La prohibición de los estudios de obstetricia y enfermería por parte del régimen talibán no solo ha cerrado a las afganas una de las últimas puertas que les quedaban para formarse profesionalmente. La decisión amenaza con dejarlas sin acceso a la atención básica por las normas culturales que impiden que sean atendidas por médicos varones.
Este nuevo veto, anunciado a comienzos del pasado diciembre por el gobierno de facto de los talibán en Afganistán, se suma a muchas otras prohibiciones a las afganas desde el regreso de los fundamentalistas al poder en agosto de 2021, como la prohibición de la educación superior femenina, que empujó a muchas mujeres a cambiar sus ámbitos de formación y a acceder a los llamados estudios médicos cortos -obstetricia y enfermería- para poder desarrollar una carrera profesional.
Uzma Zarifi, de 24 años, es una de estas jóvenes que dio un salto obligado en su formación. Inicialmente era estudiante de Administración de Empresas, y cuando los talibanes le cerraron esa puerta en diciembre de 2022, comenzó a cursar los estudios cortos de Medicina.
«Esto es un golpe emocional muy grave para nosotras (las mujeres afganas). Soñábamos con continuar incluso a través de estos institutos médicos para tener un futuro más brillante. Pero, lamentablemente, también esto se cerró», dijo Zarifi a EFE.
Madina Azimi, de 23 años, estudiante de Economía en el momento del veto inicial y que ahora cursaba estudios de partería, ha vivido una experiencia similar.
«Cuando la mitad del cuerpo humano está paralizada, ¿pueden los otros órganos funcionar adecuadamente o progresar?», dijo en forma de metáfora, refiriéndose a las mujeres, que constituyen la mitad de la población de Afganistán, pero que están siendo totalmente excluidas de la vida pública por las autoridades.
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Para ella, las interrupciones de su formación no sólo son una pérdida a nivel personal, sino que también muestran el fracaso de los talibanes a la hora de afrontar las necesidades críticas de Afganistán, inmerso en una crisis económica, social y humanitaria.
«Si la situación de las universidades y de la educación sigue así, tendremos una sociedad que no sabe nada sobre su salud, sus derechos o sobre los derechos de los demás», añadió.
En el momento que fue emitida la prohibición, alrededor de 35.000 mujeres cursaban estudios médicos en institutos de Afganistán, según datos del Ministerio de Salud Pública de este país
La atención médica, en riesgo
Además de amenazar su futuro profesional, este veto supone un peligro para la salud de miles de mujeres y niñas en Afganistán, un país que tiene una de las tasas de mortalidad materna más altas del mundo, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, en inglés) y donde las normas culturales y las estrictas reglas talibanes impiden que sean tratadas por médicos masculinos.
«En nuestra sociedad tradicional veíamos todos los días como las mujeres perdían la vida debido a la falta de atención médica femenina porque los médicos varones no podían ayudar», indicó a EFE la estudiante de Enfermería Tayaba, de 26 años.
La UNFPA advirtió el pasado agosto que Afganistán necesitaba urgentemente 18.000 matronas adicionales.
Lo que va en línea con las quejas de Tayaba, que se pregunta: «¿Quién tratará a nuestras madres, hermanas e hijas ahora?»
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También la joven Roya Siddiqi, de 24 años, se cuestiona qué ocurrirá con las próximas generaciones, y confiesa el vacío que le ha dejado la última prohibición de los talibanes.
«Siento que estoy muriendo porque no tengo un propósito para vivir», lamentó.
Además de las quejas entre las afganas, la ONU y varias organizaciones internacionales como Human Rights Watch han denunciado que el veto tendrá «consecuencias devastadoras para la salud» de las mujeres afganas.
Por lo que instaron, una vez más, a los talibanes a cumplir con sus obligaciones en materia de derechos humanos, cuyas vulneraciones por parte del régimen fundamentalista han sido denunciadas en repetidas ocasiones por distintos actores internacionales.
Enfrentado al dilema nunca antes visto de cómo, cuándo o incluso si es posible sentenciar a un ex y futuro mandatario de Estados Unidos, el juez que lleva el caso del dinero por silencio del presidente electo Donald Trump tomó una decisión radical que, sin embargo, podría llevar el caso hacia un final discreto.
En un fallo emitido el viernes, el juez de Manhattan Juan M. Merchan programó la sentencia para 10 días antes de la toma de posesión de Trump, pero indicó que se inclina por una sentencia que equivaldría simplemente a cerrar el caso sin ningún castigo real. Asimismo, dijo que el magnate podría asistir al procedimiento del 10 de enero a distancia debido a sus deberes de transición.
Aun así, eso significaría que Trump vuelve a la Casa Blanca pese a haber sido condenado por delito grave.
¿Llegaremos a eso? Trump quiere que se anule la condena y se desestime el caso, y el director de comunicaciones Steven Cheung dijo que el presidente electo “seguirá luchando”. Pero es difícil prever qué ocurrirá en este caso sin precedentes. A continuación, algunas preguntas clave y lo que sabemos sobre las respuestas:
¿Por qué Trump está espera una sentencia?
El magnate republicano fue condenado en mayo por 34 delitos graves de falsificación de los registros de su empresa.
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Se referían a un pago de 130.000 dólares, realizado a través de su ex abogado personal en 2016, para evitar que la actriz porno Stormy Daniels hiciera pública su historia de haber mantenido relaciones sexuales con Trump una década antes. Él niega su acusación y dice que no ha hecho nada malo.
La sentencia de Trump se fijó inicialmente para el 11 de julio. Pero a pedido de sus abogados, el procedimiento se pospuso dos veces, llegando finalmente a una fecha a finales de noviembre, después de las elecciones presidenciales. Luego Trump ganó, y Merchan puso todo en espera para considerar qué hacer.
El juez ahora negó la solicitud de Trump de desechar la condena y todo el caso. En cambio, ordenó que el futuro mandatario aparezca, en modo virtual o en persona, para la sentencia a las 9.30 de la mañana el viernes 10 de enero.
¿Cuál puede ser la pena para Trump?
Eso no será definitivo hasta que el juez la pronuncie, y señaló que por ley, tiene que dar a los fiscales y al propio Trump la oportunidad de opinar. Los cargos conllevan posibles penas que van desde una multa o libertad condicional hasta cuatro años de prisión.
Pero el juez escribió que “la opción más viable” parece ser lo que se conoce como absolución incondicionada. Esto pone fin a un caso sin encarcelamiento, multa o libertad condicional, pero deja la condena del acusado en los registros.
Y por ley, toda persona condenada por un delito grave en Nueva York debe proporcionar una muestra de ADN para la base de datos de crímenes del estado, incluso en casos de absolución incondicionada.
¿El magnate puede apelar?
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Es confuso. Apelar una condena o sentencia es una cosa, pero los detalles de impugnar otros tipos de decisiones durante un caso son complicados.
La ex jueza de Manhattan, Diane Kiesel, dijo que según la ley de Nueva York, el fallo del próximo viernes no se puede apelar, pero eso “no significa que no lo vaya a intentar”.
Mientras tanto, los abogados de Trump estuvieron intentando que un tribunal federal asuma el control del caso. Los fiscales deben presentar una respuesta ante el Tribunal de Apelaciones del Segundo Circuito de Estados Unidos antes del 13 de enero, tres días después de que el magnate sea sentenciado.
La defensa también ha sugerido que buscaría la intervención de la Corte Suprema de Estados Unidos si Merchan no desecha el caso. En una carta de 25 de noviembre al juez, los abogados de Trump sostuvieron que la Constitución de Estados Unidos permite una apelación ante el alto tribunal porque la defensa está presentando argumentos sobre la inmunidad presidencial.
Gran parte de su argumentación se refiere al fallo de julio de la Corte Suprema sobre ese tema, que otorgó considerables protecciones legales a los presidentes. Los abogados podrían tratar de convencer a la Corte Suprema de que tiene que seguir involucrándose ahora en el caso del dinero por silencio.
Un portavoz de Trump dijo que no se había tomado ninguna decisión sobre si impugnar el fallo de Merchan.
¿Qué dicen los fiscales?
Se negaron a comentar sobre el fallo de Merchan. Anteriormente lo habían alentado a mantener el veredicto y ofrecieron opciones como retrasar la sentencia hasta que Trump dejara el cargo, prometiendo que no habría encarcelamiento, o cerrar el caso señalando que fue condenado pero nunca sentenciado debido a la inmunidad presidencial. El juez dijo que encontró esas ideas insostenibles.
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¿Podría Trump indultarse una vez que sea presidente? No en este caso. Los indultos presidenciales solo se aplican a delitos federales. El futuro jefe de la Casa Blanca fue condenado en un tribunal estatal de Nueva York.