La Reserva Federal dio este miércoles un giro fundamental en su larga lucha contra la inflación en Estados Unidos y bajó la tasa de interés por primera vez en más de 4 años y la recortó medio punto. Es el fin de una era, después de que la FED elevara los tipos a máximos que no se veían en más de dos décadas, para intentar desacelerar la economía y así controlar el aumento de precios. Significará un alivio para hogares y negocios.

La tasa, que estaba a su nivel más alto en los últimos 22 años, bajó ahora medio punto, al rango de 4,75-5 por ciento.

Pero, además, la FED anticipó que habrá más recortes inminentes hasta dejar los tipos en el rango de 4,25 -4,5% a fin de año, lo que implica dos bajas más de 0,25 puntos en las reuniones de noviembre y diciembre.

Había dudas sobre cuánto recortaría el Banco Central estadounidense, si un cuarto de punto o medio. Pero finalmente se anunció una política más agresiva: la FED cree que van ganando la guerra contra la inflación y ahora buscan sostener el crecimiento y tener el mercado laboral bajo control.

Para los consumidores estadounidenses, que están acostumbrados a manejarse con cuotas, es una noticia importante porque la decisión de la FED se traducirá en una baja de los intereses de sus préstamos hipotecarios, de la deuda sus automóviles, de sus tarjetas de crédito y otros gastos en general, lo que aliviaría la canasta básica. También significaría acceso a dinero más barato para establecer o hacer crecer un negocio.

También, estiman los expertos, favorecerá la inversión porque muchos sacarán dinero de sus cuentas para volcarlos en inversiones más rentables.

El giro de la FED, aunque se viene anticipando hace semanas, llega muy cerca del día de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre y, aunque es una buena noticia para el gobierno de Joe Biden y la candidata demócrata Kamala Harris, no es claro el impacto que puede llegar a tener en la campaña, ya que es difícil que la baja de tipos se sienta realmente en los bolsillos antes del día de la votación.

Como consecuencia de los inmensos paquetes de estímulo por la pandemia, el aumento internacional del combustible, la guerra en Ucrania y los problemas de la cadena de suministro a nivel global, entre varios motivos, los precios se dispararon hace 4 años y a inflación llegó a un máximo de 9,1% en junio de 2022.

Para bajar la inflación, la FED había aumentado la tasa de referencia 11 veces, desde marzo de 2022, hasta la última suba de julio de 2023 y desde allí mantuvo las tasas sin bajarlas. La inflación ha ido bajando de forma constante al llegar a un piso del 3% anual, con indicios de que seguirá bajando.

Al mismo tiempo, el mercado laboral ha mostrado signos de enfriamiento significativo. Dada esa combinación, los funcionarios de la Fed tomaron la decisión de comenzar a bajar las tasas de interés. El mercado laboral es el motor de la economía estadounidense, y los indicadores económicos han insinuado que el motor podría estar fallando: la tasa nacional de desempleo ha estado aumentando en los últimos meses, y ahora se ubica en 4,2 por ciento, cuando llegó a estar 3,5%. La FED no quería que se siguiera enfriando el mercado laboral.

Durante gran parte del año, los funcionarios han hablado de un equilibrio de riesgos: si recortaban las tasas demasiado pronto, corrían el riesgo de que la inflación vuelva a subir. O si esperan la seguridad total de que la inflación estaba navegando a niveles normales, podrían dañar innecesariamente el mercado laboral.