INTERNACIONAL
La condenaron por asesinar a su compañera durante un juego sexual y años después se descubrió que era inocente

Una noche de noviembre de 2007, la tranquilidad de Perugia, una ciudad universitaria en el centro de Italia, se terminó por un macabro hallazgo. En una casa compartida por estudiantes extranjeros, la policía encontró el cuerpo de una joven británica, Meredith Kercher, de 21 años, que fue brutalmente asesinada en su dormitorio.
Si bien al principio parecía un caso policial más, poco después se convirtió en una trama llena de sospechas, contradicciones y teorías que mantuvieron al mundo en vilo durante años.
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En el centro de la escena quedó Amanda Knox, una joven estadounidense de 20 años, quien de la noche a la mañana pasó de ser una estudiante de intercambio a la principal sospechosa en un caso de homicidio.
El hallazgo y las primeras sospechas
Amanda Knox tenía 20 años y había llegado a Perugia unos meses antes para perfeccionar su italiano y cursar un programa de estudios europeos. En ese momento, compartía un departamento con otras tres jóvenes, entre ellas Meredith Kercher, una estudiante británica de 21 años que también había viajado a Italia por intercambio. La convivencia, según declararon sus allegados, era cordial, aunque cada una llevaba un ritmo de vida distinto.
La noche previa al hallazgo, Knox había salido a cenar con su novio, Raffaele Sollecito, un estudiante de informática de 23 años que conocía desde hacía apenas una semana.
Al día siguiente, el 2 de noviembre de 2007, volvió al departamento y notó detalles inquietantes: la puerta estaba entreabierta, el baño tenía manchas de sangre y una de las habitaciones estaba cerrada con llave. Frente a esta situación, la joven le avisó a Sollecito y juntos llamaron a la policía.
Al ingresar al cuarto de Kercher, los agentes se encontraron con una escena escalofriante: el cadáver de la chica estaba en el piso, semidesnudo, con el cuello atravesado por varias puñaladas.
A su vez, el cuarto mostraba signos de violencia, aunque para algunos investigadores el desorden parecía “fabricado”. Desde ese momento, la investigación quedó marcada por sospechas de encubrimiento y teorías sobre rituales sexuales. Amanda Knox y Meredith Kercher. (Foto: E News)
En pocas horas, la lupa de los investigadores se posó sobre Amanda Knox y su novio, Raffaele. Para la policía, la actitud de la joven estadounidense, que parecía “tranquila y distante”, era incompatible con la de alguien que acababa de perder a su compañera de casa. Ese prejuicio fortaleció la hipótesis de que estaba involucrada en el crimen.
Al mismo tiempo, apareció el nombre de Rudy Guede, un chico marfileño de 20 años que solía frecuentar la casa. Su ADN fue hallado en la escena del crimen, en la ropa de Meredith y en distintos elementos del cuarto. Para los fiscales, Guede no había actuado solo: sostenían que Knox y Sollecito habían participado de una especie de “juego sexual” que terminó en tragedia.
La hipótesis, construida sobre indicios y con pocas pruebas concretas, fue la tapa de los diarios nacionales e internacionales durante meses. La figura de Amanda Knox fue presentada como la de una “femme fatale manipuladora”, un rol que contrastaba con su imagen de estudiante norteamericana de clase media. Amanda Knox fue detenida acusada del asesinato de su compañera de casa, Meredith Kercher. (Foto: New York Magazine)
Un proceso judicial lleno de giros
Para la fiscalía italiana, Knox y Sollecito habían participado en el crimen junto a Rudy Guede. Según su hipótesis, la noche del 1° de noviembre de 2007 los cuatro jóvenes se encontraban en el departamento y lo que comenzó como un encuentro sexual terminó en un ataque violento.
De esta manera, sostuvieron que Kercher se negó a participar en un supuesto “juego erótico” y que eso desató la agresión que derivó en su muerte.
En 2009, Amanda Knox y Raffaele Sollecito fueron condenados: la joven estadounidense recibió una pena de 26 años de prisión mientras que a su novio le dieron 25. Amanda Knox fue condenada a 26 años de prisión por el homicidio de Meredith Kercher. (Foto: People)
Sin embargo, la defensa apeló y en 2011 un tribunal de apelaciones los absolvió, al señalar que las pruebas de ADN presentaban fallas en su recolección en la escena del crimen y su análisis posterior.
De esta manera, Amanda Knox fue liberada tras pasar cuatro años en prisión y volvió a Estados Unidos, donde fue recibida como víctima de un sistema judicial cuestionado.
Sin embargo, en 2013, la Corte de Casación italiana anuló la absolución y ordenó un nuevo juicio, por lo que, Knox y Sollecito fueron nuevamente condenados al año siguiente. Amanda Knox y Raffaelle Sollecito. (Foto: USA Today)
Finalmente, en marzo de 2015, la Corte Suprema de Italia puso un punto final al caso: absolvió a Knox y a Sollecito de manera definitiva. En su fallo, los jueces fueron contundentes al señalar que la investigación había estado plagada de errores, omisiones y una clara falta de pruebas que demostraran la participación de ambos en el crimen.
La única condena firme siguió siendo la de Rudy Guede, considerado el autor material del asesinato y sentenciado a 16 años de prisión. En su declaración, Guede reconoció haber estado en la casa de Kercher en la noche del homicidio, aunque negó haber participado.
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Tras su absolución, Amanda Knox se radicó en Estados Unidos y reconstruyó su vida lejos de Italia. Se convirtió en escritora, periodista y activista, enfocada en denunciar los errores judiciales y la presión que los medios ejercen sobre casos criminales. A su vez, publicó un libro de memorias y participa en conferencias donde relata su experiencia y advierte sobre los riesgos de un sistema que puede condenar a inocentes.
Italia, Estados Unidos, Asesinato
INTERNACIONAL
Michelle Obama escribió un documento histórico y lo disfrazó de libro decorativo

El nuevo libro de Michelle Obama, The Look, es muchas cosas.
Es uno de los libros más vendidos en Amazon. Es un álbum de fotos lleno de moda en papel cuché. Es la historia de las expectativas que se depositaron en la primera mujer negra en ejercer el cargo de primera dama. Y es la tercera entrega de una trilogía de libros de Obama enfocados en la realización personal, que incluyensus memorias, su libro de consejos sobre cómo superar la adversidad y, esta vez, una meditación sobre el poder de la ropa.
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Pero, sobre todo, es un documento histórico que capta un momento clave en la evolución del papel de primera dama, cuando la ropa se convirtió en una parte aún mayor de la comunicación. Un momento en el que, en otras palabras, la vestimenta se convirtió en una parte oficial del trabajo. Eso más importante de lo que pueda parecer. The look, el libro de Michelle Obama. (Foto: @michelleobama)
Al fin y al cabo, Obama fue la primera primera dama que tuvo en la nómina una estilista -o “ayuda de cámara”, como llamaban a Meredith Koop- en el Ala Este, empleada para ayudar a definir la estrategia visual de la primera dama en cada ocasión, ya fuera jugar hula-hula en público hasta asistir a los grandes momentos de boato.
Una nueva visión del estilismo en la Casa Blana
Antes de que los Obama llegaran a la Casa Blanca, primeras damas como Jacqueline Kennedy, Nancy Reagan y Hillary Clinton habían trabajado con algún diseñador en sus atuendos para los bailes inaugurales o las cenas de Estado, pero la relación era más de gracia y favor que un asunto estructural. Se trataba más de pompa y decoro que de diplomacia, y las primeras damas solían elegir a un diseñador (Oleg Cassini, James Galanos, Oscar de la Renta) para quedarse con él.
Sin embargo, después de Obama, Melania Trump y Jill Biden contrataron cada una a un estilista -Hervé Pierre para Trump y Bailey Moon para Biden- una figura que actuaba como enlace entre las marcas de moda y el ala este. Trabajaron con muchos diseñadores para casi todas las ocasiones, a menudo con un conjunto específico de prioridades políticas en mente. Se había creado un nuevo patrón, y se convirtió en la norma.

Wintour con Michelle Obama a quien le dio cuatro tapas de Vogue cuando era primera dama. (Foto: AFP PHOTO/Stan HONDA).
Por qué ocurrió eso es, en gran parte, el subtexto de The Look, publicado por Crown la semana pasada, y por eso el libro es importante. Pone al descubierto, de una forma sin precedentes (y fácil de leer), cómo un guardarropa se convirtió en vehículo sutil de poder político.
En cierto modo, era inevitable.
Como la primera mujer negra en ser primera dama, Obama sabía que todos sus movimientos iban a ser analizados, incluido su atuendo. Tenía que representar a todos los bandos de un país díscolo, y debía hacerlo como la primera primera dama de la era de las redes sociales. La capacidad del mundo para ver y seguir cada una de sus apariciones era mucho mayor que nunca, y la capacidad del mundo para comentarlas también era mayor. Su imagen -las fotos que circulaban por Instagram, Twitter y Facebook- importaba como nunca antes y, por tanto, importaban las decisiones que tomaba al crearla. En lo tocante a la ropa, lo que estaba en juego había cambiado.
El estilo Michel Obama: una declaración política
Como admite Obama en el libro, se ha especulado sobre el propósito detrás de muchas de sus elecciones sartoriales como primera dama en varios libros, como Everyday Icon, de Kate Betts, y Michelle Obama: First Lady of Fashion and Style de Susan Swimmer (por no mencionar los numerosos artículos de críticos como yo). Pero esta es la primera vez que aborda abiertamente el tema de su estilo y da crédito al equipo –Koop, la estilista; los peluqueros Yene Damtew, Njeri Radway y Johnny Wright; el maquillador Carl Ray– que la ayudó a hacerlo realidad.
Así, escribe, la decisión de elegir a Jason Wu, entonces un joven diseñador neoyorquino de origen taiwanés relativamente desconocido, para que diseñara su vestido del baile de inauguración tenía que ver con demostrar “que iba a defender a personas y voces y talentos que con demasiada frecuencia se pasaban por alto”. Barak y Michele Obama en el baile de inauguración de la Pesidencia en 2009 (Doug Mills/The New York Times)
Personas y voces, continuó, que “representaban el talento diverso del diseño de moda estadounidense que yo quería mostrar al mundo”.
De ahí los aproximadamente 100 atuendos diferentes de la época de Obama como primera dama que se conmemoran en The Look, eso sin contar lo que llevó durante las campañas o después de que los Obama abandonaran la Casa Blanca. Es mucha ropa para que la lleve o compre una sola mujer en solo ocho años.
Para una Primera Dama, vestirse es un trabajo
Sobre todo cuando entre los criterios para elegir cada look también se incluía la proyección diplomática, como cuando Obama recurría a un diseñador cuya trayectoria tendía un puente entre Estados Unidos y uno de sus aliados para una cena o visita de Estado, tanto mejor para, como ella escribe, “mostrar respeto”. (Véase, por ejemplo, el vestido de Tom Ford, diseñador estadounidense que trabaja en Londres, que se puso en la visita de Estado al Reino Unido; o el vestido de Versace que lució en la cena de Estado de Italia). Michelle Obama lució un vestido de Atelier Versace color oro rosado en la cena de Estado en honor al primer ministro italiano, Matteo Renzi, en octubre de 2016 (Al Drago/The New York Times)
Sobre todo cuando también había que tener en cuenta cuestiones prácticas: no solo las costumbres de los distintos países, sino el hecho de que la ropa no debía restringir sus movimientos, tenía que permitirle abrazar a alguien si lo deseaba y tenía que ser invulnerable al maquillaje que pudiera manchar durante el contacto.

Obama describe la complejidad del vestuario de una Primera Dama (Landon Nordeman/The New York Times)
Aunque Obama escribe sobre todo ello en The Look, así como sobre las críticas a menudo racistas que recibió por llevar vestidos sin mangas, un tema que evita es el del dinero. Señala que intentó introducir “marcas asequibles pero a la moda en mi armario”, como J. Crew, pero es innegable que adquirir tantos trajes supone un gasto enorme, una carga que recae en la primera familia, no el Estado. Una de las formas de gestionar este costo es que un diseñador “regale” al país un traje para un acto público importante, lo que significa que, aunque la primera dama pueda ponerse un vestido una o dos veces, este pasa al archivo nacional o a una biblioteca presidencial y no a su armario.
Aun así, eso no cambia lo que se desprende de The Look. Lo mucho que Obama adaptó su propio estilo al que creía que el país necesitaba se hizo evidente una vez que abandonó la Casa Blanca, con sus subsiguientes giras de libros y experimentos de moda relacionados. ¡Un esmoquin canadiense! ¡Botas Balenciaga hasta el muslo! ¡Un Chanel recién salido de la pasarela! Michelle por Bottega Veneta para el show de Jennifer Hudson, en diciembre de 2024 (Foto: AFP)
Y eso subraya aún más el objetivo de este libro: para cualquier primera dama, elegir las (muchas) prendas que definirán su titularidad no es algo que ocurra por casualidad. Ni debería serlo: es trabajo.
(*) Vanessa Friedman ha sido la directora de moda y la crítica jefe de moda del Times desde 2014.
The New York Times, Michelle Obama
INTERNACIONAL
ESPN star in the hot seat as Senate campaign rumors swirl: ‘Trump-hating RINO’

NEWYou can now listen to Fox News articles!
Legendary college football broadcaster Paul Finebaum is taking heat for allegedly being a «Trump-hating» weak Republican amid widespread rumors that he is planning a run for the U.S. Senate in Alabama.
The 70-year-old ESPN host, best known as the foremost authority on SEC football, has not yet announced an official run. However, he has revealed he is intrigued by the idea of such a run and admitted in an interview with OutKick to «thinking about it constantly.»
For some Republican insiders in Alabama, this has been sufficient to start raising alarms about why they believe Finebaum would be a poor choice for a Senate candidate.
Dale Jackson, a prominent Alabama radio politics talk show host, told Fox News Digital that though «Finebaum is a radio legend and a fixture in the South … nobody knows what he believes.»
TOMMY TUBERVILLE PRAISES PAUL FINEBAUM AS ANALYST CONSIDERS SENATE RUN AFTER CHARLIE KIRK ASSASSINATION
Paul Finebaum, radio and ESPN television personality, gets ready to speak on television near activities outside the Superdome before the College Football Playoff National Championship game in New Orleans on Monday, January 13, 2020. (Ken Ruinard / staff via Imagn Content Services, LLC)
«The guy is a legend,» Jackson continued. «[But] I’ve been doing radio and talk radio for almost 20 years in Alabama, and I couldn’t tell you what Paul Finebaum knows or believes about anything political.»
«The minute he starts talking about what he believes. It’s going to be picked apart, and I don’t know if he’s necessarily ready for what that means,» said Jackson.
Finebaum’s record on political stances is mixed. In 2016, he stated, «this country is not oppressing Black people,» but then later apologized on ESPN, saying his «eyes are wider open,» according to RealClearPolitics.
In 2017, he remarked that President Donald Trump «does behave like a child,» per FanBuzz.
In 2020, Finebaum went on the record praising a video in which Nick Saban encouraged COVID-19 social distancing and masking, according to 247Sports. He also spoke favorably of Saban’s decision to lead an athletes’ social justice march in which many players wore Black Lives Matter shirts, according to local outlet Bham Now.
Finebaum told the outlet that «Nick Saban leading that march was one of his finer moments»
«The video was very powerful. There was a lot of blowback. I had Alabama fans call in and say they’ll never support the team again. We all hear the same arguments about Black Lives Matter,» Finebaum went on. «I say that because he did it without making a political statement. He didn’t overdo it, he did it quietly. He was supporting his players, and to me that’s the most important thing. It’s what a coach is supposed to do, and I think that, to me, speaks very well of him. In a state like Alabama, it’s not the same as if he was doing it in Michigan, but he didn’t let it affect him.»
Yet, Finebaum told OutKick that he voted for Trump in 2024 and that it was Charlie Kirk’s murder that is motivating him to seriously consider running for the Senate.
«It’s hard to describe, not being involved in politics, how that affected me and affected tens of millions of people all over this country. And it was an awakening,» Finebaum said of Kirk’s assassination.
ESPN STAR PAUL FINEBAUM RECALLS LEANING ON TIM TEBOW FOLLOWING CHARLIE KIRK’S ASSASSINATION

Sen. Tommy Tuberville, R-Ala., arrives for a Senate Republican Caucus luncheon at the U.S. Capitol in Washington, D.C., on April 2, 2025. (Nathan Posner/Anadolu via Getty Images)
Finebaum also said in the interview that if Trump told him, «Paul, you’re my guy,» he would find it «impossible to tell him no.»
«There’s no way I could. I would tell him yes,» he said.
If he enters the race, Finebaum would be running to replace another football star, Sen. Tommy Tuberville, best known for leading Auburn University in an undefeated season crowned by an SEC championship in 2004. Tuberville, who has been an outspoken conservative voice in the Senate since his election in 2021, is seeking the Alabama governorship in 2026.
Others already declared in the Alabama Senate race include state Attorney General Steve Marshall and Alabama Republican Rep. Barry Moore.
Jackson said that while Tuberville had a prior record of political stances, he sees Finebaum as an «unknown entity.»
«Finebaum is basically just like I’m famous. I’m a big-time radio guy, people like me. Why can’t I be senator? And it’s just kind of an odd thing,» said Jackson.
When contacted for comment, Finebaum told Fox News Digital, «I will circle back when I have something substantive to say.»
For his part, Tuberville has spoken highly of Finebaum.
«Paul is smart. He loves the country,» Tuberville said on the «War Room» podcast. «Again, been a friend of mine for a long time. I have not talked with him about it. I did an interview with him, 30 minutes, about two months ago, face to face. It went well.»
«I tell you, he’s got 100% name ID in Alabama. He’d have a lot of big people behind him. He would be a force in the race if he decided to get into it. … Paul is a good guy, a good friend.»
Some voices, meanwhile, have been much more critical of the possibility of a Finebaum campaign. A national Republican strategist who works on U.S. Senate races told Fox News Digital, «You can’t hate President Trump and Republican voters and win a Republican primary.»
ESPN STAR PAUL FINEBAUM SAYS NETWORK AXED POTENTIAL TRUMP INTERVIEW IN 2019

Paul Finebaum and Tim Tebow take a selfie on the set of SEC Nation before the game between the Mississippi State Bulldogs and the Arkansas Razorbacks on Oct. 8, 2022 at Wade Davis Stadium in Starkville, Mississippi. (Michael Wade/Icon Sportswire via Getty Images)
«Paul Finebaum trashed President Trump, promoted tyrannical masking during COVID and proclaimed his support for Black Lives Matter,» said the strategist, adding, «Finebaum’s experience as a sports analyst doesn’t translate into analyzing his own political prospects apparently. This Trump-hating RINO [Republican-in-name-only] has virtually zero chance of winning an Alabama GOP primary.»
Former state Rep. Ed Henry, who served as then-candidate Donald Trump’s 2016 campaign co-chair for Alabama, told Fox News Digital that when he heard Finebaum was considering a Senate run, «I chuckled, because I thought, ‘Oh great, we have another person in this race who caves every time pressure is put on him.’»
«I think he’s a great guy; he’s said some good things. But when the pressure is on, he breaks, he caves, he buckles, and that’s not what we need,» Henry added.
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The former representative said that what Alabama needs is «somebody who has been through fire, who has been tested, who has found to be true to their word.»
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Cómo las algas ayudaron a que la vida marina sobreviviera a la mayor extinción de la Tierra

Hace aproximadamente 252 millones de años, la Tierra fue escenario de la extinción masiva del Pérmico-Triásico, el mayor evento de desaparición de especies en la historia del planeta. Alrededor del 81% de las especies marinas sucumbió, sumiendo los océanos en un estado de crisis que duró cientos de miles de años. No obstante, investigaciones recientes señalan que un grupo de algas microscópicas desempeñó un papel decisivo al sostener parte de la vida marina en medio de ese contexto extremo, especialmente en las frías aguas del actual Ártico noruego.
El archipiélago de Svalbard, en el norte de Noruega, ha ofrecido a la ciencia claves inesperadas. Un equipo encabezado por S. Z. Buchwald y publicado en AGU Advances analizó 32 muestras de roca correspondientes a sedimentos formados antes y después de la extinción del Pérmico. El objetivo: identificar rastros de vida y reconstruir la dinámica de los ecosistemas que afrontaron el mayor colapso biológico conocido.
El análisis reveló un notable incremento en la concentración de dos biomarcadores lipídicos —C33-n-alkilciclohexano (C33-n-ACH) y fitanil tolueno— tras la extinción. Estos compuestos, vestigios moleculares de organismos marinos antiguos, funcionan como indicadores de la abundancia y tipo de vida presente en los mares de aquella época.
En las capas posteriores a la extinción, los niveles de C33-n-ACH eran hasta 10 veces más altos que en las muestras previas, una diferencia que, de acuerdo con la American Geophysical Union, no puede atribuirse a la degradación natural, sino que refleja un auténtico auge biológico. Por su parte, el fitanil tolueno prácticamente no existía antes de la crisis global, pero se multiplicó tras ella, aunque su presencia se detectó solo en Svalbard.
Estos resultados sugieren que distintos tipos de fitoplancton adaptado lograron sobrevivir y prosperar en ambientes extremos, favorecidos por condiciones específicas de temperatura y composición del agua.
Para profundizar en la singularidad de Svalbard, el estudio también incluyó muestras de regiones situadas en latitudes tropicales durante el Pérmico, como el norte de Italia, el sur de China y Turquía. Todas estas regiones integraban entonces el entorno del antiguo océano Tetis, que albergaba una biodiversidad marina extraordinaria antes de la crisis.
Sin embargo, en estos entornos cálidos, la abundancia de C33-n-ACH fue significativamente menor y el fitanil tolueno estuvo totalmente ausente. Solo en Italia apareció, en pequeña cantidad, el primer biomarcador tras la extinción, lo que representa la primera evidencia de su presencia en la región tropical del Tetis más allá de China. Pese a ello, la diferencia entre los polos y los trópicos se mantuvo: las algas resilientes se concentraban sobre todo en las latitudes medias y altas, donde encontraron refugio frente al colapso generalizado.

Según la American Geophysical Union, estos hallazgos refuerzan la idea de que los océanos de regiones frías ofrecieron condiciones menos severas durante la extinción masiva, lo que permitió que formas de vida especialmente resistentes —como las microalgas estudiadas— se convirtieran en pilares para la supervivencia.
El auge de estos biomarcadores en Svalbard indica que ciertas algas microscópicas supieron adaptarse rápidamente a las nuevas y adversas condiciones ambientales, algo que fue esencial para la reactivación de las cadenas alimentarias en los mares devastados.
El estudio sugiere que estos productores primarios fueron capaces de formar floraciones que sirvieron de alimento para los pocos animales marinos que lograron resistir la crisis, lo que favoreció la lenta, pero decisiva, recuperación de los ecosistemas.
La investigación subraya además que estos microorganismos tienden a concentrarse en aguas frías y ricas en nutrientes, ambientes que durante el Pérmico final resultaron menos afectados por la anoxia —la falta de oxígeno— y el envenenamiento por gases volcánicos, factores letales en los trópicos. Es en este contexto donde el fitoplancton resistente desempeñó un rol de auténtico salvavidas para la biodiversidad marina incipiente.
El caso de las microalgas de Svalbard ofrece una lección valiosa sobre la capacidad adaptativa de la vida frente a crisis ambientales extremas. El análisis de biomarcadores en rocas antiguas no solo demuestra la función de estos organismos en la recuperación tras la “Gran Mortandad”, sino que también evidencia cómo los ecosistemas más flexibles pueden convertirse en refugios clave cuando la mayoría de las especies sucumbe.
Este tipo de investigaciones resulta fundamental en la actualidad, cuando el planeta enfrenta retos ambientales sin precedentes. Comprender la historia ecológica profunda brinda claves para anticipar los eventuales efectos del cambio climático y para identificar aquellos factores —como la diversidad de fitoplancton y su capacidad de adaptación— que podrían determinar el futuro de la vida marina.
Así, en medio del mayor episodio de destrucción biológica, el frío Ártico se transformó en un inesperado santuario. Allí, las algas microscópicas, invisibles pero esenciales, se convirtieron en el motor de la recuperación de la vida, demostrando que, frente a la adversidad, la resiliencia biológica encuentra caminos insospechados para florecer.
Environment,Europe,LONGYEARBYEN
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