POLITICA
Andrea Frigerio: la película sobre una terrorista que va a dar que hablar y su gesto para que el film pudiera terminarse
En Una jirafa en el balcón, film que se estrena este jueves 5 de septiembre en cines, Andrea Frigerio no solo comparte la pantalla grande con su hija, Fini Bocchino, sino que también asume un desafío inédito detrás de cámara. “Decidí salir a la cancha y crear nuevas oportunidades”, confiesa a LA NACIÓN la exmodelo, actriz, conductora y ahora productora. El thriller, ambientado en uno de los momentos más oscuros de la historia argentina, sigue a Lidia Muñoz, una militante armada de ideales trotskistas que, cuarenta años después, sigue aferrada a su revolución. Con las actuaciones de Juan Leyrado, Diana Gómez, Elisabet Casanovas, Mimí Ardú, Mirta Busnelli y Claudio Gallardou, el film promete generar un debate.
No es la primera vez que madre e hija comparten un proyecto, pero en esta oportunidad interpretan al mismo personaje en distintas etapas de su vida, cruzando los límites de la ficción y la realidad, en una historia marcada por la dictadura, el exilio y el peso del pasado. Andrea siente la satisfacción del trabajo cumplido, un esfuerzo que fue más allá de la actuación y que incluyó superar múltiples obstáculos para que el proyecto llegara a la pantalla grande, mientras que Fini está entusiasmada con el papel más desafiante de su carrera. “En vez de quejarme por la falta de ficción, decidí hacer algo al respecto”, afirma Andrea, dejando en claro que para ellas el cine es más que una profesión: es una forma de contar historias necesarias.
Doble desafío
Para madre e hija, la experiencia de trabajar juntas en esta película no es nueva, pero esta vez es diferente. Su primera experiencia juntas fue en Leal (2017), donde interpretaron a madre e hija. Luego, coincidieron en el elenco de Limbo (2018). Ahora, en Una jirafa en el balcón, donde enfrentan el desafío de dar vida al mismo personaje en dos etapas cruciales de su vida. “Es re lindo compartir la profesión con mi hija”, comenta Andrea.
–¿Cómo se sienten trabajando juntas?
Andrea Frigerio: –Compartir escena con Fini es algo maravilloso. Hay una conexión natural que se traduce en la pantalla, pero también es un gran reto. Verla interpretar a una versión más joven de mi personaje fue impactante. En cada escena nos íbamos descubriendo y aportando mutuamente. Me sentí muy orgullosa de verla crecer como actriz y de cómo logró capturar la esencia de una mujer tan compleja y llena de matices como Lidia.
Bocchino: –Para mí también es muy lindo. A veces le pido consejos y otras veces también le digo hasta dónde llegar. Hay muchos momentos en que se mezclan los roles de madre e hija con los de compañeras de trabajo. Está buenísimo, pero también nos pone a prueba.
–¿Cómo fue interpretar dos versiones del mismo personaje?
Frigerio: –Me sorprendió mucho la transición de Lidia. Empieza como una joven fuerte, vital y apasionada por sus ideales, y termina completamente quebrada por su historia y sus decisiones. A veces uno no ve esa transformación en el momento, sino que se percibe de golpe, como un corte abrupto en la vida. Para mi fue muy revelador interpretar esa etapa. Me hizo conectar con una parte de la historia argentina que no viví directamente, pero que sentí muy cerca.
Una militante armada
Una jirafa en el balcón, escrita y dirigida por Diego Yaker, está inspirada en una historia real y narra la vida en el exilio de Lidia Muñoz. Cuatro décadas después, Lidia regresa al país tras ser citada como testigo en el juicio por la desaparición de su compañero. “En el momento que me contaron la historia supe que iba a convertirla en una ficción”, cuenta Yaker a LA NACIÓN, aclarando que no buscaba “bajar línea” ni “generar un debate político.”
Con esa intención, el director intenta retratar “la realidad argentina durante la dictadura y la vuelta a la democracia, revelando las cicatrices imborrables de ese tiempo.” “Cada escena me recordaba lo importante que es seguir contando estas historias, sin idealizar y mostrando la complejidad de esos momentos”, agrega Andrea Frigerio.
–Andrea, tu personaje es una exiliada que carga con el peso de su pasado. ¿Cómo fue interpretar a una guerrillera que enfrenta sus propios fantasmas?
Frigerio: –Esta es, por lejos, la película más dura que hice. Lidia es muy distinta a mí. Interpretarla fue la composición más difícil como personaje. Es una mujer que no es solo una víctima, también cargó con sus decisiones y busca su propia justicia interna. Me encontré interpretando a una mujer que vivió una situación extrema, con ideales fuertes, y que tuvo que exiliarse, algo que marcó toda su vida. Esta transformación me hizo entender muchas de las complejidades de esa época y lo que significa llevar una vida de silencios y dolores. Cada día de rodaje fue un desafío emocional y físico. Lidia no se parece en nada a mí, es más oscura, más cerrada. Tuve que aprender a caminar como ella, a moverme con su peso emocional, a usar una energía que no es la mía.
–¿Qué recuerdos tenés de esa época?
Frigerio: –Viví la dictadura siendo muy joven, y aunque no tuve familiares directos desaparecidos, el clima de la época era asfixiante. Recuerdo mi época de estudiante en la UBA, cuando las universidades estaban en silencio, casi como museos. Los pisos brillaban, no volaba una mosca, la gente hablaba en voz baja. Cuando empezó la democracia, esos mismos lugares se llenaron de carteles, los pisos estaban sucios, la gente gritaba; había vida. Ese contraste quedó muy grabado en mi memoria y lo traje a mi interpretación de Lidia, una mujer que dejó de vivir realmente durante esos cuarenta años.
–¿Cómo fue la transición de la dictadura a la democracia?
Frigerio: –Me tocó vivir esa transición y se notó en la gente, se notó en el edificio donde cursaba, y en la energía, en todo. Fue muy impresionante. Estaba muy alejada de esas situaciones y en ese momento no sabía nada. Todo era “no te acerques”, “si alguien te habla y te dice algo, cuidate, cuidate, cuidate”. Yo vivía en un mundo…
–Mucha gente vivía al margen…
Frigerio: –Claro, Rojo, la película que hice con Benjamín Naishtat, habla de eso con mucha claridad, de cómo se comportó la sociedad civil frente a un hecho tan aberrante como fue la dictadura. Es como si te dijera que en el interior, en un pueblo, toda la sociedad hace como que no pasa nada. Empieza a desaparecer gente, gente que no la ves más, y sigue todo igual, nadie dice nada. Lo mismo vivíamos nosotros. De hecho, en Una jirafa en el balcón hay una escena brutal cuando Lidia se vuelve a reunir con dos de sus compañeros de revolución 40 años después y refleja las contradicciones y los cambios de postura que muchas personas atravesaron.
–¿Cúal es la escena?
Frigerio: –La frase que dice el personaje de Mirta Busnelli a Juan Leyrado en una escena en que se reúnen con motivo de la visita de Lidia al país, mientras comen un asado: “Que voltereta te pegaste de trotskista de barricada a concejal peroncho”. En realidad muchos militantes cambiaron de ideología o de lugar, adaptándose a los tiempos o a las oportunidades. También hay un diálogo en la película cuando Lidia, mi personaje, vuelve a la Argentina para abrir el archivo de su compañero desaparecido, y el fiscal le dice: “¿Por qué no abrís el tuyo? Vos también fuiste una víctima”. Ella responde: “Yo no me siento una víctima”. Esto nos lleva a un flashback donde ella está con un secuestrado encapuchado y un arma; ella participó activamente en la lucha armada. Lidia hace un mea culpa y dice: “A mí no me corresponde la reparación histórica”. Es una postura muy fuerte porque hay personas que participaron de la violencia, ya sea como militantes o como represores, que hoy buscan una reparación. La película toca esa herida, pone el dedo en la llaga, y cuestiona quién tiene derecho a esa reparación y quién no.
Detrás de cámara
Esta vez, asumir el papel protagónico no fue suficiente. Para que el film pudiera ver la luz, Andrea Frigerio decidió también involucrarse en la producción. En un contexto de crisis para la ficción nacional, la actriz asumió un rol crucial para que el proyecto pudiera llevarse a cabo. Con recursos escasos y dificultades en el financiamiento, su decisión fue clave para no dejar que la película quedara en pausa.
–Andrea, ¿cómo fue asumir el rol de productora asociada?
Frigerio: –Decidí participar del otro lado del rodaje porque la situación actual lo exige. Nos quedamos sin presupuesto y tuvimos que frenar la grabación; por eso salí a hacer mi parte. No podía permitir que la falta de recursos afectara la continuidad del film. Las ficciones están en crisis, y si no te hacés cargo de la financiación, muchas producciones se ven demoradas o directamente no se concretan. Me metí de lleno en la producción, buscando recursos y soluciones para que esta historia pudiera contarse. Fue un compromiso doble, pero necesario, y me enseñó mucho sobre los desafíos de hacer cine en Argentina. Tuve que aprender a negociar, a buscar alianzas, a entender los números detrás del arte.
–¿Por qué decidiste involucrarte?
Frigerio: –Por la historia en sí. Es la primera vez que se hace una película sobre una guerrillera que, además de enfrentar su propio pasado, cuestiona la reparación histórica que ofrece el Estado. Cada escena me recordaba lo importante que es seguir contando estas historias, sin idealizar y mostrando la complejidad de esos momentos. Asumí la producción porque sentí que debía proteger y respaldar este proyecto. Me di cuenta que, si queremos que nuestras historias sean contadas, tenemos que asumir ese compromiso.
–La película marca claramente que hubo dos bandos. ¿Cuál es tu postura?
Frigerio: –Sí, igual no creo en la teoría de los dos demonios, porque claramente el terrorismo de Estado tiene un peso mucho más grande. Pero de los dos lados resolvieron las cosas a través de la violencia, que es justamente lo que tenemos que erradicar en la Argentina. Porque acá la violencia está latente en el día a día permanentemente. Estamos asistiendo en este momento al escándalo de un reciente expresidente que golpeaba a su mujer. O sea, la violencia a la orden del día. Vas a ver un partido de fútbol y no pueden estar las dos hinchadas porque se matan. El chorro que te roba, te mata. Nosotros no entendemos que el camino no es la violencia, sino el amor. Nos podemos equivocar, pero desde otro lugar, no desde la violencia.
–¿Qué opinás sobre la situación actual del cine argentino?
Frigerio: –Es muy difícil hacer cine hoy en Argentina, no solo por la falta de recursos, sino por las condiciones generales de trabajo. Cuando escucho a algunos políticos como (Javier) Milei decir “no hay plata”, pienso que es cierto, pero también creo que debemos buscar alternativas. El talento argentino es inmenso y no podemos dejar que las circunstancias nos detengan. Hay una urgencia de encontrar soluciones creativas. No podemos depender solo de los subsidios o del apoyo del Estado, necesitamos diversificar nuestras fuentes de financiamiento y adaptar nuestra manera de trabajar al contexto actual.
–¿Qué soluciones proponés para mantener viva la ficción?
Frigerio: –Tenemos que buscar financiamiento alternativo, como el apoyo privado, y fomentar modelos de coproducción internacional que nos permitan contar nuestras historias sin depender únicamente de fondos locales. También es fundamental que los sectores privados puedan financiar el cine. Creo que es el pilar más fuerte. Hoy, las plataformas se han convertido en los nuevos canales de distribución y necesitamos adaptarnos a esa realidad. Además, hay que aprovechar las plataformas digitales, que ofrecen una ventana global para nuestras producciones. Tenemos que ser creativos, pensar en nuevos modelos de negocio y estar dispuestos a colaborar más entre nosotros.
–El Incaa y el financiamiento del cine son temas recurrentes hoy, ¿cuál es tu opinión?
Frigerio: –Yo tengo mucho que decir respecto de eso. Yo le creo al Estado cuando dice que “no hay plata para determinadas cosas”, hasta que deje de creer. Solo pido celeridad para reorganizar el Incaa. Y también pido a los legisladores que sancionen una ley de mecenazgo para que los capitales privados puedan tener incentivo fiscal y aportar recursos a la industria cinematográfica. Así se pueda apoyar a todos aquellos proyectos que no tienen recursos. El cine es una industria como cualquier otra, la textil o la automotriz, que tiene muchísima gente que vive de esto y que además aporta muchísimo, no solo en el país, sino en el mundo.
–¿Las instituciones de fomento tienen que existir desde el Estado?
Frigerio: –Es simple, hay que mirar lo que están haciendo en Uruguay y copiarlo; y si no les gusta, está el modelo de España, con participación público privada. No hay nada que inventar, no se rompan la cabeza. Vayan y miren, anoten y copien. Ya con eso estoy contenta. Que nos den las herramientas para poder trabajar y para que toda la gente que vive del cine, que es mucha, no termine en un taxi poniéndose un kiosco o lo que sea, porque se pierde mucho el cine argentino.
POLITICA
Escobar: autobombo, juego e inseguridad
El 27 de diciembre, de forma exprés y por unanimidad, el Concejo Deliberante del municipio de Escobar aprobó la construcción de un centro comercial en Ingeniero Maschwitz que incluirá hotel, auditorio y salón de juegos de azar. Las componendas entre kirchneristas, radicales, peronistas y libertarios permitirán la relocalización allí del Bingo Ramallo, de Daniel Angelici, a pesar del reclamo de asociaciones vecinales preocupadas, entre otras cosas, por la presencia de colegios a escasos metros. “Un cáncer en el corazón de Maschwitz”, definieron quienes resisten la nueva modalidad de “bingos con rueditas” que se trasladan de un enclave a otro sin inconvenientes ante la dificultad para conseguir la aprobación de nuevas licencias. El juego y la ludopatía se expanden a alta velocidad gracias al favor de la política que saca su tajada. No menos nefasto es el crecimiento de la inseguridad.
En noviembre último, el intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, celebraba que “la Policía Municipal ya es una realidad” luego de conseguir la aprobación del Concejo Deliberante, que ha sido origen de turbias resoluciones, ya que desde hace años se vienen alentando jugosos negocios con bienes de la comunidad.
La fase preparatoria de la fuerza policial que complementará a la bonaerense arrancó en octubre, mientras que a la Guardia Urbana, también de reciente creación, le asignaron funciones de prevención en cercanía con la comunidad. Se anunció también la incorporación de más camionetas y motos, teléfonos geolocalizados y cámaras corporales portátiles (bodycams), así como de armas no letales, anticipando mayor protagonismo de la inteligencia artificial. “Estamos construyendo un Estado presente, pero moderno”, afirmó el intendente.
El juego y la ludopatía se expanden a alta velocidad gracias al favor de la política que saca su tajada. No menos nefasto es el crecimiento de la inseguridad
Su construcción política se cimenta en publicidad y propaganda más que en una trayectoria de idoneidad y transparencia, puesto que Sujarchuk se vio beneficiado por una sonora y costosísima campaña publicitaria al amparo del kirchnerismo que le permitió llegar al poder. Será seguramente por eso que el jefe comunal aprovechó la temporada estival para elevar su perfil empapelando con cartelería la Costa Atlántica, convencido probablemente de que sus votantes se pueden dar el lujo de vacacionar o aspirando, tal vez, como tantos otros, a proyectar su figura por fuera del pago chico. Tampoco faltan carteles sobre la avenida General Paz, destacando precisamente las inversiones en materia de seguridad, una cuestión que desvela a las autoridades bonaerenses cuando una provincia incendiada se ha vuelto tierra de nadie.
Mientras tanto, los vecinos de Escobar, lejos del mar, piden con desesperación más seguridad para sus barrios y organizan manifestaciones de reclamo. Asaltos, hechos de violencia a plena luz del día se suceden ante la ausencia del patrullaje policial. El último día de 2024, una señora de 90 años fue asesinada y al detenerse a sus agresores descubrieron que le habían robado carne congelada y una garrafa. El hecho colmó la paciencia de los vecinos de las 25 manzanas del barrio Las Glorias y San Miguel, zona de casaquintas y terrenos grandes. Las modalidades escruche o entradera están a la orden del día; roban rápido y se van, muchos entran armados y son por demás violentos. Los vecinos denuncian zona liberada.
El 22 de enero pasado, un delincuente asaltó y amenazó a una pareja de jubilados para luego fugarse apuntando incluso a los policías. Finalmente, fue identificado y detenido.
La construcción política de Sujarchuk se cimenta en publicidad y propaganda más que en una trayectoria de idoneidad y transparencia. Llegó al poder beneficiado por una sonora y costosísima campaña publicitaria al amparo del kirchnerismo
El crecimiento de la inseguridad y la falta de respuesta de las autoridades motorizó aquel mes una marcha pacífica en Ingeniero Maschwitz. Familias enteras desfilaron portando pancartas y vieron sumarse a algunos comerciantes, víctimas también de frecuentes robos en sus establecimientos. En la sede policial, los marchantes fueron recibidos por el jefe de la comisaría a quien entregaron un petitorio exigiendo urgentes medidas. Una vez más, recibieron las promesas de intensificación del patrullaje en la zona, acciones claramente supeditadas tanto a decisiones políticas como a cuestiones presupuestarias. Por su parte, las autoridades municipales y de la Secretaría de Seguridad que los habían recibido anteriormente optaron en esa ocasión por no dar la cara.
Casi 9000 vecinos están adheridos al sistema Ojos y Oídos en Alerta, hay 289 alarmas vecinales conectadas al Centro de Monitoreo y 363 cámaras en las calles, pero la realidad confirma que lejos está de ser suficiente. La inseguridad ha llegado también a los barrios cerrados de Puertos, un moderno desarrollo. En uno de ellos vive el propio intendente, motor de acuerdos con importantes emprendimientos inmobiliarios que invadieron los humedales del distrito y responsable de ventas de tierras fiscales a precio vil. Pretende allí quedar a salvo de lo que ocurre en el municipio que gobierna, castigado por la emergencia social. Solo una pequeña parte de la población de Escobar tiene acceso a cloacas y red de agua potable, con enormes carencias en salud.
El jefe comunal, cuya discrecionalidad en el manejo de los fondos públicos es bien conocida, informó que el presupuesto general para 2025 es de 216 mil millones de pesos y que están licitando la compra de equipamiento para la flamante fuerza policial local. Para el corriente año se prevé un incremento del presupuesto municipal en seguridad del 2,71%, así como también “un ajuste en gastos no esenciales como publicidad institucional…”, entre otros. Si en enero vimos ya el destino de las erogaciones en materia publicitaria con foco en la costa, nos preguntamos cuánto habrá de cierto en las promesas cuando mejor sería haber redireccionado el total de ese superfluo gasto a combatir la inseguridad y no a un injustificado autobombo.
Detrás de robustecer la identidad política bonaerense, Sujarchuk cuestiona la falta de rumbo peronista y afirma: “Tenemos la responsabilidad de encontrar los temas que preocupan a las y los argentinos de cara al futuro”. No estaría entendiendo que la verdadera preocupación ciudadana ya está expuesta y se asocia con la inseguridad, el pernicioso avance de la ludopatía y el despilfarro. “Convicciones firmes para dar lo mejor de mí”, señala desde su cuenta de X este servidor público que lejos está de serlo. Res non verba le reclaman los vecinos.
POLITICA
Sufrida victoria de River en el Monumental ante Atlético Tucumán por el Torneo Apertura
Sufrida victoria de River en un Monumental caliente, que recibió con dureza al plantel después del título perdido en Asunción. El Millonario encontró el triunfo 1-0 ante Atlético Tucumán sobre el final con un gol de Facundo Colidio.
En números el equipo de Marcelo Gallardo no pasa un mal momento. Con los puntos de hoy frente al conjunto de Lucas Pusineri llegó a los 18 y se estableció por debajo del líder del Grupo B, Independiente.
El problema de River está en el juego y la actitud cuando las cosas no salen, aunque este domingo se vio otra postura y el técnico puede sacar algunas conclusiones positivas con Rodrigo Aliendro y Mastantuono.
El termómetro
Se esperaba una reprobación de los hinchas tras la apática final y los penales en la Supercopa Internacional ante Talleres jugada en Paraguay. Silbidos para Manuel Lanzini -el más chiflado-, Facundo Colidio, Miguel Borja y Maxi Meza.
De los titulares solo hubo aplausos para Franco Armani, Gonzalo Montiel y Franco Mastantuono. Lógicamente el Muñeco salió indemne de lo sucedido en la semana en la Nueva Olla.
LA REACCIÓN DE LOS HINCHAS DE RIVER: OVACIONES Y SILBIDOS 🔴⚪
Tras perder la Supercopa ante Talleres, así reaccionaron los simpatizantes del Millonario al escuchar los nombres de sus jugadores pic.twitter.com/ODj0sQlwUk
— Diario Olé (@DiarioOle) March 9, 2025
Durso, figura y récord
Sí hubo reacción futbolística y el Millonario debió haber goleado, pero se encontró con posiblemente la mejor noche en la carrera de Tomás Durso. El arquero del Decano acabó el match con 11 atajadas, el registro más alto para lo que lleva el Torneo Apertura en sus nueve primeras fechas.
Cinco de ellas fueron contra Miguel Borja. Al goleador colombiano se le volvió a mojar la pólvora y terminó desanimado tras el pitazo final.
Hablemos del partido de DURSO vs. River: ¡11 atajadas! ¡Récord en el #TorneoApertura! pic.twitter.com/2Q1Hnl9z2M
— SportsCenter (@SC_ESPN) March 10, 2025
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POLITICA
Patricia Bullrich habló de la situación en Bahía Blanca tras el temporal y anunció la puesta en marcha de un sistema de alertas
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se refirió este domingo por la noche al temporal que azotó a Bahía Blanca, dejó hasta el momento 16 víctimas fatales y miles de familias sin hogar. En La Cornisa (LN+), la funcionaria hizo un balance general de la situación en la ciudad del sureste de la Provincia. Habló de una “tragedia en todo sentido”, se solidarizó con los damnificados y anticipó la puesta en marcha de un nuevo sistema de alertas, con el objeto de prevenir este tipo de situaciones.
Bullrich contó cuál fue el panorama con el que se encontró cuando se hizo presente el sábado en Ingeniero White, una de las localidades bahienses más afectadas: “Vimos autos apilados, destruidos, calles anegadas y mucho barro”. Se sensibilizó al mencionar el número de fallecidos y personas desaparecidas -hay al menos 128 denuncias telefónicas por desaparición- e hizo especial mención a los casos de Rubén Zalazar y las hermanas Hecker.
“No sabemos nada de estas dos chiquitas de uno y cinco años. Hoy (domingo) pudimos encontrar el cuerpo de Zalazar, el repartidor de Andreani que intentó rescatarlas”, dijo. A la luz de los destrozos y pérdidas humanas, Bullrich anunció: “Estamos trabajando en un sistema para que, en todos los teléfonos, salte una alerta y le ofrezca instrucciones a la ciudadanía respecto de qué debe hacer en este tipo de casos. Es inminente la llegada de este sistema”.
Para la titular de la cartera de Seguridad, los funcionarios y Fuerzas Federales tienen que “mostrarse fuertes” ante este escenario adverso: “El trabajo que tenemos que hacer no es menor. Debemos coordinar muchas cosas. Tenemos 100 familias de integrantes de las fuerzas federales que perdieron todo. Y los agentes están en la calle trabajando. A pesar de todo, salieron a ayudar a otros, a sus vecinos, a sus conocidos. Cumplieron con su responsabilidad. También nos tenemos que ocupar de eso y de todos los ciudadanos. Tenemos que mantener la cabeza fría, ser fuertes. Hay que trabajar la operación de rescate, limpieza, la salud de la gente”.
En otro tramo de la entrevista, Bullrich se refirió al tenso momento que vivió junto al ministro de Defensa Luis Petri durante su visita a Ingeniero White. “Tuvimos algún altercado con un grupito medio politizado”, minimizó la funcionaria, luego de que se viralizara un video de damnificados que les pedían a ambos “mojarse” como ellos.
“Yo estuve 45 minutos en ese lugar. Estuve con los vecinos. Me dijeron lo que había que hacer, me pidieron que abra la ruta. Tuve después una reunión con algunos más de ellos. Y cuando ya me iba, un grupo más politizado… Está politizado. Sí, incluso dijeron que eran del Polo Obrero… Vino un grupo más violento, con las típicas consignas K y del Polo Obrero. Eran del barrio pero lo hacían sabiendo que estaban generando un hecho mediático”, explicó sobre lo sucedido.
Tras aquel breve comentario, la excandidata a presidenta de Juntos por el Cambio (JxC) se refirió a la posibilidad de que un nuevo temporal azote una vez más a la ciudad de Bahía Blanca en un futuro cercano. “Nosotros ahora estamos confeccionando un mapa de incidencias, con base en un fuerte análisis meteorológico, para tratar de anticipar lo que pueda llegar a suceder. Hay cosas que podemos prever y otras no. Todo aquello que se puede prever, vamos a hacer algo”, evaluó.
Bullrich cerró el diálogo con una reflexión: “Este tipo de catástrofes muestran la debilidad de un Estado que ha priorizado mal. La infraestructura de ciertas ciudades no aguanta. Y más allá de que 300 milímetro rompen cualquier cosa, tenemos años de desinversión real. Las consecuencias se ven en estos momentos”.
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