Daniel Noboa, el presidente más joven de Latinoamérica y de la historia democrática de Ecuador, busca a sus 37 años ser reelegido para un mandato completo (2025-2029), tras catorce meses de Gobierno marcados por la «mano dura» contra el crimen organizado y por acciones polémicas e impredecibles para sus adversarios, que denuncian una «actitud dictatorial».
Con 35 años dio la sorpresa al ganar las elecciones extraordinarias de 2023 y asumir un país líder en índice de homicidios en Latinoamérica y con un déficit fiscal de casi 5.000 millones de dólares. Sin dudar, declaró una «guerra» al crimen organizado, que se ha visto empañada en materia de derechos humanos, e implantó reformas económicas impopulares para equilibrar las cuentas públicas.
No le tembló el pulso para tomar decisiones incluso a veces fuera de la ley, según ha dictaminado la Corte Constitucional en varias controversias, como promulgar irregularmente por decreto una norma que le había negado previamente la Asamblea Nacional (Parlamento).
Así, en abril pasado ordenó el asalto policial a la Embajada de México para detener al exvicepresidente correísta Jorge Glas, que había recibido asilo diplomático al declararse perseguido político por las condenas y procesos por corrupción que acumula desde 2017 en Ecuador.
Ello llevó a una grave crisis con México, cuyo Gobierno pidió sin éxito que le entregaran a Glas, actualmente en prisión para cumplir una pena pendiente de cárcel.
Lejos de hacer algo por aflojar la tensión, Noboa recientemente anunció que impondrá aranceles del 27 % a México.
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Otro episodio polémico es su particular enfrentamiento con su vicepresidenta Verónica Abad, quien lo ha acusado de acoso para forzarla a dimitir. Abad y el Gobierno se han contrademandado por presunta violencia política de género, lo que puede ser castigado hasta con la destitución del cargo.
El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, mostrando su papeleta electoral, en un colegio electoral de Olón, en la provincia de Santa Elena, Ecuador. Foto Xinhua
Un «pésimo enemigo»
En su pulso con Abad, Noboa ha dejado claro que es un «pésimo enemigo a tener» -como dijo de sí mismo durante un acto público- y ha encontrado las maneras de mantenerla alejada del cargo.
Primero la mandó a Israel como embajadora, luego el Gobierno la suspendió del cargo, lo que fue anulado por la Justicia, y seguidamente nombró por decreto a una «vicepresidenta encargada» para delegarle la Presidencia durante la campaña electoral, algo declarado recientemente inconstitucional por el tribunal constitucional.
Con su primera esposa, Gabriela Goldbaum, de la que está divorciado, está enfrentado judicialmente por la custodia de su primogénita y antes de ser presidente confrontó a la aseguradora española Mapfre por una presunta filtración de datos bancarios en su proceso de divorcio.
Sus detractores lo tildan de caprichoso y hablan de actitudes dictatoriales, pero también ha demostrado astucia política para aplicar, sin revueltas sociales, medidas que hicieron tambalear a otros Gobiernos, como la subida del IVA y la reducción de los subsidios a las gasolinas.
Noboa es un hombre de pocas palabras. Sus discursos duran pocos minutos yapenas se prodiga en entrevistas con medios de comunicación.
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Entre ‘tuits’ y ‘tiktoks’
Como ‘millennial’ (nacido entre principios de la década de 1980 y principios de la de 2000), habla sobre todo por las redes sociales. Su estilo para comunicar ha desencajado a más de uno.
Con piezas que duran segundos y frases tan cortas como punzantes, ha dejado muchas veces sin capacidad de respuesta a políticos a los que encasilla en «el viejo Ecuador» y vincula con la corrupción o la narcopolítica.
Heredero de una de las familias más ricas de Ecuador, Noboa es hijo del magnate del sector bananero y cinco veces candidato presidencial Álvaro Noboa y de la exasambleísta Annabella Azín.
Criado en una casa donde se respiraba política, se formó en prestigiosas instituciones extranjeras y estuvo enfocado en las empresas familiares antes de dar el salto a la arena política como asambleísta en 2021.
Atuendos que se vuelven memes
Noboa nació en Miami (Estados Unidos), igual que, ya como gobernante, lo hizo Furio, su tercer hijo y el segundo de su matrimonio con la ‘influencer’ y nutricionista Lavinia Valbonesi, con quien comparte el gusto por el deporte. En redes hace gala de sus rutinas de gimnasio y luce recientes tatuajes del ave fénix, como se llama su programa de seguridad para el país.
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Suele vestir a la moda juvenil pero de estilo imponente, con ‘jeans’, camisas, casaca de cuero y lentes de sol polarizadas, y no tiene miedo en ser blanco de memes al combinar un traje formal con unos imponentes zapatos Prada de plataforma, como hizo en su investidura.
Su distancia con lo protocolar fue evidente cuando recibió en las Islas Galápagos con camisa blanca y bermuda de estridente color al presidente colombiano, Gustavo Petro.
El ministro del Interior de Colombia, Juan Fernando Cristo, renunció este lunes al cargo para volver a la actividad política de cara a las elecciones de 2026, un día después de que el presidente Gustavo Petro pidiera la renuncia protocolaria a todo su gabinete.
Cristo, que estaba en el cargo desde julio pasado, envió una carta a Petro en la que hace un balance de sus siete meses de gestión y señala que desde el pasado jueves, en plena crisis del gabinete luego de las diferencias que afloraron dos días antes en un polémico consejo de ministros, le había anunciado a Petro su dimisión.
«Como tuve la oportunidad de comentarle personalmente el pasado jueves, he tomado la decisión de dejar el cargo de ministro del Interior para participar sin limitaciones en el debate político e impulsar por fuera del gobierno las ideas arriba mencionadas», señala la carta del funcionario sin precisar sus aspiraciones en las elecciones legislativas y presidenciales del año próximo.
Cristo, del Partido Liberal, propuso el miércoles la renuncia de todo el gabinete por considerarlo «insostenible» tras el consejo de ministros que fue transmitido por televisión y redes sociales y en el que el país pudo ver las hondas diferencias en el equipo de gobierno de Petro.
«Es con esas ideas liberales y reformistas con las que podremos sacar a Colombia adelante. No podemos darnos el lujo de la frustración y arriesgarnos a regresar a un pasado de exclusión política y social que genera violencia», agrega en su carta a Petro.
Divisiones en el gabinete
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Uno de los motivos de discordia fue el nombramiento como nuevo Jefe de Despacho del polémico exembajador Armando Benedetti, un veterano político con procesos por corrupción y denuncias de violencia de género, que sin embargo ha sido defendido por Petro.
La entonces ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Susana Muhamad. Foto EFE
Tras el polémico consejo de ministros del martes, en los días siguientes renunciaron el director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), Jorge Rojas, hombre de confianza del presidente, y el ministro de las Culturas, Juan David Correa.
Luego dejó su cargo la secretaria jurídica de la Presidencia, Paula Robledo, y el domingo dimitió la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, una de las ministras mejor evaluadas del gabinete.
El mismo domingo, Petro pidió en un mensaje en X la renuncia protocolaria a todos sus ministros y otros altos funcionarios del Gobierno con el fin de hacer «algunos cambios en el gabinete para lograr mayor cumplimiento en el programa ordenado por el pueblo».
Gustavo Petro y Armando Benedetti. Foto AFP
«El tiempo que queda de su mandato será definitivo para concretar muchos de los propósitos de gobierno. Para hacerlo en el año y medio que resta de su periodo es esencial priorizar y focalizar los compromisos del programa de gobierno y el Plan Nacional de Desarrollo», agregó Cristo en su carta de renuncia.
A pesar de la crisis en su equipo, Petro viajó anoche a Emiratos Árabes Unidos y Qatar para visitas oficiales y se espera que esté de regreso al país el próximo fin de semana.
El jefe policial
El director de la Policía colombiana, general William René Salamanca, dimitió este lunes en medio de la crisis que vive el Gobierno del presidente Gustavo Petro y será reemplazado en el cargo por el general Carlos Fernando Triana, quien fue comandante de la institución en Bogotá.
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«El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Defensa Nacional, informa a la opinión pública que el Director General de la Policía Nacional, General William René Salamanca Ramírez, ha solicitado su retiro de la institución, decisión que ha sido aceptada«, señaló esa cartera en un comunicado.
El director saliente asumió el cargo en mayo de 2013 y Petro le había ordenado «audacia para cumplir con los objetivos» de cambio que el mandatario buscaba en la institución.
Durante su gestión, Salamanca «lideró estrategias en materia de seguridad ciudadana y lucha contra el crimen organizado trasnacional», agregó el Ministerio de Defensa.
El oficial será reemplazado por el general Triana, que, según el Gobierno, «cuenta con una destacada trayectoria en la institución, en la que ha ocupado importantes cargos operativos y estratégicos en diferentes regiones del país, demostrando liderazgo y capacidad en la gestión de la seguridad pública».