ECONOMIA
Cisnes negros rodean a Caputo: soja y petróleo se desploman, mientras Brasil y China devalúan y presionan al peso

Todo lo que jugaba a favor, ahora juega en contra del plan económico de Toto Caputo. Y todo lo que ya jugaba en contra, ahora se intensificó. En realidad, no puede decirse que sea una sorpresa, dado que lo que el mercado está viendo hoy -desplome de bonos, suba del riesgo país, suba de futuros, caída en precios agrícolas, baja del petróleo, devaluación brasileña, desvalorización de los yuanes de las reservas– había sido anticipado en innumerables análisis de expertos del mercado cuando Donald Trump ganó la elección.
Sin embargo, el gobierno argentino no sólo desestimaba que esta situación fuera a ocurrir sino que insinuaba que Argentina, gracias a la relación privilegiada entre Trump y Javier Milei, quedaría en el listado de los países beneficiados.
Los mercados venían desconfiando de que el esquema cambiario fuera sostenible, como lo demuestra el hecho de que a mediados de marzo el Banco Central comenzara a vender reservas -desde ese punto de inflexión lleva ventas netas por u$s1.819- y que, además, se disparase el riesgo país otra vez encima de 900 puntos.
El frustrado encuentro con Trump en Mar a Lago fue interpretado como una mala señal en el mercado, que ahora ya no sólo duda sobre si se podrá concretar el tratado comercial bilateral, sino que también subió la incertidumbre sobre qué tan fuerte será el compromiso de Estados Unidos para ayudar a Argentina en el directorio del Fondo Monetario Internacional.
Un mercado desconfiado
Caputo intentó enviar señales de confianza al mercado por diversas formas, ya sea con declaraciones propias sobre el refuerzo de las reservas, con explicaciones técnicas de funcionarios como Federico Furiase sobre el «ancla monetaria» o directamente con intervenciones en el mercado del dólar.
Pero los resultados fueron todos de cortísimo plazo. Apenas un día el BCRA pudo comprar dólares la semana pasada, por el desarme de posiciones típico de cada comienzo de mes. También fue de corto aliento el recorte de cotizaciones en el mercado de futuros, donde a una pequeña tregua -se presume que con fuerte intervención oficial- le siguió un fuerte rebote este lunes.
Así, los contratos para fin de abril, que había caído a $1.115, volvieron a $1.122. Esto implica que hay gente dispuesta a pagar un precio equivalente al de un salto devaluatorio de 3,4%. Y, a su vez, esto vuelve a poner presión para una suba en las tasas de los títulos en pesos, de forma de que sigan siendo más atractivos que la cobertura en dólares.
Mientras tanto, la brecha del «contado con liqui» respecto del tipo de cambio oficial subió a 26%. Lo cual sigue siendo bajo en términos históricos -un argumento que le gusta recordar a Caputo- pero que equivale a una luz amarilla cuando se compara con el 15% de hace apenas tres semanas y, sobre todo, teniendo en cuenta que las perspectivas no indican un aumento de la confianza en el esquema de crawling peg al 1% mensual.
¿Toto no la vio?
¿Puede acusarse al ministro de que «no la vio» mientras todo el mundo pronosticaba una crisis del mercado global? Hay señales contradictorias sobre este punto. Por un lado, puede esgrimir en su favor que el superávit fiscal estaba previsto para hacer como escudo de un shock externo.
Así lo expresó cuando en febrero, al producirse el primer pánico global por la cuestión arancelaria, Caputo alertó que eso alteraría su plan. Lo dijo explícitamente «Siempre contemplamos la posibilidad de que haya shocks externos, como el que estamos viendo en este momento. El mejor antídoto contra esto es garantizarles a los argentinos que este gobierno nunca se va a mover un centímetro del orden fiscal y monetario que llevamos adelante desde el día 1», afirmó.
Pero también es cierto que subestimó otras reacciones del mercado que hoy se están viendo claras. Por caso, no previó que entre las consecuencias de los anuncios de Trump estuviera la devaluación del real brasileño. Es más, pocos días antes se había permitido «cancherear» a sus críticos en las redes sociales porque ya no hablaban más sobre la preocupación por el real y su influencia nociva sobre la competitividad argentina.
Tenía sus motivos, claro: en apenas seis meses, la moneda brasileña se había recuperado, al punto de que el tipo de cambio había caído a 5,6 reales por dólar, después de haber tocado un pico de 6,2. Pero la frase de Caputo envejeció muy rápidamente: como efecto inmediato del discurso de Trump, el real se depreció a una nueva paridad de 5,9 por dólar, en un anticipo del dominó de devaluaciones que podría venir en los países cuyas exportaciones se vean afectadas.
Fue una de las peores noticias que Caputo pudo haber recibido, porque implica que el principal vecino y socio de Argentina pondrá más presión a los consabidos problemas de competitividad del peso.
Swap chino de doble filo
Y no fue el único plano en el que Caputo «no la vio». También se devaluó el yuan chino, lo cual impacta sobre Argentina de varias formas, todas negativas: abarata los productos chinos que compiten con fabricantes locales, presiona a la baja los precios de materias primas que importa China y, para colmo, impacta sobre las reservas.
Ocurre que el swap entre el Banco Central y su similar chino implica un equivalente a u$s18.000 millones, que se contabilizan dentro de las reservas brutas -esas que Caputo dijo que podrían subir hasta u$s50.000 millones tras la asistencia del FMI-. Lo cierto es que el lunes, por la desvalorización del yuan, las reservas argentinas sufrieron otra caída -debajo de la barrera psicológica de los u$s25.000 millones-.
Si no aparece un acuerdo entre China y EE.UU., la probabilidad de que las reservas argentinas sigan sufriendo se hace más alta, lo cual empeora la «foto» argentina ante el directorio del FMI y exacerba los nervios de los inversores.
El gobierno argentino está ahora ante un dilema: en la administración Trump insinuaron que la condición para que haya un acuerdo con Argentina es que Milei tome distancia de China, lo cual incluye dejar sin efecto el swap. Si prevalece en el BCRA la idea de que el yuan seguirá en su senda devaluatoria, la decisión de abandonarlo será un poco menos dolorosa, pero aun así nadie ve factible que un swap de ese volumen se pueda compensar en el corto plazo.
El mal cálculo de la soja
Hay otro tema en el que, a esta altura, ya se puede afirmar que Caputo erró en el cálculo -tanto económico como político-. Los productores agrícolas no reaccionaron como él esperaba ante la rebaja temporaria de retenciones a la exportación.
De hecho, no llegó a 2.000 millones la liquidación del campo en marzo, cuando por el volumen de soja guardado en los silobolsas el gobierno se había hecho ilusiones de poder ingresar u$s5.000 millones en el corto plazo.
Ya en abril, pleno trimestre dorado de exportación de la cosecha gruesa, volvieron a verse las clásicas imágenes de camiones en fila rumbo a los puertos circundantes a Rosario. Sin embargo, no abunda el optimismo sobre un volumen que pueda revertir la sangría de reservas.
Como ya había ocurrido en muchas ocasiones de la historia reciente, prevaleció la cautela de los productores, que prevén una devaluación. Los propios asesores del negocio agrícola admiten que la mayoría de sus clientes no ha seguido los consejos de vender para asegurarse el precio, algo que vienen predicando desde fines del año pasado.
El argumento que los consultores daban era que sería inevitable una caída en el precio de la soja y otros cultivos que exporta Argentina, por una mezcla de sobreproducción mundial y el «efecto Trump» que afectaría al comercio. No les faltaba razón: hubo un pico en el que la soja en Chicago tocó los u$s390, mientras que ahora cayó a u$s360.
Fue cuando se generó polémica por la recomendación del director de ARCA -ex AFIP-, Juan Pazo, quien les dijo a los directivos del Consejo Agroindustrial Argentino que lo mejor que podían hacer era vender su stock y aprovechar las tasas altas en pesos para hacer «carry trade».
La pulseada que viene
Pero los productores desestimaron todos los consejos, y hoy se encuentran con que el momento de la cosecha gruesa coincide con una baja en los precios internacionales y una devaluación china. Si se repite la historia reciente, es claro lo que ocurrirá: habrá una pulseada de los agricultores con Toto, hasta que se devalúe el peso o haya una oferta de un dólar sectorial más conveniente.
Y las desventuras del ministro no terminan allí: el petróleo, su gran carta bajo la manga para no quedarse sin dólares en el segundo semestre -sobre el cierre de la campaña electoral- también está en riesgo.
Este lunes, la cotización del barril WTI se desplomó a u$s60, después de haber tocado u$s78 a inicios de año. En ese momento, un optimista Caputo calculaba que las exportaciones de Vaca Muerta le dejarían un adicional neto de u$s8.000 millones en la balanza comercial. También esos números están poniéndose en revisión.
Por cierto, tampoco puede decirse que el efecto sobre el petróleo fuera sorpresivo. De hecho, había sido anticipado por partida doble: el propio Trump había hecho campaña con la promesa de bajar la nafta en el mercado doméstico e incrementar la producción petrolera. Y, por otra parte, el efecto arancelario que puede inducir a una recesión global también contribuye a esa caída en la cotización.
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ECONOMIA
Expertos advierten sobre los riesgos que pueden jaquear al plan Caputo

El ministro de Economía Luis Caputo aspira con el plan para fomentar el uso de los dólares guardados bajo el colchón a dinamizar la actividad económica, y estimó que en 2025 se podría crecer más del 6% y mantener ese ritmo en los próximos años, pero los analistas advierten que la apreciación cambiaria y la falta de acumulación de reservas en forma genuina implican riesgos.
La consultora Equilibra destacó que «el nivel de actividad económica alcanzó en febrero el pico previo de fines de 2017, trazando una recuperación en forma de V apuntalada por la recomposición del poder adquisitivo, la notable expansión del crédito bancario al sector privado y la reducción del impuesto inflacionario».
Pero esta trayectoria se frenó en seco durante marzo, cuando la actividad económica se contrajo 1,8% en la comparación mensual desestacionalizada, poniendo fin a una racha de diez meses consecutivos de recuperación por la incertidumbre respecto a la continuidad del régimen cambiario, previa al anuncio de la salida parcial del cepo y el esquema de bandas de flotación, una inflación que ese mes trepó a 3,7%, y los efectos de las inundaciones.
Actividad económica: ¿qué muestran los datos preliminares de abril?
Las primeras proyecciones de las consultoras privadas sobre la marcha de la actividad económica en abril son dispares.
De acuerdo a Orlando Ferreres, la actividad económica registró en abril un repunte en la serie desestacionalizada de 1,3% contra marzo, una suba de 5,6% interanual y en el primer cuatrimestre acumuló un repunte de 6,6%.
Según su relevamiento, 7 de 11 sectores crecieron contra abril del año pasado: Intermediación Financiera (29,8% a/a), Construcción (+7,4% a/a), Comercio (6,7% a/a) y Minas & Canteras (5,6% a/a) fueron los sectores más dinámicos que crecieron por encima de la actividad agregada; mientras que Agricultura & Ganadería (-5,2% a/a) presentó la mayor caída.
A su vez, el indicador adelantado de Eco Go refleja en abril una leve recomposición de la actividad económica en abril de 0,8% contra marzo.
En cambio, el anticipo que elabora la consultora Equilibra marca en abril una caída de 0,8% contra marzo, encadenando dos meses seguidos a la baja, y un alza de 3,5 por ciento interanual.
A su vez, un informe del Grupo SBS sostuvo que «los indicadores que monitoreamos presentan señales mixtas, aunque creemos que podría haber habido un rebote tras la caída de marzo».
«Nuestras series desestacionalizadas apuntaron para abril a subas en la recaudación de débitos y créditos, en la producción y ventas de autos, en despachos de cemento y en el Índice Construya. Además, el índice Líder de la Universidad Di Tella también mostró una suba a la vez que las importaciones devengadas también rebotaron. Por el lado negativo, cedieron la demanda de electricidad, ventas minoristas y producción de acero, siempre según nuestras series desestacionalizadas», explicó.
Pespectivas hacia adelante: los riesgos que pueden jaquear el plan de Luis Caputo
Hacia adelante, en un escenario en el que se prevé que la inflación desacelere y pueda perforar el 2% mensual, las perspectivas de los economistas es un sendero de crecimiento, pero un poco más débil y manteniendo disparidad entre los sectores.
En ese marco, las consultoras proyectan una expansión de la actividad económica un poco menos optimista que Caputo, de entre 4,5%y 5%, aunque afirman que la dinámica dependerá de varios factores, y algunos de ellos conllevan riesgos.
Pamela Morales Jourdan, analista de EconViews, señaló a iProfesional que «la actividad va a seguir floja en los próximos meses«.
«El crecimiento del crédito en pesos y las medidas orientadas a movilizar los ahorros bajo el colchón podrían aportar cierto impulso al consumo», pero «el proceso electoral, el tipo de cambio apreciado y el estancamiento de los salarios reales seguirán limitando el dinamismo«, fundamentó.
La analista sostuvo que «la apreciación perjudica a varios sectores, por lo que esperamos que la recuperación sea lenta, no creemos que sea del 6%, más bien esperamos para este año un incremento del PBI en torno del 4,6%, ayudado en gran parte por un arrastre estadístico del 4,1%».
Por su parte, Milagros Gismondi, economista de Cohen Aliados Financieros, planteó que «dentro de este nuevo esquema que muestra un tipo de cambio contenido, es un riesgo la apreciación cambiaria para la actividad económica, aunque probablemente sea más para fin de este año o principios de 2026″.
«Es un riesgo que todavía falta madurar, fundamentalmente porque aún quedan muchos sectores con algo de recorrido de crecimiento», alegó la economista en una charla virtual.
De todos modos, la especialista alertó que la apreciación cambiaria genera una presión mayor en el balance de servicios, fundamentalmente en turismo, que registra déficit, lo que a su vez impacta en las reservas.
Ese es uno de los riesgos que ve al plan económico en el marco del actual esquema: «Tenemos déficit cambiario de turismo que viene fuerte, y va a seguir siendo un dolor de cabeza y una demanda continua de dólares, y lo que vemos es que probablemente no se puedan acumular reservas via el MULC, y más con un Banco Central que no va a comprar divisas dentro de la banda sino que va a esperar a que llegue al piso».
En sintonía, el analista financiero Christian Buteler consideró que la razón principal que impulsó esta semana la suba del dólar oficial que el jueves se acercó a los $1.200 es que «el tipo de cambio está bajo, y un dólar barato genera mayor incentivo a comprar y menor a vender«.
«Hoy Argentina es más cara que París. Empiezan a crecer las importaciones, perdiste el 85% del superávit comercial del primer cuatrimestre contra igual periodo del año pasado. Salió abril, fue otro mes donde el turismo que sale subió un 30% y el que entra al país bajo un 4. La economía está dando muchas señales de que hay algo que no cierra, y eso es el que el tipo de cambio está barato para los costos actuales», recalcó.
En ese marco, el experto concordó que «la apreciación cambiaria es un riesgo porque ves que se reemplaza producción local por importaciones y eso termina afectando el nivel de empleo y, por lo tanto, el consumo y la recuperación de la actividad«.
El economista Federico Glustein también previno que «la apreciación cambiaría puede ser riesgosa porque pone en jaque en el mediano plazo la estabilidad cambiaría, suma importaciones y atenta contra la producción local y eso en paralelo podría hacer bajar el PBI».
De igual diagnóstico, Equilibra aseveró que «la apreciación cambiaria con reducción de aranceles a las importaciones, más ingreso de productos del extranjero a precios bajos desde países afectados por la guerra comercial (China) es un combo nocivo que condiciona la producción local que compiten con productos importados, y las exportaciones».
Por su parte, Christian Naud, analista de ACM afirmó que «uno de los efectos colaterales del proceso de estabilización llevado a cabo por el Gobierno ha sido la apreciación del tipo de cambio real, que, en combinación con la flexibilización de las restricciones a la importación de bienes finales, podría impactar negativamente sobre algunos sectores industriales».
No obstante, dijo que «esta misma dinámica permite un mayor acceso a bienes de capital importados, lo que, junto a las recientes desregulaciones y una menor carga impositiva, podría tener efectos positivos sobre la productividad y potenciar la actividad en adelante».
Otros riesgos para la actividad y el plan de Luis Caputo
Para Buteler, «el otro riesgo importante al plan económico es un BCRA que no compra reservas. Hubo desembolsos por u$s14.000 millones entre el FMI y otros organismos internacionales, y sin embargo el riesgo país sigue estando a los mismos niveles de principio de año».
«Y eso pasa porque el mercado quiere ver un BCRA que compre reservas en forma genuina para decir que esto no es todo producto de la deuda, que compre el BCRA o el Tesoro, y que la recomposición de reservas no siga dependiendo de agentes externos que te dan un crédito o un REPO, o que busques una operación financiera, sino que Argentina tenga reservas porque compra y se fortalece de forma sana», juzgó.
Y a su vez, bajar el riesgo país es clave para que Argentina vuelva a tener acceso al mercado financiero internacional para refinanciar los vencimientos de la deuda en dólares que son más abultados a partir de 2026.
A su vez, Gismondi advirtió que «el otro riesgo de este esquema es el consumo, porque ya el salario real en marzo mostró una caída, probablemente en abril también, y al sueldo le va a costar un poco más recuperar porque el Gobierno priorizando la desinflación no está homologando paritarias de más del 1% mensual entonces, al salario real le va a costar recuperar».
Equilibra también remarcó que «la incertidumbre cambiaria y la aceleración de la inflación (el IPC Nacional trepó a 3,25% mensual en promedio en marzo-abril) que redujo el poder adquisitivo de los salarios fueron los principales drivers del tropezón de la actividad en el segundo bimestre del año».
«En su afán por reducir el pass through de la corrección cambiaria del dólar oficial, el Ejecutivo no homologó paritarias superiores al 2% mensual en los últimos meses (el caso de bancarios y comercio son un claro ejemplo), por lo que no habría mejoras posibles del salario real hasta que la inflación perfore el 2% mensual», esgrimió.
En ese marco, consideró que «no se visualiza una recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores en el corto plazo y habrá que ver si en los meses previos a las elecciones legislativas el Ejecutivo deja de intervenir las paritarias, en post de apuntalar la recuperación del salario real a costa de algunas décimas más de inflación».
Por su parte, Naud consideró que «en cuanto a los riesgos del plan económico. Creemos que el más inmediato es la incertidumbre política, mucho más con elecciones legislativas a la vuelta de la esquina».
«La continuidad del programa económico dependerá, en buena medida, de la capacidad del oficialismo para consolidar su respaldo parlamentario y sostener la agenda de reformas que lo respalda. En este contexto, la evolución de las expectativas será clave para sostener la dinámica de recuperación en marcha», enfatizó.
¿La tercera será la vencida?
El grupo SBS dijo que hay «riesgos tanto domésticos, como deterioro en cuenta corriente cambiaria por apreciación del Tipo de Cambio Real, como exógenos -subas de tasas internacionales, precios de commodities a la baja, presión sobre monedas emergentes en contexto de guerra comercial global, con impacto sobre cuentas externas y dólar, que pudieran incrementar la volatilidad nominal y la incertidumbre, y deberán también seguirse de cerca dado el potencial impacto adverso».
Por su parte, Equilibra destacó: «No es la primera vez que la economía argentina se encuentra ante la oportunidad de iniciar un ciclo de crecimiento sostenido, pero tanto a principios de 2018 como a mediados de 2022, la economía chocó contra la restricción externa, cayendo nuevamente en terreno recesivo, ¿la tercera será la vencida?».
En ese sentido, la consultora afirmó que «la normalización del mercado cambiario es condición necesaria para apuntalar el crecimiento, ya que con cepo la actividad no pudo superar su techo, pero para que ello suceda, la demanda interna y el contexto internacional tienen que acompañar«.
«Las perspectivas de crecimiento también dependen del contexto internacional: la tensión se redujo respecto del Liberation day, pero el mundo se ha vuelto más complejo. Incluso suponiendo que la guerra comercial no se profundiza, el escenario internacional no es favorable para la Argentina. Es probable que la FED posponga la baja de tasas hasta saber cuál es el impacto sobre la inflación de la suba generalizada de aranceles a las importaciones y la volatilidad financiera persistiría elevada durante el año. La postergación de la baja de la tasa de referencia internacional sumado a una mayor incertidumbre, auguran financiamiento caro y escaso para países emergentes», evaluó.
En este contexto, remarcó que «los precios de las principales commodities de exportación de nuestro país se mantienen (agrícolas) o bajan (energía), y preocupa en particular la caída del precio internacional del crudo, que podría ralentizar el dinamismo de Vaca Muerta».
En Equilibra esperan «que este año el nivel de actividad se recupere del tropezón del cambio del esquema cambiario, pero no treparía mucho más allá del pico alcanzado en febrero, el PBI va a crecer en torno al 5% por el elevado arrastre estadístico positivo del 2024».
«La incógnita sobre el crecimiento genuino se develará el año que viene. Esperemos que finalmente se pueda romper la maldición de los años pares y que en 2026 estemos discutiendo cuando se alcanzará el pico del PIB per cápita de 2011», acotaron.
En sintonía, el grupo SBS dijo que hay «riesgos tanto domésticos, como deterioro en cuenta corriente cambiaria por apreciación del Tipo de Cambio Real, como exógenos -subas de tasas internacionales, precios de commodities a la baja, presión sobre monedas emergentes en contexto de guerra comercial global, con impacto sobre cuentas externas y dólar, que pudieran incrementar la volatilidad nominal y la incertidumbre, y deberán también seguirse de cerca dado el potencial impacto adverso».
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ECONOMIA
Junio, mes clave para inversores: con dólar más volátil, estas son las acciones y bonos que recomienda la City

Comienza junio, tras un mayo en el que el mercado bursátil dejó un saldo positivo y en el que el precio del dólar se mantuvo estable. El Merval tuvo en todo el mes pasado un rendimiento superior a la inflación y al movimiento del billete estadounidense, por lo que resultó una alternativa atractiva y ganadora.
Es que las acciones argentinas tuvieron subas que llegaron hasta alrededor del 30% en todo mayo, tras presentar balances positivos, que estuvieron en línea con las expectativas del mercado.
Por otro lado, en renta fija, muchos flujos migraron a posicionarse en bonos soberanos y Bopreales.
En esta línea, Argentina regresó al mercado internacional de deuda, donde colocó de manera exitosa el bono «Bonte 2030», recaudando unos 1.000 millones de dólares.
«El cierre de mayo deja un escenario donde el mercado apuesta por cierta continuidad macroeconómica: dólar estable, inflación en descenso y tasas positivas en pesos. Sin embargo, se mantiene la cautela«, resume Agustina Savoia, asesora financiera de Cocos Gold, a iProfesional.
Por lo tanto, sostiene que, en el corto plazo, los inversores miran de cerca tres ejes: el resultado de las licitaciones para captar capital extranjero, como el reciente bono para inversores del exterior. El segundo es la sostenibilidad de la disciplina fiscal en la previa electoral; y, finalmente, la evolución del flujo de dólares financieros, que es «clave para consolidar confianza».
En qué se recomienda invertir en junio
Los distintos analistas consultados por iProfesional, consideran que la renta fija tiene buenas oportunidades de inversión en este momento de estabilidad cambiaria y descenso de inflación.
«Para junio, creemos que sigue habiendo oportunidades en una mayor compresión de TIR de los títulos soberanos hard dólar, en la medida que el Gobierno no solo use el mecanismo de colocación de deuda, sino que se decida a comprar reservas dentro de la banda para fortalecer la posición financiera del Estado, tal como está previsto en el acuerdo con el FMI», sostiene Pablo Repetto, jefe de Research en Aurum, a este medio.
Al respecto, considera que la «inflación va a seguir cediendo y, en ese marco, los bonos y Letras en pesos deberían comprimir sus tasas un poco más, por lo que podría haber oportunidades de mejora en el corto plazo».
Desde la opinión de Nicolás Francisco Della Sala, analista de PPi, por el lado de la curva en pesos, ante una expectativa de compresión de riesgo país, espera tasas más bajas en la economía.
«Esto presenta oportunidades por el lado de los instrumentos a tasa fija y los bonos duales, que hoy en día se ubican en un 2,2% a 2,5% de tasa efectiva mensual (TEM)», afirma este experto.
También destaca Della Sala la «oportunidad» de tasa real positiva que presentan los bonos CER, cuyos «preferidos para el tramo corto son el Bono de la República Argentina al 30 de junio de 2026 (TZX26), y estirando duration debemos monitorear cómo quedará la curva luego de la negociación del nuevo Bonte, que acaba de emitir el Gobierno por u$s1.000 millones».
Así, para quienes priorizan cobertura inflacionaria, Savoia coincide que los bonos que ajustan por CER al 2026, u otros instrumentos ajustables por los precios de la economía, «siguen siendo una opción válida ante expectativas de inflación núcleo aún persistente».
Por el lado de Esteban Castro, economista y CEO de Inv.est, sigue recomendando, dada la estabilidad del tipo de cambio, a las inversiones en bonos atados a la tasa Badlar, como el bono de la Provincia de Buenos Aires a mayo de 2026 (PBY26), ya que «ofrece una tasa anual en pesos cercana al 40%».
En cuanto a los bonos en dólares, Savoia sigue recomendando a los títulos soberanos, como los globales al 2035 (GD35) y al 2041 (GD41), y al papel emitido al 2038 (AE38), ya que «permiten asegurar tasas elevadas y capturar upside ante una potencial compresión del riesgo país».
Al mismo tiempo, sostiene que se pueden sumar a las carteras algunas Obligaciones Negociables (ON), como las de Pampa Energía a diciembre de 2034 (MGCOD), Pan American Energy (PAE) a septiembre de 2029 (PN35D) e IRSA a octubre de 2029 (IRCOD), debido a que ofrecen cupones semestrales en dólares con riesgo corporativo moderado.
Acciones recomendadas para invertir
Por el lado de la renta variable, representado por las acciones líderes de las empresas, también se encuentran alternativas interesantes, sobre todo en el segmento energético, aunque los analistas advierten que este tipo de activos es para inversores expuestos al riesgo.
«Para perfiles más arriesgados, agrega que puede ser un ´buen momento´ para comprar Vista o YPF, en base a los avances en Vaca Muerta», detalla Castro.
Por su parte, Repetto coincide, debido a que continúa privilegiando el segmento energía, donde se queda con YPF, TGS, TGN, Central Puerto y Pampa Energía, que es «donde más vemos valor, dado el modelo que tiene en mente el Gobierno».
Finalmente, Sevoia sostiene que, para perfiles con mayor tolerancia al riesgo, la renta variable «sigue siendo una vía atractiva, sobre todo en acciones del sector energético, como YPF, Vista o Pampa, que continúan con fundamentos sólidos. Y también CEDEARs, como Google (GOOGL) o Nubank (NU), que permiten diversificar con exposición internacional».
En resumen, considera que junio es un mes para mantener una estrategia mixta, aprovechar el rendimiento en pesos en el corto plazo, dolarizar parte del portafolio con instrumentos de renta fija, y mantener una cuota de equity para capturar potencial de valorización.
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ECONOMIA
Trump aumenta del 25% al 50% los aranceles al acero y al aluminio

El presidente Donald Trump anunció que duplicará hasta el 50% los aranceles a la importación de acero. Luegonañadió que la suba también afectará al alumini
31/05/2025 – 10:23hs
El presidente de Estados Unidos Donald Trump anunció que duplicará hasta el 50% los aranceles a la importación de acero. Luego, en su red, Truth Social, agregó que la suba también afectará al aluminio y que los nuevos impuestos serán efectivos el próximo miércoles 4 de junio.
El presidente hizo ese anuncio al tiempo que está a punto de autorizar la venta de la centenaria empresa al grupo japonés Nippon Steel. «Hoy estamos aquí para celebrar un acuerdo trascendental que garantizará que esta histórica empresa estadounidense siga siendo estadounidense», indicó Trump a los trabajadores de U. S. Steel. Trump afirmó que esos impuestos del 50% sobre el acero importado «asegurarán aún más la industria siderúrgica en Estados Unidos».
El regalo de bienvenida de Trump a Nippon Steel es la suba de aranceles. «Creo que este grupo de personas que acaba de realizar estas inversiones ahora mismo está muy contento, porque eso significa que nadie podrá robarles su industria», indicó Trump. «Está al 25%, pueden sortear esa barrera, pero al 50% ya no podrán hacerlo», aseguró.
Trump impuso aranceles del 25% a la importación de acero y aluminio que entraron en vigor en marzo, de modo que la nueva medida supone duplicarlos. La Comisión Europa lamentó la decisión. «Esta decisión añade más incertidumbre a la economía mundial y aumenta los costos para los consumidores y las empresas a ambos lados del Atlántico», afirma la Comisión, que cree también que «socava los esfuerzos en curso para alcanzar una solución negociada».
También avisa de que «la UE está preparada a imponer contramedidas, incluso en respuesta a la última subida arancelaria estadounidense». Las que tenía previstas las suspendió para «crear un espacio» para el diálogo, pero la Comisión «está finalizando» las consultas sobre la ampliación de las contramedidas. «Si no se alcanza una solución mutuamente aceptable, tanto las medidas existentes como las adicionales de la UE entrarán automáticamente en vigor el 14 de julio, o antes si las circunstancias lo exigen», advierten.
La venta de U. S. Steel. bajo la mira
El sindicato United Steelworkers rechazó de forma sistemática la venta de la emblemática compañía estadounidense al grupo japonés. «Permitir la venta de U.S. Steel a Nippon, una empresa que ha infringido repetidamente las normas comerciales, será un desastre para los trabajadores siderúrgicos estadounidenses, nuestra seguridad nacional y el futuro de la industria manufacturera estadounidense», indicó en un comunicado tras conocerse los planes de Trump de autorizar la operación.
En otro comunicado de esta semana, el sindicato señalaba que el anuncio de Trump dejaba más preguntas que respuestas y desconfiaba de que el grupo siguiera siendo de propiedad estadounidense. «Nippon ha mantenido constantemente que solo invertiría en las instalaciones de U.S. Steel si fuera propietaria absoluta de la empresa. No hemos visto nada en las noticias de los últimos días que sugiera que Nippon haya cambiado de postura», señaló.
El presidente pretende comprar su apoyo con los aranceles. «Va a llegar mucho dinero», le dijo a los trabajadores. Trump aseguró que los trabajadores siderúrgicos de Estados Unidos recibirían pronto una bonificación de 5.000 dólares.
También le dijo a los empleados del metal que 2.200 millones de los 14.000 millones de dólares que Nippon Steel prometió invertir como parte del acuerdo se destinarían a aumentar la producción de acero en la propia planta en la que intervino. Trump afirmó que se emplearían 7.000 millones de dólares en modernizar las acerías, ampliar la extracción de mineral y construir nuevas instalaciones en Indiana, Minnesota, Alabama y Arkansas. «En Washington, estaré vigilando, y va a ser genial», aseguró Trump.
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