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Ranaan Rein: «Israel está lejos de ganar la guerra, es muy difícil luchar contra una organización terrorista»

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Los israelíes están cansados de la guerra en Gaza y aun espeluznados con la masacre de Hamas el 7 de octubre en Israel. Una victoria militar sobre el grupo extremista islámico como la sueña Benjamin Netanyahou, es imposible y una negociación con una Autoridad Palestina se ha vuelto indispensable.

Buscan un alto al fuego y repensar un futuro para ver como se reconstruye la Franja de Gaza, completamente destruida. La sociedad israelí piensa en sus rehenes en Gaza y no quiere que este gobierno de ultraderecha los convierta en un “daño colateral”.

Para analizar esta contradictoria guerra entre Israel y Hamas, Clarin conversó con Raanan Rein. Es el historiador israelí a cargo de la cátedra de Elías Sourasky, de Historia Española y Latinoamericana de la Universidad de Tel Aviv y ex presidente de la Latin American Jewish Studies Association. Esta es su síntesis.

-¿Cómo evalúa usted esta guerra entre Israel y Hamas?

-Depende si uno quiere analizarlo desde el punto de vista militar, político, estratégico. Entonces las respuestas van a ser distintas. Hablando desde el punto de vista estratégico, Israel no está ganando la guerra. A pesar de las operaciones militares que se desarrollan en la faja de Gaza, todavía Israel está lejos de conseguir algún fin estratégico significativo. Sobre todo, que no tiene sentido llevar a cabo una guerra sin tener en mente alguna solución política, que venga después de terminar la guerra. Y el actual gobierno de Benjamín Netanyahu está haciendo todo lo posible para no hablar, no discutir, no negociar acerca de alguna solución política en la Franja de Gaza.

El prestigioso historiador israelí Ranaan Rein. Foto: GentilezaEl prestigioso historiador israelí Ranaan Rein. Foto: Gentileza

-Esta visión de que Israel está perdiendo la guerra después de tanto tiempo, porque está peleando desde prácticamente el mes de octubre, ¿es una visión común entre los israelíes?

-El discurso público sigue hablando de la necesidad de conseguir una victoria total. ¿Qué significa una victoria total? No está bien claro. Algunos quieren, esperan, que Israel pueda liquidar el liderazgo de Hamas en la Franja de Gaza. Eso supuestamente va a significar o simbolizar la victoria israelí. Pero es muy difícil luchar en contra de una organización terrorista. De una organización guerrillera que está operando dentro de una población civil, sobre todo ahora en el sur de la Franja, con una población de un millón y medio de refugiados. En estas circunstancias, los aviones de combate, los tanques, sirven muy poco y es fácil para los militantes de Hamas moverse dentro de esta población civil. Desde el punto de vista histórico, conocemos muchas guerras de este tipo llevadas a cabo por los Estados Unidos, por Francia, por otras potencias europeas. Hay que pensar en llegar a algún acuerdo político, que ponga fin al control de Hamas en Gaza. A través de vías militares va a ser imposible.

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«Hay que pensar en llegar a algún acuerdo político, que ponga fin al control de Hamas en Gaza. A través de vías militares va a ser imposible».

-Pero, a partir de lo que usted me está diciendo, si todo sigue así, ¿Israel va a tener que negociar el futuro político con Hamas?

-Israel va a tener que negociar un futuro político en la Franja de Gaza, con una serie de actores, pero no con Hamas. Con Hamas sí hace falta negociar para algún cese de fuego, para la liberación de los rehenes. Eso sí. Pero para la solución política, el gobierno de Netanyahu no va a tener otra sino negociar con la Autoridad Palestina, bajo el paraguas de los Estados Unidos, Egipto, Arabia Saudita, etcétera. El tema central es que el gobierno de Netanyahu ha hecho todo lo posible, a lo largo de muchos años, para debilitar a la Autoridad Palestina, porque no quiere pensar en una solución de dos Estados, de un Estado palestino soberano, al lado del Estado de Israel. Pero yo no veo ninguna otra opción, sino sentarse con la Autoridad Palestina, como dije, bajo un paraguas de Estados Unidos, quizá algún país europeo, Egipto y Arabia Saudita.

-En realidad, estamos frente a un Estado de Israel que está combatiendo a una organización guerrillera como Hamas y al mismo tiempo todos están hablando de la necesidad de terminar con esta guerra con los dos Estados. Y hablan todos de un hombre, que está preso en las cárceles israelíes, Marwan Barghouti. ¿Qué puede cambiar si Israel decide liberar al líder palestino Barghouti? ¿Puede ser una figura fuerte, que fortalezca a las medidas que se necesitan para recuperar la fuerza de la autoridad palestina y al mismo tiempo para conseguir la paz?

-Así dicen algunos. Es difícil saberlo. Pero hay gente que habla de Barghouti como el posible Nelson Mandela palestino. Es decir, alguien que había estado involucrado en actividades terroristas, pero después de largos años en la cárcel, sí entiende la necesidad de llegar a alguna solución política, para terminar los enfrentamientos violentos, para terminar con este ciclo de violencia. El gobierno israelí está muy dividido, Netanyahu está preso, en cierto sentido, por la extrema derecha, por la ultra-ortodoxia judía.Y todo este bando no quiere pensar ni en la liberación de Barghouti, ni en una negociación con la Autoridad Palestina. Está bien claro que el actual presidente de la Autoridad Palestina ya terminó su rol político, su trayectoria política. Hay que pensar en un nuevo liderazgo. Barghouti podría ser una opción, pero también hay otras. Es decir, no tenemos que situar todas las esperanzas en una sola persona, como Barghouti.

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«El gobierno israelí está muy dividido, Netanyahu está preso, en cierto sentido, por la extrema derecha, por la ultra-ortodoxia judía .Y todo este bando no quiere pensar en una negociación con la Autoridad Palestina».

-¿Una nueva generación en la Autoridad Palestina?

-Exacto, sí. Eso piensan algunos.

-Pero tal como estamos hoy, ¿usted cree que Hamas puede ser el triunfador, al menos de la opinión pública de esta guerra, a pesar de que Israel es una gran potencia militar? ¿Por qué?

-No creo que Hamas vaya a poder considerarse como el triunfador de esta guerra. Hamas ha recibido un golpe tremendo, desde el punto de vista militar y según mi impresión, hay más y más palestinos que entienden que Hamas no representa el anhelo del pueblo palestino para llegar a un Estado independiente soberano. Que Hamas de hecho representa una amenaza, no solamente para el Estado de Israel, sino para el pueblo palestino. Estamos hablando de una organización que es fundamentalista religiosa.Y al igual que yo, que estoy luchando en contra del fundamentalismo religioso judío, hay muchos palestinos y no solamente académicos e intelectuales, que no quieren que el mundo piense que un movimiento fundamentalista islámico como Hamas representa al pueblo palestino. Para mí, la solución política, si vamos a llegar a una solución de este tipo, va a significar el fin del rol de Hamas en este conflicto.

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¿Una guerra de Benjamin Netanyahu?

– Netanyahu rechazó el alto a fuego propuesto por Hamas y dijo que sus esfuerzos de paz solo van a terminar cuando termine la guerra y haya una victoria crucial. ¿Usted cree que esto es una visión positiva que los israelíes aceptan o no? Y si es que esta guerra se está convirtiendo de alguna manera en una guerra de Netanyahu y no de los israelíes.

-Es cierto. Y me parece que hoy en día, la mayoría de los israelíes entiende que Netanyahu necesita la continuidad de esta guerra, para su supervivencia política. Hasta en programas de humor por televisión, se habla de este esfuerzo de Netanyahu de ganar otro día en el poder, otra semana en el poder, otro mes en el poder. Y me parece que estamos llegando al momento en que la mayoría los israelíes van a volver a salir a las calles para protestar en contra de Netanyahu y de su gobierno. En los últimos cuatro meses hemos estado todos en shock después de esta matanza, de esta masacre del 7 de octubre. Y muchos de nosotros le damos la razón por la necesidad de defenderse frente a un ataque de este tipo. Pero después de pasar cuatro meses, está bien claro que no tiene sentido seguir con esta guerra con tantas víctimas, judíos, palestinos, musulmanes, israelíes. Es horrible.

Edificios destruidos en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, tras los bombardeos de Israel. Foto: AP Edificios destruidos en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, tras los bombardeos de Israel. Foto: AP

-Sí, porque ni el liderazgo de Hamas tiene interés en llegar a una solución. Ellos también dependen para su supervivencia política de la continuidad de esta guerra. Ni Netanyahu tiene interés en lograr una solución. Así que dependemos mucho de la presión que ejercen los Estados Unidos sobre Israel y la presión que ejercen Egipto, Qatar y otros países árabes sobre Hamas.

-¿Usted cree que si no hay un alto al fuego, la guerra se puede extender inevitablemente al Líbano y se expanda a la región?

-Este es el gran peligro, la posibilidad de una guerra en el norte entre Israel y el Líbano, que puede fácilmente deteriorar en un baño de sangre, aún mucho peor que lo que está pasando en Gaza. Según las noticias de este fin de semana, estamos cerca de un entendimiento con Líbano. Los diplomáticos norteamericanos dicen que han logrado elaborar por lo menos un borrador de algún acuerdo. Entonces, tenemos que esperar que de alguna manera vamos a poder evitar un enfrentamiento bélico entre Israel y el Líbano.

-Pero al mismo tiempo hay dos puntos, aparentemente Hamas ahora incorpora como reclamo la liberación de Barghouti y en segundo lugar, Estados Unidos no es muy favorable a este acuerdo, pero quiere avanzar en un final de la guerra. ¿Usted cree que este camino de los dos Estados es el único camino para poner fin a esta guerra y para alcanzar la paz?

-Para alcanzar la paz, sin ninguna duda. Pero hay que pensar en soluciones a corto plazo, a mediano plazo y a largo plazo. A corto plazo, no van a poder hablar de la solución de dos Estados. Van a hablar de algún cese de fuego y de algunas autoridades civiles que gobiernen ahí, en la Franja de Gaza. Es el tema de urgencia, de importancia inmediata. Pero la esperanza es que así va a iniciar una dinámica que nos lleve a una solución de dos Estados.

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Los daños colaterales

Un auto quemado tras un ataque aéreo de Israel en Deir al Balah, en la Franja de Gaza. Foto: APUn auto quemado tras un ataque aéreo de Israel en Deir al Balah, en la Franja de Gaza. Foto: AP

-¿Usted cree que esta guerra va a llevar a Netanyahu a un juicio por genocidio y además del juicio por corrupción y además va a caer el gobierno?

-No, el tema de genocidio, con esta acusación, no va a prosperar ningún juicio. Y la verdad es que suena muy problemático. ¿Acaso no pasan cosas similares en la guerra entre Rusia y Ucrania? ¿Acaso no han pasado cosas similares en la guerra civil en Siria? Es decir, la opinión pública israelí en su vasta mayoría, incluyendo la oposición a Netanyahu, va a rechazar la idea de un juicio en contra de Netanyahu como responsable de algún genocidio. La sensación que tenemos los israelíes es que el mundo muy a menudo prefiere ignorar atrocidades que suceden en otras regiones del mundo. Pero siempre se enfoca en lo que sucede aquí, para poder acusar al Estado judío y a propósito, digo Estado judío y no Israel, porque hay también motivos antisemitas para acusar a los judíos, que supuestamente habían matado a Cristo, también en genocidio, en Palestina.

-Ahora están también el problema de los rehenes. Usted cree que para el gobierno de Netanyahu está siendo visto como si fuera un inevitable daño colateral de la guerra. ¿Eso le puede costar al primer ministro su gobierno y su credibilidad?

En estos momentos, parece que para el gobierno de Netanyahu los rehenes o la liberación de los rehenes no es la prioridad y aquí hay una brecha entre derecha e izquierda en Israel. Para la oposición, está bien claro que lo más importante es la liberación de los rehenes mientras que para Netanyahu y para la derecha israelí lo más importante es ganar esta guerra, conseguir esta victoria total en la Franja de Gaza.

-Ahora, otra cuestión es que Netanyahu insiste en que va a destruir a Hamas. Pero la realidad es que Hamas no ha perdido todos los soldados que pretendía Israel que perdieran. Estados Unidos admitió que Hamas perdió solamente una tercera parte de sus combatientes. ¿Qué significa eso?

-Hamas representa no solamente una organización política, un vaso militar. Hamas representa también una ideología y una ideología no se puede destruir en una guerra. Entonces, aún en el mejor escenario posible, Hamas no va a desaparecer de un día al otro. Además como la victoria militar es imposible para conseguir, sí se van a quedar bastante militantes armados de Hamas en la Franja de Gaza. Por eso digo que en estos momentos lo más sensato es buscar algún acuerdo de un cese de fuego y empezar alguna negociación política. Solamente a través de la vía política vamos a poder llegar a una situación, más tranquila por lo menos, en esta zona y el gran número de refugiados israelíes dentro de nuestro país va a poder volver a sus casas en el sur o en el norte del país.

Una marcha en Tel Aviv, Israel, reclama la liberación de los más de 100 rehenes todavía en manos de los terroristas de Hamas. Foto: REUTERS   Una marcha en Tel Aviv, Israel, reclama la liberación de los más de 100 rehenes todavía en manos de los terroristas de Hamas. Foto: REUTERS

-Ahora tenemos desplazados de un lado y del otro. ¿Cómo sería ese acuerdo de paz del que se está discutiendo, en el que están todos involucrados, Estados Unidos, Egipto, la Mossad, Qatar, todo el mundo y Hamas?

-No está bien claro. Las noticias que nos llegan están filtradas y cada uno de los grupos tiene interés en distribuir rumores de todo tipo. Si va a ser un acuerdo para un cese de fuego de 45 días, de tres meses. Si van a liberar los rehenes en una sola vez o en tres instantes, uno detrás del otro; si Israel se va a retirar solamente de las zonas más pobladas y seguir teniendo una presencia militar en algunas partes de la Franja de Gaza. La verdad es que es difícil saber qué tipo de acuerdo están intentando elaborar en el Cairo en estos momentos y por lo tanto prefiero no arriesgarme con alguna teoría.

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-¿Cuál es el futuro de los gazatíes? ¿Cómo cree usted que va a ser la reconstrucción de Gaza, porque está completamente destruida?

-Está completamente destruida. Y la reconstrucción podría venir a través de un acuerdo que cree algún corredor territorial entre Cisjordania y la Franja de Gaza. Una reconstrucción bajo un paraguas internacional, con enormes subsidios europeos y norteamericanos. En el marco de este esfuerzo para establecer un Estado palestino independiente, al lado del Estado de Israel.

-¿Y cuál es la razón por la cual hasta ahora no pueden convivir en paz palestinos e israelíes?¿Usted cree que es un problema político, que es un problema de sociedad o que es un problema religioso?

-No hay una sola razón, pero sin duda alguna la religión está jugando un papel muy negativo en la posibilidad de algún diálogo entre judíos y musulmanes. El fundamentalismo judío ha ganado terreno en forma impresionante en las últimas décadas y lo mismo ha pasado con el Islam en las sociedades árabes, en las sociedades mesorientales. Y eso se nota también, por ejemplo, en el número cada vez menor de cristianos que viven en el mundo árabe. Es decir, hay menos tolerancia en las últimas décadas de judíos hacia musulmanes y cristianos y de musulmanes hacia judíos y cristianos. Entonces, la religión sin duda es una de las razones principales.

-Pero también hay otras.

-Sí, también hay intereses políticos y sobre todo hay miedo. El miedo paraliza a ambas sociedades, no les deja a los políticos tomar iniciativas. Al conversar con israelíes que son judíos o israelíes que son musulmanes, unos y otros le van a decir en ciertos momentos tengo miedo en entrar en un shopping porque me van a decir algo porque soy musulmán o me van a hacer algo porque soy judío, etc. El miedo es el gran factor para explicar la incapacidad de llevar adelante una negociación o un diálogo. Hace falta líderes, en ambas partes, que lleguen a la altura de los tiempos e intenten, de algún modo, calmar las pasiones y convencer a la gente de que cualquier paz es preferible a la situación actual.



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INTERNACIONAL

La violencia en Haití empeora de forma aterradora: las bandas se vuelven locas

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Los líderes de las pandillas haitianas recurrieron a las redes sociales el fin de semana pasado y prometieron problemas.

“Si son imprudentes en las calles, pagarán las consecuencias, a partir de mañana”, dijo el domingo Joseph Wilson, un líder de pandilla conocido como Lanmou Sanjou, en un mensaje grabado que circuló ampliamente.

Habló en nombre de Viv Ansanm, una coalición de pandillas con el apodo eufemístico de “Living Together” (Viviendo juntos), que ha sembrado el terror en Haití durante los últimos meses, y prometió que estarían “en las calles”.

En 48 horas, al menos tres aviones estadounidenses fueron atacados a tiros, lo que obligó al cierre del Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture en la capital de Haití, Puerto Príncipe, y dejó varados a pasajeros en todo el mundo.

La Administración Federal de Aviación suspendió todos los vuelos estadounidenses a Haití durante 30 días, y American Airlines dijo que no regresaría al país hasta al menos febrero.

Incluso los vuelos humanitarios de las Naciones Unidas fueron suspendidos.

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Miembros de las fuerzas de seguridad keniatas patrullando el puerto de Puerto Príncipe en septiembre. Foto Adriana Zehbrauskas para The New York Times

El caos no se limitó al aeropuerto:

la doctora Deborah Pierre, uróloga, fue asesinada a tiros el martes cuando subía a su coche en Puerto Príncipe, y su padre, dentista, resultó herido, según dijo su ex jefe en el sur de Florida, el doctor Angelo Gousse.

Médicos Sin Fronteras anunció que sus empleados fueron detenidos el lunes por la policía y luego una turba de justicieros los gaseó.

Los pacientes heridos que transportaban en ambulancia -presuntos miembros de pandillas- fueron asesinados.

En medio de todo ese tumulto, un nuevo primer ministro juró el lunes por la tarde para reemplazar al que fue despedido el domingo después de menos de seis meses en el cargo.

Casi seis meses después de que cientos de policías kenianos llegaran a Haití en una misión patrocinada por Estados Unidos para restablecer el orden, la crisis ha empeorado de repente.

Las pandillas del país, de manera cruda, han demostrado que son una fuerza a tener en cuenta y que los esfuerzos por aplastarlas han sido en gran medida inútiles.

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Ahora que está a punto de asumir el cargo un nuevo presidente de Estados Unidos que ha hecho comentarios despectivos sobre Haití, la situación se está volviendo cada vez más grave e incierta.

“No hemos vuelto a donde empezamos, es peor”, dijo la hermana Paésie Philippe, una monja francesa que dirige escuelas para niños de la calle en Cité Soleil, un barrio pobre de la capital.

“Las pandillas han tomado más zonas, más gente ha tenido que irse y huir de sus casas y se han quedado sin hogar. La situación no ha mejorado”.

Según la Organización Internacional para las Migraciones, una agencia de la ONU, tan sólo en los últimos dos días, casi 4.500 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares.

Philippe regresaba a Puerto Príncipe de un viaje a Boise, Idaho, cuando el lunes se produjeron disparos contra un vuelo de Spirit Airlines de Fort Lauderdale a Puerto Príncipe y su vuelo de conexión fue cancelado.

Un avión de Spirit Airlines, que fue alcanzado por disparos mientras se acercaba a Puerto Príncipe, en Haití, estacionado en una pista en Santo Domingo el lunes. Foto Gobierno de la República DominicanaUn avión de Spirit Airlines, que fue alcanzado por disparos mientras se acercaba a Puerto Príncipe, en Haití, estacionado en una pista en Santo Domingo el lunes. Foto Gobierno de la República Dominicana

Ahora está varada en Nueva York, pero está decidida a volver a casa para una ceremonia de la Sagrada Comunión este fin de semana.

“Tengo a mis hijos esperándome allí”, dijo.

Haití ha estado sumido en un estado de caos durante más de tres años, desde que su último presidente, Jovenel Moïse, fue asesinado en su casa.

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Las pandillas llenaron el vacío de poder, tomando carreteras y puertos, matando y secuestrando a voluntad.

La crisis empeoró este año, cuando pandillas rivales unieron fuerzas y atacaron comisarías, liberaron a presos de las cárceles y tomaron el control de barrios enteros.

Las Naciones Unidas han dicho que las pandillas controlan el 85% de la capital.

Se creó un consejo presidencial de transición de nueve miembros para gobernar el país hasta que se puedan celebrar las elecciones programadas para fines de 2025, pero la frágil coalición formada para gobernar ha comenzado a deshilacharse.

El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, emitió una declaración que incluía una crítica apenas velada de los juegos de poder a los que se culpa ampliamente de la agitación política.

“Las necesidades agudas e inmediatas del pueblo haitiano exigen que el gobierno de transición priorice la gobernanza sobre los intereses personales en pugna de los actores políticos”, dijo Miller.

Leslie Voltaire, presidente del consejo de transición, dijo que las pandillas habían actuado a raíz del despido del primer ministro, percibiendo un vacío de poder y una oportunidad.

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“Pensaron que había un vacío, así que trataron de llenarlo”, dijo Voltaire en una entrevista el miércoles por la noche.

“Pero una vez que vean que hay un nuevo primer ministro, que hay un nuevo sheriff en la ciudad, creo que se volverán menos agresivos”.

Voltaire agregó que espera trabajar con la FAA para lograr que se reabra el aeropuerto y que el gobierno planea “represalias masivas” contra las pandillas de Haití.

El consejo que él dirige emitió un comunicado el martes diciendo que “los perpetradores de estos actos atroces serán perseguidos y llevados ante la justicia”, refiriéndose al tiroteo de los aviones, la quema de propiedades y los recientes asesinatos en la capital.

“Creo que las pandillas están haciendo alarde de su poder para ver hasta dónde pueden llegar sin que Estados Unidos haga nada al respecto”, dijo Wolf Pamphile, fundador de Haiti Policy House, un instituto de investigación en Washington.

Subrayando el poder que ejercen las pandillas en Haití, los analistas señalaron que incluso el embajador de Estados Unidos, Dennis B. Hankins, reconoció que la Embajada de Estados Unidos está en comunicación con ellas.

Contactos

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“De vez en cuando, hay contactos con las pandillas, y para nosotros es controlar la seguridad en la región de la embajada”, dijo Hankins recientemente a Haitian News TV Metropole.

En una declaración, el Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que los comentarios del embajador han sido “sujetos a malas interpretaciones”.

“Ciertamente no negociamos con pandillas”, decía la declaración.

“Estamos centrados en combatir a las pandillas y promover la seguridad en Haití mediante el apoyo logístico y financiero a la Policía Nacional Haitiana y la misión de Apoyo a la Seguridad Multinacional”.

(La misión es el nombre formal de la fuerza dirigida por Kenia).

Debido al marcado aumento de la violencia esta semana, la embajada está cerrada.

El embajador estaba fuera del país cuando el aeropuerto cerró y no ha podido regresar.

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Estados Unidos sigue siendo, con diferencia, el mayor financiador de la fuerza internacional enviada para ayudar a restablecer el orden.

La fuerza, formada en gran medida por agentes de policía kenianos, ha estado insuficientemente financiada y dotada de personal, lo que ha dejado a la población decepcionada por sus resultados.

Los expertos dicen que el fracaso de la fuerza de seguridad multinacional a la hora de demostrar grandes victorias de inmediato, como la recuperación de barrios controlados por las bandas, dio a éstas la confianza para resurgir tras una breve retirada.

Los expertos dijeron que los ataques del lunes a los aviones estadounidenses fueron probablemente un esfuerzo de la coalición de bandas por demostrar su potencia y competir por la influencia.

«Creo que, en esencia, están tratando de conseguir el poder o al menos negociar para conseguirlo», dijo Robert Fatton Jr., profesor de gobierno y asuntos exteriores de la Universidad de Virginia.

«En última instancia, si la situación se deteriora aún más, estarán en posición de negociar, les guste o no».

Fases

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Un portavoz de la misión policial no respondió a las solicitudes de comentarios.

El comandante de la misión, en un comunicado de prensa del lunes, dijo que sus fuerzas estaban saliendo de su “fase de despliegue”.

La misión, según su comandante, puede apuntar a algunos éxitos, como tomar caminos secundarios y desbaratar las actividades de las pandillas.

“Estamos comprometidos a ver a Haití recuperar su gloria”, escribió el comandante, Godfrey Otunge.

Se esperaba que otros 600 agentes de policía llegaran pronto a Haití, pero no está claro si su viaje se verá impedido por el cierre del aeropuerto.

Louis-Henri Mars, que dirige una organización de consolidación de la paz, Lakou Lapè, en Puerto Príncipe, dijo que la Policía Nacional de Haití no tenía la capacidad para derrotar a las pandillas, y estuvo de acuerdo en que la misión de Kenia había esperado demasiado tiempo para comenzar a tomar medidas enérgicas.

“Estoy muy preocupado”, dijo Mars.

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“No podemos salir de la ciudad por tierra o por aire. Estamos en una prisión al aire libre en este momento”.

Con los vuelos cancelados en el futuro previsible, las organizaciones sin fines de lucro que brindan atención médica y alimentos a millones de haitianos están preocupadas de que la crisis de seguridad pueda estallar en una emergencia alimentaria y sanitaria.

Con 700.000 personas obligadas a abandonar sus hogares por la violencia en los últimos años, las Naciones Unidas ya han advertido sobre focos de condiciones “similares a la hambruna”.

Tras el ataque del lunes contra su personal y sus pacientes, Christophe Garnier, el jefe de la misión de Médicos Sin Fronteras en Haití, dijo que la organización estaba evaluando seriamente sus operaciones.

“Todo el mundo tiene miedo”, dijo Garnier.

“Si todos los países extranjeros como el mío o el suyo decidieran brindar el apoyo adecuado, la estabilidad podría funcionar. Esto dependerá de la política internacional”.

c.2024 The New York Times Company

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