POLITICA
Francos negó que Santiago Caputo tenga más poder que él: “El jefe de Gabinete soy yo, él no tiene firma”

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, negó que el influyente asesor presidencial, Santiago Caputo, tenga más poder que él: “El jefe de Gabinete soy yo, él no tiene firma ejecutiva, no resuelve temas”. El funcionario dijo que el Presidente nunca le cuestionó los temas que le sugirió o llevó en consideración.
El jefe de Gabinete dijo, ante la consulta de si el presidente Javier Milei dio a entender que Caputo tiene más poder que él: “No creo que haya sido esa la intención del Presidente”.
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El funcionario consideró además que expresiones como el Triángulo de Hierro “no agregan nada” y que Milei “se maneja como le parece”: “El Presidente tiene a su asesor, finalmente el jefe de Gabinete soy yo, me hago responsable de los actos que firmo”.
Francos aclaró, en declaraciones a Radio Splendid: “Caputo no tiene firma ejecutiva, no resuelve temas, por ahí Milei confía en él para llevarle asuntos de gobierno. El Presidente nunca me cuestionó los temas que le sugerí, que le llevé en consideración, sus expresiones no me molestan para nada”.
El asesor presidencial es un monotributista contratado como externo por el Gobierno y no tiene un cargo formal en el organigrama libertario, pese a su influencia.
Javier Milei habló de una “segunda instancia de control político” de parte de Santiago Caputo
Las declaraciones del jefe de Gabinete fueron en relación a los dichos del Presidente, que planteó: “La verdad es que la llegada de Francos como jefe Gabinete fue liberadora, porque se convirtió en un ministro que reparte el juego, un ministro que distribuye el juego”.
Milei dijo además: “Entonces, los ministros están muy libres, hacen lo que tienen que hacer. Entonces, después hay un control político, con Francos, hay una segunda instancia de control político, que es Santiago Caputo y, la última instancia, el que mete el gancho final soy yo”.
El Presidente consideró también, en declaraciones a A24: “Nosotros hacemos política, desde el criterio moral. Funciona así. Yo voy a las reuniones de gabinete, determino el plan maestro, explico la situación, digo dónde queremos ir y cada uno de los ministros lleva a cabo sus tareas con la restricción de mi posición ideológica. La cuestión moral está siempre. Nosotros diseñamos esta política desde el punto de vista moral”.
Guillermo Francos, sobre la interpelación por el caso Libra: “Es una cuestión política”
Francos confirmó que se presentará el martes en la interpelación en Diputados por el caso de la cripto Libra, que tildó de “cuestión política”: “El martes voy al Congreso, donde el hecho que se cuestiona, por un tuit de Milei, que difundió el proyecto ‘Viva la Libertad’, fue formulado desde la residencia de Olivos. Desde mi punto de vista es una cuestión estrictamente política, que tiene que ver con el posicionamiento de cada sector en la campaña electoral, y nada tiene que ver con mi función”.
Guillermo Francos, Santiago Caputo
POLITICA
Ricardo Lorenzetti: “Tenemos que lograr que la democracia sea eficaz”

El juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti presentó su último libro “El liderazgo del caos: cómo reconstruir un proyecto común en un mundo fragmentado”. El trabajo, publicado por Siglo Veintiuno Editores, explora los desafíos del liderazgo en una época atravesada por divisiones políticas, sociales y tecnológicas, y sugiere una nueva historia humanista capaz de recomponer un horizonte común.
“Hay en este siglo un verdadero fin de ciclo, fin de ciclo de una cultura de gobernabilidad que se desarrolló en el siglo XX”, dijo Lorenzetti en el inicio de su exposición. Esa cultura, afirmó, se sostenía sobre supuestos que ya no coinciden con la realidad actual, y por eso “tenemos una dirigencia que se dirige a la sociedad en base a propuestas que ya no condicen con la realidad”. Esta desorientación genera un “discurso vacío que aleja a la población de las instituciones”, lo que explica la creciente distancia entre ciudadanía y poder político. “Aquellos que tienen que gobernar están ocupados por solucionar los problemas económicos, algunos otros por dictar sentencias, otros por llevar juicios, otros por trabajar en sus actividades empresarias y este día a día esta cotidianidad, esta visión permanente de la coyuntura y sobre todo de la urgencia, que todos los días nos reclama, no nos hace ver lo que está pasando a nuestro alrededor”, explicó.
“Está cambiando el sistema social porque ya no es ese sistema de vida social del siglo XX, sino que son vidas en soledad. Esta fractura, este big bang de la sociedad, también fractura los partidos políticos. En el siglo XX había un partido que representaba la clase obrera, otro la clase media. Ahora, ninguno tiene una base porque esa base homogénea ya no existe”, aseguró el juez, que también dijo que esta aceleración de múltiples revoluciones al mismo tiempo produce una gran desorientación en todos. “Pero la principal desorientación es en la gobernabilidad política porque se sigue reproduciendo un discurso que no se ajusta a la realidad. Se le habla desde un escenario a un público que ya se fue, que no lo escucha. Esto es lo grave de este siglo XXI”, subrayó Lorenzetti.
“Estamos en una frontera muy difícil porque si la gobernabilidad no funciona, si las personas empiezan a abandonar su interés en la democracia, estamos en una situación de riesgo y esto lo estamos viviendo ya sin necesidad de ver ninguna encuesta porque en las elecciones las personas cada vez tienen menos interés, en todo occidente se ganan elecciones con lo mínimo, se gana con minorías. Es decir, la democracia deja de ser la representación de las mayorías”, explicó el magistrado. Como consecuencia de esto hay un abandono o una fuga del Estado: “Los muy ricos pueden irse de un país y constituir domicilio en otro país. Los muy pobres no no viven en la ley del Estado. Fíjense en Río de Janeiro, que vive en la ley del narcotráfico, de la violencia criminal. Hoy en el mundo ya hay muchos guetos que no viven de la ley del Estado, tiene otra realidad. Y las clases medias están enojadas en casi todos los países de occidente porque ven perder su rol y entonces reaccionan contra el sistema”, sentenció.
Todo esto genera un escenario de desconexión entre las instituciones y la sociedad. “Es necesario que reaccionemos y empecemos esta segunda parte, un nuevo ciclo. Por eso se discute hoy en casi todo Occidente cómo revitalizar la democracia para evitar caer en el autoritarismo”, dijo. La primera respuesta es que hay que hacer una gran cantidad de reformas institucionales, un nuevo debate cultural. “Acá es el caos sistémico”, dijo el juez, y explicó que “si nosotros tenemos tantas revoluciones al mismo tiempo, no hay una persona que pueda saber a dónde vamos. Nadie tiene una idea clara a dónde vamos a terminar con todo este gran cambio y multiplicidad de cambios al mismo tiempo. Esto pone en crisis la cultura de la gobernabilidad del siglo XX”. Según Lorenzetti este es un cambio en la política muy grande en toda la dirigencia a nivel mundial, porque ya no hay posibilidad de que alguien controle todas las variables. “Lo que hay que hacer es que todas las variables funcionen y guiarlas de modo que exista contraposición de posiciones diferentes, crear lugares de entrecruzamiento como este”, consideró.
“¿Cómo funciona hoy la gobernabilidad? Es muy difícil que alguien ponga de acuerdo a dos personas dentro de una comunidad. En todos los temas vamos a encontrar multiplicidad de visión. Entonces ahí la idea de un gobierno que puede imponer la suya termina fracasando o siendo pendular porque avanza y avanza, y luego cae y empezamos de nuevo con ideas fundacionales”, opinó. Frente a este escenario el juez ponderó que “lo que se requiere son nuevos líderes capaces de administrar el caos sistémico, es decir, poner en relación a todas las visiones diferentes. El entrecruzamiento de posiciones diferentes es lo que genera el consenso, no que todos pensemos igual. Pero hoy no hay ese entrecruzamiento porque los que piensan de una manera están en un lado, los que piensan de otra manera están en el otro. Hay que cambiar esa visión y favorecer el entrecruzamiento de posiciones diferentes”.
“Tenemos que lograr que la democracia sea eficaz”, dijo Lorenzetti. Según entiende él, “este Estado de Bienestar fue derivando en una burocracia cada vez más creciente que generó una cultura de apropiación, que consiste en que cuando uno llega al Poder Ejecutivo, quiere controlar el Legislativo y después quiere controlar el Judicial, y después quiere controlar todas las asociaciones de todas las áreas y cuando entiende que lo logró, pierde la elección porque no logró resultados y entonces viene otro grupo que hace exactamente lo mismo y así estamos en esta la pendular y los problemas no se resuelven, se trasladan”. “Hacer más eficaz la democracia es despolitizar la gestión. Esto es un cambio institucional también muy importante”, remarcó.

Otra reforma necesaria es que las instituciones estén más enfocadas en la demanda que en la oferta. En el caso del Poder Judicial, Lorenzetti opinó que es importante entender que hay que brindar un servicio, y ejemplificó explicando que “los procesos judiciales son iguales para todos. Entonces tenemos una mega causa a la cual le aplicamos el mismo proceso penal que un robo o un homicidio. Y entonces vienen las críticas. Y bueno, es que nosotros necesitamos hacer reformas, procesos adecuados al caso y no ajustar el caso a los procesos”.
A continuación aseguró que “hay una cantidad de reformas que tenemos que discutir para que este país salga adelante y para que Occidente se revitalice, sobre todo en el plano de la mejora de la eficacia de la democracia. Y otro gran tema que se menciona mucho es repolitizar la democracia. Rosanvallon habla de que pasamos de una democracia de argumentos a una democracia de imputación. ¿Qué es lo que cada uno de ustedes ve en el discurso público? Imputaciones, acusaciones, desgaste, acusaciones reales, fabricadas, lo que sea, pero es deterioro institucional. No hay argumentos. Repolitizar la democracia significa darle contenido, pero ese contenido no es una lucha permanente de sectores, sino que es una lucha de valores. Es insuflar valores en la democracia y esto es muy importante que lo entendamos porque nuestros chicos y chicas entienden en general que no hay nada por qué entusiasmarse”. En relación a esto explicó que antes las juventudes querían pelear por un futuro mejor, pero “hoy los chicos no tienen esa idea, no creen que vaya a mejorar, al contrario, viven la instantaneidad”. “Nuestra obligación”, destacó, “es darles un poco de idealismo, de esperanza, porque cuando uno recorre y registra lo que se discute en las redes, hay discurso de odio, discursos de agresiones, descalificaciones, entonces hay una permanente desorientación”.
“Hay que trabajar con nuevas ideas”, dijo Lorenzetti, que explicó que esa nueva idea está inspirada en un centro que es el humanismo. “Hace 50 años se empezó a entender que había que estudiar la acción humana sobre la naturaleza, que la estábamos destrozando y ahora se empezó a estudiar la influencia de la acción humana sobre el humano, porque podemos llegar a la irrelevancia del humano. Este humanismo es como lo pensó, por ejemplo, Leonardo da Vinci, que hablaba del microcosmos y macrocosmos, integrado el ser humano con el sistema. Esta es la nueva corriente que hay hoy en el mundo. Hay muchas personas que trabajan en todos los países por un cambio y ese es un cambio basado en el idealismo. Ahí es donde nosotros tenemos que entusiasmarnos”, aseguró el juez.
Sobre esto, y teniendo en cuenta que la gran mayoría de los asistentes al evento eran hombres y mujeres de la justicia, aseguró que desde los poderes judiciales se puede hacer mucho. “Pensemos que en el medio de un proceso tan difícil como fue la salida de la democracia, tuvimos una sentencia integrada por uno de los jueces que está aquí presente que declaró claramente cuál era la situación del terrorismo de Estado y lo puso de cara a la sociedad y se inició ahí un movimiento extraordinario, que ya estaban las calles pero que se impulsó durante 30 años y todavía sigue siendo parte del contrato social de los argentinos. Y ahora, por ejemplo, en el Poder Judicial hay casos y sentencias de corrupción como nunca hubo en la historia. Hay fortaleza en los poderes judiciales. También la hay en el mundo empresario, también la hay en el mundo gremial”.
“Lo que necesitamos”, dijo hacia el final, “es entusiasmarnos un poco más. Yo creo que hoy la Argentina tiene una dirigencia extraordinaria con capacidad de reaccionar. Lo que hay que entender es cuál es el diagnóstico y la salida”.
La presentación se realizó en Menora, una organización judía fundada y presidida por el Gran Rabino Isaac Sacca. Durante la introducción Sacca destacó la presencia de tantos hombres y mujeres de la justicia, y aseguró que “tener la justicia cerca nos trae una esperanza a la sociedad. Sin justicia, sin ley, ni una comunidad, ni una sociedad, la humanidad no puede subsistir. Ustedes son los que le dan a la sociedad el marco para poder desarrollarse”. Y en el final mencionó que “el libro trae un diagnóstico a todos nosotros y a ustedes, que son personas que ejecutan, que son activas, que tienen influencia en la sociedad, y todo caos después lleva a una solución, la solución del caos. Ojalá que todas las personas influyentes en el mundo, los educadores, los políticos, los jueces, lean el libro. Hay que hacer el tomo dos, un libro que nos enseñe cómo solucionar este caos poniendo control y orden”.
POLITICA
“¡Libertad!”: la historia secreta de Nahuel Gallo, el gendarme argentino que cantó el Himno en el infierno venezolano de Rodeo 1

A casi un año de su secuestro y desaparición, el nombre de Nahuel Gallo, gendarme argentino de treinta y tres años, resuena con fuerza en los pasillos oscuros, húmedos y helados de Rodeo 1, uno de los centros clandestinos más brutales del régimen de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Se trata de una cárcel que no aparece en registros oficiales ni en informes públicos; una estructura que, con el tiempo, se transformó en un laboratorio de tormentos y control absoluto, definida por sobrevivientes como un virtual campo de concentración incrustado en el corazón del chavismo.
En ese lugar, según quienes lograron salir, todo huele “a semimuerte, a metal frío, a cemento mojado y a dolor”. En medio de esta atmósfera, un argentino entonó el Himno Nacional.
Lo hizo fuerte.
Lo hizo con orgullo.
Y recalcó una palabra cuya pronunciación, en ese contexto, encierra un riesgo doble: “¡Libertad!»
Esta nota se realizó con base en el testimonio de personas cercanas a la familia del gendarme, de una fuente de inteligencia interiorizada sobre la situación de Agustín Nahuel Gallo, de Renzo Castillo, un peruano-estadounidense que fue liberado, y de Iván Colmenares, un colombiano que habló con Infobae y fue durante largos meses compañero de celda del ciudadano argentino.
El secuestro

El 8 de diciembre de 2024, Gallo fue secuestrado por la policía política del narcoestado de Venezuela bajo acusaciones infundadas de “terrorismo y espionaje”, el rótulo que el régimen atribuye a cualquier extranjero atrapado por su aparato represivo. Desde ese mismo día, su nombre se apagó en los registros oficiales. La familia en Buenos Aires inició una búsqueda desesperada, en paralelo a la escalada de tensión internacional. Faltaba tiempo para lo que se vive hoy: el gobierno de Donald Trump movilizó tropas al Mar Caribe, cerró el espacio aéreo venezolano e instaló buques de guerra frente a las costas, como advertencia directa e inminente.
En este escenario en ebullición, con más de ochenta extranjeros cautivos bajo condiciones infrahumanas, surge la reconstrucción más completa hasta la fecha sobre la historia del gendarme argentino que se convirtió en símbolo de resistencia y dignidad en pleno infierno chavista.
La crónica se apoya en tres testimonios:
– Dos fuentes bajo reserva que conocieron a Gallo en el penal y compartieron detalles inéditos.
– El testimonio público de Renzo Castillo, rehén peruano-estadounidense, compañero de encierro en Rodeo 1 y hoy liberado, quien aceptó relatar su experiencia sin reservas.
El infierno llamado Rodeo 1
Resulta imposible comprender la dimensión real de Rodeo 1 sin haber estado allí, pero quienes escaparon —o todavía luchan por dejar atrás sus demonios— lo describen con palabras escalofriantes. “Empieza por el olor”, relató Renzo Castillo en diálogo con distintos medios, entre ellos DNews y LN+.
“Es olor a semimuerte. Es frío. Huele a cemento, a metal, a angustia. Jamás presencié algo igual. El silencio no existe. Las esposas chocan, las rejas chillan, la radio militar nunca se apaga. Gritos, pasos, golpes, ruidos perpetuos. Y cada lunes o martes, obligaban a escuchar un show de Maduro. Eso también era parte de la tortura”.
Las palabras de Castillo coinciden con los testimonios de las fuentes reservadas a las que accedió en exclusiva Infobae. Una de ellas, aún en Venezuela y bajo estrictas medidas de seguridad, describió Rodeo 1 como “un búnker sin luz natural, donde el tiempo desaparece y primero quiebran el cuerpo para después quebrarte la mente”.
Las celdas, según sobrevivientes, tienen cuatro pasos y medio de largo y dos o tres de ancho. Las literas, de cemento, no permiten acostarse totalmente.
Hay pocas ventanas.
Las horas no pasan.
Y rige una ausencia absoluta de derechos.
Lo único que nunca falta es el miedo, la angustia y la anomia.
En ese entorno, aparece la imprevista figura del gendarme argentino que resiste y se rehúsa a ser doblegado.
La hermandad de los extranjeros
El sistema divide con brutalidad: los venezolanos quedan por un lado, los extranjeros por otro. La estrategia es clara: aislar, dividir y evitar toda unidad.
Pero en Rodeo 1 el plan no funcionó del todo. “Formamos una hermandad”, aseguró Renzo Castillo. “Intentaron que nos enfrentáramos entre nosotros, pero no lo lograron. Por el contrario, nos fortalecieron”. Y la figura de Nahuel Gallo resultó central para consolidar ese espíritu de grupo.
De acuerdo con todos los testimonios, tenía una forma de comunicarse directa, sin rodeos ni temor. Levantaba la cabeza de los demás cuando las amenazas, la presión por el encierro, el tiempo muerto y la comida repetida y descuidada golpeaba el ánimo de cualquiera.
“Gallo hablaba de una manera inconfundible. Firme, sincero, sin medias tintas. Siempre decía la verdad”, recordó Renzo. “En los peores momentos, cuando sentíamos que no podíamos continuar, él intervenía: palabra fuerte, humor, una energía difícil de comprender”.
Una fuente reservada que compartió pabellón con el argentino lo resumió así: “En un lugar diseñado para destruir, Nahuel fue la persona que levantaba a sus compañeros. Sufría, sí, pero transformaba el dolor en ayuda para los demás. Eso es liderazgo. El que incomoda a las dictaduras”.
El día que cantaron los himnos

La noche en que los extranjeros encerrados en Rodeo 1 —peruanos, estadounidenses, colombianos, ecuatorianos, mexicanos y el propio argentino— desafiaron a los guardias tuvo un significado especial.
Cantaron los himnos nacionales. “Fue una forma de demostrar que no nos rendíamos”, explicó Renzo Castillo. “Gritamos los himnos. Más de cuarenta personas unidas esa noche. Cada vez que nos exigían silencio, cantábamos con mayor fuerza”.
Llegó el turno de Argentina y el ambiente se paralizó. Gallo encarnaba más que a un rehén: simbolizaba a un país que llevaba meses demandando su liberación en instancias oficiales y mediáticas.
Gallo inspiró al grupo al entonar:
“Oid, mortales, el grito sagrado… ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!”. “Lo cantó con una potencia increíble, repleto de valor y orgullo”, aseguró Renzo. “Que el pueblo argentino lo sepa: en Rodeo 1, su himno sonó en las condiciones más extremas. Lo entonó alguien que nunca se quebró”.
Las represalias no tardaron. Los guardias golpearon las rejas y después siguieron los castigos. Ninguno de los presentes se arrepintió. “Eso era lo que los guardianes no toleraban. Por eso fue tan poderoso”.
Un liderazgo heroico y silencioso

Las noches sin dormir, interrogatorios, amenazas y el deterioro físico no lograron destruir el temple de Gallo. Todos coinciden: su claridad moral era de otro nivel. “Siempre defendía a su país”, relató Renzo Castillo. “Aseguraba que se equivocaban, que era inocente y que lo sacarían. Tenía una fe inquebrantable”.
Una fuente confidencial aportó un aspecto hasta ahora desconocido: “Cuando alguien parecía al borde de perder esperanza, Nahuel se acercaba y hablaba sobre el hijo, la familia, el futuro. A algunos les contaba anécdotas, a otros les describía paisajes de Argentina, montañas, nieve. Eso los mantenía vivos”.
Otra voz relata que Gallo hizo una promesa íntima: no dejar morir solo a nadie ahí adentro.
El sistema venezolano utiliza el aislamiento y la incomunicación como arma, pero Gallo desafiaba esa lógica. “Siempre estaba alerta. Si alguien tosía o lloraba, él se acercaba. No aparece en los titulares, pero son gestos heroicos. En ese contexto, tener humanidad es heroísmo”.
El rescate de venezolanos y el alivio por su hijo
Entre los recuerdos del encierro, uno marcó a Renzo Castillo: Gallo le contó que en pleno servicio en el puesto de Gendarmería de Uspallata -su último destino antes de caer en las mazmorras chavistas-, durante un crudo invierno en la zona cordillerana de Mendoza a una familia venezolana perdida bajo la nieve y los trasladó a un sitio cálido. “No importan las banderas”, subrayó Renzo.
“Actuó porque eran seres humanos. Después verlo ahí, encerrado y maltratado por venezolanos, resulta desconcertante”.
En la narrativa de la vida carcelaria de Gallo surge una escena inédita: el momento en que Renzo Castillo le comunicó la llegada de su hijo, Víctor, y su esposa María Alexandra, sanos y salvos, a la Argentina. “Yo le conté que su hijo ya estaba en su país”, rememoró Renzo.
“El rostro de Gallo cambió por completo. No solía mostrar sus sentimientos, pero aquella vez estaba feliz. No indagó en detalles. Solo afirmó: ‘Qué bueno que mi país tiene a mi hijo y que está bien’”.
La rutina del tormento
La estadía en Rodeo 1 se resume en una cadena interminable de castigos.
– A las 5:30, gritos y golpes en las rejas obligan a todos a ponerse de pie para el pase de lista.
– Las comidas repetidas y poco saludables provocan enfermedades y malestares.
– Las horas encerrados transcurren sin luz natural.
– En ocasiones autorizan el “recreo”, pero muchos, incluido Gallo, optan por no salir para evitar que sean filmados para propaganda oficialista.
– A las 17:30, otro conteo.
Así, cada día se repite.
“Veinticuatro horas encerrados. Sin silencio. Sin descanso mental”, subrayó Renzo Castillo.
“Estoy libre desde hace casi tres meses y todavía me siento atrapado. Sigo allá adentro”.
La incertidumbre es feroz: separación familiar, restricción de contacto con abogados, aislamiento informativo.
“La palabra tortura no alcanza”, recalca Renzo.
“Todavía busco una palabra para expresar lo que pasamos”.
El impacto en la familia y la voz de la esposa
La esposa de Gallo, Alexandra, habló con Infobae y su voz evidencia temblor, aunque intenta mantenerse entera. “Muchos no me creyeron”, expresó. “Decían que exageraba. Pero acá tienen la realidad: torturan, golpean, cuelgan, mienten. No existen los derechos humanos. Más de ochenta extranjeros y más de mil venezolanos permanecen detenidos de manera arbitraria. Esto debe terminar”.
De fondo, se lo escuchó también la vocecita de su hijo y de Nahuel, Víctor. De la espera. Del dolor y la esperanza que conviven en cada festividad sin su padre. Confía en que su esposo podrá salir y que habrá un reencuentro. Pero sabe que nada será igual. “Seguimos luchando por la libertad de Nahuel. Falta una parte de nuestra familia. No vamos a detenernos”.
Alexandra contó que mantiene diálogos con Renzo, con Iván Colmenares y también con Camilo Castro, un ciudadano francés que fue liberado a instancias de una gestión del presidente Emmanuel Macron. Este último rehén, apenas pudo, se comunicó con Alexandra con un solo objetivo: agradecerle y transmitirle todo lo que había recibido de Gallo: contención, afecto y compañía en las interminables jornadas de angustia y tedio. Su figura, apenas llegó a suelo francés, demostró el deterioro.
Flaco, demacrado. Una imagen que reproduce las consecuencias en el cuerpo de un régimen atroz que viola de manera impune los derechos humanos.
La situación internacional: un tablero en llamas

La historia de Gallo está rodeada por el contexto geopolítico actual. Estados Unidos mantiene fuerzas militares desplegadas frente a Venezuela, con el espacio aéreo clausurado y barcos multiplicando la presión sobre Maduro. El régimen, considerado ilegítimo por desconocer las elecciones, se apoya en un sistema narco-militar dirigido por el Cártel de los Soles.
Las misiones diplomáticas, incluida la argentina, perciben que todo llegó al límite: o el régimen se repliega o la escalada se profundiza. En los pasillos diplomáticos circula una certeza: “Ya no se trata de un conflicto político, sino de un conflicto criminal internacional”. El caso de Gallo no es una excepción; es la foto de un país donde el gobierno utiliza a los extranjeros como rehenes políticos y moneda de cambio.
Un pedido y el clamor de la esperanza
Esta informe finaliza con un ruego de Renzo Castillo, que sobrevivió al cautiverio y dejó atrás a su mujer secuestrada, pidió: “Cuando Gallo vuelva a Argentina, por favor escúchenlo. Cuídenlo. Denle la atención médica necesaria. Ignoramos qué medicamentos nos suministraban, si es que había alguno. Lo que se vive ahí es muy difícil de explicar”.
El peruano-estadounidense cerró con una sonrisa: “Cuando llegue, avísenme. Quiero ir a Argentina. Nunca probé un mate. No sé qué es un mate. Quiero conocerlo”.

A poco de cumplirse un año de su desaparición y secuestro, la figura de Nahuel Gallo se agranda.
No solo por su sufrimiento, sino por su capacidad para acompañar a otros y defender la dignidad allí donde todo apunta a destruirla.
En Rodeo 1, entre olor a muerte y el sonido de las cadenas, un argentino cantó. Cantó el Himno. Lo hizo con orgullo. Cantó ¡Libertad!
Y ese acto simple e inesperado, exigen a todo el país que, en estas horas dramáticas, se agoten las instancias para que Agustín Nahuel Gallo regrese sano y salvo. Para los que denuncian a un régimen asesino y violador de los derechos humanos. Y más aún para los que toleran esas aberraciones, con la excusa de una “democracia con fallas”. Un imperativo para el gobierno de Javier Milei, pero también para el kirchnerismo.
POLITICA
Luis Petri podría cambiar a la cúpula de las FFAA antes de dejar el Ministerio y prepara un acto con Javier Milei y los F-16

La designación del teniente general Carlos Presti al frente del Ministerio de Defensa fue pensada por el Gobierno con el objetivo de abrir una nueva etapa en la relación del mundo militar con la sociedad civil, pero también generó un conflicto interno en las Fuerzas Armadas (FFAA) por choques entre la cadena de mando y la escala jerárquica de las autoridades, lo cual podría ser solucionado por Luis Petri antes de dejar el cargo.
El actual titular de la cartera no tiene pensado dejar el puesto antes del 10 de diciembre, por lo que asumirá la banca en la Cámara de Diputados recién en esa fecha para así recibir los vehículos blindados Strikers y los caza F-16.
El mendocino encabezará esta semana los actos de presentación de ambas adquisiciones, en la localidad bonaerense de Boulogne y en la ciudad cordobesa de Río IV, respectivamente, para mostrarlas como hitos de su gestión.
En paralelo, el funcionario está planificando otro evento para mostrarle al presidente Javier Milei los aviones, que no se haría en el mismo momento del arribo de las aeronaves, sino unos días más tarde.
Aunque el jefe de Estado va a estar finalmente en la Argentina cuando aterricen los F-16, ya que canceló su viaje a Estados Unidos, la idea es que los vea más adelante: “No es un problema de él, sino de logística y horarios”, explicaron.

Por todos estos compromisos pendientes, Petri no va a renunciar en el corto plazo al Ministerio de Defensa, como sí hizo Patricia Bullrich al de Seguridad para convertirse en senadora, dejándole su antiguo lugar a Alejandra Monteoliva.
En su caso, va a jurar como diputado el próximo miércoles, como el resto de los legisladores electos, pero su reemplazo en el Gabinete no será formalmente nombrado hasta después del 9.
Durante este tiempo, según revelaron distintas fuentes a Infobae, es probable que el mendocino además aproveche para designar a la nueva cúpula de las Fuerzas Armadas y evitar así que esa tarea recaiga en su sucesor, que es actualmente el jefe del Ejército.
Es habitual que cuando hay una renovación en el Ministerio de Defensa, el funcionario que llega cambie a las máximas autoridades militares para poner a gente de su confianza, pero en esta oportunidad se da una situación particular porque Presti es un uniformado en actividad.
Este escenario plantea un conflicto en la cadena de mando, ya que en el ámbito castrense hay un orden claro de jerarquías que se basa en tres factores: el cargo, el rango y la antigüedad.
Al tener menos tiempo como teniente general que lo que tiene de brigadier general Xavier Isaac, jefe del Estado Mayor Conjunto, se da la particularidad de que quien maneja en el plano operacional las FFAA tendría que cumplir las instrucciones políticas de alguien que, en realidad, es un inferior, lo cual no puede suceder.

Además, ese puesto es uno de los más codiciados y es reclamado desde hace tiempo por la Armada, que no está al frente del mismo desde el menemismo. El último marino que ocupó esa silla fue Jorge Enrico, entre el 23 de octubre de 1996 y el 27 de agosto de 1997.
Sin embargo, todo indicaría que quien va a sustituir a Isaac va a ser alguien del Ejército, por lo que Petri podría ser quien lo designe en estos días para que no tenga que ser Presti, hasta hoy jefe de esa misma fuerza, el que lo haga más adelante.
De todas formas, el futuro ministro enfrentará desafíos vinculados al conflicto generado por lo inusual de que haya un uniformado en el Gabinete, principalmente porque ya anticipó que no desea retirarse.
“Voy a cumplir con lo que determina la ley para personal militar. Voy a seguir con jerarquía militar, pero en una situación distinta”, aseguró el teniente general luego de una reunión que tuvo en la Casa Rosada.

Es la Ley 19.101 la que regula las distintas condiciones en las que pueden encontrarse los miembros de las FFAA a lo largo de su carrera, que son en servicio efectivo, el retiro y la disponibilidad.
Esta última es la categoría en la que quiere quedar Presti para no tener que desprenderse del rango mientras cumple su función en Defensa, aunque aquí también hay un problema y es que la norma permite que se le otorgue ese permiso para no estar en actividad cuando se es convocado por el Poder Ejecutivo, pero por un plazo de hasta seis meses como máximo.
Todavía no está confirmado, de todas formas, el camino que seguirá el próximo ministro, que ya tomó su primera decisión importante al elegir como su jefe de Gabinete a Guillermo Madero, que se desempeña como subsecretario de Defensa Civil y Protección Humanitaria.

El funcionario llegó en marzo último y durante estos pocos meses de gestión en el gobierno libertario tuvo un fuerte vínculo con los Estados Unidos y coordinó, entre otras cuestiones, los ejercicios combinados con la Guardia Nacional de Georgia.
Debido a que el dirigente tiene experiencia en el ámbito de la seguridad en espectáculos deportivos -fue uno de los responsables del Programa Tribuna Segura durante la administración de Bullrich en 2016-, llamó la atención de las autoridades norteamericanas, que lo convocaron para cooperar en la planificación del Mundial del año que viene.
Por otra parte, Presti también deberá enfrentar el desafío de tomar decisiones que involucran a las tres fuerzas, sobre todo en relación con el presupuesto, sin que cada movimiento sea interpretado en el interior del sector como un favoritismo para el Ejército, que históricamente es el que tiene mayores recursos y, por ende, gastos más grandes.
Por ejemplo, uno de los temas que están en carpeta son las negociaciones para adquirir submarinos, una medida que, en el caso de concretarse, beneficiaría directamente a la Armada.
La semana pasada, el secretario de Estrategia y Asuntos Militares, Marcelo Rozas Garay, viajó junto a su secretaria a Río de Janeiro para asistir a la botadura del cuarto Scorpene construido en Brasil por Naval Group, una de las empresas con las que está negociando el gobierno de Milei.
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