ECONOMIA
La fintech Ualá despidió a 135 empleados a nivel regional, en su mayoría de la Argentina

La fintech Ualá decidió el despido de 135 trabajadores a nivel regional, de los cuales 110 se desempeñan en la Argentina. La compañía tomó la determinación en base a “la búsqueda de una mayor eficiencia regional y producto de la automatización de tareas», según informó.
Hasta hoy, el unicornio fundado en 2017 por Pierpaolo Barbieri tenía 1.000 empleados en la Argentina, según informó en septiembre pasado cuando inauguró sus nuevas oficinas de 2.000 metros cuadrados en el barrio de Palermo.
Los trabajadores despedidos representan el 8% de la dotación total de Ualá a nivel regional, que abarca operaciones en la Argentina, Colombia y México. En todos los casos “se han ofrecido acuerdos de salida que superan los requisitos legales”, explicaron fuentes de la fintech. “Se llevó a cabo una reorganización con el objetivo de lograr un mejor posicionamiento en un mercado cada vez más dinámico y competitivo”, señalaron.
A pesar de que Ualá funciona como un banco, ya que compró Wilobank en 2022, solo una pequeña porción de sus empleados está enrolado en la Asociación Bancaria. El resto está encuadrado en otras organizaciones gremiales.
Con argumentos similares, Ualá ya había despedido a 140 trabajadores en mayo del año pasado, lo que entonces representaba el 9% de su personal a nivel regional. A los cambios tecnológicos, se sumó la duplicación de algunas tareas ya que además de comprar Wilobank en la Argentina, en los últimos años la empresa se quedó con un banco en México (ABC Capital). También adquirió la plataforma de comercio electrónico para emprendedores Empretienda y Ceibo Créditos, especializada en créditos y soluciones financieras.

Las oficinas porteñas de Ualá fueron visitadas por el Presidente Javier Milei el 11 de noviembre pasado, en ocasión de un anuncio de la fintech sobre una ronda de inversión Serie E por 300 millones de dólares, liderada por Allianz X, el brazo financiero del Grupo Allianz. Ualá informó que esta ronda de financiamiento representa la mayor inversión privada en América Latina en los últimos tres años y posiciona a la fintech con una valuación de 2.750 millones de dólares.
Más allá de esta coyuntura de Ualá, una empresa fintech que opera con licencia bancaria, el sector viene consolidando su rol de empleador frente a la banca tradicional que viene evolucionando en sentido inverso.
La expansión de las fintech en el mercado laboral argentino se consolidó en 2024, con 36.800 empleos directos y un incremento interanual del 7,14%. Según el Informe Empleo Fintech 2025 de la Cámara Argentina Fintech (CAF), las empresas del sector anticipan la contratación de más de 4.200 personas adicionales durante 2025, lo que supondría un aumento del 12,8% sobre la plantilla actual.
Este crecimiento contrasta con la tendencia en los bancos tradicionales: en 2024, los bancos emplearon a 94.325 personas, una cifra menor frente a los 109.517 empleados registrados siete años atrás. En ese mismo período, el personal en fintech ascendió de solo 6.961 trabajadores a los 36.800 actuales, de acuerdo a los datos de la CAF y del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Entre los factores detrás de estos cambios, figura la digitalización progresiva de los servicios financieros y la menor intervención de la atención presencial en sucursales. El desarrollo de canales digitales por parte de las fintech transformó no solo la oferta de empleo, sino también los hábitos de millones de usuarios que, después de la pandemia, optan por evitar la visita a una sucursal bancaria. A pesar de la creencia general, la gestión tecnológica de estos canales digitales no exige necesariamente menos recursos humanos que la atención personal en oficinas físicas.
ECONOMIA
Estos son los 7 «pecados capitales» del ahorrista argentino al invertir pesos o dólares

En la economía argentina, la historia no se repite, pero rima. Cada movimiento del dólar o de tasas renueva un ritual conocido: la búsqueda de refugio, la desconfianza y la carrera por anticiparse al mercado. En un país donde en una semana pueden ocurrir más cambios que en varios meses de otras economías, lo que hoy parece una estrategia segura puede convertirse mañana en fuente de pérdidas.
Detrás de esas decisiones hay algo más profundo que los números: patrones que se repiten, impulsos y viejos hábitos que moldean la forma en que los argentinos ahorran o invierten. Por eso, seleccionamos siete pecados capitales del ahorrista argentino, un recorrido por los errores más comunes del año que, con disciplina y perspectiva, aún se pueden corregir.
Pecado N° 1: no tomar en cuenta el contexto
Si hay algo que distingue al ahorrista argentino del resto del mundo es su capacidad de reacción. Lo que a menudo falta no es reflejo, sino perspectiva. En un país donde las variables cambian casi a diario, tomar decisiones sin mirar el panorama completo puede transformar una buena intención en una pérdida segura.
El primer punto de inflexión llegó en abril, con el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por u$s20.000 millones y el levantamiento del cepo cambiario. A partir de ese momento, el mercado vivió una reconfiguración profunda: el dólar oficial y el blue convergieron por primera vez en años, borrando prácticamente la brecha. Desde entonces, incluso se puede ver el fenómeno inverso, un dólar paralelo más barato que el oficial, reflejo de un mercado que opera bajo nuevas reglas. Los ahorristas debieron adaptarse a tomar decisiones donde el tipo de cambio responde a otras fuerzas.
En septiembre, las elecciones legislativas provinciales reintrodujeron la incertidumbre política y contagiaron a los mercados. El escándalo que involucró a un candidato oficialista tensó el clima y elevó la demanda de cobertura. Como suele ocurrir, el miedo se tradujo en compras de dólares y tasas al alza. En esos días, los inversores más atentos aprovecharon las oportunidades que dejó la sobre-reacción, mientras otros, movidos por la costumbre del refugio inmediato, se perdieron el rebote posterior.
El 22 de septiembre, la eliminación temporal de las retenciones a las exportaciones y el respaldo público de Scott Bessent, jefe del Tesoro de EE.UU., marcaron otro punto importante. El anuncio fue recibido con entusiasmo, pero la euforia duró poco: al no materializarse los beneficios esperados, muchos que compraron activos vinculados al agro o apostaron por una entrada masiva de divisas terminaron con rendimientos negativos. Otra vez, el contexto, y no el titular, fue el factor determinante.
Un mes después, el 20 de octubre, el Banco Central anunció un acuerdo de estabilización cambiaria con el Tesoro estadounidense por hasta u$s20.000 millones, una señal clara de respaldo externo que redujo el pánico y estabilizó al dólar. El ahorrista que entendió el alcance del acuerdo se mantuvo en pesos o aprovechó tasas atractivas, mientras que quien reaccionó por impulso, temiendo una devaluación inminente, perdió margen justo antes de que llegaran las elecciones nacionales. El 26 de octubre, el oficialismo dio vuelta el resultado de septiembre y ganó las legislativas. Al día siguiente, el mercado respondió con alivio: el dólar bajó, las acciones subieron y el riesgo país retrocedió. La calma había vuelto, al menos por un rato.
El año deja una enseñanza evidente: el contexto no solo influye, sino que define. Los precios, las tasas y el dólar se mueven según la historia que los rodea, y no leer esa trama es el primer pecado capital del ahorrista argentino. En una economía donde cada noticia puede cambiar el tablero, el error no es moverse, sino moverse sin brújula.
El año 2025 deja una enseñanza evidente: el contexto no solo influye, sino que define
Pecado N° 2: dolarizarse por completo
Durante años, dolarizarse fue casi un reflejo automático. En 2025, sin embargo, quedó claro que refugiarse en el billete verde no siempre garantiza protección, y que lo que parece seguro puede resultar menos rentable.
A lo largo del 2025, el dólar mostró relativa estabilidad gracias a las medidas anteriores, con menos sobresaltos y una inflación en desaceleración. Quien compró dólares obtuvo un rendimiento de 14,63%, apenas un respiro frente a la inflación; mientras que quien permaneció en pesos, aprovechando instrumentos conservadores, llegó a ganar hasta un 30,22 por ciento.
El año también premió a los que se animaron a diversificar. Quienes combinaron posiciones, una parte en pesos invertidos y otra en dólares financieros o activos dolarizados, lograron rendimientos cercanos al 57% en términos de pesos. En otras palabras, no fue necesario asumir grandes riesgos, sino entender que las oportunidades aparecen cuando uno no se encierra en una sola moneda.
Este comportamiento refleja un patrón típico del argentino: la búsqueda de seguridad inmediata, aun cuando esa seguridad implique perder rentabilidad. En un año donde el tipo de cambio se movió menos de lo que muchos esperaban, dolarizarse por completo fue más un acto de fe que una decisión racional.
Pecado N° 3: comprar caro y vender barato
En los mercados, hay una diferencia sutil pero crucial entre tomar decisiones a tiempo y creer que podemos adivinar el tiempo perfecto. Ese es uno de los pecados más persistentes del ahorrista: confundir intuición con estrategia.
A comienzos de enero, el Merval marcó un máximo histórico, impulsado por la euforia y las expectativas de un nuevo ciclo económico. Muchos entraron tarde, comprando en pleno auge. Semanas después, el escándalo de la criptomoneda $LIBRA borró gran parte de esas ganancias: una corrección de hasta 10% bastó para que la confianza se transformara en miedo.
El mismo patrón se repitió durante el año. Cada pico de entusiasmo fue seguido por una toma de ganancias o una corrección, y quienes reaccionaron con el pulso, no con el análisis, quedaron atrapados en la montaña rusa. Incluso tras las elecciones provinciales de septiembre, cuando el índice se desplomó por debajo de 1.800.000 puntos, hubo quienes vendieron justo antes del rebote.
Porque tras la victoria oficialista de octubre y el acuerdo con EE.UU., el Merval se disparó por encima de 2.500.000 puntos. El mercado volvió a premiar a los pacientes, no a los ansiosos.
Pecado N° 4: no medir el riesgo
Ignorar el riesgo puede ser costoso: incluso instrumentos que parecen «seguros» pueden sorprender con su volatilidad. Medir el riesgo es clave para no quedar expuesto a pérdidas inesperadas.
Las cauciones son un buen ejemplo: protegen el capital frente a incumplimientos, pero la rentabilidad depende de la liquidez del sistema. La tasa a un día puede caer al 2% anual cuando sobra dinero y escalar hasta 148% en solo 48 horas. La seguridad no siempre equivale a estabilidad, y el inversor que no evalúa este riesgo puede encontrarse con rendimientos que desaparecen o se multiplican de manera extrema.
Pecado N° 5: avaricia
La avaricia en las inversiones surge cuando el deseo de obtener más ganancias nubla el juicio. Quien no sabe cuándo tomar ganancias corre el riesgo de ver cómo su capital se evapora, persiguiendo máximos hipotéticos o ignorando señales de alerta del mercado.
Controlar la avaricia implica fijar objetivos claros, gestionar el riesgo y mantener disciplina. Tomar ganancias parciales y respetar límites evita que la búsqueda de «más y más» se transforme en pérdidas reales, asegurando que el éxito alcanzado no se disuelva por decisiones impulsivas.
Pecado N° 6: soberbia financiera
La soberbia financiera aparece cuando la confianza excesiva en la propia intuición o en los buenos resultados previos, reemplaza al análisis y la planificación. Este exceso de seguridad suele traducirse en errores repetidos: operar sin asesoramiento, ignorar comparaciones de tasas, no diversificar y pasar por alto el calendario económico.
Creer que se puede «ganarle al mercado» sin preparación convierte pequeñas decisiones en grandes pérdidas; reconocer los límites propios y apoyarse en información y asesoría es clave para no caer en este pecado.
Pecado N° 7: gastos hormiga
Muchas personas creen que no tienen suficiente dinero para invertir y terminan dejando pasar la oportunidad, mientras que pequeños gastos diarios se comen silenciosamente su presupuesto. En Argentina, donde el gasto social y cotidiano suele ser alto, esto es común: compartir un café tres veces por semana, a u$s2,70 cada uno, representa casi u$s32 al mes, aproximadamente $50.000 que podrían invertirse.
No hace falta un gran capital para empezar: incluso montos pequeños, invertidos de manera consistente, pueden generar un impacto significativo con el tiempo. La clave es tomar conciencia del consumo diario, ajustar hábitos y redirigir, aunque sea una parte hacia inversiones, demostrando que todos podemos empezar a crecer financieramente, paso a paso.
En definitiva, este año mostró cómo cualquier inversor, incluso los más atentos, pueden caer en alguno de los «7 pecados»: desde la avaricia que nos hace postergar ganancias, hasta la soberbia que nos lleva a decisiones impulsivas o el descuido del riesgo que creíamos controlado. Cada uno de estos errores deja enseñanzas claras: el timing importa, la diversificación protege, el contexto es clave y la disciplina es más valiosa que cualquier intuición momentánea.
Reconocer estos pecados no es un reproche, sino una oportunidad para mejorar. Identificar cómo, cuándo y por qué podemos caer en ellos permite tomar decisiones más conscientes, ajustar hábitos y, sobre todo, construir un camino de inversión más sólido y seguro, empezando incluso por pequeños pasos, evitando que errores del pasado se repitan en el futuro.
iprofesional, diario, noticias, periodismo, argentina, buenos aires, economía, finanzas,
impuestos, legales, negocios, tecnología, comex, management, marketing, empleos, autos, vinos, life and style,
campus, real estate, newspaper, news, breaking, argentine, politics, economy, finance, taxation, legal, business,
technology, ads, media,ahorrista,dolar,tasas,gastos,riesgo,inversor
ECONOMIA
Qué recomiendan los grandes inversores tras la baja del dólar de ayer y el freno a la suba de las acciones

Tras el rally bursátil que dominó la escena poselectoral, reapareció en el mapa de los inversores locales el comportamiento de los mercados internacionales. De hecho, lo que afecta hoy a la región también involucra a la Argentina y modifica la forma de operar de los agentes financieros.
Hasta hace poco, la plaza local solo atinaba a cubrirse en dólares frente a la incertidumbre por los comicios legislativos. Sin embargo, ahora, al observar la caída de las bolsas de Nueva York por la advertencia de los grandes bancos de que las acciones de empresas de inteligencia artificial pueden estar sobrevaluadas, los operadores locales desaceleraron su entusiasmo por las inversiones de riesgo.
De esta manera, emularon el modo de actuar que los países emergentes, donde el ETF, que mide el comportamiento de sus bonos y acciones, cayó 1,8%, mientras que el de Brasil perdió 1,5%.
En tal sentido, el Bitcoin llegó a caer por debajo de los USD 100.000 y los analistas dudaban si su piso podría ser de USD 95.000, cuando hasta hace poco cotizaba por encima de USD 120.000. Como contrapartida, los bonos del Tesoro de Estados Unidos subían ante la cobertura de los inversores y su rendimiento bajaba a 4,09%. El oro no reaccionaba como cobertura y bajaba a medianoche a USD 3.944 (-0,4%).
La alteración de los mercados internacionales hizo que los inversores locales comenzaran a tomar ganancias en la Bolsa. El S&P Merval de las acciones líderes tuvo una caída de 0,8% en pesos y 0,2% en dólares. Entre los papeles que cerraron positivos se destacaron Cresud (+5,8%), BYMA (+4,2%) y Ternium (+2,2%).
Los ADR -certificados de tenencias de acciones argentinas que cotizan en las Bolsas de Nueva York al precio del dólar contado con liquidación (CCL)- tuvieron bajas generalizadas imitando a casi todas las Bolsas del Mundo. Cresud con 3,8% y Edenor con 3,7% fueron los certificados que más cayeron.
Los bonos soberanos no fueron la excepción y operaron en equilibrio y con cautela. Los de plazos más cortos tuvieron alzas de hasta 0,4% pero los más largos bajaron casi 3%. El riesgo país tuvo una leve baja de 5 unidades (-0,8%) a 660 puntos básicos.
Un informe de Adcap Grupo Financiero señaló que “conviene extender duración, canjeando Global 2030 por Global 2035, con un rendimiento objetivo del 24% ante la compresión de spreads” y agrega que “con la volatilidad cambiaria contenida, las estrategias de carry trade recuperan atractivo“. En esta tónica, proyectaron que los bonos en pesos “superen a la deuda en moneda dura entre un 7% y un 18% hacia mediados de 2026, liderados por los bonos indexados a la inflación de mayor duración como el Boncer TZXD6 y TZXD7”.
En tanto, el dólar, tras la suba de poco mas de 1% del día anterior, perdió una parte de la recuperación y el MEP bajó $5 (-0,3%) a $1.495,58 mientras el CCL cedió $8,75 (-0,4%) a $1.513,25. El “blue” subió $15 (+1%) a $1.460. En el Mercado Libre de Cambios (MLC) se operaron USD 418 millones y el dólar mayorista sin intervención de ninguna clase bajó $28 (-1,9%) a $1.454.
Según la consultora F2, que dirige Andrés Reschini, “el tramo más corto de la curva pesos continuó comprimiendo rendimientos y terminó en el orden del 2,3% efectivo mensual. Esto indica que el mercado ha reaccionado favorablemente ante la inyección de pesos post electoral dado que las tasas han descendido abruptamente y el tipo de cambio no ha sufrido una disparada. Las tasas reales (ex ante) van normalizándose y, aunque aún podrían comprimir un poco más, esto puede significar un buen primer paso para iniciar el ciclo de recompras de reservas que ya adelantó el BCRA”.
El análisis agrega que “los futuros operaron un volumen de 1.117.951 contratos contra los 731.783 de la rueda anterior y en bonos dollar linked el volumen de operaciones también marcó un crecimiento. Los ajustes de la curva de futuros fueron a la baja, en la misma dirección que el mayorista, pero las implícitas terminaron corridas al alza“.
A la vez, remarcó que el interés abierto “agregó 37,4 millones que se explican, principalmente por los 48 millones que agregó el contrato que vence a fin de febrero, un incremento que, para esa posición, no estábamos acostumbrados a ver”. “Los sintéticos quedaron más arbitrados luego del mayor atractivo que mostraron al cierre anterior. Todo parece indicar que el mercado tomó nota y se inclinó por el carry trade”, concluyó.
La licitación de hoy paralizó al mercado porque es donde el Tesoro marca el rumbo de la política monetaria y de las tasas de interés. La idea es renovar los bonos más largos a menor tasa.
Un reporte de Cocos remarcó: “El Tesoro enfrenta una licitación en la que vencen alrededor de $7,7 billones. En esta ocasión, el Tesoro adoptó una estrategia más agresiva al no ofrecer instrumentos cortos. Si bien el equilibrio que se debe administrar es todavía frágil. La política monetaria viró hacia un sesgo más laxo”.
Y continuó: “Tras la última licitación se volcaron a la calle aproximadamente $6 billones la semana pasada y se relajó el cómputo de encajes a promedio mensual en lugar de saldo diario. Esto tuvo su correlato en una suba de 2,8% del tipo de cambio desde el viernes (llegando a operar a 3% de la banda superior), al mismo tiempo que la curva pesos operó mixta en las últimas ruedas”.
Asimismo, los analistas subrayaron que “dado el contexto y la estrategia llevada adelante por la Secretaría de Finanzas, consideramos que el Tesoro no debería seguir volcando liquidez a la plaza”. Además, sumaron que de corto plazo, “nos inclinamos por la TZXM6 (bono indexado por CER) que, a estos precios, brinda un mejor rendimiento ante un escenario de moderada desinflación hacia marzo de 2026, en comparación a la tasa fija”.
De esta manera, finalizó otra rueda con relativa calma y donde la subasta de la Secretaría de Finanzas enviará nuevas señales al mercado. Pero hay que estar atento a lo que sucede en el ámbito internacional. En el after market las Bolsas de Nueva York operaban con leves bajas.
ECONOMIA
La City alerta que las bandas cambiarias están «agotadas» y parte del mercado habla de dolarización

Financistas y empresarios del mundo de la producción coinciden: el Gobierno debería definir pronto si aplica modificaciones en el régimen cambiario. Hay coincidencia en que la Casa Rosada ganó tiempo desde el triunfo del 26 de octubre, pero el sistema de bandas -tal como está- sigue resultando poco confiable para el «círculo rojo». Y a medida que pasan los días desde las elecciones, crece la incertidumbre por lo que pueda venir.
A diferencia de lo que sucede en el negocio bursátil -las acciones siguen con fuertes mejoras-, en el mercado cambiario persisten las dudas.
Ya no existe una corriente dolarizadora como la que hubo durante septiembre y octubre, pero en la City manda el sentimiento conservador.
La toma de riesgos son muy medidos, a la espera de las próximas definiciones.
En la primera sesión de la semana, la cotización del dólar mayorista volvió a escaparse y amagó con tocar el techo de la banda cambiaria.
El mayorista cerró en $1.482, con un alza del 2,56% versus el viernes. Esta suba fue acompañada con un repunte del volumen de negocios en el mercado cambiario: u$S58 millones durante la jornada contra u$s359 millones del viernes último. El tipo de cambio quedó a tan sólo 1% del techo de la banda.
En la City creen que el Gobierno debe definir pronto el próximo esquema cambiario para evitar presiones sobre el dólar y generar incertidumbre.
¿Dolarización o neo convertibilidad?
Muestra de las presiones cruzadas a las que puede estar sometido el Gobierno, durante el último fin de semana aparecieron versiones desde distintas fuentes acerca de la posibilidad de que la administración Milei adopte una dolarización.
También la voz de Domingo Cavallo, proponiendo una convertibilidad entre el peso y el dólar, volvió a abrir la puerta a posibles definiciones en las próximas jornadas.
Sobre la dolarización hubo una información concreta: según el Financial Times, la Casa Blanca indagó con el experto Steve Hanke acerca de la posibilidad de llevar esa medida a distintas economías emergentes.
Y donde se tomó como referencia a la economía argentina.
Hanke es bien conocido en el país: durante la década del ‘90 trajo su idea dolarizadora, en medio de la convertibilidad. En aquellos años, la chance de una dolarización quedó desarticulada ante el desinterés del propio Estados Unidos.
Justamente, el gran cambio en esta época, tomando como veraz la explicación del propio Hanke al Financial Times, radica en que -a diferencia de los años ‘90-, ahora sería la propia Casa Blanca quien está interesada en llevar adelante una dolarización.
De todas formas, antes de tomar una decisión tan decisiva para el futuro, habrá que analizar los pro y contras de semejante movida.
Una dolarización ataría a la economía a la suerte de la dinámica de los Estados Unidos. Sin chance de tener una política monetaria propia.
El problema: no hay dólares que alcancen
Tras las elecciones de la semana pasada, la gran cuestión que debe definir ahora el Gobierno es la cuestión cambiaria.
Los últimos registros oficiales dan cuenta de un gran nivel de dolarización por parte de los argentinos, que tiene picos durante las épocas electorales. Sin embargo, la necesidad de dólares que requiere la economía para funcionar luce elevada.
Está claro que de acá hasta marzo, la oferta de divisas será limitada. Sobre todo este mes de noviembre: las cerealeras prevén liquidar algo así como u$s400 millones durante todo el mes (tan solo u$s20 millones por día).
La dinámica podría cambiar algo hacia diciembre-enero, con la cosecha fina. Pero la oferta de divisas recién se va a robustecer hacia marzo-abril, con la llegada de la cosecha gruesa.
«Pasó lo del bono dólar linked y el cierre de futuros y el dólar sigue subiendo. Insistimos con lo que dijimos la semana pasada. El dólar se mantiene en estos niveles elevados porque no hay oferta privada (el agro adelantó todas sus ventas)», sintetizó el economista Juan Manuel Tellechea para explicar la situación actual.
La clave sobre la posible modificación del esquema cambiario lo da la necesidad del Gobierno de recomponer las reservas del Banco Central.
Ya lo dijo el vice del Banco Central, Vladimir Werning: habrá compra de dólares para las reservas, y esa será una forma de remonetizar la economía.
Milei también abordó la cuestión, pero evitó hablar del timing para poner en práctica la medida. Dejó entrever que ese objetivo se cumplirá «en la medida que la demanda de dinero acompañe la estabilización macroeconómica».
En definitiva: la decisión está, pero se desconoce el momento en que se tomará la decisión de embolsar esos dólares.
iprofesional, diario, noticias, periodismo, argentina, buenos aires, economía, finanzas,
impuestos, legales, negocios, tecnología, comex, management, marketing, empleos, autos, vinos, life and style,
campus, real estate, newspaper, news, breaking, argentine, politics, economy, finance, taxation, legal, business,
technology, ads, media,dólar
CHIMENTOS3 días agoPaula Robles rompió el silencio tras las amenazas de muerte a Juanita Tinelli, su hija: “Hay otro mundo en el que sí tenemos posibilidades”
CHIMENTOS3 días agoLamine Yamal contó toda la verdad sobre las infidelidades a Nicki Nicole y fue tajante: “Todo lo que está saliendo no tiene nada que ver”
POLITICA3 días agoTras los cambios de Gabinete, Milei viaja a Miami para participar de una cumbre global junto a Trump










