No fue como lo soñaba apenas semanas atrás. El presidente Joe Biden esperaba cerrar la Convención Demócrata en Chicago con la aceptación de la nominación de su partido, pero sucedieron tantas cosas en tan poco tiempo en la turbulenta campaña electoral de Estados Unidos que el candidato retirado tuvo que conformarse con pronunciar un discurso en la inauguración. Su mensaje, visto con emoción por muchos de los presentes, está pensado como una despedida personal ante su partido, pero también un fuerte apoyo a su sucesora en la carrera por la Casa Blanca, Kamala Harris, que hoy domina la escena electoral estadounidense.

Pero el mejor homenaje se lo hizo la propia candidata, que apareció antes por sorpresa en el escenario antes que el presidente –ella da el discurso de cierre el viernes– y le agradeció a Biden “por su gran servicio al país”. “Le estaremos siempre agradecidos”, dijo.

Además, en su breve aparición, que energizó a los delegados que la vivaron encantados, Harris dio también un mensaje de unidad. “Veo la belleza de nuestra gran nación, gente de todo el país, reunidos por una visión compartida para el futuro del país. Somo una voz, nos movemos hacia adelante”, dijo.

El primer día de la Convención, que se extiende hasta el jueves, es una jornada con buena dosis de nostalgia. Biden se lleva el protagonismo con su discurso final donde dará paso a un nuevo liderazgo demócrata, encarnado por Harris, de 59 años, que tiene la oportunidad de convertirse en la primera mujer en presidir a los Estados Unidos.

Los delegados le rendirán cálidos aplausos a su líder, que sirvió al país por más de 50 años, y reconocieron de pie su gesto de dar un paso al costado en favor del partido.

Sin embargo, Biden prefirió no seguir acompañando la Convención hasta el final y tiene planeado irse enseguida junto con su esposa Jill directo a California, donde pasará vacaciones por dos semanas. Un final muy distinto al que había soñado.

De acuerdo con sus allegados, Biden girará su discurso sobre su legado, pero también argumentará por qué considera que Harris es la mejor persona para ser presidente, ahora que él se ha retirado de la carrera, en medio de fuertes presiones de liderazgo demócrata que creía que el mandatario de 81 años no estaba en condiciones de ganar al candidato republicano Donald Trump.

Dirá que ella es el resultado natural de la decisión que él mismo hizo cuatro años atrás, cuando la eligió como vice, lo que le permitió trabajar con ella palmo a palmo.

En el prime time televisivo, Biden recordará sus inicios en la Casa Blanca en medio de la pandemia y planteará los duros desafíos que el Covid trajo a su gobierno y resaltará el abultado paquete de estímulo que se aprobó y la campaña de vacunación que de a poco hizo volver al país a su normalidad.

Se referirá también a su política económica al destacar el bajo desempleo, los millones de nuevos puestos de trabajo que creo, el paquete para mejorar la infraestructura del país, la legislación para proteger el medio ambiente y bajar el precio de las drogas, entre otros temas. También destacará su liderazgo global con su rol en la OTAN y en los esfuerzos para frenar la guerra en Ucrania y dijo que con Trump el mundo se vuelve un terreno incierto.

Pero Biden busca resaltar también lo que fue una obsesión de su campaña: la idea de que con un segundo gobierno de Trump la democracia de Estados Unidos estará en peligro. Así, transfirió la posta de esa tarea de resguardo democrático a su sucesora.

Antes del mensaje de Biden hablará su esposa Jill, que resaltó las cualidades de su marido y su voluntad de servicio al pueblo estadounidense.

Pero quien también generó fuerte expectativa fue el discurso de la ex primera dama y ex secretaria de Estado Hillary Clinton, que hace tiempo que no se la veía en el escenario. Para ella, como para Biden, será un momento agridulce. Ella estuvo en la Convención de 2016 cuando aceptó la nominación demócrata para ser candidata y competir contra Trump. Pero finalmente resultó vencida por el magnate, que en ese entonces era una figura que ingresaba al escenario político con una fuerza arrolladora.

Ella no pudo, pero ahora Hillary ve con esperanza la posibilidad de que una mujer pueda al fin conducir la primera potencia mundial. La ex secretaria de Estado y senadora ha trabajado entre bambalinas apuntalando a Harris, incluso antes de que pensara ser candidata. Considera que ella fue apuntada muchas veces en su carrera con ataque sexistas, pero que esta vez los tiempos han cambiado y las chances de la vicepresidenta se agigantan.

Desde que asumió la candidatura, Harris logró recuperar el terreno que Biden había perdido en medio de dudas sobre su capacidad para gobernar y ahora supera por unos dos puntos a Trump a nivel nacional, según sondeos publicados este fin de semana.

Junto al su candidato a vice, el gobernador de Minnesota Tim Walz, lograron energizar a los demócratas y a muchos que no querían salir a votar, sobre todo en sectores jóvenes, afroamericanos y latinos. En un dato muy importante en la carrera electoral, Harris ya empata o lidera los sondeos en estados clave como Michigan, Wisconsin y Pennsylvania, que son esenciales para conquistar la Casa Blanca.

Mientras tanto, Trump busca frenar el impulso demócrata con ataque al plan económico de Harris, que reveló el viernes, y que incluye algunas medidas de tono populista como el control de precios. El republicano la tilda de “comunista” y dice que su padre profesor también lo era. Dijo que ella era “débil, fracasada y comunista”. “Si ustedes piensan que la inflación está alta ahora, estará 100 veces más alta si Kamala implementa su plan soviético”.

Harris tendrá la oportunidad de replicar esos ataques el viernes, cuando acepte la nominación demócrata y pronuncie su discurso final. Este martes la estrella invitada será Barack Obama y el miércoles el orador principal será el candidato a vice, Tim Walz, que tendrá la oportunidad de presentarse a nivel nacional, donde no es muy conocido.