ECONOMIA
Plazo fijo, dólar, CEDEARS o acciones, el «gran dilema» de los ahorristas argentinos en época de elecciones

Invertir puede ser desafiante, aún más en la Argentina y, sobre todo, en años de elecciones, cuando la política se convierte en la principal variable de incertidumbre.
En este escenario, entender cómo se comportan los ahorristas, cuáles son sus preferencias a la hora de resguardar capital y cómo diseñan sus estrategias es clave para tomar mejores decisiones.
El plazo fijo es la opción más elegida en los años electorales
Plazo fijo, la opción más elegida en años de elecciones
Los resultados muestran un dato interesante: el plazo fijo es la herramienta más elegida. Este fenómeno se explica en la dinámica de los años electorales: el Banco Central suele subir las tasas de interés de manera deliberada para absorber pesos y desalentar la dolarización masiva previa a las votaciones. En otras palabras, se trata de un incentivo «artificial» para quedarse en moneda local, con rendimientos que, al menos en el corto plazo, parecen atractivos frente a la inflación.
Sin embargo, el segundo lugar en la encuesta lo ocupa el dólar. Allí aparece la paradoja argentina: el pequeño y mediano inversor se aferra a la divisa norteamericana como salvavidas histórico, aun cuando no genera intereses ni ganancias reales. Se trata más bien de un refugio de valor, una forma de asegurarse que los ahorros no pierdan poder adquisitivo en medio de la incertidumbre política.
Detrás de esa decisión conviven dos argumentos, por un lado, la costumbre arraigada de «pensar en dólares» como reflejo automático, y por otro, la expectativa de que, aunque un plazo fijo prometa un 13% o 15% en tres meses, una eventual disparada del dólar después de las elecciones podría otorgar una ganancia igual o mayor.
En la cabeza del ahorrista aparece la sensación de un «win–win»: con el dólar no pierdo, y si se dispara, gano. El problema es que esa lógica no siempre funciona y puede exponer al inversor a riesgos no calculados.
El dilema de arbitrar entre pesos y dólares vuelve a estar sobre la mesa
El contexto actual refuerza esta tensión. Este año habrá elecciones legislativas en un clima de fuerte polarización. Si el oficialismo amplía su representación en el Congreso, tendrá margen para avanzar con reformas estructurales (laboral, previsional, entre otras). En cambio, si la oposición gana más bancas, se consolidará un escenario de trabas legislativas que pondrá en jaque la agenda oficialista y será un golpe político de cara a las presidenciales del año próximo.
La economía siempre mueve al compás de las expectativas, sin embargo, como su estabilidad es el objetivo principal de la administración actual, se tienen indicadores controlados: según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), la inflación anual proyectada ronda el 27,3%. El dólar oficial cotiza en torno a $1.325, el paralelo en $1340 y el MEP en $1.315. Mientras tanto, la Tasa Efectiva Anual para plazos fijos se ubica en 55,26%, lo que equivale a un 3,7% mensual. Así, el dilema de arbitrar entre pesos y dólares vuelve a estar sobre la mesa.
La historia reciente muestra un patrón repetido en cada elección: suba de tasas en el corto plazo, volatilidad cambiaria contenida antes de las votaciones, y luego, reacomodamientos que suelen disparar los precios del dólar en alguna de sus versiones. Pasó en 2015, en 2019 y también en 2023. Esa memoria explica por qué el dólar sigue siendo la «moneda emocional» de los argentinos.
En este escenario, armar un portafolio anti-incertidumbre se vuelve fundamental. La clave: diversificar y el horizonte temporal. Los activos de renta fija, como plazos fijos, bonos del BCRA, letras del Tesoro u obligaciones negociables, cumplen un rol central al aportar previsibilidad y flujo en el corto plazo. Son especialmente útiles para perfiles conservadores, que priorizan seguridad sobre rentabilidad.

Estos activos son especialmente útiles para perfiles conservadores, que priorizan seguridad sobre rentabilidad
Pero limitarse solo a esta clase de activos, en el largo plazo, implica quedar demasiado expuesto al peso argentino. Una corrección cambiaria posterior puede licuar en pocos días todo el rendimiento acumulado.
Por eso, para perfiles moderados y agresivos, resulta clave sumar acciones locales, CEDEARs de compañías internacionales e incluso criptomonedas. Aunque con mayor volatilidad, permiten diversificar riesgo y dolarizar parte del portafolio sin necesidad de comprar billetes físicos.

Para perfiles moderados y agresivos, resulta clave sumar acciones locales, CEDEARs e incluso criptomonedas
Errores que pueden salir caros
Ahora bien, incluso con un portafolio diversificado, muchos inversores caen en errores comunes que pueden costar caro, tales como:
- Comprar tarde, tentados por tasas ya en su techo.
- Vender con pánico en medio de una baja.
- Apostar todo a un único escenario (no diversificar).
- No investigar lo suficiente y guiarse por rumores o modas en redes.
- Ignorar el contexto político y global, como si Argentina funcionara en una burbuja.
- Subestimar riesgos implícitos en cada activo.
- Pasar por alto comisiones y costos de transacción.
- Apalancarse en exceso.
- Invertir sin un plan ni horizonte temporal definido.
Como dice Warren Buffett, conviene ser «temeroso cuando otros son codiciosos, y codicioso cuando otros tienen miedo». La disciplina y la paciencia suelen ser mejores aliadas que las reacciones emocionales.
El verdadero blindaje, en definitiva, no está en encontrar el activo perfecto sino en construir un plan financiero personal sólido. Ese plan comienza con lo básico: tener un fondo de liquidez que cubra entre tres y seis meses de gastos fijos, colocado en instrumentos líquidos como money market o plazos fijos de muy corto plazo.
El segundo paso es diversificar monedas: pesos, dólares, CEDEARs y, para quienes toleren mayor riesgo, activos vinculados a criptomonedas. Luego viene el bloque de renta fija para estabilidad y flujo, complementado con una dosis de renta variable que permita capturar oportunidades de crecimiento en el mediano plazo.
Finalmente, conviene sumar coberturas y activos alternativos como oro, fondos globales o instrumentos atados al dólar, que funcionan como defensas frente a shocks imprevistos. Todo esto sostenido por hábitos financieros consistentes: ahorrar en forma automática, programar aportes regulares y no dejarse arrastrar por el ruido electoral de cada semana.
Invertir en años electorales en Argentina es como jugar al ajedrez con el tablero en movimiento: las piezas cambian de valor según el resultado de las urnas. La historia muestra que las tasas suben y el dólar se contiene, pero también que tarde o temprano los precios se reacomodan. La expectativa hace que los argentinos sigan eligiendo al dólar como refugio, aun cuando la matemática indique que los pesos rinden más en el corto plazo.
La salida está en el equilibrio: no apostar todo a un único escenario, construir un portafolio diversificado y mantener un plan financiero personal que tenga en cuenta el contexto electoral, en este caso. Porque, al final, más allá de quién gane, lo que realmente define el éxito de una inversión es la capacidad del inversor de anticiparse, planificar y sostener sus decisiones con disciplina.
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ECONOMIA
Computación cuántica y finanzas: un banco global asegura que puede lograr una mejora del 34% proyectando precios de venta de bonos

HSBC Holdings dijo que logró un avance pionero a nivel mundial en la implementación de la computación cuántica en los mercados financieros, a medida que se intensifica la carrera entre algunas de las empresas más grandes de Wall Street para incorporar la tecnología de vanguardia en sus operaciones diarias.
El banco con sede en Londres dijo el jueves que utilizó el procesador cuántico Heron de International Business Machines, el más avanzado, para lograr una mejora del 34% en la proyección de la probabilidad de que un bono se negocie a un precio determinado. HSBC y el gigante de la tecnología estadounidense aplicaron el procesamiento cuántico a un conjunto anónimo de datos de negociación de bonos europeos y descubrieron que podría mejorar significativamente la eficiencia del mercado.

Esto marca un salto significativo, ya que es la primera vez que un banco utiliza operaciones reales a gran escala para demostrar la ventaja que ofrece la tecnología emergente, que hasta la fecha ha sido en gran medida dominio exclusivo de la investigación académica y las empresas tecnológicas especializadas. Se trata de la próxima frontera que empresas desde Alphabet hasta IBM y Microsoft buscan conquistar invirtiendo miles de millones de dólares, aunque el camino hacia aplicaciones prácticas parece ser largo.
“¿Es este un ‘momento Sputnik’ para la cuántica? Mi instinto me dice que sí”, dijo Philip Intallura, jefe del grupo de tecnologías cuánticas de HSBC, refiriéndose al evento crucial que desencadenó la carrera espacial entre EEUU y la Unión Soviética durante la Guerra Fría. “Generará un frenesí de actividad” a medida que otros intensifican sus esfuerzos para aprovechar la tecnología, añadió.
Un estudio de McKinsey indicó que es probable que los ingresos de la computación cuántica aumenten a USD 72.000 millones en una década
La prueba de HSBC consistió en examinar cómo la computación cuántica podría utilizarse en los mercados extrabursátiles, donde se compran y venden activos entre dos contrapartes sin intermediarios. Intallura afirmó que, si bien su prueba no fue una operación en vivo, fue una demostración real a escala de producción.
Si bien las empresas tecnológicas han estado a la vanguardia del desarrollo de la computación cuántica, los titanes de los servicios financieros, incluidos JPMorgan Chase & Co., Goldman Sachs Group, Citigroup y HSBC también han invertido en este sector, atraídos por sus posibles beneficios. Las consultoras McKinsey y KPMG afirman que podría mejorar considerablemente la capacidad de los bancos para gestionar riesgos, optimizar carteras, detectar fraudes y predecir los precios de los activos ante diversos escenarios de mercado.
Otros bancos también han informado de sus propios avances en computación cuántica. Por ejemplo, JPMorgan
Un nuevo estudio de McKinsey publicado en junio indicó que es probable que los ingresos procedentes de la computación cuántica aumenten hasta los USD 72.000 millones en una década, frente a los USD 4.000 millones del año pasado, impulsados por los avances en sectores como el químico, el de las ciencias de la vida y el financiero. Para los bancos, esta tecnología aporta importantes beneficios, como en la predicción de precios, donde incluso un punto porcentual marca una gran diferencia, afirmó Henning Soller, socio de McKinsey con sede en Fráncfort que lidera la investigación global de la empresa sobre tecnologías cuánticas.
“Si un banco es capaz de empezar a usar la computación cuántica para desarrollar un programa, los demás lo estarán desarrollando al día siguiente y la gente no dormirá hasta tenerlo”, dijo Miklos Dietz, socio senior y socio director de la oficina de McKinsey en Vancouver. “Cuando llegue, será explosivo”.
La computación cuántica se basa en los principios que sustentan la compleja mecánica de la física cuántica. Al igual que los computadores tradicionales, los computadores cuánticos también utilizan circuitos diminutos para realizar cálculos, pero lo hacen en paralelo, en lugar de secuencialmente. Esto permite resolver problemas complejos a velocidades mucho mayores que las de los procesadores clásicos.
En un hito importante. Google, de Alphabet, reveló a finales del año pasado que su último procesador cuántico, Willow, había resuelto un problema en cinco minutos, un problema que los supercomputadores más potentes del mundo no habrían podido resolver ni siquiera si hubieran estado trabajando en ello desde que comenzó el universo.
Josh Freeland, director global de comercio de crédito algorítmico en HSBC, dijo que en un momento de la prueba, un equipo de 16 físicos, expertos en aprendizaje automático e inteligencia artificial estaban “trabajando las 24 horas”, tratando de replicar lo que el computador cuántico había sido capaz de hacer.
“Si pudiéramos obtener un resultado como este todos los días, sería algo extraordinario”, dijo Freeland. “Nos pasamos el día buscando mejoras de un solo dígito, porque cuando se repite eso miles de veces al día, realmente puede marcar la diferencia”.
Otros bancos también han informado de sus propios avances en computación cuántica. Por ejemplo, JPMorgan. En marzo, afirmó haber generado y certificado los llamados números verdaderamente aleatorios utilizando un computador cuántico por primera vez a nivel mundial, esperando que tenga aplicaciones en cifrado, seguridad y comercio. Los investigadores crearon la secuencia con una máquina construida por Quantinuum, según un artículo publicado en la revista científica Nature.
El año pasado, KPMG dijo en un informe que la tecnología todavía está en una fase temprana de prototipo, pero puede estar acercándose a su punto de inflexión.
“Confiamos en que estamos en el comienzo de una nueva frontera de la informática en los servicios financieros, en lugar de algo que está muy lejos en el futuro”, dijo Intallura de HSBC.
Con información de Bloomberg
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ECONOMIA
Se formalizó la primera oferta para el salvataje de Vicentin: qué empresa pica en punta

Un nuevo capítulo en la novela de la malograda empresa Vicentin, que supo liderar el mercado agroexportador, acaba de salir a la luz.
En pleno proceso de cramdown, o salvataje dispuesto por la justicia, comienzan a conocerse las ofertas para hacerse de la empresa, por parte de otros jugadores del negocio agropecuario.
El 31 de octubre es la fecha límite para conocer las ofertas de parte de los interesados, que hasta el momento son tres. De acuerdo al proceso concursal, uno de los más interesados en quedarse con Vicentin, sus activos, personal e infraestructura es Grassi S.A., una corredora de granos que creció mucho en los últimos tiempos, que tiene de aliado nada menos que al coloso Cargill, con quien trabajaría en conjunto si resulta ganador del proceso.
Además, hay otros dos grandes grupos de jugadores, que siguen en carrera: Bunge junto con Viterra y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) además de Molinos Agro en sociedad con LDC.
Vicentin: ¿qué es el cramdown?
El cramdown es una figura del derecho concursal que permite que un tribunal imponga un plan de reorganización de una empresa, incluso si algunas clases de acreedores no lo aprueban. Su objetivo es garantizar la continuidad de la empresa frente a la imposibilidad de alcanzar un acuerdo preventivo consensuado con todos los acreedores.
A través de este mecanismo, terceros interesados pueden presentar ofertas para asumir el control de la empresa y hacerse cargo de su reestructuración, compitiendo entre sí bajo supervisión judicial para determinar cuál propuesta resulta más conveniente. Para los acreedores que no aprueban el plan, implica recibir condiciones menos favorables, mientras que se establecen mecanismos de valuación de activos y pasivos para garantizar que el proceso sea equitativo.
En el caso de Vicentin, la empresa agroindustrial argentina entró en crisis y default en diciembre de 2019, con pasivos que superan los u$s1.300 millones. Tras varios intentos fallidos de homologar un acuerdo preventivo con los acreedores, la Justicia habilitó el proceso de cramdown como vía para reestructurar la compañía.
La decisión permitió abrir un registro de oferentes interesados en rescatar la empresa, establecer un valuador judicial para fijar el valor patrimonial de Vicentin y garantizar que las propuestas compitan de manera transparente.
Se estima que el valor de liquidación de la empresa, si se vendieran todos sus activos, rondaría entre 290 y 320 millones de dólares, es decir, apenas cubriría el 22% del pasivo concursal. En este escenario, las acciones de los dueños originales podrían resultar sin valor, lo que permitiría al oferente que gane el proceso quedarse con el control sin costo adicional.
La decisión del juez implica que, si ninguna propuesta alcanza las mayorías requeridas de acreedores, Vicentin podría terminar en quiebra.
La propuesta de Grassi, la empresa que picó en punta
La empresa corredora de granos rosarina picó en punta, y formalizó públicamente su oferta, ganando algo de tiempo respecto a sus adversarios. El objetivo central de la iniciativa es ofrecer una salida concreta que garantice a todos los acreedores un recupero de sus deudas sin pérdida de poder adquisitivo, al tiempo que se asegura la continuidad operativa de la empresa.
Para lograrlo, el modelo de Grassi se apoya en tres ejes fundamentales. En primer lugar, todos los créditos verificados en pesos serán convertidos a dólares estadounidenses a un tipo de cambio fijo de $60,78, correspondiente a la fecha de presentación concursal de Vicentin, el 10 de febrero de 2020.
En segundo lugar, la propuesta integra a todos los acreedores en una única categoría, ofreciéndoles un menú de opciones para que cada uno pueda elegir la alternativa que mejor se adapte a sus intereses.
Finalmente, y como pilar clave, se busca recompensar a aquellos que apuesten por la viabilidad de la «nueva Vicentin», ya sea comprometiendo la entrega de granos o aportando financiamiento, dándoles la posibilidad de recuperar la totalidad de su acreencia.
Detalles del plan de Grassi para quedarse con Vicentin
Dentro de las alternativas, se destaca la opción de abastecimiento de soja, que en algunos casos permitiría recuperar hasta el 200% del crédito original convertido a dólares. Esta opción implica la entrega de 200 toneladas de soja por cada u$s1.000 de crédito en un plazo de 10 años, con un cupo anual limitado a 3,5 millones de toneladas. Para quienes no puedan originar todo el volumen, se han creado fideicomisos de apoyo que permiten delegar parte de la entrega, con recuperos estimados entre 80% y 120% , así como una opción con un anticipo financiero de hasta USD 25.000 y recuperos de hasta el 140%.
Para los acreedores que prefieran un esquema de cobro en dinero, la propuesta también ofrece un menú de «quita y espera». Este incluye planes de pago a 10 años con recuperos del 30%, 35% o 40% del crédito dolarizado.
Además, se contemplan pagos inmediatos del 9%, 10% u 11%, aunque con cupos limitados a un total de u$s3 millones. La propuesta también incentiva la inyección de capital de trabajo, permitiendo a los acreedores que aporten nuevos fondos alcanzar recuperos de hasta el 100% de su acreencia original. Como alternativa final, se incluye la posibilidad de capitalizar la deuda en acciones de Vicentin, hasta un 30% del capital social.
El tiempo y la web
El primero de los oferentes que logre la mitad más una de las adhesiones, más dos tercios del capital, se quedará con Vicentin y se evitará así la quiebra de la agroexportadora.
Un factor clave en este proceso es el tiempo, ya que el juez concursal estableció como fecha límite para tomar una decisión el 31 de octubre de 2025. Asimismo, varias de las alternativas más beneficiosas cuentan con cupos máximos, por lo que quienes decidan primero tendrán más posibilidades de acceder a la opción deseada. El detalle completo de todas las opciones, junto con un simulador de escenarios, se encuentra disponible para consulta en el sitio web.
Grassi habilitó un simulador virtual donde pueden conocerse las distintas operaciones, y estimar las condiciones comerciales de los acreedores de Vicentin.
«En un país como la Argentina, donde operan las mayores agro-traders del mundo con posiciones consolidadas y muchos años de experiencia, el aporte de granos a la nueva Vicentin le permitirá competir en igualdad de condiciones. Ese respaldo de los acreedores se traduce en un hecho inédito: la posibilidad de recuperar, en algunos casos, hasta el 200% de los créditos (convertidos a dólares), monto que representa probablemente uno de los recuperos más importantes de la historia concursal argentina», expresaron desde Grassi S.A. en un comunicado de prensa.
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ECONOMIA
Oficializaron el programa que permitirá a comercios reducir el consumo energético a cambio de una bonificación

La Secretaría de Energía del Ministerio de Economía oficializó la creación del Programa de Gestión de Demanda de Energía, una iniciativa voluntaria, programada y remunerada que apunta a que los grandes usuarios del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y las distribuidoras participen activamente en la reducción de la demanda eléctrica en momentos críticos del sistema. La medida, firmada por la secretaria María Carmen Tettamanti y publicada este viernes en el Boletín Oficial, busca incentivar la eficiencia energética y mejorar la calidad del servicio en el Sistema Argentino de Interconexión (SADI).
La normativa permitirá a usuarios residenciales, comercios y grandes consumidores participar en un esquema para reducir el consumo de electricidad y aportar energía al sistema durante momentos de alta demanda, a cambio de una compensación económica. La medida, que ya había implementado previamente solo para grandes usuarios, apunta a mitigar los cortes de luz que suelen ocurrir en épocas de calor extremo, sobre todo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y el Litoral, cuando el consumo de aire acondicionado lleva la red al límite en horarios críticos.
De acuerdo con la resolución 379/2025, este sistema entrará en vigencia al día siguiente de su publicación y está dirigido a los Grandes Usuarios Mayores (GUMA), Grandes Usuarios Menores (GUME) y Grandes Usuarios de las Distribuidoras (GUDIS) del MEM, siempre que cuenten con una demanda de potencia superior a trescientos kilovatios (300 kW) y dispongan de sistemas de medición que permitan registrar el consumo horario.
Aquellos que adhieran voluntariamente y cumplan con los requisitos técnicos serán designados como Usuarios Adherentes (UA), y podrán presentar ofertas de reducción de carga, que serán evaluadas y aceptadas por el Organismo Encargado de Despacho (OED), según las necesidades del mercado.

En ese sentido, el Gobierno destacó que el Programa de Gestión de Demanda de Energía se implementa en el marco de la Ley N° 24.065 y sus normas reglamentarias, que establecen la protección de los derechos de los usuarios, la promoción de la competitividad y la eficiencia en el sector eléctrico, y la libertad de elección de los consumidores.
Según lo dispuesto, la Secretaría de Energía será la autoridad de aplicación y tendrá competencia exclusiva para fijar políticas energéticas a nivel nacional y regular el funcionamiento del MEM, especialmente en lo que respecta al comercio interprovincial de energía y la utilización de la infraestructura del SADI.
Uno de los fundamentos centrales de la medida es la necesidad de avanzar hacia una planificación energética que priorice la incorporación de tecnologías de medición inteligente y la gestión activa de la demanda, con el objetivo de evitar inversiones innecesarias en infraestructura y reducir los costos a largo plazo.
La resolución cita antecedentes internacionales, como los programas de eficiencia energética implementados en Estados Unidos y el Reino Unido, que demostraron resultados positivos en la reducción de la demanda y el ahorro de recursos.

En situaciones de falta de reserva en el MEM o en la red de distribución, los usuarios adherentes podrán comprometerse a disminuir su consumo en determinados períodos, recibiendo una remuneración por el servicio de reserva que presten al sistema.
Para aquellos usuarios que no cuenten con mediciones horarias disponibles en el Sistema de Medición Comercial (SMEC), las distribuidoras deberán informar los datos necesarios para el control y validación de los compromisos asumidos.
En cuanto a la estructura de costos, la resolución dispone que los gastos asociados al programa se asignarán a los costos de reserva del MEM. Además, las distribuidoras tendrán derecho a cobrar un cargo de gestión técnica de treinta dólares estadounidenses por megavatio/mes (USD 30/MW-mes) comprometido, que deberá ser abonado por los usuarios adherentes que participen a través de GUDI y GUME. Este cargo busca cubrir los costos administrativos y operativos vinculados a la gestión de la información y la coordinación con el OED.

La Secretaría de Energía remarca que la medida responde a la necesidad de ampliar el espectro de usuarios que pueden optar por transaccionar su abastecimiento en el MEM, independientemente de la jurisdicción en la que se encuentren, y de generar señales económicas que incentiven la eficiencia y la inversión en el sector.
El procedimiento operativo detallado para la implementación del programa se encuentra en el anexo publicado en la edición web del Boletín Oficial.
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