3Q25 por encima del consenso, con ingresos por $113,2B, crecimiento del 12% YoY, y un EPS de $2,92, unos $0,11 por encima de lo esperado. Además, su CEO, Stephen Hemsley, subrayó que la firma continúa fortaleciendo su estructura para un crecimiento acelerado en 2026 y los años siguientes.
La hoja de ruta de la City
Activos a evitar / vender
- T15D5 y S16E6
- GD29 y GD30
- Walmart (WMT)
- Eli Lilly (LLY)
Activos con potencial
- AE38 y bonos largos ley local
- META
- UnitedHealth Group (UNH)
- TZX28
La compresión de spreads comprimió oportunidades, dejó sin recorrido a los bonos duros cortos y obligó a rotar hacia tramos más largos de la curva. Algo similar sucede en acciones del exterior: algunos papeles defensivos quedaron demasiado caros, mientras sectores como salud y tecnología ofrecen puntos de entrada más razonables.
La City hoy coincide en un mensaje claro: vender lo que quedó sin upside, reforzar posiciones en activos rezagados y privilegiar calidad en sectores castigados. La estrategia no pasa por moverse mucho, sino por moverse bien.
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ECONOMIA
Debate por una tasa a la emisión de gases vacunos: qué le respondió un dirigente rural a la diputada que ideó el proyecto

La diputada Lucía Klug impulsa un proyecto para crear la Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires (TAMBA), destinada a gravar las emisiones generadas por la ganadería. La iniciativa despertó un rechazo inmediato de la la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap).
En este marco, Klug y el presidente de Carbap, Ignacio Kovarsky, debatieron en Infobae en Vivo y expusieron su visión de la problemática ambiental y el impacto que puede generar en el sector.
Klug, de UxP, señaló que se trata de un tema ampliamente discutido en convenciones internacionales y respaldado por estudios científicos: el metano es la cuarta emisión antropogénica más relevante y genera una problemática ambiental creciente.
“El debate es complejo porque no estamos frente a una emisión ‘artificial’, sino ante procesos que, aunque naturales, se ven potenciados por la producción ganadera, que además es la base de alimentación de la mayoría de la población. Ahí aparece una tensión permanente entre el derecho a la alimentación y una producción que también tiene impactos ambientales negativos”, explicó.
“En muchos de los comunicados —como el de CARBAP, por ejemplo— se puso el foco casi exclusivamente en la cuestión tributaria. Pero este proyecto no es una medida fiscalista. No apunta a recaudar por recaudar, sino que es una herramienta ambiental”, indicó.
“Lo que buscamos es promover mecanismos de responsabilidad extendida del productor, que ya se aplican en numerosos sectores. La lógica es simple: aquello que producís y ponés en el mercado, si genera un impacto, tiene que ir acompañado de medidas para mitigarlo. Eso puede tomar la forma de una tasa, sí, pero también de otras acciones que reduzcan emisiones. Y existen muchos ejemplos. Uno muy exitoso es el de un feedlot en Coronel Rosales —una de las actividades que más gases genera— que logró reconvertirse en una planta de biogás», dijo Klug.
“Ese es el camino: fomentar la adopción de tecnologías y prácticas que reduzcan las emisiones de metano. El objetivo final es mejorar el ambiente, algo que incluso beneficia a la propia actividad ganadera, porque los efectos del calentamiento global también perjudican la producción de alimentos. Si no empezamos a actuar, entramos en un ciclo sin salida”, agrego.
En contraposición, Kovarsky planteó: “Cuando hablamos de emisiones de gases de efecto invernadero, suele mencionarse que el agro en su conjunto —no solo la ganadería— aporta alrededor del 20% del total. Dentro de ese porcentaje, la ganadería bovina representa aproximadamente entre el 10 y el 12%. Si miramos el escenario global, el sector agropecuario explica entre el 20 y el 22% de las emisiones, mientras que el resto —industria, energía y transporte— supera el 70%“.
“Lo llamativo es que, aun siendo el sector que menos aporta en esa comparación, el foco termina puesto sobre los productores ganaderos, que son los que generan el porcentaje menor”, consideró.

Kovarsky detalló: “Hay un trabajo, de hace años, que instaló la idea de ‘la vaca como problema’. Pero la vaca hace algo que es un proceso natural y evolutivo de millones de años: transforma materia vegetal en proteína animal de altísimo valor biológico. Esa conversión no ocurre por ningún otro mecanismo. Gracias a los microorganismos de su sistema digestivo, el animal puede comer pasto —que es prácticamente inutilizable para otras especies— y convertirlo en alimento de calidad. En ese proceso se emite metano».
El dirigente especificó que el metano bovino tiene una vida media de entre nueve y doce años en la atmósfera. Luego se descompone, mediante la acción del radical hidroxilo, en dióxido de carbono y vapor de agua. Ese CO₂ es, a su vez, el insumo esencial para que las plantas, mediante la fotosíntesis, vuelvan a producir materia vegetal. Es un ciclo biológico cerrado.

En cambio, el CO₂ que emiten los combustibles fósiles, la industria o la energía permanece décadas o incluso siglos en la atmósfera y no puede ser reabsorbido en la misma escala.
“Por eso, conceptualmente, estamos discutiendo lo incorrecto: hay que analizar el balance de carbono y no solo la emisión bruta”, dijo el dirigente.
“Las vacas, además de ser las que menos emiten, son las únicas capaces de participar de un sistema que reabsorbe lo que generan, porque forman parte de un ciclo que se renueva. La industria, el transporte o la energía no pueden ‘reabsorber’ lo que emiten, y menos aún el tipo de gases que liberan”, sostuvo.
“En Argentina, además, el sistema ganadero es distinto al de los países donde se hicieron muchos de estos estudios. Acá la producción está basada en pastizales, y en promedio un animal pasa solo unos 100 días en engorde a corral dentro de un ciclo de dos años. Algunos feedlots avanzan hacia modelos de economía circular con plantas de biogás, pero son una minoría. La enorme mayoría de la ganadería argentina se desarrolla a pasto, lo que nos diferencia de otros países que tienen poca superficie y trabajan con animales encerrados prácticamente desde los seis meses”, indicó.
“Por eso digo que hay mucho desconocimiento sobre cómo funciona el sistema ganadero argentino, sobre el equilibrio del carbono en nuestros campos y sobre el tiempo de permanencia de los gases emitidos por el bovino en comparación con otros sectores. Ese es el debate que realmente deberíamos estar dando”, añadió.
Klug respondió: “Es una de las industrias que menos impacto tiene en términos relativos, pero eso no significa que no tenga impacto. Una cosa no quita la otra. Hay actividades mucho más nocivas que la ganadería, pero eso no invalida que la ganadería también genere efectos y que, en Argentina, hoy no exista ningún tipo de regulación al respecto. Muchos países ya están estudiando cómo avanzar hacia un equilibrio o balance en estas emisiones, y nosotros todavía no iniciamos ese camino”.
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* De 18 a 21: Jesica Bossi, Diego Iglesias, María Eugenia Duffard y Federico Mayol. Actualidad, charlas y protagonistas, en vivo. Seguinos en nuestro canal de YouTube @infobae.
Mirá el debate completo entre la diputada Lucía Klug y el presidente de Carbap, Ignacio Kovarsky
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