ECONOMIA
Milei post Davos: eufórico por la repercusión global, apuesta al apoyo del Congreso y enfrenta el paro de la CGT
La reproducción de la frase «Viva la libertad, carajo», pronunciada en varios idiomas, ya sea por traductores o por programas de inteligencia artificial, fue uno de los mayores orgullos de Javier Milei luego de su presentación en el Foro Económico Mundial de Davos.
El presidente dedicó las dos jornadas posteriores a su discurso, a revisar personalmente las repercusiones en las redes sociales y retuitear todo mensaje o comentario elogioso que le pareciera relevante. Eso incluyó a figuras políticas de pimera línea como el ex presidente estadounidense Donald Trump, a empresarios celebrities como Elon Musk, a comentaristas mediáticos de línea liberal de todo el mundo y a académicos que predican el ideario de la escuela económica austríaca.
Pero a Milei no sólo lo enorgullecieron los elogios: también destacó la creciente cantidad de visualizaciones que tuvo su discurso y la cantidad de «me gusta» que recogió su exposición. No lo mencionó explícitamente, pero quedó claro que le daba satisfacción el hecho de que su discurso haya multiplicado más de 40 veces la cantidad de vistas que las que tuvo, por caso, el presidente español Pedro Sánchez, que habló el mismo día en Davos.
El hecho de que Milei haya dado tanta importancia a destacar la repercusión internacional de su discurso, al punto de que esa actividad se convirtió en su principal ocupación durante dos días, deja en claro cuál era el objetivo que había ido a buscar al célebre foro que se realiza en Suiza: transformarse en un referente internacional del «libertarianismo» y, además, obtener una legitimación de sus propuestas en el frente interno.
Es una situación que lo confirma en que tomó la decisión correcta cuando decidió hacer un discurso doctrinario en defensa de los principios libertarios, en vez de recitar la clásica exposición de reformas políticas de su programa de gobierno y enumerar las oportunidades de inversión que ofrece el país, como suelen hacer todos los presidentes recién asumidos en su cargo que son invitados a exponer ante la crema del empresariado mundial.
Efecto Davos: Milei aprovechó el debate global
En realidad, el mérito de Milei fue haber leído correctamente el humor de la opinión pública internacional, donde se percibe un creciente rechazo a las «élites globalistas» -de las cuales el Davos es uno de sus máximos símbolos- y de la controversia que generan iniciativas como la «Agenda 2030» propuesta por la ONU en 2019 y el «Gran Reseteo» presentado en el propio Foro Económico Mundial tras la pandemia.
La tapa de The Economist no alude al cabello de Milei sino al de Trump, pero advierte el regreso de la Derecha, incluyendo el título «Javier Milei contra la casta»
La sospecha que se ha difundido en medios de comunicación -en particular, en aquellos más vinculados a partidos de derecha- es que esas iniciativas esconden, detrás de un enunciado aparentemente bienintencionado, el deseo de establecer un nuevo orden mundial, por parte de una élite que quiere disminuir los márgenes de autonomía nacional y libertad individual.
Desde las grandes empresas farmacéuticas hasta las organizaciones ambientalistas, pasando por el fundador de Microsoft, Bill Gates -un habitué de Davos-, hay una larga lista de sectores que han sido acusados de esconder, detrás de sus propuestas para mejorar al sistema, una verdadera dictadura tecnológica dirigida por una élite global.
Entre los temas preferidos por el Foro Económico Mundial y similares figura la acción contra el cambio climático, la regulación sobe la industria alimenticia, la defensa de cupos de diversidad en los ámbitos laboral y político. Y, en general, se reconocen tintes «neo keynesianos» en sus recomendaciones económicas.
El propio Milei se había referido al tema en tono crítico durante la campaña electoral: «No vamos a adherir a la Agenda 2030. Nosotros no adherimos al marxismo cultural», había dicho en el debate de candidatos. Y, sobre el punto específico de las políticas ambientales, sostuvo que «las políticas que culpan al ser humano del cambio climático son falsas y sólo buscan recaudar fondos».
Un «appeal» libertario para los inversores
Milei intuyó que el debate global actual, donde se escuchan reacciones furibundas contra las burocracias supranacionales como la Unión Europea, y en el que la academia ha sido ganada por el ideario «progresista», le ofrecía una oportunidad de que su discurso tuviera una amplia resonancia y no se interpretara apenas en clave argentina o latinoamericana sino universal.
Lo ayudaba el hecho de que, enfrente suyo, como anfitrión del evento, se ubicaba Klaus Schwab, el millonario alemán que fundó el Foro Económico Mundial y que en los últimos tiempos ha combatido públicamente las posturas «libertarias», a las que definió como una revolución anti-sistema que «pretende destruir todo lo que implique una influencia de los gobiernos en las vidas privadas de la gente».
Ese libertarianismo que combate Schwab fue el que quiso defender Milei, que llegaba precedido por una intensa curiosidad mediática por la condición de «anarco capitalista» con la que se autodefine el nuevo presidente argentino.
Milei sabía que iba a generar controversia, como había dejado en claro en el avión, cuando dijo que su propósito era «plantar las ideas de la libertad en un foro que está contaminado de la agenda socialista 2030 y que lo único que va a traer es miseria al mundo».
Las principales directivas del FMI le pidieron una selfie a Milei tras su discurso en contra de la «casta» global.
Lo cierto es que llamarles «socialistas» a la cara a funcionarios de organismos como el Fondo Monetario Internacional y a empresarios e inversores de talla mundial podía parecer una estrategia arriesgada.
Sin embargo, las primeras reacciones han sido positivas. Las máximas directivas del FMI, Kristalina Georgieva y Gita Gopinath, a quienes se vio en una actitud extrañamente «cholula» al pedirle selfies a Milei, se mostraron abiertas a considerar un nuevo programa que implique fondos frescos para el país.
Y, en cuanto a los inversores, el ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó: «Nunca vi tanto interés de empresas para invertir en la economía real. Todos asombrados con los cambios y la mayoría preguntándose si la política lo va a acompañar. El magnetismo que genera Milei no lo he visto nunca, ni siquiera con Menem».
En mensaje del gobierno es claro: al posicionar a Milei como nuevo referente global de los principios libertarios, se genera muchas más oportunidades de inversión que si se enumeran las bondades de Vaca Muerta o los yacimientos de litio, porque el verdadero interrogante que Argentina genera en el mundo no es si ofrece negocios rentables sino si respetará los contratos. Y tras el discurso de Milei en defensa de los emprendedores, a quienes calificó como «héroes», terminó de despejar las dudas al respecto.
Un refuerzo para enfrentar el paro de la CGT
Pero la euforia de Milei y su equipo no se limita a la repercusión internacional, sino también a la forma en que se interpretan estos apoyos en el ámbito doméstico. Al mismo tiempo que Milei hablaba en Davos, aquí el Congreso avanzaba en la negociación sobre la «ley ómnibus» mientras los sindicatos acumulaban apoyos para su primer paro general del miércoles 24.
El esmero que el gobierno puso en comunicar la repercusión internacional de Milei implicaba también un mensaje tácito: que cualquiera que en Argentina se oponga a sus políticas está entorpeciendo el progreso económico y defendiendo derechos de élites privilegiadas.
Es un mensaje que aplica tanto a la oposición política -como dejó en claro el ministro Caputo, la duda de los inversores es si Milei contará con apoyo a su programa desregulador-, como a los sindicatos.
En el Gobierno creen que la repercusión internacional de Davos mejorará las chances de Milei para hacer frente a las protestas internas.
Desde ese punto de vista, la convocatoria a un paro general cuando apenas transcurrió un mes y medio de la asunción es algo que en el equipo del presidente consideran que hasta podría jugar a favor. Las encuestas siguen demostrando que la dirigencia sindical tiene alto grado de rechazo, mientras las políticas propuestas por el presidente cuentan con un nivel relativamente alto de apoyo.
En definitiva, lo que viene es una disputa por la opinión pública, y Milei cree que su pasaje por Davos le aporta una pátina de prestigio y legitimidad con la que enfrentar la crítica interna.
No es, por cierto, una estrategia política nueva. Está el ejemplo reciente de la convocatoria a Plaza de Mayo en 2017, por parte de los partidarios de Mauricio Macri, que se congregaron para dar su apoyo al programa reformista.
Aquella era una respuesta a una serie de manifestaciones del kirchnerismo y los sindicatos, en las que se pedía la renuncia del entonces presidente y se exhibían cartones con forma de helicópteros. Aquella manifestación, organizada desde las redes sociales, sorprendió por su convocatoria y cambió el eje de la discusión política.
A su vez, esa manifestación de apoyo se había inspirado en otra ocurrida muchos años antes, al inicio de la gestión de Carlos Menem. Era la era de la TV y la principal figura convocante fue Bernardo Neustadt, que pidió una «Plaza del Sí» para apoyar al presidente en contra de quienes se oponían a la modernización.
También en ese caso la manifestación fue impactante y torció el humor de la opinión pública en favor del programa reformista de Menem.
Acaso con esos antecedentes en mente es que tanto Cristina Kirchner como Sergio Massa hayan opinado que la CGT se apresuró a convocar un paro justo cuando Milei está en un nivel alto de popularidad y la gente sigue atribuyendo la responsabilidad de la inflación al saliente gobierno peronista.
De momento, Milei no ha considerado la necesidad de convocar una «Plaza del Sí» para apoyar su propia gestión. Pero el espaldarazo que significó Davos le permite reforzar su discurso de pelea contra «la casta». De hecho, su otro gran logro internacional es que esa expresión haya llegado a las tapas de los principales medios del mundo.
ECONOMIA
En tiempo real: El BCE baja los tipos un 0,25% Por Investing.com
Investing.com – Lo tenía descontado el mercado al 100%. Y así ha sido. El Banco Central Europeo (BCE) ha bajado los de referencia en su reunión de este jueves, y lo ha hecho en 25 puntos básicos (0,25%).
Ahora, la atención se centra en Christine Lagarde, presidenta del organismo, y su prevista para las 14:45 hora española.
Les recordamos que Investing.com les ofrecerá la rueda de prensa en directo.
«Se espera que el BCE, dada la debilidad que está mostrando en los últimos meses la economía de la Eurozona, continúe bajando sus tasas durante sus próximas reuniones de política monetaria, hasta situar la de depósito en el 2,0% en junio y en el 1,5% en septiembre, posiblemente, en este último caso, por debajo de su nivel neutral, en el que los tipos oficiales, en teoría, ni lastran ni impulsan el crecimiento económico», explican en Link Securities.
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