El Papa Francisco lanzó este martes una contundente reprimenda al gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por su programa de deportación masiva de migrantes, y advirtió que la iniciativa para expulsar a personas únicamente en base a su estatus las priva de su dignidad inherente y “terminará mal”.
El pontífice dio el extraordinario paso de abordar la represión migratoria de Estados Unidos en una carta dirigida a los obispos del país, quienes han criticado las expulsiones alegando que perjudican a los más vulnerables.
El argentino, que es el primer Papa latinoamericano de la historia, ha hecho de la atención a los migrantes una prioridad de su papado, exigiendo a los países que acojan, protejan, promuevan e integren a aquellos que huyen de conflictos, de la pobreza y de desastres climáticos. Francisco también afirmó que espera que los gobiernos hagan todo lo posible dentro de los límites de sus capacidades.
En la carta, Jorge Bergoglio afirma que los países tienen derecho de defenderse y a mantener a sus comunidades a salvo de delincuentes, como argumenta Trump. Pero con sus declaraciones pareció advertir que no todos los inmigrantes sin papeles son criminales.
Un avión con migrantes venezolanos deportados de Estados Unidos aterriza este lunes en el Aeropuerto de Maiquetia, Venezuela. Foto: XINHUA
“Dicho esto, el acto de deportar a personas que en muchos casos han dejado su propia tierra por razones de extrema pobreza, inseguridad, explotación, persecución o grave deterioro del medio ambiente, daña la dignidad de muchos hombres y mujeres, y de familias enteras, y los sitúa en un estado de especial vulnerabilidad y desamparo”, escribió.
Citando los relatos bíblicos de emigración, el pueblo de Israel, el Libro del Éxodo y la propia experiencia de Jesucristo, Francisco reafirmó el derecho de las personas a buscar refugio y seguridad en otros lugares y se mostró preocupado por lo que está sucediendo en Estados Unidos.
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Desacuerdo
“He seguido de cerca la gran crisis que está teniendo lugar en Estados Unidos con el inicio de un programa de deportaciones masivas”, señaló el pontífice. “La conciencia bien formada no puede dejar de emitir un juicio crítico y expresar su desacuerdo con cualquier medida que, tácita o explícitamente, identifique la situación irregular de algunos migrantes con la criminalidad”, agregó.
Una cosa es desarrollar una política para regular la migración legalmente, pero expulsar a las personas únicamente por su estatus es otra, escribió el Papa.
“Lo que se construye sobre la base de la fuerza, y no sobre la verdad de que la dignidad es igual para todos los seres humanos, comienza mal y terminará mal”, apuntó.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo la semana pasada que más de 8.000 personas habían sido arrestadas en acciones de control migratorio desde que Trump asumió la presidencia el 20 de enero. Algunos han sido deportados, otros están detenidos en prisiones federales y otros están retenidos en la Base Naval de la Bahía de Guantánamo, en Cuba.
El ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, renunció el martes a su cargo de manera “irrevocable” en medio de la reorganización ministerial que está impulsando el presidente Gustavo Petro luego de que quedaran al descubierto las tensiones internas en el gobierno en una inédita reunión televisada.
La dimisión fue informada en la red social X por el Ministerio de Defensa en un breve comunicado de prensa en el que no se detallaron las razones de su decisión.
Velásquez era el único ministro que se había mantenido en su cargo desde que Petro asumió en agosto de 2022 como el primer presidente de izquierda en gobernar Colombia. Había resistido al menos tres remezones ministeriales y tenía a su cargo la política de seguridad, clave en un país donde persisten los grupos armados ilegales.
El ministro de Defensa que dimitió tiene una larga trayectoria en la investigación de corrupción y estructuras criminales y presidió la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala.
Su salida se da luego de que Petro pidiera el domingo a todos sus ministros y jefes de departamentos la renuncia protocolar para ajustar, según dijo, y lograr un mayor cumplimiento de su plan de gobierno. Sin embargo, antes de que pidiera la renuncia habían dimitido dos de sus altos funcionarios inconformes por las tensiones internas.
Gustavo Petro con su ahora ex ministro de Defensa, Ivan Velásquez, en una imagen de 2024. Foto: AP
Así como Velásquez, renunciaron dos ministras de la entraña del proyecto político progresista de Petro: las ministras de Ambiente, Susana Muhamad, y de Trabajo, Gloria Ramírez, del partido Comunista.
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El trasfondo de la crisis
Ambas manifestaron en sus cartas de renuncia o entrevistas a medios locales que estaban inconformes del rumbo que estaba tomando el gobierno. Muhamad fue explícita en decir que su salida se debe al nombramiento de Armando Benedetti como jefe de despacho presidencial.
Benedetti, quien fue la mano derecha de Petro en la campaña presidencial de 2022, ha sido cuestionado por un presunto caso de violencia de género y audios filtrados que señalan supuestas irregularidades en la campaña electoral con la que Petro llegó al poder. También fue acusado por presunto tráfico de influencias por la Corte Suprema de Justicia en una investigación relacionada con su supuesta intervención indebida en procesos de contratación en un fondo estatal.
El funcionario ha negado los cuestionamientos y también el delito de corrupción. Mientras que Petro lo defendió públicamente asegurando que todos merecen una segunda oportunidad.
La tensión queda al descubierto cuando Petro atraviesa el último tramo de su mandato, que debe terminar por ley en 2026, con el gran desafío de dejar un legado que le permita a la izquierda continuar en el poder.
Sucede también cuando lucha por lograr que sus ambiciosas reformas sociales al sistema de salud y de trabajo sean aprobadas por un esquivo Congreso en el que no goza de las mayorías.
Para Petro, el remezón ministerial tiene de fondo las salidas de quienes tienen aspiraciones para el próximo año de elecciones legislativas y presidenciales, que considera incompatibles con su desempeño en el gobierno.
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“Está todo listo, no hay de qué preocuparse, no va a ser tampoco un gran cambio de ministerios, muchos van a permanecer”, dijo Petro el martes a la prensa desde Emiratos Árabes. “Lo que hacemos es quitar las personas que tengan aspiraciones electorales, no es sano que se combinen… ya queremos separar esas aguas”, explicó.