ECONOMIA
Impacto macro: los 3 riesgos que podrían poner en riesgo el ancla fiscal y la economía, según el Presupuesto 2026

En el documento presentado junto al proyecto de Presupuesto 2026, el Gobierno de Javier Milei identificó “riesgos fiscales” con capacidad de alterar el superávit de las cuentas públicas y afectar variables macroeconómicas relevantes. El análisis se centró en la posible incidencia de una sequía o la baja en los precios internacionales de la soja, principal cultivo de exportación de Argentina, y advirtió sobre los efectos que podría causar una caída en los valores del petróleo durante el crecimiento de Vaca Muerta.
El reporte oficial incluyó estimaciones numéricas sobre las consecuencias de diversos shocks negativos. Una sequía moderada reduciría el PIB en 1,2 puntos porcentuales respecto a la línea de base, una sequía severa implicaría una baja de 1,8 puntos y un escenario extremo llegaría a –2,4 puntos. El sector agropecuario figura como el más afectado, con retrocesos estimados de –12,3%, –17,8% y –24,6%, respectivamente. Por su parte, consumo e inversión registrarían caídas menores, entre –0,8% y –1,6%.
Los ingresos fiscales también se verían afectados, aunque en dimensiones más acotadas. Las proyecciones muestran reducciones de hasta 0,2% del PIB en ingresos y un deterioro del resultado primario entre 0,2% y 0,3% del PIB, según la intensidad de la sequía.
En cuanto al panorama energético, una baja de los precios internacionales del petróleo tendría consecuencias negativas sobre la economía argentina. Una caída de una desviación estándar en el precio del barril —de USD 61 a USD 48,1— provocaría una reducción de 0,07 puntos en el PIB y un deterioro de 0,2% del PIB en el resultado primario. Si el descenso alcanza dos desviaciones (hasta USD 24,6), la contracción llegaría a 0,2 puntos del PIB y el deterioro fiscal a 0,6% del producto.
Respecto a la soja, el informe consideró el impacto de una baja en el precio de referencia de USD 386 por tonelada a USD 333,7 (una desviación estándar) y a USD 217,5 (dos desviaciones). En ambos escenarios, los efectos sobre la economía serían limitados: el PIB bajaría 0,01 y 0,03 puntos, y el balance fiscal primario se vería perjudicado en 0,04% y 0,15% del PIB, respectivamente.
El Ministerio de Economía destacó en el informe: “Estos resultados permiten visualizar la sensibilidad de las principales variables ante cambios relevantes en las condiciones externas e internas”. Los modelos proyectan caídas más marcadas en ingresos que en gastos, exponiendo el ancla fiscal a influencias globales y meteorológicas.
Según el escrito enviado al Congreso, la materialización de shocks negativos podría afectar tanto el desempeño económico como las variables responsables de definir recursos y gastos de la Ley de Presupuesto. La previsión central del equipo de Luis Caputo parte del equilibrio fiscal, aunque reconoce la posibilidad de desviaciones frente a estos riesgos.
La estabilidad del ancla fiscal depende de la normalización de la actividad local, el comercio exterior, la fortaleza de la cadena global de suministros y las condiciones climáticas domésticas. El principal riesgo detectado es la posibilidad de una “sequía extraordinaria, similar a la de 2023”, con impacto inmediato sobre la recaudación tributaria y el ingreso de divisas.
La producción de soja y de otros cultivos estratégicos resulta fundamental para la recaudación. El reporte detalla: “Un desastre natural, como la sequía registrada durante la campaña pasada, generó pérdidas considerables de exportaciones y redujo el flujo de recursos para afrontar los gastos públicos programados”.
El análisis agrega incertidumbre en materia energética, producto de la volatilidad de precios y de posibles cambios inesperados en la demanda interna. El texto advierte que variaciones en la cotización internacional pueden elevar los pagos por importación de energía.
El Poder Ejecutivo remarcó la relevancia de los compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El cumplimiento de varias metas depende de la evolución de las exportaciones agroindustriales y de las reservas, ambos sensibles tanto a eventos climáticos como a alteraciones en los precios internacionales. El Gobierno relajó la meta de acumulación de reservas y ahora sembró dudas sobre los objetivos fiscales.
A nivel interno, la recaudación impositiva y el margen para ajustar las transferencias discrecionales siguen siendo determinantes clave. El Presupuesto 2026 incluye estimaciones prudentes, aunque deja abierta la posibilidad de movimientos inesperados en las cuentas públicas originados por shocks exógenos sobre los precios de la energía, la producción agrícola o el comercio internacional.
Los factores climáticos adversos recibieron atención especial; el reporte menciona el posible impacto de un “ciclo húmedo que cause inundaciones y perjudique la zona núcleo”, con consecuencias negativas en la productividad, la balanza de pagos y la organización federal.
La dependencia de las retenciones a las exportaciones de granos y subproductos convierte a las campañas agropecuarias en un eje central de la recaudación nacional y provincial. Una baja significativa en la producción impactaría en la recaudación de ambos niveles de gobierno, con influencia sobre el tipo de cambio y la inflación.
En el plano externo, el informe advierte sobre el riesgo de un deterioro en los términos de intercambio o un retroceso en mercados como Brasil o China, destinos clave de las exportaciones argentinas. Tal escenario tendría efectos sobre la actividad, el empleo y los ingresos públicos.
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ECONOMIA
Gustavo Salinas, de Toyota: “La coyuntura no incide en forma directa en nuestras decisiones, aunque sí estamos atentos”

Desde Mar del Plata – El presidente de Toyota Argentina, Gustavo Salinas, pasó por el stand de Infobae en el 61 Coloquio de IDEA. Habló de la industria automotriz, del impacto del crédito y la coyuntura en el sector y también de sus proyecciones para el 2025, tanto para
— Argentina está pasando por un contexto económico con mucha volatilidad e inestabilidad. ¿Cómo lo ven desde la compañía y cómo lo gestiona como CEO de una empresa central del mercado automotriz en el país?
— En realidad, siempre tenemos una mirada de largo plazo en las decisiones estratégicas y en el planeamiento del negocio. Por supuesto, la coyuntura hay que gestionarla, pero no impacta en las grandes decisiones que tomamos. Tenemos una operación en Argentina que produce 180.000 unidades por año, de las cuales el 80% es para exportación. Ese compromiso de largo plazo se sostiene, y la coyuntura no incide en forma directa sobre esas decisiones, aunque sí estamos atentos. La gestión diaria construye ese camino. Esta industria requiere inversión permanente en tecnología y nuevos modelos, y ya proyectamos los próximos diez o quince años.
— ¿Cómo ve el panorama macroeconómico argentino?
— La Argentina viene transitando un camino de ordenamiento macroeconómico que era absolutamente necesario para proyectar el crecimiento del país y de las empresas. Ese ordenamiento es necesario pero, para que el crecimiento sea suficiente, hay que sumar otros factores, y creo que forman parte de la agenda. Este Coloquio de IDEA pone foco en la competitividad. La competitividad dentro de las empresas y hacia el exterior del país es determinante para una etapa de crecimiento. Es fundamental que el sector público y el sector privado tengan una visión unificada como política de estado, que fortalezca al empresariado argentino y construya condiciones para proyectarnos internacionalmente, generando empleo, inversión y progreso.
— ¿Qué industria automotriz vamos a tener en 2025?
— La industria se viene recuperando. Comparada con el año pasado, crecerá un cincuenta por ciento. Si se piensa en la industria que debería tener la Argentina, todavía existe una brecha. El trabajo para los próximos años es que el país tenga un parque automotor actualizado, no solo para que las personas accedan a vehículos nuevos, sino para que el parque sea más seguro y también más responsable con el medio ambiente, un desafío clave para la industria.
— Por estos vaivenes económicos, el crédito para el sector también es inestable: aparece, crece y luego se reduce. ¿Cómo incide esto en la venta de autos y qué opinás de esa situación?
— La recuperación del mercado automotriz, en gran parte, se respaldó en la reaparición del crédito. Si se ordena la macroeconomía y se reducen inflación y tasa de interés, eso ayuda mucho. Recientemente vimos un incremento en la tasa de interés, que impacta en el mercado. Creemos que esto es coyuntural. Mientras continúe la estabilidad y la macroeconomía ordenada, y la tasa de interés vuelva a disminuir, el crédito crecerá nuevamente porque fue uno de los principales impulsores del mercado.
— ¿Qué ofrece Toyota en términos de financiamiento?
— Tenemos una compañía financiera propia con distintos planes de financiación. Además, hay alternativas para que el cliente no pague el vehículo de contado: leasing, planes de ahorro y un servicio de movilidad llamado Kinto, presentado hace unos años. Permite utilizar un vehículo por el tiempo que elijas, un día, un mes, un año, facilitando el acceso a distintos mecanismos de utilización para personas que no pueden comprar de contado.
— Para finalizar, ¿cuáles son los planes de la compañía para este año?
— Próximamente lanzaremos el Yaris Cross, un SUV compacto dentro del segmento B, que tendrá motorización híbrida, una novedad para ese segmento. Esperamos acercar la marca Toyota a nuevos públicos. También estamos preparando renovaciones de modelos para que los clientes actuales puedan seguir eligiendo Toyota.
ECONOMIA
El apoyo de Trump a Milei sorprendió a los inversores, pero temen que se repliegue por un triunfo opositor en los comicios

(Desde Washington, Estados Unidos) Inversores, banqueros y consultores con intereses en la Argentina que participaron en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial quedaron sorprendidos por el apoyo explícito de Donald Trump a Javier Milei.
Pero el establishment financiero de Wall Street también tomó nota de la advertencia de Trump cuando le preguntaron si la intensidad del respaldo de la administración republicana al gobierno de la Libertad Avanza podía menguar ante un triunfo de la oposición en los comicios del 26 de octubre.
“Si un socialista o un comunista gana, te sentís diferente para hacer una inversión. Si (Milei) pierde con un candidato de extrema izquierda, no seremos generosos con Argentina”, advirtió el presidente de los Estados Unidos.
Trump conoce la historia de la Argentina y ya hizo una apuesta política para frenar al kirchnerismo que no funcionó: durante su primer mandato ordenó al FMI que concediera un crédito extraordinario a Mauricio Macri, quien al final perdió las elecciones con Alberto Fernández.
Ahora, la situación es más compleja para Trump. Está auxiliando a Milei con los dólares de la Secretaría del Tesoro, en un escenario político de enfrentamiento total con el partido Demócrata.
Por eso, el presidente advirtió que la ayuda será menos generosa, si el gobierno es derrotado en las elecciones del domingo próximo.

En este contexto, Luis Caputo -ministro de Economía- y Santiago Bausili -titular del Banco Central- protagonizaron un raid por hoteles cinco estrellas y think tanks de DC para aplacar la advertencia de Trump y asegurar que nada cambiará ante un eventual derrota en los comicios.
“Si continuamos con nuestras políticas, tenemos el apoyo del país más poderoso del mundo, por lo que esta es una oportunidad para todo el pueblo argentino que no vamos a desaprovechar”, sostuvo Caputo durante su presentación en el Atlantic Council.
“Estas elecciones son importantes, pero sinceramente no por las razones que escucho habitualmente. No va a alterar, en ningún caso, nuestras políticas, ganemos o perdamos por cinco puntos”, insistió el ministro de Economía en la disertación organizada por el banco JP.Morgan.
“Estamos en un momento crucial de la historia argentina, y el apoyo de los Estados Unidos en las últimas semanas es también una prueba de que tenemos las políticas económicas correctas”, completó Caputo cuando recibió el premio al Ministro de Economía del Año, que le concedió LatinFinance.

Las declaraciones del ministro -en cada una de sus ponencias- fueron aplaudidas por los invitados especiales, que lo conocen de sus épocas en Wall Street.
Pero cuando se apagan las luces, el temor a la derrota del gobierno, al futuro cambio de Gabinete y a las decisiones políticas que asuma Trump frente a la Argentina, fueron una constante que se repitió en cada uno de los eventos convocados en DC.
Estos temores no se disiparon por el ajetreo constante del tándem Caputo-Bausili, ni por la sucesión de posteos que hicieron Trump y Bessent a pedido de Balcarce 50, tras el almuerzo servido en la Casa Blanca.

La cautela de los inversores y banqueros también se vincula a anuncios del gobierno que todavía no se coronaron: el acuerdo comercial con Estados Unidos, y la puesta en marcha del swap de 20.000 millones de dólares, que fortalecería la capacidad financiera del Banco Central y el Ministerio de Economía.
Bessent además adelantó que se creará un fondo de 20.000 millones de dólares para comprar bonos que vencen en los próximos años, pero recién se iniciaron las conversaciones con los bancos de primera línea que participarán en ese capítulo del salvataje financiero.
“El anuncio del acuerdo comercial se demoró por detalles técnicos, aunque es posible que se haga antes de los comicios en la Argentina”, adelantó un vocero de la administración republicana.
-¿Y el consorcio de bancos para comprar los bonos, en qué situación se encuentra?-, preguntó Infobae.
–Se está avanzando, pero los bancos quieren cubrirse y la administración (de Estados Unidos) también. Y eso nos lleva a esperar los resultados de las elecciones, porque no es lo mismo que gane el peronismo.
-¿Y el swap de 20.000 millones de dólares cuando se puede usar?
-El swap ya está, lo confirmó el secretario (Bessent). Ahora hay que ejecutar ciertos detalles técnicos que se vinculan al FMI y a la burocracia de la Secretaría del Tesoro.
Tras los comicios en Argentina, la Casa Blanca aguardará su impacto doméstico, los cambios que se hagan en el gabinete nacional y las medidas que puedan ejecutar Caputo y Bausili.
Trump apoya a Milei por su mirada ideológica y su programa económico.
Pero la magnitud financiera del rescate dependerá del resultado electoral. Se trata una decisión política que ya tomó el Presidente de los Estados Unidos.
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ECONOMIA
De Buenos Aires a Nashville: César Gueikian, el argentino que hizo renacer a Gibson

César Gueikian no luce como el prototipo del ejecutivo financiero: lleva barba prolija, viste un total black impecable y, en su historia personal, se revelan un apasionado músico y compositor de hard rock y un dedicado coleccionista de guitarras. Descendiente de armenios, nacido en Buenos Aires, en 1977, y formado en la Universidad de San Andrés y con un posgrado en la Booth School of Business de la Universidad de Chicago, Gueikian hizo carrera en la banca de inversión y capital privado antes de traducir esa experiencia a un objeto de culto: la guitarra Gibson.
Su llegada a la compañía estadounidense, en noviembre de 2018, coincidió con un punto de inflexión: la empresa emergía entonces de un proceso financiero que la había obligado a vender activos, reorientar su foco y recomponer su pasivo. La gran apuesta fue volver a darle importancia a lo que la hizo legendaria: sus instrumentos. Esos que fueron la obsesión de Gueikian desde que tenía 10 años.
Llegado desde Nashville, donde vive con su esposa, Amanda, sus hijos Benjamín (18), Sebastián (16) y Leo (12) y sus perros Charlie y Teddy —dato que le importa resaltar—, quien desde 2023 es CEO de la fábrica de guitarras más famosa del mundo, recibió a Infobae en La Roca, el impresionante estudio de grabación del empresario y amante del rock Jorge “Corcho” Rodríguez, en San Isidro. Gueikian mantiene con él una relación de amistad, musical y de negocios: armaron juntos el estudio (construido a imagen y semejanza del célebre Electric Lady neoyorquino, y por los mismos autores de aquel, Eddie Kramer y John Storyk) y lo disfruta cada vez que regresa al país.
En una conversación donde la música es siempre telón de fondo, surgió el hombre que hizo carrera entre números y guitarras: así como entiende de reestructuraciones sabe tocar la guitarra y otros instrumentos. Una combinación de credibilidad y ejecución que los accionistas supieron reconocer al confiarle la conducción de la compañía.

— En noviembre se van a cumplir siete años de su ingreso a Gibson, y hace poco más de dos lo confirmaron como CEO de la compañía. ¿Se puede decir que está en el lugar para el que nació?
— Sí, totalmente. Todo comenzó cuando tenía 10 años. Mi papá tenía muchos discos, le gustaba el rock de los ‘60, ‘70 y también la música de los ‘80. Había uno que me llamó la atención por la tapa: se llamaba Black Sabbath y tenía un tema que se llamaba igual. Cuando lo escuché dije: “Quiero aprender a tocar la guitarra”. Esa guitarra tenía que ser una Gibson, porque era la que tocaba Tony Iommi. Después empecé a descubrir que todas las bandas y músicos que me gustaban —y me siguen gustando hoy— usaban Gibson: Metallica, Guns N’ Roses y muchos más. Como no me alcanzaba para una Gibson, me compré una Fender Stratocaster en Estados Unidos que luego vendí en Argentina para por fin comprarme la Gibson Les Paul, que era mi sueño.
— Pero usted comenzó en el mundo de las finanzas.
— Exacto, en el capital privado, donde trabajé más de veinte años. Así fue como llegué a Gibson: empecé a involucrarme en la estrategia junto con KKR, un gran fondo de inversión. En 2013 comencé a comprar parte de la deuda de la compañía y, en 2016, llamé a un gran amigo mío, Nat Zilkha, de KKR, con quien tocábamos en una banda en Londres y Nueva York, solo por pasión por la música. Le propuse que mirara esta oportunidad, porque ya veía que Gibson no iba a poder pagar su deuda después de haberse endeudado para comprar empresas de audio. Para ese momento mi tesis estaba más clara, y afortunadamente KKR decidió invertir para poder controlar la compañía. En noviembre de 2018 se concretó la toma formal del cien por ciento de Gibson.
Entre ese momento y con la decisión de la junta de hacerlo CEO, Gueikian lideró el área de producto, marcas, guitarras, relaciones con artistas, medios y marketing, como Presidente. Ya al frente de la compañía, impulsó una estrategia centrada en volver al ADN de Gibson mediante la reestructuración del portafolio: definir qué guitarras producir y cómo organizarlas. Reordenó la colección original, recuperó el espíritu de la época de oro de la marca, creó las líneas modernas y de artistas, relanzó la línea histórica del Custom Shop y fundó el Custom Shop de guitarras acústicas, y el Murphy Lab, dedicado a recrear guitarras clásicas, entre otros. Pero nada de esto habría sucedido si muchos años antes no lo hubiesen enamorado el musculoso bordado de Les Paul “Sunburst” con el que Jimmy Page puntea “Whole Lotta Love”, o esa otra Les Paul que Slash ejecuta con filo en la intro de “Sweet Child of Mine”, el entramado blusero que B. B. King tejía con la ES-335 (su “Lucille”), el aporte al heavy metal de la espacial Flying V, las SG de Iommi y Angus Young o las acústicas de los músicos de country y los cantautores. Una historia que comenzó en 1894, cuando Orville Gibson fabricó su primera mandolina en Kalamazoo, Michigan. Hoy y desde 1975, la empresa está basada en Nashville, Tennessee, la Ciudad de la música.

— Cuando se dirige una empresa con tanta historia y conexión emocional, ¿cómo se mantiene el estándar?
— Lo más importante en Gibson son las guitarras, todo comienza y termina a través de las guitarras. Quien no toca y quiere una Gibson para admirarla o tenerla en casa no la compraría si la marca no fuera lo que es. Nuestro objetivo diario es construir las mejores guitarras de la historia de Gibson; eso lo decidirá el público. Los artistas eligen Gibson, y cuando lo hacen influyen en todos los demás. Un estudio que realizamos hace dos años mostró que la razón principal por la que alguien compra una guitarra es porque su artista favorito la usa. Ellos son los verdaderos influencers, pero no la elegirían si no hiciéramos instrumentos de calidad. Ese es nuestro desafío constante.
— ¿Le gusta ir a la fábrica?
— No solamente me gusta, construyo guitarras todos los viernes. Una vez que empecé me di cuenta de lo complejo que era construir una Gibson. Ahí me cambió todo. Ya terminé diez, y llevo tres años haciéndolo con la ayuda de todos mis luthiers. A todas las uso en vivo con algún artista que me invita a tocar. Luego se rematan a través de la Fundación Gibson, donde hacemos un gran trabajo filantrópico.

— ¿Qué sintió cuando salió la primera, tratándose de su objeto de deseo desde tan chico?
— Yo creo que todo líder debería aprender a hacer su producto. Para mí, de todas las estrategias de liderazgo, esa es la más poderosa. Inspirar a la gente para que entienda lo que estamos haciendo, trabajar con ellos, aprender a hacer el producto. Por eso cuando reestructuramos la compañía nos basamos en la gente que trabajaba allí: había un conocimiento contenido dentro de Gibson. Hoy sigo diciendo que uno de mis roles es poner a la gente adecuada en los asientos adecuados. Identificar a quienes son más inteligentes que yo, y que ellos sean los que manejan el negocio. Yo me tengo que hacer redundante.
Cuando refiere su paso por los escenarios, Gueikian no está siendo metafórico: hace un cuarto de siglo que toca y graba con músicos de la talla de Maná (“Soy muy amigo de la banda; hace unas semanas toqué con ellos en el Bridgestone Arena de Nashville”); Kirk Hammett, de Metallica —que en el memorable concierto de despedida de Ozzy Osbourne un julio pasado empuñó una SG fabricada por él—, Fito Páez, Luis Fonsi, Rob Trujillo, Slash, Duff McKagan, Dave Mustaine, Adam Jones, Billy Gibbons, Serj Tankian, Peter Frampton, Jared James Nichols, Lzzy Hale, Rex Brown, Richie Faulkner, Jason Momoa y siguen las firmas. Y además ama despuntar el vicio de componer y meterse en los estudios para registrar sus creaciones, como puede comprobarse en dos singles que están en plataformas: “Deconstruction”, junto a Serj Tankian, de System of a Down, y Tony Iommi (“Mi padrino”, lo define) y “I Can Breathe”, grabado codo a codo con sus co-compositores Slash y Duff McKagan.
Un hobby tomado muy en serio ya desde su perfil de coleccionista de guitarras: unas 190 piezas de las cuales al menos 160 son Gibson. “No sé si no soy el argentino que más tiene… pero la cantidad no es mi objetivo», aseguró y detalló que no es el único “loco por las eléctricas”. “Joe Bonamassa debe tener mil guitarras; Kirk Hammett y Slash también tienen colecciones gigantes”, afirmó.

— ¿El hecho de haber sido tan melómano desde siempre y después conocer a los músicos cara a cara le trajo alguna desilusión?
— ¿Sabes que no? Y además los trato como si fuesen uno más. Obviamente me gusta la música y soy fan, pero hemos desarrollado relaciones muy lindas y de respeto mutuo: yo respeto la influencia que han tenido en la historia de la música y la cultura y ellos respetan mi background de negocios y de músico. Por eso me invitan a tocar.
— Una relación tan cercana como la que le gusta cultivar con la gente que trabaja en la empresa…
— Es que —insisto con esto— son lo más importante para mí. Mi equipo, mis luthiers, los empleados de la fábrica, y obviamente el apoyo que tengo de los accionistas. Yo seré una parte de la historia de Gibson, no sé por cuánto tiempo. Pero la tengo que dejar como una compañía donde los mejores años estén por venir. Que el futuro sea mejor que el pasado.
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