ECONOMIA
Piden la quiebra de gigante lácteo por deber miles de millones a acreedores y empleados

La crisis acelerada que atraviesa uno de los emblemas de la lechería nacional parece no encontrar fondo y, a raíz de las cuantiosas deudas que mantiene con sus acreedores y el mismo personal, la posibilidad de apagarse por completo parece agigantarse en el horizonte inmediato. En esa línea, durante el reciente fin de semana, el personal de SanCor realizó una asamblea donde, por unanimidad, se decidió solicitar la quiebra de la unión de cooperativas. El pedido en cuestión se presentará en las próximas horas ante el Juzgado Civil y Comercial de la 4ta. Nominación de Rafaela, Santa Fe, donde se viene llevando adelante el concurso de acreedores establecido para la firma. Los empleados estiman que SanCor posee una deuda preconcursal cercana a los $70.000 millones, además de un monto del orden de los $20.000 millones relacionado con salarios y cargas sociales impagas.
Como expuso iProfesional recientemente, SanCor llega a este tramo de 2025 con un acumulado de deudas del orden de los $20.000 millones sólo en concepto de sueldos impagos y coberturas sociales y sindicales. La compañía apenas se sostiene a partir de los contratos a fasón, esto es, la producción para terceros que aún mantiene con firmas como Elcor, Punta del Agua y La Tarantela.
SanCor sólo se mantiene produciendo para terceros
Los productos de la firma prácticamente desaparecieron de las góndolas de supermercados y almacenes: SanCor sufre una pérdida de presencia comercial que no ha dejado de acrecentarse en las últimas semanas, y sus quesos se ubica a cuentagotas en un puñado cada vez más acotado de autoservicios.
La compañía viene de implementar un recorte de personal del orden de los 370 trabajadores, pero ni siquiera el ajuste laboral logró enderezar de alguna forma la operatoria de la láctea.
Desde abril hasta este septiembre la compañía sólo ha cubierto apenas un porcentaje de los salarios correspondientes a ese cuarto mes del año. En concreto, SanCor debe el 100% de los sueldos de mayo, junio, julio y agosto. Tampoco cubrió el medio aguinaldo.
Además de los salarios y el medio aguinaldo, SanCor acumula meses sin depositar las contribuciones correspondientes a la obra social OSPIL, la mutual AMPIL y la cuota sindical que se lleva ATILRA. En ese sentido, la deuda acumulada llega a los 14.000 millones de pesos.
Por otra parte, los empleados nucleados en el gremio llevan emitidas más de 2.500 intimaciones de pago de sueldos sin que la compañía haya respondido algunas de estas exigencias. En tanto SanCor tampoco se ha hecho cargo de lo que debe a OSPIL y AMPIL, los trabajadores de la firma dan por sentado que la unión de cooperativas es insolvente y se encuentra en fase de cesación de pagos.
SanCor: pedido de quiebra y búsqueda de soluciones
A partir de este contexto, la asamblea del fin de semana decidió pedir la quiebra por «unanimidad y aclamación». La intención es alcanzar ese estatus pero con «continuidad de la explotación».
Ligado a esto, los trabajadores de SanCor solicitaron a ATILRA que tomé a su cargo la búsqueda de potenciales inversores que puedan aportar capital y soluciones operativas para que las plantas de la láctea sigan operativas y no ocurran más despidos.
«Para arribar a tal determinación, la asamblea consideró no solo la deuda histórica preconcursal donde solamente de origen laboral se insinuaron mil ochocientos sesenta (1860) créditos, por los que la empresa reconoce adeudar sesenta y nueve mil millones de pesos($ 69.000.000.000,-), sino también y, fundamentalmente, la falta de pago de sueldos correspondientes a los meses de abril, mayo, junio, julio, agosto y aguinaldo del primer semestre del año 2025″, se indicó a través de un comunicado.
«Es decir, todas obligaciones alimentarias esenciales e inexcusables de plazo vencido posteriores a la resolución de apertura concursal, a las que se suman por el mismo periodo las cifras en concepto de aportes y contribuciones retenidos y no depositados en favor de la obra social OSPIL, la mutual AMPIL y Atilra, acumulando en este breve lapso una suma adeudada de origen laboral que ya se ubica largamente por encima de los catorce mil millones de pesos($ 14.000.000.000)», concluyó ATILRA.
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ECONOMIA
La inflación en Paraguay mejoró la meta de 3,5% que se había planteado el gobierno para 2025

La inflación en Paraguay se situó al cierre de 2025 en 3,1%, por debajo de la meta establecida para este año del 3,5% y del 3,8% registrado en 2024, informó este martes el emisor.
La inflación interanual (diciembre 2024-diciembre 2025) fue igualmente del 3,1%, señaló el Banco Central del Paraguay (BCP) en un informe.
El costo de vida de diciembre se ubicó en el -0,3%, inferior a la variación del 0,7% observada en el mismo mes del año anterior y al 0,2% de noviembre pasado.
Según el BCP, la inflación de diciembre es la más baja de este año, lo que atribuyó al descenso en los precios de los alimentos, combustibles y los bienes de origen importado.
No obstante, en diciembre se registraron aumentos en los servicios, entre ellos algunos como los paquetes turísticos al exterior y los pasajes aéreos, que subieron un 12%.

El emisor ha anunciado que la meta de inflación para 2026 es de 3,5%, según el acta de la reunión de diciembre del Comité de Política Monetaria (CPM), difundida este lunes.
Durante el encuentro se ratificó la previsión de crecimiento del producto interno bruto (PIB), de 6% para 2025, ante los pronósticos de alza en los sectores terciario (servicios) y secundario (industrial).
Para 2026, se prevé que el PIB se ubique en 4,2%.
Por otro lado, el emisor decidió “por unanimidad” mantener la tasa de interés de política monetaria en el 6% anual y marcó 22 meses consecutivos con ese valor estable.
La última reducción de la tasa de interés de política monetaria se anunció el 21 de marzo de 2024, cuando el CPM la bajó 25 puntos básicos, del 6,25% al 6% anual.
(Con información de EFE)
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ECONOMIA
El dato que el Gobierno está usando para «planchar» al dólar y que se puede dar vuelta en enero

El dólar oficial opera este martes 30 de diciembre a $1480, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se negocia a $1457. En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se vende $1527 (+0,1%), y el MEP se ubica a $1484 (+0,2%). Por último, en el segmento informal, el blue se negocia, a $1540.
Para los especialistas de la city porteña, la estabilidad del dólar no se explica solo por una jornada calma o por menor volatilidad, sino por decisiones concretas que reordenan el tablero de corto y mediano plazo. En ese marco, la discusión se corrió de la anécdota de la cotización diaria hacia el «cómo» y el «con qué» se sostiene el equilibrio, especialmente cuando el calendario financiero se vuelve más exigente.
El punto de fondo es que la agenda ya no se limita a desinflar: ahora se mezcla con la necesidad de fortalecer reservas y sostener una transición hacia un esquema que el Gobierno presenta como compatible con una remonetización prevista para 2026. Esa combinación abre una tensión inevitable: sumar dólares sin recalentar el tipo de cambio ni generar presión inflacionaria, mientras se mantiene la credibilidad del programa.
En paralelo, aparecen señales de una reconfiguración de la estrategia oficial: por un lado, un accionar del Tesoro que el mercado lee como clave para explicar la estabilidad reciente; por el otro, un paquete de lineamientos del Banco Central que busca ordenar reglas, dejar menos espacio a la discrecionalidad y responder a reclamos de previsibilidad, reservas y consistencia macro.
Con ese telón de fondo, la pregunta que ordena la nota es simple, pero filosa: qué tan sostenible es la calma del dólar cuando el esquema exige reservas, cuando el margen de maniobra depende de la disponibilidad de divisas y cuando, al mismo tiempo, la dinámica monetaria exige que la demanda de pesos acompañe para que el proceso no se traslade a precios. A partir de ahí, el mercado vuelve a mirar el mismo triángulo: dólar, reservas y expectativas sobre 2026.
La calma del dólar con sostén fiscal
Desde Ecolatina señalaron que, en una semana corta, el panorama cambiario-monetario cerró sin grandes novedades, con el tipo de cambio oficial finalizando en $1.452,5, apenas 0,2% por encima del viernes anterior y en el valor más alto desde comienzos de mes. En términos de dinámica, sus analistas apuntaron que el dólar oficial se mantuvo varias ruedas en torno a niveles similares, un comportamiento que el mercado vincula a un anclaje más activo.
Para Ecolatina, detrás de esa estabilidad no descartaron que el Tesoro haya persistido con ventas en el mercado oficial. Los expertos de la consultora explicaron que, siguiendo los últimos datos, Hacienda habría vendido USD 200 millones entre el 17 y 18, y al menos otros USD 12 millones el viernes posterior, lectura que se deduce de los movimientos del stock de depósitos y de los flujos relevados con la información disponible.
En esa línea, desde Ecolatina detallaron que el stock de depósitos en dólares del Tesoro en el BCRA habría pasado de USD 2.077 millones (16/12) a USD 1.869 millones (19/12). Ese descenso es clave porque exhibe el «combustible» utilizado para sostener el tipo de cambio, en un momento en el que el Tesoro enfrenta un calendario de pagos exigente.
El dato se vuelve más sensible porque, según Ecolatina, en la segunda semana de enero vence deuda soberana por USD 4.200 millones, por lo que los depósitos actuales cubren 44% de esos vencimientos. Sus analistas agregaron que esa cobertura podría subir a 60% si ingresaran USD 700 millones por la privatización de las hidroeléctricas, pero el punto central permanece: la estabilidad cambiaria reciente convive con un uso de dólares que achica el colchón para enfrentar compromisos.
Regla cambiaria y programa de reservas
Desde GMA Capital señalaron que el anuncio del Banco Central sobre la profundización del esquema de agregados monetarios fue, además, una señal sobre la fase de remonetización prevista para 2026. Los especialistas del bróker explicaron que, bajo el nuevo régimen, el techo relevante del esquema cambiario queda condicionado por un insumo decisivo: el sendero de la inflación, motivo por el cual plantearon tres escenarios con base en el REM y estimaciones propias.
Para GMA Capital, las novedades no terminaron en la regla: el BCRA avanzará en paralelo con un programa de acumulación de reservas consistente con la evolución de la demanda de dinero y la liquidez del mercado cambiario. Sus analistas apuntaron que la autoridad monetaria aclaró que la ejecución diaria del esquema se alineará con una participación del 5% del volumen diario del mercado de cambios, buscando sostener el proceso de remonetización.
Los expertos de la sociedad de bolsa explicaron que, además, continuará la normalización gradual de la política de encajes, en línea con la estabilidad de precios y la recomposición de la intermediación financiera. Ese punto apunta a reforzar el funcionamiento del sistema y a ordenar condiciones monetarias sin forzar desequilibrios en un mercado que sigue muy atento a señales de consistencia.
En conjunto, para GMA Capital, el paquete de medidas se orientó a dos reclamos que ya venían apareciendo: un programa creíble que mantenga al dólar alejado de la banda y un esquema que permita reforzar las arcas del Central. En otras palabras, una búsqueda explícita de reglas para estabilizar expectativas, pero con la condición de que el programa logre, efectivamente, conseguir dólares y que la demanda de pesos acompañe.
El desafío de conseguir divisas
Los especialistas del bróker advirtieron que el programa de fortalecimiento de reservas implica un corrimiento en el eje de la política económica: desde una estrategia centrada en la desinflación hacia un enfoque más balanceado, orientado a fortalecer la consistencia macroeconómica, aun a costa de que la desaceleración inflacionaria sea más gradual. Para GMA Capital, el punto es que la acumulación de divisas se vuelve condición de credibilidad, no solo una meta operativa.
En ese marco, desde GMA Capital señalaron que el esquema deja interrogantes concretos. Sin un plan de compras claro, la acumulación depende de que haya dólares disponibles y de que la demanda de pesos permita absorber la emisión sin presionar sobre precios. La primera alerta está del lado de las divisas: sus analistas apuntaron que las reservas netas a valor de mercado (excluyendo oro y DEGs) alcanzan un rojo de USD 7.367 millones.
A esa fragilidad se suma, según GMA Capital, el perfil de vencimientos: en 2026 vencen USD 12.633 millones, asumiendo un rollover de organismos internacionales excepto FMI. Para sus especialistas, la clave es qué mecanismos permitirán generar esas divisas, porque la disponibilidad efectiva condiciona el ritmo y la potencia del programa de acumulación.
Además, desde GMA Capital plantearon que la posibilidad de hacerse de dólares vía superávit de cuenta corriente luce acotada: en 2025, siete de los diez meses publicados registraron déficit. Y sobre competitividad, si bien el esquema cambiario garantizaría un tipo de cambio real mayor con Estados Unidos (12% de ponderación en el TCRM), no hay certezas frente a otros socios; en particular, señalaron el riesgo de un eventual atraso frente a Brasil, que representa un tercio del TCRM, con implicancias sobre importaciones, exportaciones y disponibilidad de divisas.
La variable que puede definir al dólar: demanda de pesos, señoreaje y el límite de la estabilidad
Para GMA Capital, el otro gran condicionante del programa es la demanda de dinero. Sus analistas explicaron que, para que el Banco Central pueda seguir comprando dólares sin generar presiones inflacionarias, los pesos emitidos para adquirir divisas deben ser absorbidos por la economía. En este esquema, la acumulación de reservas se financiaría mediante emisión monetaria, lo que genera un ingreso para el Estado conocido como señoreaje.
Los expertos de la sociedad de bolsa detallaron que, a diferencia de episodios anteriores, si la demanda de pesos crece al mismo ritmo que la emisión, el proceso no tendría impacto inflacionario y el señoreaje sería positivo, asociado a una mayor monetización. En cambio, si la emisión supera la demanda de dinero, el ajuste se daría vía precios, dando lugar a un señoreaje de carácter inflacionario, con el consiguiente riesgo de tensión sobre el tipo de cambio.
En ese escenario, según GMA Capital, el Gobierno enfrentaría dos caminos: profundizar la esterilización —con mayor endeudamiento del Tesoro o del propio BCRA— o frenar el ritmo de compras, lo que dilataría la recomposición de reservas. También subrayaron que la temporalidad importa: aun con demanda de pesos dinámica, la falta de dólares disponibles puede trasladar el ajuste hacia tasas de interés más altas.
En paralelo, desde Ecolatina ubicaron el pulso de corto plazo en el comportamiento de las reservas y en señales del mercado que acompañan la dinámica del spot. Sus analistas apuntaron que las Reservas Netas (según su definición operativa) se habrían ubicado en torno a USD 1.300 millones. En síntesis, el mapa que deja esta etapa combina dos planos: el «hoy», donde el Tesoro habría actuado para sostener estabilidad; y el «2026», donde la trayectoria del dólar y de las reservas dependerá de un equilibrio delicado entre disponibilidad de divisas y absorción de pesos.
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ECONOMIA
Qué va a pasar con el dólar: 7 claves del nuevo mercado de cambios a partir de enero

El dólar volvió a ser protagonista de la economía argentina en el último año, con el condimento de una insistente compra de divisas a manos privadas, concentrada en los meses de septiembre de octubre, en medio de la contienda electoral. A continuación, las 7 claves que hay que saber de la divisa norteamericana en el arranque del 2026.
El dólar mayorista , a $1.455, acumuló un incremento de 423 pesos o 41%, unos diez puntos por encima de la inflación, que habría cerrado el año en torno a 31 por ciento. El dólar al público avanzó un 39% y quedó ofrecido a $1.480 en el Banco Nación. Esta evolución contrastó con la suba de solo 27% ocurrida en 2024, frente a una inflación del 117 por ciento.
El 11 de abril se produjo un evento “bisagra”, cuando el ministro de Economía Luis Caputo, junto con el presidente del BCRA, Santiago Bausili, liberaron las restricciones cambiarias para individuos, aunque se mantuvieron en buena medida para las empresas. Se prevé en el corto plazo, durante 2026, una salida total de los controles sobre el dólar, que se habían instaurado a partir del 1 de septiembre de 2019.
Desde el 14 de abril de este año, el Gobierno aplicó un esquema de bandas con un tope de $1.400 y un piso de $900, que se expandía a razón del 1% mensual. A pesar de que el régimen tenía implícito un retraso de la tasa de cambio en términos reales -dada una inflación que en ningún momento cedió del 1%-, en el balance anual la economía mejoró la competitividad medida estrictamente desde un plano cambiario, pues la devaluación le ganó a la inflación. Las bandas tendrán continuidad en 2026, pero con un esquema más flexible indexado por inflación.
Con la experiencia turbulenta de septiembre y octubre últimos, el nuevo régimen de bandas se actualizará según el último dato de IPC del Indec. Dado que el informe de inflación del mes presente se difunde al mes siguiente, las bandas se ampliarán según el IPC de dos meses atrás. Si el sendero de desinflación persiste, el dólar va a seguir aumentando marginalmente por encima de la inflación del mes en curso.
En este marco, el Índice de Tipo de Cambio Real que mide el Banco Central termino el año en los 95 puntos, muy cerca de un nivel de equilibrio teórico de 100 puntos que permite balancear el ingreso y salida de divisas por el intercambio de bienes y servicios con el exterior. En 2025 la mejora fue de unos 16 puntos, dada la evolución del tipo de cambio y los precios domésticos frente a la variación de estos indicadores en nuestros principales socios comerciales.
Después del 7 de septiembre, luego de la derrota de La Libertad Avanza en los comicios legislativos bonaerenses, hasta el 26 de octubre, cuando el oficialismo se alzó con la victoria en las legislativas nacionales, el mercado de cambios sufrió de una enorme presión compradora , que llevó al tipo de cambio a rozar los $1.500, para “testear” el techo de las bandas. Esto obligó a ventas del Banco Central en el segmento de contado por un total de USD 1.110 millones en tres ruedas entre el 17 y e 19 de septiembre, un récord en seis años.
En octubre, fue el Tesoro argentino el que debió efectuar ventas por más de USD 2.000 millones para apaciguar a la plaza antes de las elecciones, mientras que en los días precios a la votación se produjo la histórica intervención directa del Tesoro de los EEUU en el mercado doméstico, también con ventas por más de USD 2.000 millones, un hecho sin precedentes, pues el gobierno de Donald Trump actuó a través de bancos privados, sin la intermediación de entes oficiales argentinos.
Una asignatura que no se cumplió el último año fue la de la acumulación de reservas. Los activos internacionales del Banco Central quedaron en USD 41.165 millones: subieron USD 851 millones en diciembre (+2,1%), mientras que en el balance anual crecieron en USD 11.558 millones (+39%).
Sin embargo, este incremento provino del programa de financiamiento acordado con el FMI en abril, por USD 20.000 millones, de los cuales, USD 12.000 millones fueron desembolsados de inmediato para levantar el cepo» a “ahorristas” y otros USD 2.000 ingresaron en junio.
Además, la extraordinaria suba del precio del oro (+66% en 2025) significó un aporte de unos USD 3.400 millones, dada la tenencia de casi dos millones de onzas en las arcas públicas. A USD 4.324 la onza, el metal dorado representa más de USD 8.600 millones en las reservas.
“El BCRA no compró dólares en diciembre y durante el año 2025 solo compró USD 198 millones”, calculó el analista financiero Christian Buteler.
En este aspecto, el ministro Caputo adelantó:“Si vamos a lo que hemos mandado al Presupuesto 2026 y asumimos que la Base Monetaria se mantiene constante en relación a ese PIB, en términos nominales la Base estaría creciendo un 25% y eso nos permitiría comprar aproximadamente USD 7.000 millones sin esterilizar. Si se recuperará la demanda de dinero 2 puntos porcentuales del PIB, cosa que debiera ser lo natural, podríamos comprar USD 7.000 millones más sin tener que esterilizar”.
Con la vigencia de la Ley de Inocencia Fiscal, para 2026 quedó explícito el objetivo de incorporar al sistema parte de los USD 217.358 millones en efectivo que los argentinos atesoran, según el informe de Balanza de pagos, posición de inversión internacional y deuda externa del INDEC correspondiente al tercer trimestre de 2025.
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