ECONOMIA
El Gobierno establece los nuevos valores mínimos de biodiesel y bioetanol para octubre 2025

El gobierno actualizó los nuevos precios para el biodiesel y bioetanaol que se utilizan para la mezcla obligatoria con combustibles fósiles. La Secretaría de Energía publicó las Resoluciones Nros. 385/2025 y 386/2025 en el Boletín Oficial de este lunes.
A través de la Resolución 385/2025, Energía fijó en $1.508.704 por tonelada el precio mínimo de adquisición del biodiesel. Este precio corresponde al biodiesel destinado a su mezcla obligatoria con gasoil, en el marco de lo dispuesto por la Ley N° 27.640.
Cómo impactan los nuevos precios de biodiesel y bioetanol en el surtidor
La normativa aclara que este valor regirá para las operaciones que se lleven a cabo durante el mes de octubre de 2025 y hasta que un nuevo precio lo reemplace.
En cuanto a las condiciones comerciales, el plazo de pago del biodiesel no podrá superar, en ningún caso, los siete días corridos a contar desde la fecha de la factura.
Bioetanol
Mediante la Resolución 386/2025, la autoridad de aplicación estableció los precios mínimos para el bioetanol, un producto destinado a su mezcla obligatoria con nafta bajo la Ley N° 27.640.
Se fijaron dos precios, dependiendo de la materia prima:
- El bioetanol elaborado a base de caña de azúcar se estableció en $891,286 por litro.
- El bioetanol elaborado a base de maíz se fijó en $816,887 por litro.
Estos precios mínimos de adquisición regirán para las operaciones que se efectúen durante octubre de 2025.
El plazo de pago para el bioetanol se estableció en un máximo de treinta días corridos desde la fecha de la factura correspondiente.
Ambas resoluciones consideran la posibilidad de efectuar modificaciones en los procedimientos de determinación de precios en caso de detectar desfasajes entre los valores resultantes y los costos reales de elaboración, o si el precio puede generar distorsiones en los precios del combustible fósil en el surtidor.
Otros aumentos de octubre: así impactan las tarifas de colectivos, subte y peajes
Desde el miércoles 1 de octubre, los usuarios del transporte público en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y el conurbano bonaerense enfrentan un nuevo aumento en las tarifas de colectivos, subte, Premetro y peajes urbanos. La suba, que representa un 3,9% para este mes, se aplica conforme a la fórmula vigente desde marzo, que combina el índice de inflación con un ajuste adicional.
El incremento impacta a los colectivos bajo jurisdicción porteña y provincial, al subte, al Premetro y a los peajes urbanos. En términos monetarios, los pasajeros de colectivos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) abonarán aproximadamente 550 pesos por boleto, mientras que quienes utilizan el subte capitalino deberán pagar más de 1.100 pesos por viaje.
El cálculo se realizó sobre la base del Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a agosto, que registró un aumento de 1,9%, al que se sumó un 2% adicional determinado por la actualización automática anual según la normativa vigente.
CABA
La Secretaría de Transporte de CABA informó que el boleto mínimo de las 30 líneas de colectivos gestionadas por la ciudad se ubica en 546,54 pesos para recorridos de hasta 3 kilómetros. Para viajes de entre 3 y 6 kilómetros, el precio es de 608,85 pesos; de 6 a 12 kilómetros, 655,76 pesos; y de 12 a 27 kilómetros, 702,70 pesos.
GBA
Para las líneas provinciales y municipales del conurbano, el boleto mínimo (0 a 3 kilómetros) asciende a 550,42 pesos con SUBE registrada, mientras que el valor de la tarifa social es de 247,50 pesos. Las tarjetas no registradas implican un costo de 874,66 pesos.
Para recorridos de 3 a 6 kilómetros, la tarifa es de 612,40 pesos y 275,85 pesos con tarifa social; de 6 a 12 kilómetros, 660,02 pesos y 297,01 pesos con tarifa social; de 12 a 27 kilómetros, 707,35 pesos y 318,53 pesos; y para trayectos superiores a 27 kilómetros, 754,61 pesos y 339,19 pesos para la tarifa social. En caso de usar SUBE no registrada, el boleto puede alcanzar 1.198,60 pesos.
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ECONOMIA
Baja de tasas, ajuste de encajes y apoyo financiero internacional: cómo sigue la estrategia económica del Gobierno de Milei

El Gobierno enfrenta un escenario financiero incierto ante las negociaciones bancarias internacionales y la baja de tasas. Cecilia Boufflet, periodista especializada en economía, analizó en Infobae En Vivo un reciente informe de The Wall Street Journal donde, “con la voz de los bancos internacionales que estaban en esa negociación”, afirmaron que el megapréstamo a Argentina “no va a estar disponible”.
La noticia, remarcó, implica que la posibilidad de que el país acceda a un rescate de USD 20.000 millones con aval del Tesoro estadounidense quedó descartada, lo que redefine la estrategia oficial para afrontar los próximos compromisos de deuda.
En este contexto, la periodista profundizó en las derivaciones para el plan económico del Gobierno y el clima de expectativa e incertidumbre que se instaló tras la publicación de la nota internacional y las últimas decisiones del Banco Central respecto a las tasas de interés y la liquidez bancaria.
Boufflet detalló que el artículo publicado por The Wall Street Journal revela que los bancos internacionales suspendieron la búsqueda de un megapaquete crediticio debido a que los avales del Tesoro de los Estados Unidos, que serían la garantía de ese endeudamiento y permitirían bajar la tasa de interés para la Argentina, finalmente no se concretarán.
“Argentina va a buscar lo que se llama un repo u otra estructura de crédito, en la que conseguiría unos 5.000millones de dólares para pagar los vencimientos de la primera etapa del año y no tener como una garantía de los pagos de todo el año”, puntualizó la periodista.
De este modo, la atención se centra ahora en coberturas crediticias acotadas que permitan cumplir los pagos inminentes sin acceder a grandes montos de financiamiento a mediano o largo plazo.
En el mismo sentido, Boufflet analizó la respuesta que el ministro de Economía, Luis Caputo, brindó en redes sociales ante la difusión de la noticia: “Cuando aparece el título, lo tuitea una cuenta y el ministro responde rápidamente: ‘Excelente pregunta’. No hace ninguna aclaración adicional, medio fresco, medio livianito”, remarcó, en referencia a la reacción oficial ante un tema sensible para el mercado y el futuro de la macroeconomía.

Según explicó Boufflet, desde el Gobierno aseguran que hay varias negociaciones abiertas y que el Ejecutivo apuesta a diferentes caminos para afrontar los vencimientos de enero, que suman unos USD 4.500 millones.
Actualmente, el riesgo país se estabilizó en torno a los 600 puntos, lo que incentivó a varias empresas y provincias a colocar deuda voluntaria en los mercados internacionales.
En tanto, sostuvo la especialista, mientras varias jurisdicciones y sectores lograron colocar deuda en dólares, como la Ciudad de Buenos Aires, las condiciones para la deuda soberana distan mucho de ser favorables.
“La última colocación de deuda fue de la Ciudad de Buenos Aires. Necesitaba setecientos millones de dólares y le ofrecieron casi dos mil. Tomó los setecientos a una muy buena tasa, 8% a siete años. Pero Argentina como país estaría pagando alrededor del 10 o 11%. El Gobierno va a tratar de esperar a que baje el riesgo país para salir al mercado financiero de manera directa y hacer una colocación», indicó la periodista.
Continuamente aseguró que “si no consigue eso, va a ir por una colocación más corta, como un repo, que tenga una garantía que le permita pagar los primeros vencimientos”, anticipó.

La estrategia oficial contempla la posibilidad de prescindir del megapréstamo, puesto que “considera que no la necesita”, aunque reconoció la importancia que tendrán las expectativas en las próximas semanas.
La periodista ilustró que, aunque el Gobierno mantiene posiciones firmes y estrategias propias, la presión del mercado permanece latente ante la incertidumbre de si existen los dólares necesarios para liberar el giro de dividendos desde 2026, una de las novedades asociadas a la apertura del cepo cambiario.
Otra clave de la crisis financiera es la expectativa oficial de un boom exportador. De acuerdo a Boufflet, el Gobierno confía en que la entrada de divisas por el desarrollo de energía, minería y otros sectores permitirá satisfacer la demanda de dólares de las empresas y evitar mayores sobresaltos cambiarios.
“La exportación y entrada de dólares va a ser tan positiva que alcanza para eso. El Gobierno cree que en los próximos años entran más dólares de los que salen y que sería una torpeza dejar subir mucho el dólar ahora”, argumentó.

Asimismo, Boufflet analizó las implicancias de la reciente baja de tasas dispuesta por el Banco Central: “Volvió a bajar la tasa de interés y empezó a soltarle pesos a los bancos. Apenas pasaron las elecciones, el Central tiene un foco central que es la remonetización”.
Y agregó: “El apretón monetario fue más costoso que el endeudamiento. Bajaron la tasa de simultáneas del 22 al 20%, ya está en un nivel muy bajo, por debajo de la inflación, es una tasa negativa”. Además, explicó que el encaje que deben tener los bancos bajó de 95% a 75%, flexibilizando la disponibilidad de fondos en el sistema.
“La tasa de interés con la que se presta a las empresas, la caución, pasó de tres dígitos a 18%. Una empresa ayer podía tomar plata al 18%, tasa negativa, por lo menos tres puntos abajo de la inflación”, agregó Boufflet.
“Y la de los plazos fijos también cayó muy fuerte, de arriba del 50% al 30-32% para grandes depósitos; para los de menor monto, ya está abajo del 30”. Según la periodista, esto forma parte del intento oficial por reactivar la economía y acomodar el circulante, aunque reconoce los riesgos que supone para los ahorristas y la estabilidad financiera.
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ECONOMIA
El crédito no bancario cubre a más de 11 millones de personas y su morosidad se disparó al 16 por ciento

El sistema de crédito no bancario le otorga financiamiento a 11,2 millones de personas, una masa de público que creció un 34% entre julio de 2024 y el mismo mes de 2025. El monto prestado por los proveedores no financieros, descontada la inflación, llegó a $11 billones y creció 84% en ese plazo.
Mientras ese financiamiento ganó terreno, la morosidad subió significativamente, duplicándose hasta el 16% de la cartera, muy por encima del crédito bancario.
Los datos, publicados por el BCRA, describen el universo de los Proveedores no Financieros de Crédito (PNFC), que ofrecen alternativas de financiamiento de manera paralela a la banca tradicional. Su participación se divide entre Fintech (35%), Venta de electrodomésticos (7%), Leasing y Factoring (4%), Otras cadenas de comercios (2,5%), Cooperativas y mutuales (2,5%) y Otros prestadores (49%). El grupo de las fintech marcó un crecimiento del 31% en el saldo de cartera del primer semestre.

El 52% del saldo total del financiamiento responde a tarjetas de crédito de emisores no bancarios y otro 36% corresponde a préstamos personales. En estos dos rubros se centra la competencia de este segmento con los bancos.
El informe del BCRA muestra que en el período que va desde enero de 2024 a julio de 2025 se evidencia más crecimiento en los préstamos personales de los bancos (277%) respecto de los no bancarios (176%), mientras que la relación se invierte para tarjetas de crédito, dado que los proveedores no financieros crecieron más (90%) que las del bancos tradicionales (65 por ciento).

Del universo de 11,1 millones de personas físicas que son deudoras de las los proveedores no bancarios, hay 5 millones que lo son en forma exclusiva, es decir, que los otros 6,1 tienen alguna deuda con un banco. Esos 5 millones de argentinos representan el 35% del total de los deudores en bancos. Y son además la señal de que no encuentran margen en la banca tradicional a la hora de buscar apoyo financiero.
Estos datos, según el BCRA, “pueden tomarse como una medida de la inclusión financiera que realizan los PNFC, en tanto permite ver en qué magnitud incorporan personas que no están siendo asistidas por los bancos y compañías financieras”. Al mismo tiempo, señala que los no bancarios muestran “un aporte significativo en cantidad de deudores, su importancia como fuente de financiamiento para las personas humanas resulta más limitada, al tratarse de préstamos de bajo monto”.
La deuda promedio en esta clase de préstamos resultó de $985.000, con un crecimiento en el primer semestre de solamente el 6%, por debajo de la inflación.
La irregularidad total de la cartera de los proveedores no financieros alcanzó 16,2% en julio de 2025. El dato señala que la morosidad se duplicó en el plazo de un año, al tiempo que el mercado comenzaba a generar una fuerte volatilidad en el nivel de las tasas.
El grupo de Venta de electrodomésticos lideró el aumento, con una tasa de irregularidad de 27% en julio de 2025, tras subir 12 puntos porcentuales en el año y posicionarse como el segmento con tasas más altas. Las fintech registraron el segundo ratio más alto, con 18% y un alza de 8 puntos porcentuales, mientras que Otros prestadores llegaron a 15,8% (+8 p.p.). Cooperativas y mutuales reportaron 10,4% (+3 p.p.), y Otras cadenas de comercios marcaron 9,8% (+3 p.p.). El sector de Leasing & factoring, enfocado en préstamos de mayor monto y dirigidos a personas jurídicas, mostró una irregularidad de 4,7% (+1 p.p.).

En la banca tradicional, la irregularidad de los préstamos a familias subió de 2,7% a 5,6% entre enero y julio de 2025. Y en septiembre saltó a 7,3%, triplicando el nivel que tenía un año atrás. Por tipo de asistencia, la tasa irregular de los saldos por tarjetas de crédito pasó de 5,6% a 10,8%, y la de préstamos personales aumentó de 12,1% a 20% en el mismo periodo.
Una dato llamativo es que la irregularidad del universo de deudores “compartidos” entre uno y otro sistema llegó al 8,6% en los bancos y al 15% en los proveedores no financieros. La diferencia en el comportamiento de pago, según el BCRA podría obedecer a mejores mecanismos de cobro de los bancos, tal como el débito directo de las cuotas. Esa potestad fue eliminada para las fintech en el Gobierno anterior y el Banco Central analiza su reposición en el corto plazo.
El mayor cumplimiento con los bancos también puede explicarse por “los incentivos del propio deudor”, tal como el aprovechamiento de una tasa más baja que con las fintech que “podrían inducir un mejor comportamiento con los bancos a los efectos de no quedar inhabilitado para continuar utilizando esta fuente de financiamiento a futuro”.
ECONOMIA
Clima de Negocios: Volvieron las dudas por las reservas mientras el FMI se resigna y ya prepara un nuevo “perdón” para el país

No hay reservas en el Banco Central y de ahí parecen desprenderse todas las discusiones económicas de los últimos días. ¿Otra vez? Otra vez.
El debate sobre las tenencias internacionales volvió a ocupar el centro del escenario mientras el Gobierno de Javier Milei anota opciones para pagar deudas (que no son estrictamente por medio de la acumulación de dólares en las flacas arcas de la autoridad monetaria) y en Washington, atento a los tiempos bilaterales que corren, el FMI se apresta a masticar bronca y firmar un nuevo perdón, waiver, para su principal deudor, su “cliente” más díscolo.
Así, las versiones están a la orden del día. The Wall Street Journal encendió alarmas el jueves cuando dijo que nunca llegará un desembolso de USD 20.000 millones que se esperaba que sea una suerte de mega-sostén de entidades privadas para complementar los otros USD 20.000 millones de swap del secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent.
El propio Bessent había hablado de ese esquema, pero parece que los bancos dijeron que estaba todo bien si el Tesoro firmaba como garante, algo que no ocurrirá. Ayer el ministro de Economía, Luis Caputo, dijo que nada que ver, que nunca se estudió ese instrumento. Raro.
Sí llegarían, estimó el medio estadounidense (si las negociaciones con los bancos llegan a un buen puerto), unos USD 5.000 millones para pagar el vencimiento a bonistas privados de enero, primer paredón grande de cuentas a pagar en divisas. ¿Por qué no se paga esa “cuota” con los dólares del swap? Hay dudas, pero también teorías. Veamos.
Semanas atrás, en medio de las críticas del consenso económico al gobierno Milei por no aprovechar el contexto cambiario de fines de 2024 y comienzos de este año para comprar dólares para el BCRA, se vivieron momentos de verdadera zozobra, con el riesgo país que saltó –porque los bonistas calcularon que no habría fondos para pagar los próximos vencimientos de enero y mediados de 2026– y muchas dudas sobre el plan económico, e incluso sobre el equipo que maneja la economía local. Pero llegó el paraguas de Donald Trump, la Libertad Avanza arrasó en las elecciones de medio término y todo se calmó otra vez.
El Gobierno pudo acumular reservas, y no quiso. Ese proceso de fortalecimiento podría haber alterado el tipo de cambio y eso, a su vez, presionar la inflación, cuya reducción es la gran bandera de Milei. No es algo directamente proporcional: incluso en el último salto del tipo de cambio el pass through (pasaje a precios) fue reducido, quizás porque bajaron las ventas, por otros motivos o alguna combinación de ellos.
Hoy, según la consultora 1816, las tenencias netas, según la metodología de medición del FMI, son negativas en unos USD 16.000 millones.
Hubo euforia post electoral, incrementada por los constantes apoyos de EEUU, que materializó Bessent con el anuncio de swap y que reforzó la noticia del acuerdo comercial que comunicó la Casa Blanca. Ahora que comenzó a bajar la espuma, muchos economistas dijeron “es momento, se deberían acumular reservas”, con la vista en enero y un cronograma de vencimientos para 2026 que viene “cargado” y suma unos USD 20.000 millones, entre privados y FMI.
Como sea, otros vientos soplan en este fin de año y las necesidades apremian. ¿Va a recalibrar el Gobierno el programa económico? “Las bandas no se tocan”, dicen a coro los funcionarios, pero… el esquema actual que buscó mantener a raya tanto al dólar como a la inflación, también elevó las tasas de interés y se hizo sentir fuerte en la actividad.
Milei promete más reformas de las que estaban en carpeta (como impositiva y laboral) y augura turbulencias inminentes: “Abróchense los cinturones, van a haber muchas más reformas”, dijo el jueves en Corporación América.
“Hemos enfatizado la necesidad de acelerar los esfuerzos de acumulación de reservas para ayudar a gestionar mejor la volatilidad y fortalecer aún más la confianza del mercado”, dijo la semana pasada la vocera del FMI, Julie Kozack.
Kozack habló de una “ventana de oportunidad” para hacerlo y dijo que sería prematuro de su parte comentar si Argentina incumplirá la meta de reservas. Esta ya fue revisada a la baja en julio, rige hasta el último día del año,se revisará en febrero y es prácticamente imposible de cumplir.
Según pudo saber Infobae, en los últimos días hubo insistentes consultas del FMI al Tesoro de EEUU por el swap a la Argentina. Los técnicos de Kristalina Georgieva quieren saber detalles sobre cómo computar ese pasivo en dólares del BCRA. La duda es si el tramo que se activó es de corto plazo o no: la metodología del FMI resta a las reservas brutas los pasivos en dólares que vencen en menos de un año.
En el Tesoro no respondieron, ni responderán. “Es un acuerdo entre países, el swap lo activa Argentina cuando quiere”, argumentan. Y habría dejado una recomendación muy clara: “Preparen un waiver”. Es el perdón que ya dio este año el Fondo y que daría en febrero otra vez por incumplimiento de la meta de acumulación de reservas.
Podría haber otro punto que inquieta en parte a Bessent & Cía: si la deuda se extiende por más de un año podrían necesitar la autorización por el Capitolio. Ya hubo tensiones por la ayuda política a Argentina y las elecciones en EEUU están a la vuelta de la esquina. Por otro lado, la histórica injerencia de ese país en el FMI es más concreta que nunca. Desde octubre, en la silla de segundo del organismo está sentado Dan Katz, quien fue hasta ese momento jefe de gabinete de Bessent. Lo que quiere -o no- el Tesoro ahora fluye mucho mejor en el Fondo que cuando el cargo lo ocupaba Gita Gopinath. Como sea, la preocupación entre los burócratas crece: ¿habrá una nueva reunión informal del directorio del FMI para tratar, otra vez, el caso argentino?
En ese póker entre el nuevo prestamista de última instancia y el beneficiario estaría también la respuesta de por qué no se paga los vencimientos próximos con el swap: EEUU no quiere problemas a mediano plazo. Y los bancos, sin garantías de Bessent, estarían dispuestos a dar una mano, pero con costos (que aún no están definidos) y por una cifra muy menor que la que se habló al principio.
Cálculos privados habían estimado que el BCRA debería comprar más de USD 9.000 millones antes que termine el año para cumplir el objetivo con el FMI planteado en la revisión de julio, cuando además ese target se había aflojado en USD 5.000 millones. Nadie en el gobierno tiene eso en mente, está claro. Quedó más que claro con recientes declaraciones del Presidente, de Caputo y del titular del BCRA, Santiago Bausili.
El jefe del Palacio de Hacienda desplegó el menú de opciones para pagar en enero: usar más del swap vigente con China o ampliar el tramo del nuevo con EEUU (del que ya se activaron unos USD 2.500 millones, según la consultora 1816), cerrar el acuerdo con bancos internacionales para conformar un préstamo y operaciones con bonos a corto plazo y hacer un nuevo repo con entidades. “Toto prefiere emitir deuda, se muere por que se den las condiciones para hacer, pero no se llega. Al menos a enero no llegamos”, confían en la Casa Rosada.
“Si hago rollover ese mecanismo de acumulación de reservas no tiene sentido de ser. No voy a estar saliendo a comprar dólares como un delirante y yo mismo generar un aumento del dólar, que es lo que pretenden muchos economistas que están comprados y perdiendo mucha plata”, dijo Milei en Neura días atrás.
O sea: si se sale a los mercados, no hace falta acumular. ¿Cuáles son las condiciones de emisión de nueva deuda internacional? Que baje el riesgo país. Esta semana rondó los 600 puntos, pero subió a 650 con el dato del Wall Street Journal. Debería bajar entre 150 y 200 puntos más. ¿Es posible? Luego de las elecciones cayó desde los 1.200 puntos de comienzos de octubre a estos niveles actuales. “El objetivo del programa actual no puede ser en sí la acumulación de reservas internacionales a cualquier costo, de manera que pueda poner en riesgo la estabilidad económica”, confirmó Bausili en un evento que organizaron los Amigos de la Universidad de Tel Aviv en el Hotel Alvear.
Esta semana, Analytica destacó que se espera que el Tesoro profundice la compra de dólares para afrontar los próximos vencimientos, mientras el BCRA busca recomponer reservas en línea con los compromisos asumidos ante el FMI. “El Gobierno se enfrenta a una disyuntiva: a) mantener la regla de bandas al 1%, priorizando la estabilidad nominal pero atándose a un techo del tipo de cambio que ya fue puesto a prueba; o b) optar por una flexibilización recalibrando las bandas y asumiendo un mayor riesgo de volatilidad de tipo de cambio y de precios”, dijeron en la consultora de Ricardo Delgado.
“Está el apoyo de EEUU y se esperan líneas de financiamiento para el año que viene, pero también están las vacaciones y el Mundial que van a demandar dólares. Meten la pata si otra vez deciden no comprar, como se estima hasta ahora. Dos veces el mismo error”, comentó un conocido economista que esta vez pidió off the record.
Diego Giacomini, economista y ex amigo de Milei, cree que el Gobierno ignoró las presiones y las metas del FMI porque Milei cree que la acumulación de reservas genera desequilibrios en el mercado cambiario y también en el monetario que terminan siendo inflacionarios. “Igual, va a tener que comprar algo, porque otra no le va a quedar. Pero Milei va a comprar lo menos que pueda para expandir los agregados lo menos posible, y va a comprar menos de lo que todo el sistema quiere que compre. Se metió en un callejón sin salida y con la manta muy corta”, agregó.
Los bancos internacionales también miran el proceso. Morgan Stanley cree que parece haber un enfoque en la acumulación de reservas de divisas, pero pasará “después de una eventual operación de gestión de pasivos que se está analizando”; y JP Morgan dijo que espera un esquema similar y resaltó que el Gobierno busca priorizar “el crecimiento económico y la remonetización”.
En Equilibra en tanto, coinciden en que no se va a llegar a la próxima meta del FMI. En cuanto a esta necesidad de acumular reservas, estiman que el Gobierno, de a poco, va diciendo que sí, pero se muestra bastante reacio a acumular vía compras del BCRA, con emisión. “El Gobierno teme hacer grandes compras desde el Central por presiones cambiarias e inflacionarias. Argentina necesita acumular reservas: aprovechando un ingreso de capitales fuerte por sector privado, provincias y, eventualmente, el sector público nacional también, si el riesgo de país sigue bajando, hay que recomponer, vía Tesoro o BCRA. No creo que sea inflacionario que lo haga el Central, porque hay un exceso de oferta de dólares. Además, es más rápido, más genuino y en épocas de vacas flacas ayuda a intervenir y hacer creíble el techo de la banda”, dijo Lorenzo Sigaut Gravina, uno de los fundadores de Equilibra.
Finalmente, desde el Ieral de la Fundación Mediterránea, ven que la acumulación de reservas tiene que ser consistente con los otros objetivos, por lo que el proceso está destinado a ser dosificado. “Tendría que ser con un régimen de flotación sucia con intervenciones puntuales. El problema es la sincronización con la política monetaria. Como tenemos un esquema de agregados y no de metas, la tasa es más volátil y eso complica la dinámica de acumular reservas y de hacer un rollover previsible de la deuda. La acumulación de reservas hace a la sustentabilidad de la política macro en el mediano y largo plazo”, afirmó Jorge Vasconcellos, economista jefe del Ieral.
Mientras tanto, Caputo y su equipo, afinan el lápiz para terminar de diagramar la estrategia que permita afrontar los próximos vencimientos de deuda externa.
Brotan rumores para todos los gustos. Confianza es una palabra clave que vuelve y vuelve a sobrevolar la golpeada coyuntura local. Como vuelven también la discusión sobre si hay que acumular reservas en el BCRA o no.
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