“Reconquista”. Fue el término más utilizado por los líderes europeos de la derecha que integran en el Europarlamento el partido Patriotas y que se reúnen este fin de semana en Madrid.

En alusión a aquellas cruzadas en las que durante ocho siglos los reinos cristianos se lanzaron a recuperar el territorio español en poder de los musulmanes, este sábado la extrema derecha europea coincidió en que tiene una misión: “reconquistar” Europa.

Exaltados por el envión que le dio el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y con el líder de Vox, Santiago Abascal, como anfitrión, la francesa Marine Le Pen, el húngaro Viktor Orban, el italiano Matteo Salvini y el resto de sus socios europeos se arengaron mutuamente.

“Hagamos Europa grande otra vez”, fue el lema de la cumbre a la que asistieron, además, lideres de derecha de Holanda, Portugal, Polonia, Grecia y República Checa, entre otros países.

Patriotas es el tercer partido en el Parlamento Europeo desde donde sus miembros critican las políticas propuestas por la comisión que dirige Ursula von der Layen.

A menos de seis kilómetros del aeropuerto de Barajas, en el auditorio de la sede más grande de la cadena de hoteles Marriott, los patriotas europeos convocaron a casi dos mil personas que aplaudieron cada intervención.

Como dueño de casa y actual presidente de Patriotas, Abascal disparó contra sus adversarios políticos en España: “(El jefe del gobierno, Pedro) Sánchez, con Maduro y con Hamas; (el presidente del PP, Alberto Núñez) Feijóo con Von der Layen; nosotros, junto a todos vosotros, con el futuro de Europa y con el futuro del mundo”, se posicionó.

Y halagó a Trump. “Hemos encontrado un compañero de armas en la batalla por el bien, la verdad y la belleza -dijo Abascal-. Son otros los que son lacayos de Bruselas. No somos nosotros. Porque somos patriotas. Y nos alegramos de poder tener a Donald Trump al lado”.

Abascal tuvo palabras de agradecimiento también para el argentino Javier Milei, quien envió un mensaje por video. “Gracias a nuestro querido Javier Milei, que es un ejemplo en su defensa de la libertad, en su oposición a la agenda 30, al globalismo y a todos los lobbies que quieren destruir la inocencia de los niños”, añadió el líder de Vox y presidente de Patriotas.

“Santiago yo te entiendo y estoy contigo. ¡Viva la reconquista!”, dijo a su turno el primer ministro húngaro, Viktor Orban.

“Nosotros llevamos 15 años construyendo una Hungría libre, conservadora y cristiana. Hungría es hoy el laboratorio de la política conservadora”, se jactó su primer ministro.

“Nuestro país no despierta interés ni por tu tamaño ni por su ejército. Hungría interesa y cobra atención por la política que está llevando a cabo”, dijo Orban.

“Nos hemos defendido de la inmigración -agregó-. Ningún inmigrante ilegal puede entrar a Europa a través de nosotros. El cruzar la frontera sin permiso es un delito en mi país».

“El número de los inmigrantes en Hungría es cero”, subrayó y recogió aplausos de la platea.

Y enumeró decisiones de las que está orgulloso: “Prohibimos la propaganda de género en la escuelas. Hemos introducido en la Constitución que los poderes del Estado tienen la obligación de defender la cultura cristiana. La madre es una mujer, el padre es un hombre”, dijo, descartando cualquier otra alternativa familiar.

“Por culpa de Bruselas la economía europea se está hundiendo -sentenció Orban-. Por culpa de Bruselas, se está destinando nuestro dinero a Ucrania a una guerra sin esperanza”.

Para Marine Le Pen, ex presidenta de Agrupación Nacional y diputada de la Asamblea francesa, “la Unión Europea es una bomba que funciona a la inversa”.

“Desalienta la soberanía de nuestros Estados para institucionalizar la impotencia, las fuerzas creativas de nuestros pueblos para imponer a todos una estandarización estúpida y, sobre todo, infértil”, aseguró la líder de la ultraderecha francesa.

“La Unión Europea no hace política, hace moralidad. No tiene visión para el futuro. Sólo tiene buenos sentimientos inmediatos”, sentenció Le Pen.

Y no se privó de elogiar al nuevo presidente estadounidense. “Nos enfrentamos a un cambio global que está arrasando a Estados Unidos, estancado durante demasiado tiempo en una corrección política insoportable y esterilizante -dijo Le Pen-. Ya hay enlaces. ¿Somos globalistas obligatoriamente con la administración Trump, ya sea en América del Sur como Argentina o El Salvador, como en muchos países del mundo, y particularmente en las regiones en conflicto? Todos entienden que algo ha cambiado”.

“La comisión guiada de Ursula von der Leyen sigue cometiendo errores sin asumir la culpa. Es hora de dejar de financiar a organismos supranacionales”, opinó el italiano Matteo Salvini, líder de la Lega.

Y se refirió a la Organización Mundial de la Salud (OMS), institución que Estados Unidos y Argentina ya anunciaron que abandonarán.

Según Salvini, la OMS “defiende los intereses de las multinacionales y no de los ciudadanos”.

Y criticó a la Corte Penal Internacional: “Pone al mismo nivel a los terroristas de Hamas y a un primer ministro democráticamente elegido como Bibi Natanyahu (premier de Israel)”, dijo el italiano.

“Nos han llamado fascistas, nazis y cambiaron las reglas de juego para cancelarnos, pero estamos todavía aquí más fuertes que nunca”, agregó.

“Europa no es la jaula que construyeron en Bruselas. El burka (el traje femenino que usan las mujeres afganas) no es Europa, la ideología de género no es e Europa, el terror y la violencia islámica no son Europa”, enumeró.

Y sumó una apelación al Partido Popular europeo: “Ustedes deben elegir entre un pasado desastroso y un futuro de cambio, entre el pasado de (el empresario George) Soros y el futuro de Elon Musk. Deben dejar de colaborar con los socialistas en Bruselas y en tantos países europeos”.

El viernes por la noche, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, estuvo cenando unas tapas en el Mercado San Miguel, una parada indispensable para los turistas que pasan por Madrid.

Al ser reconocido, un hombre lo alentó a “seguir haciendo lo que está haciendo”. “Lo intento”, respondió Orban. “Pero primero tengo que sobrevivir. Porque disparan por todos lados”, ironizó el húngaro.

“La gente quería al ‘ogro de Bruselas’”, definió la escena Santiago Abascal.

“No sé si sabes, querido Viktor, que Pedro Sánchez no puede ir al Mercado de San Miguel. En realidad no puede ir ningún mercado, a ninguna calle, a ningún barrio porque los españoles lo detestan, están hartos de su corrupción”, gritó Abascal.

“Sánchez está más cerca de ir a la cárcel”, fue lo que dijo el líder del partido portugués Chega, André Ventura: “Está más cerca de ir a la cárcel por su gobierno corrupto”, aseguró.

Como cada acto organizado por Vox, la cumbre finalizó con el himno español y los oradores aplaudiendo sobre el escenario. Entre el público, unos pocos se percataron del episodio que protagonizó una activista del grupo Femen que irrumpió en el hall del hotel donde se celebraba el encuentro.

Con el torso desnudo -marca registrada de la protestas de la agrupación feminista-, y repitiendo: “¡Al fascismo, ni un paso más!”, varios hombres la levantaron de los brazos y de las piernas y la retiraron del lugar.