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INTERNACIONAL

María Corina Machado desafía otra vez a Nicolás Maduro y llama a una gran marcha un mes después de las elecciones en Venezuela

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Cuando se cumple un mes de las cuestionadas elecciones presidenciales en Venezuela, la líder opositora María Corina Machado convocó a una marcha para este miércoles en Caracas y varias ciudades en el mundo para ratificar la victoria del Edmundo González Urrutia y protestar contra el supuesto fraude electoral de Nicolás Maduro el 28 de julio.

Machado destacó en su cuenta de X que la ‘’calle inteligente, resiliente, irreverente consciente’’ es el escenario de encuentro para reafirmar toda la lucha por la libertad y democracia. Esta es la segunda vez que la líder inhabilitada por el régimen sale de la clandestinidad y aparece en público después de estar amenazada.

‘’Nos vemos a las 11:00 en Caracas, en el resto del país y también en varias ciudades del mundo. No descansaremos, vamos hasta el final’’, subraya en su convocatoria en redes sociales.

En su mensaje en video, la líder promotora del candidato González Urrutia, cuya victoria con el 67% de los votos no ha sido reconocida por el régimen que proclama a Maduro como su ganador con el 52% para su tercera reelección hasta el 2031, avalado por el Tribunal Supremo de Justicia, señala que ‘’el final del régimen del horror se acerca para cobrar”.

“Llegamos a un mes de la apoteósica victoria del 28 de julio. El final del régimen del horror se acerca, pero antes nosotros vamos a cobrar nuestra victoria”, insiste la líder en su video.

Indicó que lo que actualmente se está haciendo “será recordado y celebrado por generaciones”.

“El momento es ahora; porque lo que se construye con lágrimas, sufrimiento y sacrificio, así como con inteligencia, disciplina, solidaridad y amor, es indestructible”, añadió.

Machado aseveró que el chavismo se encuentra “debilitado” y que, aunque aún no hay una fecha para concretar lo que la oposición llama su triunfo, se están adaptando a la lucha.

“Ellos no se han dado cuenta, porque nos han hecho tan y tan fuertes, y tan y tan resilientes, que ya somos invencibles. Por eso no es verdad que el tiempo va en contra de nosotros y favorece al régimen. Eso es falso; es todo lo contrario. Ellos se hunden y debilitan cada día más. Nosotros nos reagrupamos y adaptamos a nuestra lucha. Hoy no puedo decirles el momento exacto en el que vamos a concretar la victoria, pero sí, con absoluta convicción, les digo que el destino de esta lucha es la liberación de Venezuela”, agregó.

Nicolás Maduro y un polémico llamado a elecciones

En tanto, el presidente Nicolás Maduro anunció que el país ya se prepara para las elecciones legislativas, regionales y locales previstas en el país para 2025. Pero adelantó que no se permitirá la participación en estos y otros comicios a «aquellos que no reconocen los poderes del Estado», es decir, que no reconocen su supuesto triunfo en las presidenciales.

«Ya nosotros estamos preparándonos, ya estamos haciendo una reingeniería de la maquinaria, preparando para ver cómo va a ser el método, quiénes van a ser los candidatos, las candidatas», dijo el mandatario durante una cumbre virtual de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

El jefe de Estado señaló que, «dentro de 12 meses, a más tardar», el país celebrará «una megaelección» de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), las 23 gobernaciones y las 335 alcaldías.

La oposición busca volver a llenar las calles de Caracas este miércoles, un mes después de las elecciones presidenciales en Venezuela. Foto: REUTERS

«Ya estamos en eso, allá el que se salga de la Constitución, allá el que se salga y no respete los poderes públicos, porque estoy de acuerdo con lo que dijo el presidente de la Asamblea Nacional (el chavista Jorge Rodríguez), aquellos que no reconocen los poderes del Estado, sencillamente, por ley, no pueden participar en procesos electorales», expresó.

Denuncian el arresto de 150 chicos

María Corina Machado denunció el arresto de 150 niños después de las elecciones. Los menores de edad han sido grabados declarando mensajes de manera forzada ‘’monstruosos’’ contra los opositores y elogiando al régimen de Maduro.

La situación de los menores también ha sido denunciada por el político Alfredo Ramos del estado Lara. En su cuenta de X señala ‘’en medio de un profundo dolor y lágrimas familiares de los adolescentes detenidos en Lara que fueron trasladados a la cárcel de Tocuyito (Valencia), les dan fortaleza y les dicen que pronto saldrán en libertad. Son inocentes, quieren ser libres y tener mejor futuro”.

Tama Suju, directora de Instituto Casla, también ha denunciado el caso de los niños. ’’Así son trasladados a los presos políticos de la prisión Yare III a los jóvenes detenidos en las manifestaciones aproximadamente unos 300 jóvenes entre los 18 y 30 años de edad a las cárceles de Tocorón y Tocuyito. Les cortan el pelo y los visten con uniforme azul. Son maltratados física y psicológicamente, los trasladan a las cárceles comunes como si fueran criminales’’.

El candidato opostor Edmundo González Urrutia no se presentó el lunes a la convocatoria de la Fiscalía General de Venezuela. Foto. EFEEl candidato opostor Edmundo González Urrutia no se presentó el lunes a la convocatoria de la Fiscalía General de Venezuela. Foto. EFE

Nueva citación a Edmundo González

El candidato opositor, ganador de las elecciones con el 67%, según las actas que ha mostrado María Corina Machado y su comando electoral, fue citado por segunda vez este martes por la Fiscalía de Caracas bajo los cargos de usurpación de funciones y forjamiento de documentos.

Pero González, que se mantiene en la clandestinidad por las amenazas del régimen, reitera que no se presentará a la Fiscalía por cuanto no le ofrece ninguna garantía a su integridad.

La Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la coalición de 10 partidos que apoya a González, también denunció el acoso judicial al está sometido González Urrutia.

La reiterada citación del Ministerio Público ‘’busca justificar un mandato de ejecución en contra de nuestro candidato ganador para acentuar su persecución’’, afirmó la coalición opositora.

‘’Expresamos nuestra solidaridad y apoyo a Edmundo González, quien es un perseguido porque el gobierno considera un delito que haya obtenido no menos de 8 millones de votos por voluntad del pueblo venezolano’’, concluyó la PUD.

Machado no estará acompañada de González en la marcha convocada. Pero aseguró: «Somos invencibles, nos agrupamos y reagrupamos, adaptamos nuestra lucha para protegernos, usamos diversas tácticas. Esta es una nueva fase de movilización».

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INTERNACIONAL

Vivir bajo un misil: un relato íntimo y crudo desde la guerra en Ucrania

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Mi mejor amigo de infancia vive en Nueva York. Después de cada ataque ruso con misiles contra Kiev me pregunta por WhatsApp: “¿Cómo has vivido el bombardeo, querida?”

El primer año de la invasión me explayaba en mis respuestas. Describía el silbido diabólico de los misiles balísticos, me quejaba de lo difícil que era recuperar la respiración después de ese sobrevuelo tan cercano de la muerte. Contaba detalladamente la diferencia entre el sonido de un impacto (un golpe sordo, como si fuera en las entrañas de tu cuerpo) y el sonido ensordecedor del derribo de un misil en el aire.

Sobre cómo los restos de misiles destruyeron varias viviendas en el pueblo de al lado y mataron a una mujer, a la que solía comprar fresas en primavera. Ahora contesto brevemente: “Estoy bien”.

No me atrevo a escribir sobre lo demás. No quiero explicar cómo comienza todo habitualmente. Cómo a medianoche salta la notificación de nuestra defensa antiaérea sobre el despegue de unos cinco o seis bombarderos rusos de una base aérea rusa más allá del círculo polar.

Cómo estimamos normalmente el momento cuando alcanzarán la línea de lanzamiento de misiles, cuánto tiempo tardarán los misiles en llegar al espacio aéreo de Ucrania y, por tanto, cuánto tiempo tenemos para dormir antes del ataque.

Un herido es trasladado luego de un bombardeo ruso en la capital de Ucrania, Kiev. Foto: REUTERS

He conseguido habituarme para aprovechar incluso esa hora y media de sueño cuando decenas de misiles ya han sido lanzados y ya están volando en camino. He aprendido a quedarme dormida con el pensamiento de que, prácticamente en una hora, alguien de nosotros morirá de nuevo, alguien quedará herido, alguien perderá su hogar, sus familiares, sus amigos, sus hijos.

Normalmente, los misiles llegan hacia las 4 de la madrugada. Vienen en grupos que se mezclan con los drones kamikaze iraníes “Shahed”. Los seguimos en nuestra redes sociales en tiempo real: vemos cómo entran desde Crimea, ocupada por los rusos desde 2014, para luego atravesar Mykolaiv y explotar en Odesa; o cómo cruzan la orilla oriental del río Dnipro rumbo a Kiev.

Suelen llegar cuando despunta el amanecer y los pájaros comienzan a cantar. Cuando el sonido de las alarmas antiaéreas se desvanece y los misiles aún no han explotado, oímos desde el otro lado de la ventana los sonidos de la mañana.

Suelo dejar la ventana abierta para que la ola explosiva no reviente los cristales y bajo para esconderme bajo las escaleras de hormigón. El ataque dura una o dos horas. Durante todo este tiempo monitoreo las noticias. Deteniendo la respiración, leo dónde ha habido impactos, cuántos heridos y víctimas mortales hay, qué es lo que consiguieron destruir los rusos…

Parte de un misil ruso que impactó en Kiev. Foto: REUTERS  Parte de un misil ruso que impactó en Kiev. Foto: REUTERS

Destrucción y heridas

Recuerdo la sensación de caer en un vacío negro al leer cada mensaje: la presa de Kajóvka ha sido volada, la planta hidroeléctrica de Dnipro está en estado crítico, la central térmica de Trupilia ha sido destruida. Las iglesias, los monumentos arquitectónicos, los hospitales, las estaciones de tren, los puertos, los silos de grano: es todo lo que constituye el cuerpo de mi país. Siento ese cuerpo y sus heridas como si fueran mías.

Cuando las alarmas se apagan, vuelvo a mi habitación. En ese momento se suele activar el riego automático de mi césped. Nada me tranquiliza más que los chorros de agua que riegan mis rosas, lavanda y árboles. Ese sonido de riego es mi vínculo con la vida normal, con mi casa, y con la magia de volver a la normalidad o, más bien, a su espejismo.

Cada uno de nosotros tiene una ventana de rescate al mundo de antes: el pintalabios rojo de la amiga, el tradicional doble espresso de camino al trabajo, la antigua cafetera de mi madre. Es una especie de arraigo, la sensación de estabilidad que nos permite aguantar y seguir respirando.

Humo, fuego y destrucción tras un ataque de las fuerzas rusas en Járkov, Ucrania, a fin de agosto. Foto: REUTERSHumo, fuego y destrucción tras un ataque de las fuerzas rusas en Járkov, Ucrania, a fin de agosto. Foto: REUTERS

Hace unos meses visité Kámianka, un pueblo cerca de Járkov que Rusia ha borrado prácticamente del mapa. Fue liberado por el ejército ucraniano en 2022, pero prácticamente ya no quedan casas. Al retirarse del pueblo, las tropas rusas “sembraron” estas tierras y bosques con minas, que se llaman “pétalos”. Una mina terrestre de gran explosividad que arrojan desde los aviones.

Kámianka se ha despoblado. Aún así, varias familias han vuelto para tratar de restaurar sus casas. Conocí al matrimonio de Iryna y Serhiy Oliynyk. Ambos tienen cerca de 50 años. Viven junto con su hijo en la única habitación que se ha conservado. Antes de la invasión, los Oliynyk tenían un colmenar, criaban patos y gansos para la venta, y tenían un gran huerto. Luego de huir de los bombardeos, lo perdieron todo.

Las tropas rusas, que se alojaron en su casa, dispararon contra todo lo que estaba vivo, incluidas las colmenas. Todo lo que no han podido robar y llevarse consigo también lo cubrieron con disparos de fusil: las grandes neveras, las paredes, los sofás e incluso los libros. En el gran espejo trumeau, escribieron con el pintalabios de Iryna: “Venceremos igualmente”.

Campos minados

En Kámianka sólo se puede caminar por la carretera y algunas áreas desminadas. El patio de los Oliynyk es un pequeño islote en medio de un campo de minas. Incluso cerca de la casa hay que ir con cuidado, siguiendo los senderos marcados.

Al volver a Kámianka hace un año, lo primero que hizo Serhiy fue desminar un trozo de tierra con sus propios manos: varias hectáreas de tierra negra para plantar un huerto. La desminó con una pala de mango largo. Recogía con cuidado las minas con la pala y las depositaba en una cesta. En total, recogió unas 30 minas. Pero, la pasada primavera, mientras podaba las ramas del cerezo pisó sin querer uno de los explosivos, que estalló delante de su rostro. Pudo salvar uno de sus ojos, del otro sacaron los restos de la mina.

Estamos de pie en el umbral de su casa, delante de la puerta hecha de cajas donde se almacenaban los proyectiles de artillería rusa. “¿Por qué no se quiere ir a Járkov, si está muy cerca, y están las mejores clínicas?”, le pregunto.

“La verdad es que tengo miedo de los bombardeos, allí sufren muchos ataques, y aquí en el pueblo todo está bien, se está tranquilo.” “¿No tiene miedo viviendo en un campo de minas?” “Es que es mi lugar natal…”

He estado pensando todo este tiempo sobre esa sensación de estar en casa, el vínculo que se tiene con tu tierra natal. Incluso si se trata de un fragmento de nuestra tierra natal de la que no tenemos dónde retirarnos y por el que cada uno de nosotros aguanta para ganar las batallas mayores.

Myroslava Barchuk es una periodista ucraniana, vicepresidenta de PEN Ucrania. “Cartas de Ucrania” es un proyecto de la campaña de solidaridad latinoamericana ¡Aguanta Ucrania! en conjunto con PEN Ucrania, UkraineWorld y Instituto Ucraniano.

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