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INTERNACIONAL

Un fatigado Joe Biden se dirige hacia la salida

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Fue un día largo en Angola.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ya había visitado una instalación portuaria repleta de grúas y recorrido una fábrica llena de bandas transportadoras.

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Así que cuando se sentó ante una enorme mesa de madera circular, en una sala calurosa y con el aire viciado, en compañía de líderes africanos, apoyó la cabeza en la mano y cerró los ojos brevemente mientras los discursos avanzaban.

Cruzar el mundo en avión habría agotado incluso a un presidente de menos de 82 años.

Pero lo importante, según él lo veía, era que había venido.

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Recorrió miles de kilómetros para mostrar un nuevo ferrocarril respaldado por Estados Unidos que podría transformar las economías de África y suministrar recursos a Estados Unidos.

No tenía por qué hacerlo.

Insistió en ello y se sentía orgulloso de ser el primer presidente en estar aquí.

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Este es el ocaso de la presidencia de Biden, los últimos días del capítulo final de una trayectoria política épica que ha abarcado medio siglo y que ha tenido más de un giro inesperado.

El tiempo está alcanzando a Biden.

Cada día que pasa parece un poco más viejo y lento.

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Las personas que trabajan con él dicen que sigue siendo muy perspicaz en la sala de crisis y llama a líderes mundiales para negociar un alto al fuego en Líbano o enfrentar el caos de la rebelión siria.

Pero es difícil imaginar que haya pensado seriamente que podría desempeñar el trabajo más estresante del mundo por otros cuatro años.

Eso no facilita las cosas en tanto que Biden se encamina al final de su mandato.

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Nada de lo que ha sucedido desde que se vio forzado a abandonar la contienda electoral en julio ha hecho que esa decisión pareciera un error, pero la victoria de Donald Trump ante la vicepresidenta Kamala Harris se ha interpretado como un repudio a Biden.

Pero, a diferencia de Trump hace cuatro años, este presidente acepta el resultado.

“Sí, esto es duro”, dijo Ted Kaufman, su amigo por mucho tiempo, ayudante y sucesor en el Senado.

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“Pero él ha pasado por cosas más duras que esto. Tiene una larga lista de cosas que quiere hacer, y está enfocado en conseguirlas”.

Decidido a terminar su mandato con un buen papel y a esculpir su legado como un presidente de importancia, Biden quiere “echar una carrera hasta la línea de meta” en estas últimas semanas, como dijo su jefe de gabinete, Jeffrey Zients.

Está tachando algunos pendientes de su lista de deseos presidenciales.

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¿Una visita a la selva amazónica, otra primera vez para un presidente estadounidense? Hecho.

La asignatura pendiente más importante que le queda es el alto al fuego en Gaza y, si lo consigue, sería un logro que le daría validez a un presidente saliente.

Por lo demás, termina su mandato atribuyéndose el mérito de una economía saludable, que le entrega a un sucesor ingrato, y encauzando dinero que ya había sido aprobado por el Congreso para carreteras y puentes en el país; y, en el extranjero, para armas a Ucrania.

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Para teñir su próxima partida con clemencia, Biden ha extendido un número récord de conmutaciones a presos que ya estaban en confinamiento domiciliario, y de manera más desafiante también indultó a su hijo Hunter luego de unas condenas por relacionadas con armas de fuego y cargos fiscales, después de lo cual se sorprendió por la reacción de sus compañeros demócratas.

Al igual que otros presidentes al final de un solo mandato, se está desvaneciendo de la escena política, casi abandonando el escenario antes de que se baje el telón.

Aunque Trump ya domina la conversación más de lo que suelen hacer los presidentes entrantes —haciendo declaraciones políticas y reuniéndose con líderes mundiales sin esperar a tomar posesión del cargo—, el presidente que ocupa la Casa Blanca en este momento se ha convertido en un actor secundario.

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Un presentador de Saturday Night Live se refirió a Biden como “¿presidente… todavía?”.

Biden se ha ausentado del debate que convulsiona al país.

Tras advertir una y otra vez que Trump suponía una amenaza existencial para la democracia estadounidense, ahora ha guardado silencio sobre el tema e incluso sus ayudantes declinan responder a preguntas sobre si el presidente electo sigue siendo un peligro.

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Biden, tradicionalista hasta la médula, ha optado por el garbo y la reticencia que considera propios de un presidente saliente del partido derrotado, incluso cuando el presidente entrante amenaza con encarcelar a sus opositores e intenta colocar en puestos de poder a secuaces con ideas conspiracionistas.

Algunos aliados de Biden y colegas demócratas desearían que utilizara su posición de forma más asertiva en el tiempo que le queda.

“Debería insistir con fuerza hasta el último día en las cosas que representó para solidificar su legado y la memoria que se tenga de él en la opinión pública estadounidense, porque es diametralmente opuesto a lo que Trump está llevando a la Casa Blanca”, dijo el reverendo Al Sharpton, líder de los derechos civiles y aliado de Biden.

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Aunque ha impulsado sus prioridades, a Biden le ha costado trabajo avanzar.

Durante su visita a la selva amazónica el mes pasado, su fragilidad parecía dolorosamente evidente para quienes viajaban con él.

Tras hablar por siete minutos en un día con humedad abrumadora, vestido una camisa azul holgada que colgaba de su figura, se dio la vuelta para alejarse del atril arrastrando los pies por un camino de tierra, mientras varias personas del público que no estaban acostumbradas a verlo de cerca decían que contenían la respiración, preocupadas por si tropezaba.

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(Sus ayudantes dijeron que su andar no era más inestable de lo habitual).

Durante una ceremonia de llegada en su viaje a Angola de este mes, al día siguiente de un vuelo transoceánico largo y cansado que habría agotado a cualquier octogenario, el presidente João Lourenço tomó repentinamente el brazo de Biden para ayudarlo a subir un escalón.

Cuando Biden visitó el Museo Nacional de la Esclavitud esa tarde, en realidad no entró en el edificio principal para ver las exposiciones, sino que sacaron algunas piezas afuera del lugar para mostrárselos, algo que dos personas familiarizadas con la planificación atribuyeron al temor de que las empinadas escaleras fueran un desafío demasiado grande.

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(La Casa Blanca negó que las escaleras fueran un motivo de preocupación y dijo que no fue llevado al interior por motivos de programación y logística).

Sin embargo, Biden sigue realizando esos arduos viajes a destinos lejanos, como la Amazonía y Angola, cuando otros no se habrían molestado en hacerlo.

Sus reuniones en Brasil forjaron compromisos internacionales sobre el cambio climático y su viaje a Angola buscaba destacar un ferrocarril respaldado por EE. UU. que se está construyendo a través del continente africano y compite por influencia con China, dos grandes retos de esta época.

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“Fue un momento muy importante para mí, para nuestra institución”, dijo Vladimiro Fortuna, director del Museo de la Esclavitud de Angola.

“Fue un momento muy importante en la historia del museo”.

Añadió que estaba impresionado por Biden y que no entendía por qué había tanta preocupación por las escaleras.

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“No vi a alguien que no estuviera preparado para subir y entrar en el museo”.

Varios de quienes viajaron con Biden a esos dos destinos notaron que a veces tenía una agenda ligera y murmuraba por momentos, lo que dificultaba comprender lo que decía.

Con el final de su carrera política a la vista, parecía meditabundo.

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En un momento dado, durante una reunión privada, se dispersó y evocó el famoso debate de 1960 entre John F. Kennedy y Richard Nixon.

Al mismo tiempo, dijeron quienes le acompañaban, se concentró en los temas que le interesaban y demostró dominio de los detalles.

Actividad

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Antes de reunirse con el presidente de China, Xi Jinping, al margen de una cumbre en Río de Janeiro, insistió en una prolongada sesión informativa que se alargó unos 90 minutos.

En las reuniones en la Casa Blanca, dijeron sus ayudantes, sigue tan astuto como antes, ordenando acciones concretas y editando los discursos para adaptarlos a sus preferencias.

Hizo llamadas a otros líderes mundiales como parte de un exitoso esfuerzo por negociar un alto al fuego para detener la guerra en Líbano y de nuevo para consultar sobre las consecuencias de la caída del presidente Bashar al Asad en Siria.

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La semana pasada, en una ceremonia de homenaje a las Olimpiadas Especiales, algunos de sus invitados lo consideraron plenamente comprometido.

“Parecía estar bien”, dijo Elaine Kamarck, una antigua integrante del Comité Nacional Demócrata que asistió a la ceremonia.

“Para mi sorpresa, se quedó toda la cena. Todos pensamos que tal vez desaparecería, pero no, se sentó, comió con todos y se quedó toda la cena. Y parecía estar bien”.

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Aun así, se emocionó en un momento de la ceremonia.

En esta época del año, aseguran sus amigos, Biden puede deprimirse un poco, al recordar el accidente de coche de 1972 en el que murieron su primera esposa y su hija poco antes de Navidad.

Durante su breve discurso en el acto de las Olimpiadas Especiales, sacó a colación la tragedia y se quedó sin poder pronunciar palabra por la emoción unos instantes.

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El miércoles estará en Wilmington, Delaware, con motivo de ese aniversario, cuando suele visitar las tumbas de su familia.

Aunque algunos allegados a Biden dijeron que estaba en paz con el próximo final de su presidencia, otros dijeron que había estado taciturno.

Actualmente está enfadado con los congresistas demócratas que han denunciado de manera pública su decisión de indultar a Hunter Biden a pesar de sus promesas de no hacerlo, según una persona que ha pasado tiempo con él recientemente.

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Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que, mientras Trump acapara los titulares, Biden y su equipo están ocupados asegurándose de que el dinero aprobado como parte de su robusta legislación se ejerza como estaba previsto en proyectos de energía limpia, manufactura e infraestructuras, antes de que el equipo de la siguiente gestión pueda intentar bloquearlo.

En un memorándum enviado al personal de la Casa Blanca la semana pasada, Zients, el jefe de gabinete, informó que el gobierno ha anunciado la asignación de alrededor del 98 por ciento del dinero disponible hasta el final del año fiscal procedente de cuatro importantes leyes aprobadas por Biden:

el Plan de Rescate Estadounidense, la Ley Bipartidista de Infraestructuras, la Ley Chips y Ciencia y la Ley de Reducción de la Inflación.

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“El presidente se ha concentrado mucho en cómo aplicamos estas leyes”, dijo en una entrevista Natalie Quillian, la subjefa de personal de la Casa Blanca que supervisa el proceso.

“Nos ha inculcado a todos que tenemos que avanzar rápido, tenemos que sacar el dinero por la puerta, tenemos que firmar los contratos y tenemos que conseguir que esto llegue a las comunidades, republicanas y demócratas, de todo el país lo antes posible”.

Legado

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La semana pasada, Biden pronunció un “discurso de legado” en la Brookings Institution, en el que expuso lo que considera los éxitos de su programa económico, y advirtió sobre los peligros del plan de Trump.

El discurso, de unos 40 minutos y preparado durante semanas, pretendía esbozar lo que Biden cree que funcionó en términos económicos durante su mandato y lo que no funcionará en el futuro, aunque tosió durante todo el discurso y al final estaba ronco.

“No busca un monumento”, dijo el fin de semana Jared Bernstein, presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente.

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“Busca una política mejor que eleve a la clase media y nos aleje del efecto goteo”.

Sin embargo, en esta etapa de la presidencia de Biden, sus mensajes públicos son selectivos y sobrios.

Biden, quien solía ser el político parlanchín más locuaz de Washington, apenas se relaciona con los periodistas que lo siguen a donde va.

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No ha celebrado ninguna conferencia de prensa ni ha concedido entrevistas a los medios de comunicación tradicionales desde las elecciones, aunque sí a algunos pódcasts.

La única respuesta que dio a las preguntas de los periodistas durante todo su viaje a África sumó 14 palabras.

En Sudamérica, fue una sola palabra.

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Por lo tanto, Biden no ha abordado públicamente ni una sola vez su criticada decisión de indultar a su hijo desde el comunicado escrito que emitió, ni ha hablado de su evaluación de indultos generales a adversarios de Trump para protegerlos de su prometida campaña de “represalias” una vez que asuma el cargo.

A veces, Biden se irrita ante las limitaciones.

Antes de las elecciones, cuando había quedado relegado a un segundo plano en la campaña, el presidente dijo a un aliado que se aburría y le preguntó si había algún acto al que pudiera asistir, un comentario que parecía solo en parte jocoso, según una persona informada de la conversación.

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Pero sus ayudantes dijeron que aún queda mucho por hacer.

En su memorándum, Zients señaló las conversaciones para el alto al fuego en Gaza, los esfuerzos para confirmar a más jueces y los planes para cancelar más deuda estudiantil de los trabajadores de servicios públicos y otros prestatarios.

“En una época en la que la mayoría esperaría que fuéramos más despacio, tú estás acelerando”, escribió Zients, y añadió:

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“Sé que tú y tus equipos están avanzando en cada tema, yarda con yarda”.

Katie Rogers y Michael D. Shear colaboraron con reportes.

Peter Baker es el corresponsal principal de la Casa Blanca para el Times. Ha cubierto las gestiones de los últimos cinco presidentes y a veces escribe artículos analíticos que ponen a los presidentes y sus gobiernos en un contexto y marco histórico más grande.

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Zolan Kanno-Youngs es corresponsal en la Casa Blanca y cubre al presidente Joe Biden y su gobierno

c.2024 The New York Times Company

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INTERNACIONAL

Una codiciada Groenlandia va a las urnas con ánimos independentistas y con Trump al acecho

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Los centros de votación abrieron sus puertas el martes en Groenlandia para unas elecciones parlamentarias anticipadas, mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, busca hacerse con el control de la estratégica isla ártica.

En la región autónoma de Dinamarca viven a 56.000 personas, la mayoría de ascendencia indígena inuit, y ocupa una ubicación estratégica en el Atlántico Norte. También contiene minerales de tierras raras clave para impulsar la economía global.

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Los resultados electorales no oficiales deberían estar disponibles poco después del cierre las urnas a las 19 hora argentina, del martes, pero no se certificarán hasta dentro de semanas porque boletas deben llegar a la capital desde asentamientos remotos en barco, avión y helicóptero.

La isla ha estado en un proceso hacia la independencia desde al menos 2009. Ahora, la ruptura con Dinamarca no figura en la boleta a pesar de ser un tema que está en la mente de todos. Los votantes elegirán sin embargo a 31 legisladores que darán forma al debate de la isla sobre cuándo y si declarar la independencia en el futuro.

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Las encuestan muestran apoyo a la independencia

Esta gran isla ártica con escasa población celebra unas elecciones parlamentarias anticipadas que están siendo seguidas de cerca. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro que quiere hacerse con el control de la región, que ocupa una ubicación estratégica y tiene minerales de tierras raras clave para la economía global.

Ahora, los groenlandeses debaten la mejor manera de asegurarse que controlan su futuro.

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Filas en Nuuk, para votar. Foto: EFE

“Creo que la mayoría de nosotros hemos estado asustados desde el nuevo año debido al interés (de Trump)”, dijo Pipaluk Lynge, diputado del partido gobernante, Inuit Ataqatigiit o Partido de los Inuit Unidos, a The Associated Press. “Así que ahora mismo estamos mirando mucho a Europa para ver si podemos establecer un vínculo más fuerte con ellos para asegurar nuestra nación soberana”.

Las encuestas de opinión muestran que la mayoría de la población está a favor de la independencia.

La mayoría dice que no les desagradan los estadounidenses y señalan las buenas relaciones que tienen con la base espacial local Pituffik, antes conocida como Base Aérea de Thule, donde hay personal militar de Estados Unidos estacionado desde 1951.

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Pero los groenlandeses no muestran signos de querer convertirse en estadounidenses. Incluso algunos de los mayores fanáticos de Trump se aferran al principio de que deben controlar su destino. Entre ellos está Gerth Josefsen, un pescador de 53 años de Nuuk que lleva una gorra de MAGA y se enorgullece de haber visitado Mar-a-Lago, la mansión de Trump en Florida.

La mayoría de la población está a favor de la independencia. Foto: APLa mayoría de la población está a favor de la independencia. Foto: AP

Su mantra es que Groenlandia está abierta a hacer negocios, pero no a la venta.

“La situación ha cambiado debido a Trump y al mundo”, apuntó Doris Jensen, representante del partido socialdemócrata Siumut, quien afirmó que siempre ha estado a favor de la independencia. “Así que hemos decidido en nuestro partido que tenemos que hacerlo más rápido”.

La atención de Trump ha transformado un proceso democrático profundamente local. De repente, la presencia de periodistas de lugares tan lejanos como Japón o Croacia son un recordatorio de que estos no son tiempos normales.

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Después del último debate televisado de los candidatos en el auditorio de una escuela de Nuuk, el primer ministro, Mute Bourup Egede, fue recibido por unos 75 simpatizantes que casi eran superados en número por fotógrafos y camarógrafos.

“Todos estos reporteros nos asustan”, afirmó Aviaja Sinkbaek, que trabaja en la escuela. “Significa que algo debería suceder pronto”.

“Me pregunto qué se trae Trump entre manos”, agregó.

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Una inmensa isla acapara los focos

La política en Groenlandia tiene un ritmo diferente. Los debates durante la campaña electoral rara vez se caldeaban. A las personas que se exaltaban demasiado se les pedía que salieran. Los temas a tratar incluían la construcción de una fuerza laboral calificada y la decoración del nuevo aeropuerto, que abrió una pista lo suficientemente larga para aviones Jumbo en noviembre.

Los votantes elegirán 31 legisladores. Foto: ReutersLos votantes elegirán 31 legisladores. Foto: Reuters

El martes, el único centro de votación de la capital, habilitado en un centro deportivo, tenia carpas de los partidos políticos en el exterior y sus voluntarios ofrecían bebidas calientes y pastel groenlandés —un pan con pasas servido con mantequilla— con la esperanza de influir en los votantes.

Un autobús recorría la ciudad de aproximadamente 20.000 habitantes ofreciendo transporte.

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Los groenlandeses saben lo que tienen. Esperan que los minerales de tierras raras ayuden a diversificar una economía donde los trabajos públicos representan el 40% del empleo.

Pero el gobierno ha impuesto estrictas reglas para proteger el medio ambiente en la isla, la mayor parte de la cual está cubierta de hielo durante todo el año. Las duras condiciones atmosféricas plantean dudas acerca de si la extracción es viable desde el punto de vista comercial.

Durante el fin de semana, ráfagas de viento huracanadas provocaron advertencias para amarrar los barcos y los materiales de construcción. Mientras el viento aullaba como un motor acelerado, la población local se retiró a sus hogares para jugar a juegos de mesa.

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La autora es periodista de Associated Press

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INTERNACIONAL

El primer ministro de Portugal perdió una moción de confianza y cayó el gobierno

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Enfrascado en una polémica por un presunto conflicto de intereses, el primer ministro portugués, Luis Montenegro, perdió este martes una moción de confianza en el Parlamento, lo que provocó la caída del gobierno y abrió la vía a unas posibles elecciones anticipadas.

La moción fue rechazada por los votos de los socialistas, el principal partido de la oposición, la extrema derecha Chega y los diputados de extrema izquierda.

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Este resultado abre la puerta a elecciones legislativas, que serían las terceras en menos de cuatro años, si el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, decide disolver la cámara.

El gobierno «lo intentó todo hasta el último minuto para evitar elecciones anticipadas», declaró Montenegro a la salida del Parlamento.

El lunes, los socialistas anunciaron la presentación de un pedido formal de creación de una comisión de investigación parlamentaria sobre el posible conflicto de intereses que ha puesto en el ojo del huracán al primer ministro.

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Montenegro hizo llegar el lunes una serie de respuestas por escrito a las preguntas de la oposición. «No basta para disipar las sospechas», le respondió el secretario general del Partido Socialista, Pedro Nuno Santos.

Montenegro, de 52 años y presidente del Partido Socialdemócrata (PSD, de centroderecha), gobernaba sin mayoría absoluta y se ha visto salpicado por varios escándalos.

El primer ministro de Portugal, Luis Montenegro, se prepara para salir después de que los legisladores votaran en contra de la moción de confianza del gobierno en el parlamento en Lisboa. Foto Reuters

El principal de ellos tiene que ver con una empresa de prestación de servicios, propiedad de su esposa y sus hijos, que tiene contratos con varias empresas privadas. Entre estas figura un grupo sujeto a concesiones estatales.

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Desde que trascendieron estas revelaciones, el jefe de gobierno, que ya superó en el pasado dos mociones de censura, anunció que la empresa familiar quedaría exclusivamente en manos de sus hijos.

Una eventual disolución de la cámara conllevaría la celebración de elecciones generales anticipadas, que en caso de darse, tendrán lugar el 11 o el 18 de mayo, anunció el presidente.

Montenegro afirma que no cometió ninguna irregularidad y anunció que, en caso de anticipo electoral, será candidato.

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El dirigente de centroderecha llegó al poder en abril de 2024, después de que su antecesor, el socialista Antonio Costa, presentara su dimisión en noviembre de 2023 investigado por un presunto caso de tráfico de influencias.

Costa siempre negó cualquier irregularidad y fue elegido en junio presidente del Consejo Europeo.

La extrema derecha de Chega se convirtió en la tercera fuerza del Parlamento en las legislativas de marzo del año pasado, cuando pasaron de 12 a 50 escaños con un 18% de los sufragios.

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INTERNACIONAL

They were forced to scam others worldwide; now thousands are detained on the Burmese border

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Thousands of sick, exhausted and terrified young men and women, from countries all over the world squat in rows, packed shoulder to shoulder, surgical masks covering their mouths and eyes.

Their nightmare was supposed to be over.

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UN WARNS OF ‘FRIGHTENING AND DISTURBING’ ACTIVITY BY MILITARY, REBELS IN WESTERN BURMA

Last month, a dramatic and highly publicized operation by Thai, Chinese and Myanmar authorities led to the release of more than 7,000 people from locked compounds in Myanmar where they were forced to trick Americans and others out of their life savings. But survivors have found themselves trapped once again, this time in overcrowded facilities with no medical care, limited food and no idea when they’ll be sent home.

One young man from India said about 800 people were being held in the same facility as him, sharing 10 dirty toilets. He said many of the people there were feverish and coughing. Like all former enslaved scammers who talked to The Associated Press, he spoke on condition of anonymity out of concern for his safety.

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«If we die here with health issues, who is responsible for that?» he asked.

The armed groups who are holding the survivors, as well as Thai officials across the border, say they are awaiting action from the detainees’ home governments.

It’s one of the largest potential rescues of forced laborers in modern history, but advocates say the first major effort to crack down on the cyber scam industry has turned into a growing humanitarian crisis.

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The people released are just a small fraction of what could be 300,000 people working in similar scam operations across the region, according to an estimate from the United States Institute of Peace. Human rights groups and analysts add that the networks that run these illegal scams will continue to operate unless much broader action is taken against them.

A high-profile crackdown

The trapped people, some of whom are highly educated and fluent in English, were initially lured to Thailand with promises of lucrative office jobs, only to find themselves locked in buildings where they describe being forced to sit at computers up to 16 hours a day running scams. Refusing to work could bring beatings, starvation and electric shocks.

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People from China, Vietnam and Ethiopia, believed to have been trafficked and forced to work in scam centers, sit with their faces masked while in detention after being released from the centers in Myawaddy district in eastern Myanmar, Wednesday, Feb. 26, 2025.  (AP Photo/Thanaphon Wuttison)

«Your passport is confiscated, you cannot go outside and everything is like hell, a living hell,» a trapped Pakistani man told The Associated Press.

Cyber scams run from compounds have flourished during the pandemic, targeting people around the world. The United Nations Office on Drugs and Crimes estimates that between $18 billion and $37 billion was lost in Asia alone in 2023, with minimal government action against the criminal industry’s spread.

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Beijing began pushing the region’s governments to crack down this year after a young Chinese actor was trafficked to Myanmar by people who promised him an acting job in Thailand. His girlfriend spearheaded a viral social media campaign that led to his release.

Following that rescue, a senior Chinese government official visited Thailand and Myanmar demanding an end to the scams. In response, Thailand cut electricity, internet and gas supplies to five border towns in Myanmar.

Shortly after, the ethnic militia groups that rule this part of Myanmar — the Kayin Border Guard Force and the Democratic Kayin Buddhist Army — asked some of the trapped scammers if they wanted to leave, and then escorted them out of their compounds.

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From forced labor to detention

As the number of people released grew into the thousands, formerly enslaved scammers found themselves caught in indefinite detention just across a narrow, slow-moving river’s width from freedom.

Most are being held either in army camps controlled by the Kayin Border Guard Force, or repurposed scam compounds, where many have been since early February.

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For weeks, men and women have shared unsanitary conditions, sleeping on the floor and eating what their captors provide. At one point, the Border Guard Force said that over 7,000 people were crammed into these facilities, as China began busing citizens across the border for flights.

Exclusive photos obtained by AP underscore the detainees’ desperation: Surgical masks, often two per face, cover their eyes, noses and mouths as they huddle under the watchful eyes of armed guards.

«It felt like a blessing that we came out of that trap, but the actual thing is that every person just wants to go back home,» said another Indian man, 24, speaking softly on a contraband phone from inside a makeshift detention center. He asked to not publish his name out of concern for his safety and because the militias guarding them had confiscated their phones.

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Last week, fights broke out between Chinese citizens waiting to go home and the security forces guarding them, two detainees told the AP.

An unconfirmed list provided by authorities in Myanmar says they’re holding citizens from 29 countries including Philippines, Kenya and the Czech Republic.

Waiting for a $600 plane ticket

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Authorities in Thailand say they cannot allow foreigners to cross the border from Myanmar unless they can be sent home immediately, leaving many to wait for help from embassies that has been long in coming.

China sent a chartered flight Thursday to the tiny Mae Sot airport to pick up a group of its citizens, but few other governments have matched that. There are roughly 130 Ethiopians waiting in a Thai military base, stuck for want of a $600 plane ticket. Dozens of Indonesians were bused out one morning last week, pushing suitcases and carrying plastic bags with their meager possessions as they headed to Bangkok for a flight home.

Thai officials held a meeting this week with representatives from foreign embassies, promising to move «as quickly as possible» to allow them to rescue their trapped citizens. But they warned that Thailand can only manage to receive 300 people per day, down from 500 previously, Monday through Fridays. It also announced it would let embassy staff cross over into Myanmar.

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«The ministry attaches very high importance to this and is aware that there are sick people, and that they need to be repatriated,» Nikorndej Balankura, spokesman for Thailand’s Ministry of Foreign Affairs said on Thursday.

The Indian Embassy in Bangkok did not respond to requests for comment. The Czech Foreign Ministry says it cannot confirm a Czech citizen is among those repatriated. It says it is in touch with the embassies in Bangkok and Yangon over the issue and that the embassies have not been asked for assistance.

Amy Miller, the Southeast Asia director of Acts of Mercy International who is based at the Thai-Myanmar border, says it’s hard for the world to understand why all of the released workers aren’t free.

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«You can literally, with your naked eye, stand at the border and see people inside, on their balconies, in these compounds, and yet we cannot reach them,» she said. Pausing a moment, she gestured out a nearby window toward the Friendship Bridge to Myanmar just blocks away. «I think what people don’t understand is that to enter into another country is an act of war. You cannot just go in and receive these people out.»

Assistance is scarce

Aiding the work on the front lines, especially for those countries with fewer resources, are a handful of small nonprofit groups with very limited funds.

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In a nondescript Mae Sot home, Miller’s organization receives escapees and a trickle of survivors who have made it across the river with comfortable couches, clean water, food and working phones to reach their families. She said today’s unprecedented numbers are overwhelming the aid available across the river.

«When we’re looking at numbers in the thousands, the ability to get them over to Thailand and process them and house them and feed them would be impossible for most governments,» said Miller. «It really does require a kind of a global response.»

The recent abrupt halt to U.S. foreign aid funding has made it even harder to get help to released scam center workers.

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The United Nations’ International Organization for Migration, for example, previously funded care for victims of trafficking in scam compounds in one shelter in Cambodia, but was forced to halt that work by the Trump Administration’s funding freeze announced in January, according to a source with direct knowledge of the situation. The halt to funding has also impacted a network of civil society groups that worked to stop human trafficking and rescue survivors in Thailand.

«It’s really heartbreaking to see that there’s such an immense amount of people that are in need of assistance,» said Saskia Kok, Head of Protection Unit in Thailand for the IOM.

In a statement, U.S. officials acknowledged the high pressure impasse.

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«The United States remains deeply concerned about online scam operations throughout Southeast Asia, which affect thousands of Americans and individuals from many other countries,» said a State Department spokesperson in a statement sent to the AP.

A bigger problem

While advocates estimate some 50 million people are living in modern slavery, mass rescues of enslaved workers are rare. In 2015, more than 2,000 fishermen were rescued from brutal conditions at sea, liberated after an Associated Press investigation exposed their plight. That same year hundreds of Indians were rescued from brick factories in India. And last year Brazilian prosecutors rescued 163 Chinese nationals working in «slavery-like» conditions at an electric vehicle factory construction site in northeastern Brazil.

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«What we are seeing at the Thai-Myanmar border now is the result of years of inaction on a trafficking crisis that has had a devastating impact on thousands of people, many of whom were simply seeking better economic prospect, but were lured to these compounds on false pretenses,» said Amnesty International Myanmar researcher Joe Freeman.

Being forced to commit a crime under threat of violence should not be criminalized, said Freeman. «However, in general we are aware of countries in the region repatriating their nationals from scam compounds only to then charge them with crimes.»

Business as usual

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It’s not clear how much of an effect these releases will have on the criminal groups that run the scam centers.

February marked the third time the Thais have cut internet or electricity to towns across the river. Each time, the compounds have managed to work around the cuts. Large compounds have access to diesel-powered generators, as well as access to internet provider Starlink, experts working with law enforcement say.

«The resources is the one thing that they are not lacking and they’ve been able to bring them to bear in the past,» said Benedikt Hoffman, acting representative for the United Nations Office on Drugs and Crime in the region.

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The armed groups that staged the crackdown have also been accused of helping to run scam compounds in Myawaddy. The head of the Kayin Border Guard Force, General Saw Chit Thu, has been sanctioned by the European Union and the United Kingdom for profiting from scam compounds and human trafficking, respectively. Compounds in the DKBA’s control are less well-documented in the public record, but activists say they also control a fair number.

«There is clearly a lot of pressure on the Border Guard Force to take action and helping people to leave is one of the most visible ways to do so,» Hoffman said. «That said, it likely also reflects an adjustment to the business model, reducing the number of people involved — and with less attention, continuing lower key operations.»

It will take simultaneous pressure exerted in multiple areas to truly shut down the compounds, said Hoffman.

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In this crackdown, there have been no major prosecutions or compounds shut down.

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«This doesn’t affect anything,» said a 23-year-old Pakistani man who had hoped to be freed only to be trapped in an army camp. The bosses, he said, are «rich as hell» and can buy anything they need to keep the lucrative operations going. Meanwhile, he said, conditions are worsening.

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«My friends are in really bad condition, we can’t survive here,» he said, requesting anonymity out of fear for retribution from his guards. He asks a question that’s been haunting him day in and day out for weeks: «Is anyone coming for us?»


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