ECONOMIA
El BCRA compró u$s300 M, cifra récord en lo que va de enero: por qué alertan que se cortará la racha positiva
En la 21 rueda tras la devaluación, el Banco Central continuó recomponiendo las reservas al registrar un saldo neto comprador de u$s300 millones por su intervención en el mercado cambiario, la mayor compra diaria de este mes y la más alta desde el 28 de diciembre último.
De esta manera, la entidad monetaria acumuló en la semana compras netas por u$s805 millones, y suma desde la asunción de Javier Milei un saldo favorable de u$s4.333 millones, en un escenario de mayor oferta tras la devaluación y el dólar exportador que permite liquidar el 20% a través del CCL, y demanda restringida a los importadores por el nuevo esquema de pagos.
En ese sentido, esta fue la última semana de casi nulo acceso de los importadores al mercado libre de cambios. Y es que por la nueva normativa del BCRA, la mayoría de las importaciones concretadas desde el 13 de diciembre retomarán acceso al MULC a partir de la próxima semana.
A partir del 13 de enero la demanda se va a incrementar porque en esa fecha se cumplen los 30 días desde la comunicación del BCRA A7917 que estableció los nuevos cronogramas de pago para las nuevas importaciones oficializadas. En ese marco, los analistas prevén que en la segunda quincena del mes se desacelerará el ritmo de compras de la entidad monetaria.
Reservas: BCRA alarga racha compradora
El BCRA registró este viernes un saldo neto comprador de u$s300 millones por su intervención en el mercado cambiario oficial, lo que implica una aceleración en relación al resultado positivo de u$s177 millones de la víspera. Es el volumen diario más alto desde el 28 de diciembre.
De esta manera, la entidad monetaria extendió la racha compradora a 23 jornadas consecutivas. Con el saldo favorable de hoy, el BCRA acumula un resultado positivo de u$s4.300 millones desde la devaluación.
El BCRA acumula desde la asunción de Milei compras netas por u$s4.333 millones
El operador Gustavo Quintana, de Pr cambios, indicó que el volumen operado en el segmento de contado fue u$s 463,784 millones. Al respecto, Andrés Reschini, analista de F2 Soluciones Financieras, destacó que es «el día de mayor volumen desde el salto cambiario».
Así, la entidad monetaria acumula en lo que va de enero un saldo neto comprado u$s4.136 millones. En ese sentido, Quintana remarcó que «alcanza ya más del 50% de lo adquirido en diciembre 2023».
En cuanto a las perspectivas de cara a la segunda quincena del mes, Reschini estimó que, la semana entrante, «a partir del nuevo esquema de pagos, si no sube el volumen será más complicado mantener este nivel de compras para BCRA, sin dudas».
Nicolás Merino, operador de ABC Mercado de Cambios, también señaló que «se espera para la semana entrante una mayor demanda, dado que se cumplirán los 30 días de plazo para poder cursar pagos al exterior de mercaderías nacionalizadas a partir del 13 de diciembre de 2013″.
De igual diagnóstico, los analistas de Invertir en Bolsa (IEB) plantean que «no está claro cuándo puede llegar a durar este ciclo (de recomposición de reservas) dado que posiblemente la demanda de dólares por el lado de las importaciones aumente en las próximas semanas mientras que el atraso que se espera que sufra el dólar oficial -con una inflación que se prevé sea muy elevada en los próximos meses- disminuya los incentivos a liquidar exportaciones».
Reservas: ¿en cuánto cerraron la semana?
El stock de reservas brutas se ubicó el viernes en u$s23.976 millones, con lo cual subió u$s406 millones en relación a la jornada anterior, aunque en la semana muestra una caída de u$s143 mllones. Esta semana impactó un pago de bonos a acreedores de la reestructuración de la deuda que realizó el ex ministro de Economía Martín Guzmán.
Prevén que en la segunda quincena del mes se reduzca ritmo comprador del BCRA por más demanda de importadores
El anuncio del acuerdo con el FMI implica un alivio para las reservas porque el desembolso de u$s4.700 millones que permite cubrir los vencimientos de capital con el organismo hasta abril implica un puente hasta el ingreso del flujo de divisas de la cosecha gruesa.
El arreglo con el FMI estipula una meta de acumulación de reservas netas de u$s10.000 millones desde lo heredado el 10 de diciembre de 2023 hasta fin de 2024, con lo cual se incluyen u$s2.700 millones acumulados en las últimas tres semanas del año pasado. Para los economistas, la meta es «desafiante», y «difícil de cumplir aunque no imposible».
Un informe de PPI estimó que las reservas netas se encontraban negativas en «u$s11.262 millones al 10 de diciembre por lo que terminarían 2024 en alrededor de -u$s1.300 millones en caso de cumplirse lo propuesto».
«Dado que el flujo neto con el FMI es de -u$s2.000 millones en el año (entre pagos y desembolsos previstos de junio en adelante) y hay que pagar cupones de los Globales por alrededor de u$s3.000 millones en julio, el Gobierno deberá adquirir u$s15.000 millones en vez de u$s10.000 millones para cumplir la meta de reservas, lo que vemos muy desafiante que suceda«, pronosticaron.
ECONOMIA
Estos son los impuestos que pueden bajar, si Caputo mantiene el superávit
El 2025 será un año electoral en que el Gobierno jugará fuerte para trata de obtener una buena cantidad de diputados, con el fin de fortalecer el lado más vulnerable de La Libertad Avanza, su falta de peso en el Congreso para avanzar con iniciativas propias.
Una de las estrategias para lograr ese objetivo será mostrar que es capaz de bajar la inflación y mantenerla en un sendero del 1% mensual.
Con inflación controlada, ¿Luis Caputo cumplirá su promesa?
Y sostener ese éxito, a pesar de la mejora esperada de la actividad económica, del 5% para el 2025.
Con nula emisión monetaria, superávit fiscal y comercial, y acumulación de reservas, el equipo del ministro de Economía, Luis Caputo, considera posible cumplir el objetivo de aportar a la victoria de los representantes mileístas.
En el marco de esa estrategia, el Gobierno espera también impactar con una rebaja impositiva que se note en el aparato productivo y también en los bolsillos de los consumidores.
La gestión libertaria trabaja en una reforma tributaria, una de las promesas realizadas al Fondo Monetario Internacional que fue parte de la campaña con la que Milei ganó las elecciones en 2023.
En medio de las conversaciones informales por un nuevo acuerdo con el organismo multilateral, el equipo económico evalúa cambios para el sistema impositivo.
El objetivo es brindar al aparato productivo y los inversores de un contexto adecuado para volcar sus capitales a la Argentina, y crear empleo.
Con una menor carga fiscal sobre las transacciones financieras y las exportaciones, y el escenario de deuda despejado, cree que ya no quedarán excusas para no invertir en el país.
El Gobierno se queda sin fondos del impuesto PAIS
La meta no es fácil, ya que a fin de año quedará eliminado el impuesto PAIS, uno de los gravámenes que más recauda.
El Impuesto PAIS se implementó como una medida de emergencia en el contexto de restricciones cambiarias y se aplica a la compra de divisas extranjeras, servicios y bienes en el exterior, así como a la adquisición de servicios digitales provenientes del extranjero. Su objetivo principal fue mitigar la fuga de capitales y estabilizar las reservas.
El 25 de diciembre próximo dejará de aplicarse y eso genera un desafío enorme en materia de recaudación.
Es que, desde su implementación, el Impuesto PAIS fue ganando relevancia en la recaudación, especialmente en momentos de baja actividad económica. Esto se debe a que, en un escenario de estancamiento, el movimiento de divisas y el consumo de productos importados suelen ser más constantes que otros indicadores económicos internos.
Sin embargo, esta dependencia también ha generado debate sobre su impacto en la economía y en el poder adquisitivo de la población.
En octubre, por el impuesto PAIS se recaudaron unos $394.000 millones. Proyectado, esto sugiere que su eliminación obligará al Fisco a buscar ingresos extra por unos $5 millones anuales.
A pesar de semejante cifra, hay optimismo en el equipo económico en que la mejora de la actividad económica y una mejor ingeniería de recaudación que permita reducir la evasión, posibilitarán cubrir buena parte de esos fondos.
Milei considera clave eliminar el Impuesto PAIS porque impone una carga adicional a los ciudadanos y empresas, encareciendo los bienes y servicios adquiridos en el extranjero. Además, sostiene que la eliminación del impuesto podría incentivar el consumo y la inversión, promoviendo un entorno económico más dinámico y competitivo.
Pero expertos alertan que su eliminación podría alentar el gasto en el exterior, potencialmente afectando a la balanza de pagos y las reservas internacionales.
Sin embargo, el Gobierno considera que su desaparición aliviará el costo de vida para quienes dependen de bienes y servicios importados.
¿Qué impuestos pueden bajar con el superávit fiscal sostenido?
En este escenario, la administración mileísta apunta sus cañones a la reducción de otros gravámenes, como las retenciones, el impuesto al cheque y, en acuerdo con las provincias, la baja de las alícuotas de Ingresos Brutos.
Serían señales más que bienvenidas por un sector privado que le sigue apuntando a la excesiva carga tributaria de la Argentina como una de las asignaturas pendientes más importantes para corregir.
Retenciones
Las retenciones a las exportaciones han sido una herramienta clave para la política económica. Pensadas en principio para asegurar ingresos fiscales estables y moderar los precios internos, se transformaron en una fenomenal herramienta recaudatoria, sobre todo a partir del boom de los commodities, en especial la soja.
Milei piensa en su reducción, e incluso se lo ha prometido al sector agropecuario en distintas oportunidades. Considera que esta medida podría beneficiar significativamente al sector exportador, mejorar la competitividad y fomentar el crecimiento.
El Gobierno considera que eliminar las retenciones permitiría a los productores argentinos competir en igualdad de condiciones en el mercado internacional.
No solo aumentaría la rentabilidad del sector, sino que incentivaría la inversión y la modernización tecnológica.
Al mejorar la competitividad de las exportaciones argentinas, se esperaría un aumento en el volumen de exportaciones, lo cual podría traducirse en un crecimiento económico sostenido.
No obstante, la eliminación de las retenciones también plantea desafíos fiscales.
Los derechos de exportación recaudaron $575.606 millones en octubre último, con una suba nominal del 384%, mientras que los aranceles de importación dejaron $422.664 millones, con un incremento nominal del 173,1%.
Proyectados al año, los ingresos por impuestos a las ventas al exterior rondan los $7 billones anuales.
Dado que estas retenciones representan una fuente significativa de ingresos para el Estado, su eliminación podría crear un vacío en la recaudación tributaria a corto plazo.
Impuesto al cheque
El impuesto a los débitos y créditos bancarios fue creado por Domingo Cavallo durante la crisis a finales de los ‘90, y su capacidad de recaudación fue creciendo en forma exponencial, de tal forma que ningún gobierno lo quiso eliminar.
Se trata del gravamen más cuestionado por los sectores pequeños y medianos de la economía, que lo consideran «distorsivo».
Si bien en principio fue creado como una solución temporal para aumentar la recaudación, se mantuvo durante casi 25 años.
En octubre, este cuestionado gravamen recaudó $950 mil millones. Es decir, su potencial recaudatorio ronda los $12 billones anuales.
Este tributo grava todas las transacciones financieras realizadas a través de cuentas bancarias, lo que puede desincentivar el uso del sistema financiero y fomentar la economía informal. Además, afecta de manera desproporcionada a las pequeñas y medianas empresas, que dependen en gran medida de las transacciones bancarias para su operatividad diaria.
Milei ha señalado que la eliminación del impuesto al cheque es crucial para fomentar la actividad económica y reducir la carga tributaria sobre los contribuyentes.
Uno de sus objetivos es no coparticipar este impuesto, porque cree que de esa forma será más fácil aprobar su eliminación en el Congreso.
La reducción del impuesto al cheque podría incentivar una mayor utilización del sistema bancario y reducir la informalidad en las transacciones financieras.
Pero el Estado debería encontrar fuentes alternativas de ingresos para compensar la pérdida de recaudación, lo que podría implicar ajustes fiscales en otras áreas.
Según un informe de la fundación Libertad y Progreso, «se puede bajar impuestos en Argentina y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Para ello hay que bajar el gasto público transformando subsidios en trabajo privado productivo, también reduciendo la estructura del Estado y la burocracia. Esto último también reduce el costo privado de lidiar con la burocracia y por ende los precios».
El propio ministro Caputo dijo que «la Argentina tiene, a pesar del ajuste que hemos hecho, siete u ocho puntos de impuestos que no pueden estar». Considera que se debería empezar por retenciones, Débitos y Créditos (impuesto al cheque) y a nivel provincial Ingresos Brutos.
«Estos son los tres peores impuestos. En la medida que tengamos superávit fiscal, no tengan dudas, de que los vamos a ir eliminando», prometió.
El equipo liderado para diseñar una reforma tributaria está a cargo del secretario de Hacienda, Carlos Guberman, a quien secunda Claudia Balestrini en la Subsecretaría de Ingresos Públicos. Es dudoso que esa propuesta llegue al Congreso antes del 2025.
Pero avanzar con una reforma tributaria le permitiría al Gobierno exhibir otro logro ante el FMI, ya que en uno de los documentos presentados ante el organismo la Argentina se comprometió a eliminar y bajar impuestos para potenciar el desarrollo de los procesos productivos que lleva adelante la actividad privada y la exportación de bienes y servicios».
Presión fiscal: qué dice el informe de la UIA
Según un reporte elaborado por la Unión Industrial Argentina (UIA), en un estudio comparativo de 30 países que representan el 86% del PBI mundial, la Argentina se ubica en el puesto 10 entre los países con mayor presión fiscal. Si solo se tiene en consideración el sector formal, el país encabeza el ranking con casi 51 por ciento.
El 90% de los recursos nacionales provienen de Ganancias de sociedades, IVA, Débitos y Créditos y Bienes Personales. En las provincias Ingresos Brutos y Sellos representan el 84% de la recaudación. Las tasas de Seguridad e Higiene en los municipios tienen un peso del 34 por ciento.
Desde el sector privado se quejan de que muchas veces se cobran tasas, como las viales, y no se da una contraprestación.
Además, en la práctica, varias terminan siendo inconstitucionales porque se transforman en impuestos análogos, en general, al IVA, que es un impuesto nacional coparticipable y por ley, no pueden hacerlo. Con los aumentos que hubo en el último tiempo, es un coste relevante para las empresas».
A nivel provincial, el impuesto que más afecta a las compañías es Ingresos Brutos, que tiene un efecto ‘cascada’ al no permitir computar lo que se pagó como crédito en la etapa anterior, entonces se va acumulando. E incluso la peor situación es cuando los precios suben más por la aplicación del impuesto que lo que se recauda por él. Perjudica principalmente a las pymes.
De acuerdo con KPMG Argentina, Ingresos Brutos es el gravamen más nocivo y uno de los que mayor impacto tiene en precios.
Hay un 20% de compañías que prefieren, en determinadas provincias, no vender, evitando pasar por su incidencia impositiva. Las que más mencionan son Tucumán y Misiones.
El director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, Nadin Argañaraz, dijo que si el Gobierno quiere avanzar en una baja de impuestos provinciales o tasas municipales, necesita un acuerdo fiscal.
En el Pacto de Mayo firmado por 18 gobernadores, se llamaba a una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio. Pero el Consejo que se pretendía conformar para debatir esta y otras cuestiones ni siquiera se ha definido.
En este escenario, todos los tributaritas coinciden en que el gravamen más distorsivo es de débitos y créditos bancarios.
A todos estos tributos se suma Impuestos Internos, que se aplican por ejemplo al tabaco, bebidas alcohólicas, vehículos y seguros, entre otros.
El ministro de Desregulación y Transformacion del Estado, Federico Sturzenegger, dijo que antes que bajar impuestos la clave está en reducir el gasto público.
Según el ranking del International Institute for Management Development, la Argentina ocupa el puesto 66 de 67 países, en competitividad. Está casi última.
La UIA advierte que esto está a contramano de los objetivos estratégicos para recuperar la dinámica del crecimiento y de la inserción exportadora.
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